Capítulo XXVII
¡Maratón! 1/4
(Condiciones aplican)
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Me despierto sola en la habitación, entumecida, con las cobijas pegada al rostro, el tenue sol entraba por las grandes ventanas, no sabia ni que hora es, ni cuanto había dormido, pero eso no era todo, llevaba una bata de pijama puesta, pero lo ultimo que recordaba de anoche fue quedarme dormida en los brazos de Eros con la bata de baño alrededor de mi cuerpo.
Me pongo de pie y me entro directo al baño, me aseo antes de irme a mi habitación, en la puerta estaba de pie Romanov, quien evita verme a la cara.
—Buenos dias, Romanov —le digo.
El hombre actuaba demasiado extraño y aunque no quería preguntar sabia que eso se debía a Eros, aun así trataba de restarle importancia a su actual comportamiento, ya que ahora mi mente estaba centrada en una sola persona.
Eros Volkov.
—Buen día, señorita Kramer —responde entonces, con un tono de voz neutro —el señor Volkov la esta esperando en el comedor con el resto de la familia.
¿Qué? ¿Por qué es Romanov quien me informa sobre esto?
—¿Y dónde se encuentra Aghata? —pregunto sorprendida.
Aghata es quien siempre se encarga de mis cosas y de informarme de todo esto.
—Su doncella se encuentra indispuesta el día de hoy, por lo que el señor Volkov me envió a informarle —sin decir una palabra más hace un asentimiento en forma de despido y se va sin darme tiempo a preguntar por ella.
¿Aghata indispuesta? ¿Estará enferma?
Me entro a mi habitación haciendo lo que Romanov me acaba de indicar, acomodo mi cabello y me pongo un vestido suelto para estar en casa, de color beige y la tela de seda, el cual se agarra de mi cuello y cae hasta mas abajo de la rodillas, con unos tacones bajos blancos y unos aretes de perlas, me coloco protector solar con pigmento en la cara lo sello con algo de polvo, un bálsamo para labios, algo de rímel para las pestañas, un poco de perfume y estaba lista.
Esto es lo mejor que podría hacer sin Aghata.
Cuando bajo al gran comedor, todo estaban ahí sentados, entre risas y murmullos, cuando me ven pasar, me miran fijamente, guardan silencio un momento expectantes a la situación.
—Dobryy den' —digo una de las pocas frases que he aprendido en ruso.
*(Buen día)
ellos me responde casi que al unísono, pero no me fijo en eso sino en la radiante sonrisa de Eros, quien esta sentado en su lugar, vestido de manera informal, un jersey negro con unos pantalones del mismo color, el cabello peinado despreocupado.
—Dobroye utro, lyubov' moya— dice cuando me acerco a él —¿Alguna vez te he dicho lo sexy y provocativa que te ves hablando en ruso? —dice coqueto.
*Buen día, mi amor
—Jamas, pero no creo verme tan sexy y provocativa, como tú—digo sonrojada.
Y entonces me acerco a él, depositando un besos en su labios y siento que ardo, con la verguenza hasta en la medula, siento como un corriente eléctrica se apodera de mi cuando su manos toca mi trasero sobre la tela del vestido, me alejo de él, evitando profundizar el beso, me siento a su lado con las mejillas ardiendo, ahí estaba el señor Volkov y su esposa, los dos me observan, el señor Volkov con total sorpresa y su esposa con satisfaccion o emoción.
—Buenos días, Annemarie —me sonríe ella.
—Buenos días, señora Volkova —le respondo con una sonrisa.
—Oh no, querida, ese será tu apellido ahora, yo solo soy Isabel —levanta su copa.
—También es el suyo —le digo.
—Lo es, pero tu querida, tu serás la señora de todos acá, todos, incluyéndome, estamos para ti y obviamente para mi hijo —me sonríe amable —tu y yo tendremos una larga charla mañana.
—Me parece bien —le sonrío de vuelta.
Está bebe un sorbo de una bebida.
—¿Te acuerda de Ann, querido? —se dirige a su esposo.
Este me sigue mirando curioso sin entender nada, pero a la vez me analiza con profundidad, antes de responder, el hombre intenta recordarme.
—Es la novia de mi hijo —responde él.
Aunque no estaba claro si era mas una pregunta o una afirmación, porque seguía mirándome con el ceño fruncido.
—Buenos días, señor Volkov, ¿cómo se encuentra hoy? —digo amable.
—¿Cómo dices que se llama? —mira a su esposa.
—Annemarie —le responde ella.
—Oh —voltea a mirarme —una lindo nombre para una elegante mujer —me mira con aprobación —que buena elección hiciste hijo, me recuerdas a mí cuando era solo un joven y conocí a tu madre —dice el hombre.
—Es porque tu hijo sigue un sabio hombre, como su padre —dice la señora Isabel.
Estos dos se miran con amor, un amor que parece real y puro.
Los demás familiares de Eros hablan, mientras que Hestia cómo siempre permanece callada e impersonal, no se inmuta, ni siquiera participa en cualquiera de las conversaciones, es como si todo y todos les molestaran o les incomodaran.
—Mañana llegan tus padres y tus abuelos —dice Eros —tus amigas llegaran un día antes de la boda.
—¿Para qué van a venir? —pregunto viendo el plato en mi mesa.
—¿Tus amigas?
—Si —respondo.
Nos quedamos en silencio un momento mientras me sirven el desayuno, los miro fijamente pero él me desvía la mirada.
—Hablaremos del tema en privado —dice entonces.
No es como que yo no quisiera que mis amigas asistieran a mi boda, pero tomando en cuenta lo que hicieron la ultima vez, ¿Para qué las querría aquí?
Se supone que este día debe ser especial, lleno de felicidad, lleno de amor y expectativas de lo que nos deparara el futuro, no un día en el que tendré que estar pendiente que ningún mafioso les haga daño o las secuestren como a mi, eso no me va a permitir disfrutar de la ceremonia, sino mas bien va a ser un estrés y una preocupación mas.
—Esta bien —le respondo.
Termino mi desayuno en silencio, mientras todo hablan en ruso, como los demás me pongo de pie y voy al gran salón con ellos, en la familia de Eros todos parecen estar normal, ausentes de lo recientemente sucedido, excepto una de sus tías, me miraba con receloso y no solo a Eros, nos miraba a los dos fijamente como si estuviera molesta.
Ella debe ser, la esposa del hombre que violo a los niños, porque nos mira como si quisiera matarnos, pero eso no es lo que me preocupa si no ¿Por qué esa mujer sigue aquí?
—Eros —digo llamando su atención —Wie is de vrouw in de blauwe jurk? —digo en neerlandés para que nadie más que él pueda entenderme.
*¿Quién es la mujer de vestido azul?
El voltea a ver a la mujer de la que acabo de mencionar.
—Omdat? Wat is er gaande? —responde entonces.
*¿Por qué? ¿Qué pasa?
—Is zij de vrouw van die man? —le pregunto.
*¿Es ella la esposa de ese hombre?
Este me mira sorprendido por lo que acabo de preguntar, se queda mudo, por lo que me da a entender que estoy en lo cierto.
—Waarom leeft ze nog? —ahora le digo molesta con un sabor amargo en la boca —Ze is zijn medeplichtige, ik wil haar niet in de buurt van mijn leven hebben, niet op mijn bruiloft, niet in mijn huis —siseo —Ik wil dat hij gaat.
*¿Por qué sigue viva?
Ella es su cómplice, no la quiero ni cerca de mi vida, ni en mi boda, ni en mi casa.Quiero que se vaya.
—Ann —comienza.
—No hablare mas del tema, ya di mi opinión y tú dijiste que tendría el mismo valor que la tuya.
—Muy bien —dice él —Romanov —le hace una seña —lleva a Fedora a mi oficina, que espere ahí.
El hombre solo asiente en respuesta y se acerca a la mujer mencionada, Romanov le pide que lo acompañe y esta se ponen de pie, no sin antes lanzarme una mirada de preocupación, a su misma ves mira a Isabel, quien voltea de inmediato en nuestra dirección.
—Eros —mira Isabel a su hijo —Chto proiskhodit? —dice.
*¿Qué ha pasado?
Eros se hace el que no escucho a su madre.
—Vamos —dice él ignorandola por completo—tu eres quien quiere esto, asi que seras tu quien lo diga.
—Annemarie —me mira con suplica, pero no se que decirle.
Eros se pone de pie y me lleva con el, Isabel no trata de detenernos, pero nos mira con súplica, ella sabe lo podría pasar y sabe lo que está pasando.
Cuando lo pierdo de vista caigo en cuenta de algo.
—Espera ¿Cómo les voy a hablar si no me entienden?
—Ellas si te entienden, solo quieren hacer como que no —dice él.
—¿Por qué harían algo como eso?
—¿En serio me lo estas preguntando?
—Si —digo obvia.
—Ann, a ninguna persona le agrada que alguien más joven este sobre él, bueno a mi no me importa la verdad, pero a las señoras mayores que tú, les molesta que su líder solo tenga diecinueve años.
—Pero eso es tu culpa, no la mía, tu fuiste quien eligió...
—Tu también hiciste tu elección, preciosa —me dice algo molesto.
—De igual manera no me parece que sea yo quien se lo ordene, no estamos casados aun —aclaro —prefiero esperar, mientras seguiré siendo Annemarie Kramer, la niña tonta que llego de Ámsterdam, mejor que lo crean asi.
—Si así lo quieres esta bien, igual vendras conmigo—se vuelve un momento —Dmitry —dice llamando al hombre.
Este se pone de pie y nos sigue, camino de la mano de él, detras de nosotros venia Dmitry, afuera de la oficina está la mujer de pie.
—Que esperen aquí —dice Eros a Romanov.
Cuando entramos al lugar, esta igual que las ultimas veces, lleno de libros papeles, documentos, completamente ordenado.
Eros toma asiento sobre el escritorio y Dmitry y yo nos sentamos en diferentes sofás.
—Veras Dmitry, Annemarie esta negada a que Fedora asista a nuestra boda —comienza —¿Que aconsejarias?
El hombre suelta un suspiro cansado y se rasca la cien.
—Ya sabes, Eros, te dije que debías deshacer de ella, es un peligro, en cualquier momento van a hablar.
—Ya se, pero mi madre piensa...
—Tu madre ya no tiene voz ni voto, dejo de ser Matrioska hace un par de años —lo interrumpe —debes seguir el consejo de tu mujer o ¿No es ella con quien piensas compartir tu poder, procrearte tus hijos y amarse hasta que la muerte los separe?
—Es así.
—Entonces ¿Por qué estamos teniendo esta conversación de nuevo?
—Porque quería que Ann escuchara lo que tu piensas al respecto —sonríe satisfecho —entonces —se voltea a mirarme —aquí no hay medidas a medias, no podemos dejar cabos sueltos o asuntos a medio resolver, mi madre quiere que le perdonemos la vida a esta mujer, pero ¿Que podemos hacer con una esposa y madre resentida?
—¿Qué? —pregunto.
—Es facil mi querida Anne, tendrán el mismo destino que sus hijos y su esposo, va a morir, de forma menos cruel y mas compasiva.
Y eso era lo que mas temia, Eros si era capaz de hacer lo que sea, hablaba de la muerte como si fuera lo normal, matar a las personas para silenciar, no le dolia ni le importaba.
—Creo que eso es una medida demasidado extrema —trago seco.
—Tu mismas dijiste que porque estaban con vida —dice él.
—Pero lo dije sin pensarlo mucho —respondo.
—Es la medida mas justa o prefieres que esten con vida presas en el bunker de por vida —dice —¿Quieres eso?
—Si —le respondo.
—Eso querría Isabel —dice Dmitry —pero ella es igual de culpable.
—Como Eros a reafirmado en reiteradas ocasiones, el deber de una Matrioska es mantener un equilibrio...
—Pero no lo eres —me interrumpe el hombre —por ahora no puedes tomar esas decisiones, tu no tienes voto en esta decision, Annemarie, disculpame que te lo diga, pero te falta mucho por aprender.
—Y es lo que estoy tratando de hacer, Dmitry, por si no lo haz notado aun —lo interrumpo —pero, aún así, considero que una mujer, no merece morir por los crímenes que cometió su esposo, sus hijos o su padre, pero ella lo sabia y no hizo nada, fue su complice y no sabemos hasta que nivel.
—Muy buen analisis, pero no haz visto lo que es capaz de hacer una mujer cusndo esta despechada, cuando lastiman a los que aman o cuando su familia ests en peligro —dice él.
—Ni siquiera me conoces.
—Tienes razón, a ti no te conozco, pero a fedora llevo años conociendola y se que mataría si alguien daña a sus hijos —habla con calma y seguridad —y tu Annemarie, deberías escuchar a un anciano que lleva toda su vida en esta familia, no todos llegan hasta aquí —dice él.
El y yo nos miramos serios, uno sin ganas de ceder su posición, sin dar su brazo a torcer.
—¡Genial! —dice Eros con real entusiasmo —esta decidió, no va a morir, pero quizás le hagamos una lobotomia, vivirá como Annemarie quiere, pero estar silenciada.
—¿Una que?
—Lobotomia —se rie Dmitry —me parece bien.
El hombre se pone de pie y busca a la mujer que está afuera, Romanov entra con ella.
—Fedora —dice Eros —pueede tomar asiento — señala.
Y está hace lo que le dice, sin medir palabra alguna.
—Por fin hemos tomado una decisión sobre lo que haremos contigo, hay muchas opiniones encontradas, pero como bien sabe solo decidió yo —sonrie él —tuviste la oportunidad de acusar a tu esposo, tuviste la oportunidad de hacer lo correcto y no lo hiciste. Es curioso, ya había pasado algo así hace muchos años, la primera vez los masacraron a todos, la segunda vez eran personas importantes, así que dijeron vivir a algunos, pero eso trajo muchos problemas, casi se desata una guerra y eso, eso no lo puedo permitir. Según la ley que nos protege a todos, perdiste todo derecho a vivir o ser parte de esta familia.
—Eros, por fa... —Romanov le suelta una bofetada a la mujer y está chilla.
Me quedo ahí sorprendida, pasmada, sin entender porque acaba de hacer eso.
—No se te ha dado permiso de hablar —dice Romanov.
—No es necesario que hagas eso ahora mismo, Romanov —dice Eros mirando mi reacción.
—Como órdenes.
Sin previo aviso la madre de Eros, entra por la puerta y Romanov la detiene de inmediato.
—¿Que haces aquí, madre?
—Solo quiero escuchar —dice Isabel.
—Solo escuchar, no hablar, ni alegar, mucho menos pedir, sino es así, puede retirarte —dice él y la mujer solo asiente —Como decía, mi futura esposa, no desea tu presencia en la boda, pero yo, yo soy diferente, no deseo tu presencia ante esta familia, aún así después de todo lo hablado, está hermosa mujer que ha convencido de tener un poco de piedad, por lo que tienes tres opciones, la primera, se te cortara la lengua para que no vuelvas a hablar y estarás presa de por vida, la segunda, una lobotomia y la tercera, suicidarte, tu eliges.
La mujer traga seco igual que Isabel y yo.
—Prefiero morir con mi esposo —dice entonces.
—Pero esa no es una opción —responde eres.
—Elijo la tercera opción —dice entonces.
—Perfecto, esto sucederá, esperarás tus días encerrada aquí —este se pone de pie y me tiende su mano para salir conmigo de la oficina.
Nota de autora:
¿Me extrañaron?
¡Regrese!
Se que les dije que el maratón sería el fin de semana, pero no tuve tiempo ni de editar los capítulos, por lo que hoy estuve en eso, así que acá tienen.
No les pondré condiciones específicas, pero cada capítulo será publicado después de cierta cantidad de votos y comentarios, así me dan chance de editar el siguiente capítulo, además de que serán capítulos cortos como este.
¿Alguna duda?
Todos los días recibo mensajes por mi desapariciones, no es mi intención desaparecer, pero les prometo ser más responsable con él libro.
Recuerden seguirme en Instagram.
Besos y abrazos.
K.
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