Capítulo 6
Hubo un momento de silencio, para luego recobrar todo vida. Me elevé en el aire y lancé un zarpazo a ciegas golpeando la inesperada zarpa de uno de los tejones que me lanzaba un ataque, con el cual me enzarcé en una pelea. Di un giro sobre su cabeza esquivando una dentellada y traté de golpear su lomo, pero movió su cola haciéndome perder el equilibrio aterrizando en el aire, mientras el tejón movía una de sus patas traseras para aplastarme pero me aparté levantándome pero el pisotón me hizo tambalearme. Este se giró torpemente mientras yo me levantaba y apuntaba hacia el costado contrario, donde unos segundos después había un ligero arañazo sobre su dura piel. El tejón gruñó y aprovechando el tiempo ganado volteé mi cabeza al mismo tiempo que escuchaba un golpe, era Pluma que había caído al suelo, pero me alivié al ver que se levantaba rápidamente. Me volví a girar para retomar la pelea solo para encontrar una enorme zarpa sobre mí, la cual seguidamente me estampó contra el suelo dejando un leve surco en la tierra. Garra apareció propinando un picotazo sobre la cara de mi atacante el cual se sacudió aturdido.
Me recuperé en pocos segundos alegrándome por la ayuda, pero el aturdimiento del grande animal en poco fue sustituido por rabia. Garra y yo comenzamos a lanzar ataques intercalados como estrategia, aunque parecía una danza por la cual llevábamos preparándonos durante meses. Después de minutos y minutos de asombro por parte del público y golpes por parte de los contrincantes, se notaba en el ambiente que estos últimos comenzaban a cansarse y en sus caras se notaba el dolor de las heridas. Noté que mi compañera se esforzaba en seguir, pero le comenzaba a costar incluso volar, así que le hice un gesto de cabeza y ella asintió. Nos preparamos cada una aun lado del animal rayado y en un movimiento rápido arañamos el hocico de este, una zona clave. El tejón alzó la cabeza soltando un alarido de dolor mientras unas gotas de sangre caían sobre la hierba aplastada, y seguidamente corrió hacia el improvisado círculo de espectadores que se apartaron apresuradamente para no ser empujados o aplastados.
Con eso dejaba claro que se había rendido, pero no era hora de festejar aún; quedaban dos más, uno visiblemente debilitado y el líder que, al ver como uno de los suyos caía, comenzó a luchar más ferozmente. Me uní a Pluma, que tenía una mordida y se notaba en su expresión la aflicción por esta herida y los golpes que le había causado el líder de estos tejones. Lanzaba zarpazos que poco a poco hacían efecto en el enemigo, pero era demasiado lento pues el cansancio hacía mella en mí más rápido. Estos grandes animales eran fuertes y resistentes y la pelea quedaba algo más equilibrada por el número, no podía transformarme para afrontar la pelea con otra forma por que había muchos animales al rededor. En ese momento Zarpa pasó a la pelea con el líder logrando que el otro tejón la dejase en paz lo suficiente, y vislumbré una técnica factible, pero que no era dicho que funcionase: el líder era claramente el más fuerte y después de lo sucedido con su otro camarada estaba más furioso, entonces era mejor dejar la pelea en manos de Zarpa y Pluma para que lo debilitasen mientras acabábamos con el otro tejón para luego estar las cinco contra el líder y tener más posibilidades.
Teniendo esta idea en mente me giré hacia Zarpa la cual probablemente había venido y le dije - fíate de mí- , y con esto me dejé caer hacia abajo y pasando en el hueco que había entre la barriga del enorme animal con el hueco y arañando esta. Habiendo golpeado claramente un punto clave el líder gruñó y tratando de girarse hacia mí tropezó por un ataque de Zarpa sumado a la nueva herida sangrante del vientre, lo que les dio tiempo a mis amigas para realizar múltiples zarpazos. Mientras tanto yo habiéndome librado de ser aplastada bajo el atacante por la velocidad, me uní a la otra pelea que se generaba a unos cuantos metros; Garra y Pata contra el tejón restante. Batallando derrotamos juntas al animal, que retrocedía durante la pelea perdiendo terreno y cuando llegaba al límite de la zona de combate vislumbró la oportunidad de escapar. El resto del grupo nos unimos al combate contra el líder el cual no se rendía, por mucho que lo debilitáramos resistía en pie y continuaba atacándonos. Todo el grupo estaba cansándose y no podríamos resistir mucho más, y miré a Garra proponiéndole utilizar la técnica que habíamos usado anteriormente contra el primer enemigo derrotado. Ella asintió de nuevo y nos preparamos en nuestras respectivas posiciones, y atacamos.
Lo que no esperábamos en ese momento era que el tejón hubiera visto el mismo ataque ejecutado hacia su camarada, y sacudió la cabeza para golpearnos y seguidamente agarró con un mordisco a Garra. Con rabia y angustia hice lo primero que se me ocurrió después de que un enorme tejón hubiera agarrado a mi amiga: arañé el ojo del tejón. La sangre comenzaba a brotar de la piel desgarrada y el líder soltó un sonoro alarido de agonía, y seguidamente gruñó mirándome con el ojo que conservaba intacto mientras soltaba a Garra, la cual cayó con un golpe seco. Comenzó a correr hacia mí lleno de furia a pesar de las heridas corría impulsado por la rabia dejando un reguero de gotas de sangre por el aire. Volé hacia un árbol que incluía la zona de combate y subí a este, mientras el tejón llegaba y golpeaba el tronco. Cada golpe me desestabilizaba y el combate por ver si los Presos Fugados seguían con sus malas intenciones se convirtió en una pelea a muerte, formado únicamente por el líder y yo. Las hojas y ramas pequeñas caían y las ramas más grandes comenzaban a resquebrajarse con sonoros crujidos que transmitían miedo, y la rama en la que me apoyaba también lo hacía. Con temor, seguí sobre la rama, esperando el momento perfecto. El animal rayado siguió golpeando y rasguñando el tronco y las partes más bajas del árbol, haciéndolo tambalear peligrosamente. Cuando al fin la rama en la que estaba cedió, golpeó la cabeza del tejón que había debajo, desplomándose este inconsciente sobre el suelo. El árbol también cayó, y yo, que había echado a volar para no caer junto a la rama, quedé atrapada bajo otras varias. Pero habíamos ganado, los poblados de los búhos habían quedado libres de la influencia de los Presos Fugados.
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