Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo XXV


¡FELIZ DIA DE SAN VALENTIN MIS QUERIDOS LECTORES!

ESPERO QUE LO DISFRUTEN.

...............


Este estaba de pie en el balcón de su habitación, con el torso descubierto, solo en bóxers, fumando, su musculosa y enorme espalda llena de tatuajes me impactan, en realidad su cuerpo y todo el.

¿Cómo podía estar semi desnudo en el balcón con este frio?

Este se voltea cuando siente mi presencia y camina en mi dirección.

Su mirada es profunda, mas obscura que la misma noche, sus labios húmedos y rosados, pero eso no es lo que me atrapa, sino la fina línea de vellos que bajaba desde su ombligo hasta su miembro, cubierto por la tela.

Este me sonríe con malicia y se quita la ultima prenda de ropa, quedando totalmente expuesto a mis ojos.

—¿Viniste a admirar el show o necesitas algo más? —su voz sale más ronca de lo normal.

Esta duro, tan grande como llegaba a imaginarlo, el glande estaba expuesto, casi de un tono vino, las bolas apretadas y todo rodeado de un cantidad mínima de vello.

—No, vine a unirme —trago la saliva acumulada en mi boca.

—¿A unirte? —pregunta curioso.

—Si —susurro.

Armándome de valor, cierro los ojos y suspiró, para volver a verlo.

¡Lo estoy apunto de hacer!

Con la mano temblorosa me quito los tacones, dejándolos a un lado, para después llevarla a mi cuello para comenzar a bajar el cierre de mi ropa de latex, sin despegar mis ojos de los suyos comienzo a quitarme la ropa, de una forma poco agil o sensual.

Quedo cubierta por la poca tela de mi ropa interior y Eros solo me observa, no dice nada, ni siquiera se acerca.

Vuelvo a suspirara avergonzada, pero valiente, me quieto el brasier, dejandando que mis pechos caigan y volviendo a temblar, bajo las manos hasta el borde de mi tangas, para quitarmelas, quedando asi totalmente desnuda.

¡¿QUE ESTOY HACIENDO!?

Eros da un par de pasos hasta a mí, pegando su miembro a mi abdomen, cosa que me hace jadear cuando lo siento tan cerca y caliente, este me agarra la cara, subiendo mi rostro.

—¿Estas jugando conmigo, Ann?

—No —susurro —no más juego, quiero hacerlo.

—¿Qué quieres hacer exactamente?

Trato de bajar la cara por la vergüenza, pero este no me deja, acaricia mi rostro con sus manos.

—No, mi amor, mirame, no te averguences, eres la mujer mas sexy de todo este jodido planeta, solo quiero que me digas lo que quieres, necesito escucharlo.

Trago seco, dejando a un lados mis temores, dejando a un lado mis tabúes, decido hablar.

—Quiero ser tuya, Eros, completamente y quiero que tú seas mío completamente —siento como mis mejillas arden.

—¡Mierda! ¡Es que te amo!

Sin darme tiempo de reaccionar sus palabras, este me carga sobre si mismo, su boca se abre paso sobre la mía, nuestros labios se une con devoción, nos comemos, sus manos que tocan mi cuerpo desnudo hacen que me tiemble, lo sentia por todas partes, el calor de su cuerpo, la pasion de su tacto.

Es me deposita en el sofá justo en medio de la habitación, me mira desde su posición, mi ángel caído, se agacha hasta mi posición y toma primero mi pierna derecha, llevando mi pie a su boca, me da un corto beso en la planta.

—¡Eros! —tiemblo.

—Shh, déjate llevar amor —dice ronco.

Recuesto mi torso del sofa y este masaje mi pie, me relaja por completo, con su boca succiona el dedo gordo de mi pie y chillo, la corriente electrica que va hasta mi entrepierna me deja pasmada.

Trato de retirar el pie, pero este me sostiene, me masajea, mientras me besa, me lame, haciendo gemir su nombre, comienza a subir dejándome besos a su paso hasta llegar a mi ombligo, me retuerzo excitada.

Eros se abre paso entre mis piernas, para estar mas cerca de mi, con sus manos agarra mis pechos, hunde su cara en ellos y de forma sonora me huele, para comenzar un ataque desenfrenado hacia ellos, mordisqueando mis pezones, me aprieta, clava sus manos en ellos.

—Quiero sentirte —digo desesperada entre jadeos.

Este me mira un momento y me sonríe con malicia.

—¿Estas impaciente mi amor? —vuelve a besarme la boca —no quiero hacerte daño —me acaricia.

—Por favor —suplico.

Eros se separa un poco de mi, para halarme, dejando mi intimidad expuesta, volteo la cara para no dejarle ver mi vergüenza, pero este me voltea con suavidad la cara con su mano.

—Mirame —ordena.

Y es entonces cuando lo siento por primera vez ahí, su dedo acaricia mi húmeda intimidad.

—¡AH! —gimo.

Su dedo comienza haciendo círculos cobre mi y siento como mi útero se tensa, deseoso de más, suplicando su contacto.

—Amo como te pones por mi —sisea excitado —pero amo más ser yo el primero y el ultimo.

Y justo cuando iba a responderle casi grito, Eros sin dejar los circulo mete su dedo en mi vagina, lentamente.

—Que apretada estas Ann —dice colérico con lo ojos brillosos.

Comienza a mover su dedo dentro de mí, haciendo que mi cuerpo se contraiga y se sentía delicioso, después de un momento mete otro dedo.

—¡Eros! —grito.

—¿Te duele?

—No, solo que... ¡AHHHHH! —no me deja terminar.

Este hunde más los dedos, siento como mi interior se abre, su dedos se mueven hacia arriba acariciando mi interior como un ola, mi cuerpo suda por la tensión acumulada, estoy totalmente perturbada.

—¡Por favor! —chillo.

—Relajate amor, no hay apuros, tu solo disfruta.

Sus dedos van aumentando la intensidad, grito desesperada, la sensación se acumula en mi interior, agarro su mano en busca de más, mi cuerpo vibra, electrificado por él, aturdido por la sensación tan deliciosa. Pero un momento después Eros abre más mis piernas y sin previo aviso introduce su miembro dentro de mi.

—¡AHHHHHHH! —grito de dolor y placer.

—¡Mierda! —sisea alterado —¡Qué ricas estas Annemarie!

Agridulce se filtra en mis gandulas salivales, el dolor de tenerlo dentro y una leve sensación de alivio se mezclan, una lagrima rueda por mi ojo.

—¡Dios! —gimo.

Eros comienza a moverse lentamente dentro de mí y gimo con al contradictorias sensaciones, una extraña sensación me invade, me desespera y a la vez me alivia, no sabia como sentirme, es rico, doloroso, duro, caliente, al mismo tiempo me dolía, pero me aliviaba, me gusta, sentirlo es la gloria.

—¡Eros! —siseo aturdida.

—¿Quieres que pare mi amor? —sisea alterado por el reciente contacto.

—¡No! —respondo de inmediato.

El sigue su ritmo, lento dándome tiempo de adaptarme a él y a la sensación, los vellos de toda la piel se erizan, entonces posiciona su manos en mis piernas, dejándome prácticamente acostada en el sofá hundiendo por completo su pene dentro de mí.

—¡AH! —chillo —¡EROS!

Eros volea la mirada el techo extasiado con la sensación, lo sentía dentro de mí tan duro como una piedra, caliente, se vuelve hacia mi y posiciona sus manos en el sofá, quedando en una posición intimidante.

Jadeo excitada e involuntariamente mi apretada vagina comieza a humedecerse, Eros comienza a agarrar mejor ritmo, se mueve un poco mas rapido y me pierdo.

Todos mis sentidos son invadidos por él, lo siento en todas parte, le pido más, quiero más y él me da más. La tensión se acumula en mi vientre y Eros da estocadas certeras en ese precioso lugar, gruñe alterado.

—¡AH! ¡PARA! —grito alterada, pero él no me escucha y sigue el mismo ritmos —¡Eros! ¡Me voy a orinar! ¡PARA! —suplico.

Llevo mis manos a su pecho tratando de apartarlo pero él me sostiene y no me deja apartarlo.

—¡No! Eso no es lo que va a pasar —dice mientras continua su ataque.

Se mueve dentro y fuera de mí sin parar, ni muy lento, ni demasiado rápido, la presión aumenta, mi cuerpo suda, electrificado por la sensación y entonces por primera vez siento el climax.

Me dejo llevar por la infinitas sensación, un estallido se desencadena dentro de mí, mis piernas tiemblan, mi vagina palpita, el sudor corre por mi abdomen, la piel se me eriza, las lagrimas corren por mis ojos, vibro con el dentro de mi dejando escapar su nombre entre mis labios.

—¡Mierda, Annemarie! —gruñe él.

Sin dejarme recuperar se mueve con mayor rapidez, con mas presión y se clava dentro de mi, como si no quisiera salir, en un movimiento ágil agarra mis pierna y las une pegándolas a su pecho, entra y sale sin para, para segundos después dejarse ir dentro de mi, su miembro vibras y el gime de placer, siento como vierte su líquidos calientes, dentro de mi.

—¡AH! —gruñe.

nos quedamos un minuto en silencio con la respiración alterada, perturbados por el reciente encuentro, este se queda ahí, sin moverse, sin salir de mi, con la mira al techo.

—No creas que hemos terminado —dice con la respiración entrecortada.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro