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Estaba esperando a mi hermana con Atsushi, sabíamos que iba a llegar en la madrugada, por lo que decidimos hacer una pijamada a escondidas de Anne-san, contamos historias de terror, aunque no conté con que Atsushi se asustaría tanto.

Bajábamos a buscar galletas de vez en cuando, hasta que tuve que ir al baño, cuando volví a mi cuarto, Atsushi estaba dormido. Así que lo cargué y lo llevé al suyo, arropandolo en el camino.

«Si tenías tanto sueño, me hubieras dicho» pensé, para luego suavizar mi mirada ante el rostro tranquilo de Atsushi, siempre que acordabamos hacer algo juntos este se quedaba dormido cuándo me distraía. Ni aunque pasaran los años eso cambiaba y me removía el corazón pensar en eso.

Planeaba estar despierto toda la noche que restaba, pero estar en mi cama acostado no ayudaba, mis parpados empezaban a pesar, pensé «solo serán unos minutos», pero mi cuerpo se rehusaba a ceder por completo.

Cuándo estaba en medio de quedarme dormido, una silueta alta que conocía bastante bien, estaba recargaba en la puerta de mi habitación.

—No era mi deseo despertarte, Chuuya —dijo con una voz dulce Kouyou, el tono era arrullador y lento, como si lo hiciera a propósito—. Solo quería ver como estabas, note que falta comida en las despensas. Parece que fallaron en su plan.

Atsushi no duró nada. —dije intentando sumar una carcajada, pero solo salió un suspiro cansado, cuándo intente seguir conversando, de repente todo era negro en mi mente.

"Buenas noches, pequeño" murmuró Kouyou para luego acercarse hasta la cama de Chuuya, había presenciado tantas veces la escena desde que empezaron a crecer que no pudo evitar formar una sonrisa.

La Alfa le dio un beso en la frente al pelirrojo, para luego arroparlo tal cuál el anterior había hecho con Atsushi.

Volviendo al pelirrojo, esté era un desastre para dormir, los cabellos desordenados, baba escurriendo por su boca, y no hay que olvidarse de su postura rara al dormir, pero lo mas característico de aquello era la sonrisa tonta que formaba cuando dormía. Esa misma que derretiría a cualquiera; Kouyou no fue la excepción, lo miraba embelesada con ternura, le partía el corazón tener que pensar en todo lo que tendría que pasar.

Al menos podía acompañarlo, eso le daba esperanza, aunque supiera que su rol estaba limitado. Después de todo es solo la ama de casa de los Nakahara.

La mañana llegó, la luz se filtraba por la ventana anunciando el amanecer, se oyeron pisadas fuertes hacía la habitación del pelirrojo, unas que nunca eran deseadas en aquella casa.

Sin escrúpulos la persona abrió la puerta haciéndola chocar contra la pared, a lo que Chuuya ni se inmuto, tenía el sueño pesado, además de estar cansado por el día de ayer.

El Alfa al verse ignorado, se acerca a la cama del pelirrojo para quitar las sábanas que lo arropaban, puede ver al omega retorcerse por el cambio de temperatura, pero decide sacudirlo para que despierte de una vez.

Al no obtener respuesta, pierde la paciencia. Larga un suspiro antes de seguir con su "escena".

—Levantate, es tu última semana aquí mocoso —el alfa había soltado su agarre para dejarlo caer de plano en el suelo, su voz rasposa hacía que reforzará la idea de ser un alfa controlador—. ¿No escuchaste?

El pelirrojo al escuchar la voz tan odiosa de la única persona que odia en el mundo, rápidamente se pone alerta, parándose de inmediato, ahora enseñando sus colmillos sin desarrollar por su segundo género sin identificar.

—Nadie te lo pidió. —respondió con un gruñido en su garganta, cualquiera pensaría que es una sentencia de muerte, pero a Chuuya no le importaba.

—De rodillas, niñato —dijo haciendo pesada la atmosfera de repente como para respirar de forma adecuada-. Estar con Teruko te ha hecho dejar de respetarme.

El pelirrojo iba a responder de forma mordaz, pero aquel hombre lo había tomado de su cabellera, lo sacudía a los dos lados, mientras que Chuuya intentaba soltarse, más era imposible, porque estaban usando feromonas en él. Odiaba el absurdo poder que tenían las feromonas en alguien y a pesar de la práctica que llevaba. Su cinturón negro en artes marciales, nunca podía hacerle frente a su padre.

No importaba cuanto se esforzara y sintiera que hacía progreso, él ser humano frente a él se encargaba de recordarle lo inútil y desechable que era y lo odiaba.

Pero más se odiaba a si mismo.

—No veo la hora de deshacerme de ti, maldito inútil —el pelirrojo se mordía la lengua para no llorar de dolor, no le daría ese gusto—. Con tu contextura serás un omega, tu has manchado nuestro honor.

—Tú eres el único que es una desgracia en esta familia, viejo —Teruko bufó, haciendo ver su postura amenazante desde su silueta recargada en la puerta, sus colmillos largos y letales se hacían visibles de golpe—. Deja a Chuuya tranquilo, o tendrás que pasar por encima mío.

Él alfa ahora su expresión había cambiado a uno de mofa, dónde sus ojos maliciosos daban a entender que planeaba algo.

—¿Viniendo del trabajo después de tanto tiempo para verme? —soltó una risa falsa—. Claro que no, seguro vienes para salvar el cuello de esté ¿Verdad, hija?

—Yo no soy tu hija. —dijo ahora sumando el pesado olor a enojo junto con irritación saliendo de ella, dejando ver sus ojos pupilas dilatadas.

—Oh, vamos, no estás en posición de reclamar, di lo que quieras, pero —zarandeo al pelirrojo una vez más haciendo que el chico largara un gruñido—, el apellido manda. Querida.

Él Volvió a alzar al pelirrojo por su cabellera, mientras sonreía de forma burlona ante la Alfa.

—¿Lo quieres? Ven por él.

Chuuya reaccionó con gritos desgarradores por la presión que hizo el Alfa en su cabeza, pero luchó, mordiendo el brazo del alfa, cosa que aprovecho su hermana para tomar impulso de una pared, logrando tener una patada con mas potencia al estómago del alfa.

El objetivo salió por la puerta ahora en la pared, no sin antes escupir al suelo sangre, retiro sus feromonas amenazantes, dejando al pelirrojo por fin respirar bien.

—La próxima vez, no me contendre.

Y así como llego, desapareció con los pasos pesados acompañándolo.

—Perdón Chuuya, se supone que tenía que evitar esto. —le dijo a su hermano, esperando que le perdonara a pesar de ser incompetente como hermana.

Teruko abrazó el cuerpo de su hermano mientras sollozaba por sentirse impotente ante la situación, el pelirrojo tenía sangre saliendo de su cabeza por la presión ejercida, además de uno de los brazos fuera del lugar donde debería estar por el impacto.

Chuuya respiraba agitado, pero entendía la situación, no era como que se estuviera muriendo ¿verdad? No sentía mas dolor, así que capaz descansar le ayudaría. Aunque primero debería calmar a su hermana quién ahora liberaba lágrimas.

Estoy bien, tranquila —dijo de forma suave, ahora parándose y regalando una sonrisa confiada a su hermana, sabía que ella había volado de tan lejos, lo que menos quería era verla triste, cuando hace tiempo no podían estar juntos— ¿Ves? Puedo caminar bien y todo.

Teruko de paro de golpe a intentar ayudarlo, pero él la paro con una palma, podía hacerlo por su cuenta.

O al menos eso pensaba antes de que su cabeza empezara a dar vueltas sin ningún propósito y de repente ya estaba a la misma altura de las botas de seguridad de Teruko.

El pelirrojo quedo inconsciente, la Alfa soltó un grito de pánico, que hizo que cada Alfa de la mansión se acercará a ayudar, lograron localizar a Kouyou, la cual se horrorizo al ver al omega en ese estado, pero no perdió ningún segundo, trato sus heridas con rapidez, para dejarlo descansar en la cama de Teruko.

Teruko espero pacientemente a que esté despertará, mientras maldecía no haber llegado antes para protegerlo de ese horrible ser que tenía que llamar padre.

Los minutos parecían horas, sin embargo ahora unos orbes azules la observaban.

—¿Nee-san?

—¡Chuuya! —la Alfa corrió a abrazarlo, él chico soltó un quejido, por lo que aflojo el agarre, para mirarlo a los ojos—. ¡No me vuelvas a asustar así, casi me matas del susto.

—Yo también te extrañe Nee-san.

—Idiota, eres lo más preciado que tengo, te extrañe mucho.

La alfa apretó una vez mas a su hermano por instinto, se sentía tan feliz de poder verlo que sus manos cosquillaban al buscar tacto, algo común entre los alfas especial los que eran de tacto como ella. Sentía la necesidad de demostrárselo de alguna forma.

—Hablando de personas que te extrañan —Chuuya aparto a su hermana para largar varios exagerados aclaramientos de garganta— ¿Ya fuiste a ver a Atsushi? Estábamos esperando juntos por ti.

Ella solo se quedo perpleja, pestañeando varias veces de forma lenta, como si se le hubiera pasado, hasta que hizo una mueca de arrepentimiento que no paso desapercibido por el otro.

—¿Por qué no lo traes aquí? Seguro esta esperando en mi su cuarto, no te odia, lo prometo. Él te quiere mucho, te va a perdonar que no le hayas visto.

—¿Puedo? —la alfa ladeó la cabeza un poco indecisa, en realidad si quería verlo, después de los años no sabía cuanto había crecido el pequeño o como habían pasado las cosas desde que lo recibieron—. Acabas de despertar Chuuya. Mejor esperemos.

—¡Pero yo quiero verlo! —cortó las excusas de su hermana, sabiendo que ella se lamentaría mas de no traerlo—. Te prometo que me quedaré quieto ¿Okay?

La Alfa asintió, un poco desconfiada, porqué la última vez su hermano se había escapado por la ventana, pero no le echaría en cara eso ahora. Fue en busca del pequeño albino, el cuál no estaba en su cuarto, pero al escuchar una melodía en el cuarto contiguo, se dirigió a este.

Al entrar, se encontró a Atsushi meciendo sus pies sobre la cama de Chuuya, probablemente esperándolo, a los ojos de Teruko le pareció muy tierno el gesto, por lo que no tardo en dirigirse a él.

—¿Está bien, Chuuya? —preguntó un poco tímido, con las cejas ligeramente inclinadas con los labios hacia abajo—. Yo escuché a padre, entonces no sé.

—Él esta bien, tranquilo —respondió al ver las manos del otro estar inquietas—. Quiere verte.

Atsushi cambio su expresión a una mas alegre, regalando una sonrisa sincera, aunque aun dudoso se levanto solo para de golpe abrazar a la mayor.

—Has crecido mucho, Atsushi —dijo la chica, notando la estatura del contrario, viendo como sus gustos de ropa habían cambiado y cómo ya no cargaba un peluche de tigre blanco en sus manos—, veo que Tiggey ya no está contigo.

Él chico solo se ruborizó de vergüenza, hasta que solo asintió de forma rápida para darle la mano a su hermana. La había extrañado como ella no esperaba.

En el camino Atsushi no dejaba de preguntarle cosas, mientras la miraba con brillitos en los ojos como si viera a su ídolo, respondió todas su preguntas gustosa, hasta que llegaron a donde estaba el pelirrojo.

Atsushi dejo la mano de su hermana, para correr a la camilla, de paso despertando a Chuuya quién estaba descansando aprovechando el tiempo que se le había dado.

—¿Él te hizo esto? —dijo con pena en su voz, aunque apretaba sus puños de manera furiosa—. No entiendo porqué te hace esto, no lo perdonaré.

"Debería a mi golpearme en ves de a ti", murmuró el menor.

—Atsushi —llamó el pelirrojo—. No digas eso ¿Okay? —el mas bajo agarró la muñeca de su hermano para atraerlo en un abrazo—. Si él te llegase a tocar un solo pelo, arriesgaría mi vida si fuera así —hizo un abrazo mas aprensivo—. Recuerda que nadie puede invadir tu espacio o hacerte daño si no quieres. Nadie tiene ese derecho sobre ti ¿Bien?

Atsushi solo hizo un leve asentimiento que sabía que su hermano no podía ver, pero seguro de alguna forma sabría la respuesta, él siempre leía sus pensamientos de alguna forma.

La Alfa que estaba cargada en el marco de la puerta, no pudo evitar sonreír por la situación, definitivamente no se arrepentía de haber viajado de vuelta. Al menos después de tantos años, tendría la oportunidad de ir con Chuuya a la nueva ciudad.

Sin esperar más, la Alfa se les unió en el abrazo grupal, sintiendo sus energías volver a tomar lugar en su corazón, por fin se sentía en casa.

Ese mismo día había sido nombrado por el médico de la familia, para descubrir cuál sería su segundo género. La atmósfera era pesada al menos para él, Chuuya agradecía que su hermana fuera mayor de edad como para acompañarlo, en vez de ser forzado a llevar a alguno de sus tutores legales.

Prefería ahorrarse las caras o malos comentarios, deseaba tener lo que quería, ser alguien normal como un beta, tal vez sus padres lo odiarían, pero lo dejarían en paz.

Hablando sobre el yeso en su brazo, ya había sido revocado, por las células madres que le fueron implantadas en el tejido afectado, se sentía como nuevo. Debido a su pronta recuperación organizaron sus clases.

Salió de sus pensamientos, al escuchar la palabra Omega salir de la boca del especialista, dónde al buscar la mirada de su hermana, logró ver un poco de asombro.

De igual forma, lo único que fue una reacción instantánea fue el abrazar a Chuuya con tan solo escuchar la respuesta del doctor.

Las cosas estaban por ponerse difíciles y no sabía como decirle a su hermano todo lo que le esperaba.

Lo que no sabía, es que el tenía información sobre aquello, una memoria que ocurrió mientras entrenaba en su clase de Artes Marciales. Cuándo el era pequeño.

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Ese día el instructor había cambiado porqué el antiguo estaba enfermo, así que su suplente era él, no tenía problema con él durante el inicio de la clase, hasta que el pelirrojo cayó de espalda en la tarima del suelo.

Recibió una mano en su dirección, pensó que era para ayudarlo, pero en realidad tan pronto como quiso agarrarla, la retiraron de su vista, al observar a su entrenador este tenía una mirada despectiva.

-Eres débil -dijo aún observando con la mirada fija en él-. Seguro serás un sucio omega. Tus defensas son bajas.

El mas bajo apretó sus puños, ahora parándose de golpe entrando en posición de pelea.

—¿Y qué si lo soy? Aún así trapearía el piso contigo.

El alfa enfureció, dándome tiempo a que me preparara cuando el se lanzó sobre mi, logrando agarrar sus muñecas, acompañado de poner uno de mis pies en la parte baja de su cadera para rodar hacia la parte de atrás de mi espalda.

Ahora estaba arriba de él, en posición con ventaja, encontrando los ojos de furia que tenía. Lo había humillado. Y eso que tenía menos de la mitad de su edad. Finalizando con un golpe seco en su cuello, para dejarlo inconsciente.

Solo pude reír, mientras Atsushi se levantaba del tatami que estaba sentado, para patear el cuerpo noqueado del instructor.

—Le advertí, le pasa por subestimarme —sonreí triunfante, mientras le sacó la lengua.

—Feo Alfa, iugh —Atsushi hizo una mueca de asco, cargando su peluche de tigre, moviéndolo a los lados—. Tiggey te odia. Te va a morder los pies.

Le saco la lengua al instructor, para después poner un crayón en una de las fosas nasales del alfa.

Evite reírme de las ocurrencias de Atsushi, lo amaba como hermano menor. Aún cuando era tan pequeño me protegía y eso me llenaba el corazón. Sin embargo, aún una pregunta rondaba mi mente.

¿Por qué todos los Alfas son así de arrogantes?

Me pare para reflexionar un poco sobre el asunto, pero no encontraba motivos.

En ese momento sentí como el Atsushi me abrazaba con fuerza, a lo que correspondí el abrazo y le dirigí una sonrisa, luego de esto le di la mano y lo lleve al comedor donde estaríamos tomando leche mientras comíamos galletas.

—Chuta ¿Crees que pueda hacer artes marciales cómo tú? —Atsushi había dejado de hacer pucheros y me miraba emocionado—. Sé que soy pequeño, pel-ro realmente te admil-ro, además quiero protegerte si no te puedes defendel-r.

Y ahí iba su intento para pronunciar bien las palabras. Había dicho bien la petición, por lo que debió haberlo practicado.

Mi corazón se pensarlo, a lo que solo pude desviar la mirada, para calmarme y no actuar como cuando Anne-san me veía con uno de los trajes que me compra, a lo que como todo niño de 6 años atine a acariciar su pelo.

Él tenía dificultades para hablar, dónde le ayudaba a repasar palabras, ver su progreso era algo impagable.

—Si quieres hablo con nuestros padres para que te agenden hacer las practicas conmigo. —aclaré mi garganta, esperando un asentimiento.

Como si la palabra "Padres" fuera un borrador de felicidad, Atsushi dejo de tener brillo en sus ojos.

La palabra padres era tabú, debido a todo lo que había visto, no lo culpaba la verdad.

Se suponía que ninguno de los dos iba a tocar el tema, yo por mi parte para no hacerle recordar esos momentos y él, porque no se sentía listo para hablar del tema.

Un acuerdo no verbal, pero aún así muy importante, la había cagado, me iba a disculpar.

—Atsushi, perdón no quería mencionarles, podemos decirle a Anne-san que lo haga sin consultar con ellos ¿Qué dices? —antes de que respondiera, mi madre me toco el hombro, provocando que me quedará sin palabras.

—Chuya, tienes que ir a tu practica de idiomas, ¿Qué haces perdiendo el tiempo aquí? —al quedarme inmóvil, ella miro a Atsushi, que al parecer recién notó su presencia, a lo que saco una de sus tantas sonrisas falsas—. Atsushi, si quieres acompañarlo por mi no hay problema, después de todo siempre puedes tener lo que quieras.

y así era, la familia Nakajima tiene un acuerdo con la familia Nakahara de hace siglos, cada miembro de la familia de Atsushi, es decir desde los cuatro hasta los dieciocho años, estaba al cuidado de uno de los hijos de la familia Nakahara, asignándolos por rangos de edad de no mas de 2 años de diferencia, lo que indicaba que siempre los Nakahara tendrían el deber de cuidar y enseñar a los pequeños Nakajimas sobre el arte de las artes marciales, entre otras cosas, mientras que la otra familia enseñaría nobleza y tradición a la familia Nakahara.

Un acuerdo ganancia, ganancia sin duda. Pero en este caso era diferente, en esos intercambios siempre se le avisaba al pequeño que se iría a la otra familia, pero con Atsushi era diferente. Él no sabía que tenía otra familia.

Porqué de plano se lo entregaron a los Nakahara sin esperar que lo devolvieran, cuándo era tan solo un bebé.

—Iré de inmediato.

—Mas te vale. —dijo mi madre.

Ella dejo el salón con pasos estruendosos por los tacones que llevaba, al ver a Atsushi mirando el plato, observé un periódico viejo que mi alguien había dejado tirado en la mesa.

Era curioso porqué fue lanzado en mi fecha de nacimiento, al ver el titular, decido leer.

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¡La familia Nakahara ha tenido un posible Omega!

La famosa Familia mencionada, este 29 de abril, ha visto nacer a su tercer sucesor, el cual habían jurado qué sería Alfa.

Claramente es una desastrosa decepción para la cabeza de la familia, quien se había declarado bendecido con el hecho de no tener ni un omega en su familia, y que nunca sería así, porqué él no es un "Plebeyo ordinario".

¡Ja! Pero que buen chiste señor Nakahara, ya podemos jactarnos y brindar para ver quién se queda sus ganancias por aquel pequeño omega.

Les recordaré a cada ciudadano que implica el tener un omega en esa familia tan peculiar.

Un omega como saben es la casta inferior de la jerarquía aquellos que o están con un Alfa, o no pueden logar nada por su cuenta.

Con la excepción de los omegas dominantes, además de los omegas de esta Familia ¡Es tan extraño que les han hecho estudios a cada miembro!

Estos son capaces de soportar las feromonas de cualquier Alfa excepto familiares, desde que nacen hasta que crecen pueden llegar a ni inmutarse por estas, son más resistentes ante golpes, caídas, etc. Su aroma es igual de dulce que los extintos gammas de antaño, con excepción de que este afecta a los Alfas, en vez de Betas.

¿Por qué menciono esto? ¡Por qué cualquiera puede volverse rico con solo morder a un omega de esta familia!

Les aseguró que no estoy loco, dan una recompensa increíble por esto, además de ser parte de la familia tan peculiar, que te asegura tener la vida resuelta con esto.

Todo surgió hace variedad de siglos, mientras Japón empezaba a prosperar como tal, hubo un periodo donde las grandes familias se estaban ganando un lugar en la sociedad, siendo las mas reconocidas la actualidad las familias Nakahara, Nakajima, Dostoyevski y Fitzgerald

Además de las organizaciones como la Port Mafia y los Perros Cazadores, en estas dos organizaciones se reclutaban huérfanos con potencial para llevar a cabo diferentes planes en japón, entrenándolos y luego ocupando a los huérfanos como peones desechables en un tablero de ajedrez.

No obstante, nos enfocaremos en la familia Nakahara y el acuerdo que hizo con toda Japón, además el por qué fueron forzados a hacerlo.

Un miércoles cualquiera, luego de varios intentos por cazar a la familia ya mencionada, al ser considerada una amenaza por el dominio en artes marciales que poseen, considerándolos brujos o una obra del anticristo, además su gran resistencia a pesar de haber nacido alfa u omega.

Eran temidos y reconocidos a lo largo de la nación por esto, mayormente eran contratados como guardaespaldas en varias familias, trabajos o agencias, lo que llevo a que constantemente los intentaran atacar para demostrar su valía o marcar a los omegas pertenecientes a esta, ya que los omegas de esta familia tenían un olor muy atractivo como se mencionó antes, cosa que aprovechaban muy bien para hacer bajar la guardia a los alfas atacantes y aprovecharse de ellos.

Ese mismo día, la familia perdió a su omega más fuerte en esa época, aquella que siempre ayudo al pueblo, donando ganancias, agradeciendo a cada persona del pueblo con su melena naranja.

Más en una de sus actividades rutinarias, fue cazada por un grupo de 30 Alfas. Los cual todos habían sido neutralizados, pero fue atacada por la espalda por alguien que se desconoce aún.

La gente del pueblo lloro en su memoria, la familia quedo devastada, más por el mensaje que dio el asesino junto al cuerpo de la omega.

"O hacen un acuerdo para darle la oportunidad de estar en el poder a la prole, o cazaré en manada a cada uno de los omegas de esta familia."

La familia ignoró la petición durante el transcurso de la semana, no pensaba darle el gusto al asesino, pero más temprano que nunca, tomaron la vida de cinco omegas más.

Fue el colmo. La cabeza de la familia no pudo soportarlo, y tomo la decisión de no soportar más esto, a lo que reunieron una conferencia de prensa y anunciar el acuerdo, a la vez que dio la orden de buscar al asesino con mas intensidad que antes para degollarle, cosa que no dio frutos.

Al arribar a la conferencia, Inspiró y empezó.

"Cada omega que nazca en esta familia será entrenado en todo tipo de disciplinas, cuando tenga conocimiento de su segundo género pueden retarlo repetidas veces en pelea, el que logré ganarle y hacer que lo reconozca, puede ser su pareja, obtener una recompensa de un millón de yenes, además de ser reconocido como parte de la familia y ser un posible candidato a heredar los bienes de esta."

"En cambio si es un alfa, podrá elegir a su omega siempre y cuando sea reconocido por la familia, además de que el alfa será sometido al mismo entrenamiento que el omega, debido a la incertidumbre del segundo género hasta que llegue el momento."

Pensó en no agregar más, pero le pasaron un papel, el cual decía textualmente "La ubicación debe ser aleatoria, si no quieres que le vuele la cabeza a otra de tus hijas."

El Alfa arrugo el pedazo de papel con rabia, frustración y colerá, pero prosiguió.

"Para darle la oportunidad a otras familias de probar su valía y destreza, al cumplir los 17 años se enviara al cachorro a una ubicación aleatoria que se anunciara la misma fecha de partida de este."

Con esto dejando a toda la sala atónita, muchos celebraron el acuerdo y la familia se limito a despedirse, con el corazón en la mano, a la vez que suspirando de alivio, al pensar que su familia no tendría que pasar ese tipo de angustia otra vez, dejando a la espera la nueva generación.

Con este relato terminado, les deseo suerte a cualquier Alfa que quiera prepararse para tomar al omega, también recordarles que este mismo año nacerán los sucesores de la familia Dostoyevski y él de la Port Mafia. Siendo estos llevando la delantera seguramente.

¡Qué empiece la caería!

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Al finalizar el periódico, el pelirrojo queda atónito debido a la información que ahora tiene, buscando la marca dónde publicaron este. Más al encontrarla, pudo recordar que esa cadena de periódico había sido cancelada y demandada por difamación.

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¡Hola! Les habla la autora, diciendo que si son personas que sabían de esta historia antes, notaran los cambios, decidí dejar algunas cosas y quitar otras, pero bueno. Así va el concepto. Gracias a todos pore esperar y veremos si puedo hacer esto algo constante (No tengan fe).

05/03/2023 - Corregido

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