Capítulo XXIX
¡Maratón! 3/4
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La conversación con Aghata había dejado muchísimas dudas en mí.
Aghata no parece el tipo de chica que anda con juegos o siendo plato de segunda mesa, siempre me ha parecido una mujer seria y correcta, amable, generosa, compasiva, la podría hasta considerar un muy buena amiga en muy poco tiempo, pero saber esto de ella me hacia pensar si realmente la chica es lo que aparenta ser.
¿Cómo podía alguien tan sensato hacer semejante estupidez?
Entiendo que a algunos hombres les gusta jugar con los sentimientos de las mujeres, pero esto también sucede porque nosotras como mujeres permitimos que el hombre juegue con nosotras.
Aunque para mis amigas puedo parecer una santa, de eso no tengo ni un solo vello, simplemente soy como soy y eso no me hace ni mas ni menos que alguna otra mujer, algo que odio demasiado de mis amigas Fenna y Lotte es las repetidas veces que me decían "te falta malicia, Annemarie" pero no, estoy negada a ello, se muy bien que vivimos en un mundo que al parecer es cruel por naturaleza, a veces hay que tener algo de compasión.
Por una parte me da tristeza que mi querida doncella Aghata, este pasando por una situación como esta, al fin y al cabo fue ella quién se lo busco.
—Anne, te estabas tardando demasiado —dice Alexandra.
Ella es la primera en hablar cuando llego al lugar, estaban todas sentadas en distintas posiciones, a excisión de Fenna y Lotte quienes parecen inseparables.
—Oh, Alexa, discúlpame por mi mala educación —me acerco a ella y le doy un beso en el cachete —¿Cómo estas? —le sonrió amable.
—Muy bien —dice coqueta —aunque no tan bien como tu —añade.
—Graciosa —suelto una risita.
Mis amigas me ven esperando a que diga algo mas y se que es lo que quieren que diga, pero seria demasiado imprudente de mi parte contarles la vida privada de mi empleada o bueno mejor dicho de la empleada de Eros.
—Bueno —dice Hestia llamando la atención de todas —es hora de brindar —anuncia señalando las copas servidas en medio.
Me acerco a las mesa y agarro una de la copas, las demás hacen lo mismo.
—Brindemos por Anne y Eros, quienes en tres días van a unir sus vidas —dice ella y todas alzamos nuestra copa.
—Por Anne y Eros — dicen ellas.
—Por mi amor y por mí —digo yo y ellas ríen.
Las cinco tomamos asiento en los sofas, dispuesta a seguir la charla que estábamos teniendo en mi habitación.
—¿Y entonces, Anne? ¿Ya sabes que canción le vas a dedicar a Eros? —pregunta Hestia.
—Estaba pensando hacer algo como en el compromiso, quizás "Can't Help Falling in Love" de Elvis Presley o "Etta James" Etta James —le respondo —quizás las dos.
—¿Lo dices en serio? —pregunta ella.
—Por supuesto —le respondo —¿Hay algo malo con esa elección de canciones?
—Para nada, solo que mis padres bailaron esa misma canción el día de su boda —dice ella.
—No te creo —la mira asombrada.
—Pues así fue —dice ella —y ya que las tienes en mente mañana mismo te reunirás con las banda a practicar ¿Te parece?
—No es necesario, pero esta bien, Hestia —le sonrió —hare lo necesario para que todo salga perfecto.
—Genial, también queria recordarte que mañana es su ultimo ensayo antes del gran día, no puedes faltar.
—Jamas, todo depende que Eros llegue a tiempo.
—En eso tienes razón.
—¿Eros llegando tarde? —dice Alexandra con sarcasmo —¡Jamas!
Todas soltamos una carcajada, menos Hestia.
—Eso sucede cuando tienes tantas responsabilidades como mi hermano Alexa, quizás es difícil imaginarlo ya que tu única preocupación es salir de compras, viajar a alguna isla paradisiaca, escapar de invierno en Rusia, oh y se me olvidaba, salir de fiesta cada fin de semana.
—Calmate, Hestia, es solo un chiste —le resta importancia Alexa.
—No, no es solo un chistes un hablas de él y eso deberías saberlo Annemarie ya que en unos días vas a ser su esposa —dice con un tono de voz algo alterado.
—Tranquila, Hestia, recuerda que tenemos visitas —le dedico una falsa sonrisa.
—Como digas, Ann, mejor me voy, tengo que ver a las bailarinas — dice ella.
—Esta bien —le sonrió amable —¿No quieres que vaya contigo?
—No, más tarde te pongo al tanto de todo, mientras disfruta de tu domingo.
Hestia se pone de pie no sin antes lanzarle una mirada amenazante a Alexandra, quien alza los brazos en señal de paz.
—Tu cuñadita es algo intensa defendiendo a su hermano ¿no? —comenta Lotte.
—Algo, supongo que ya estoy acostumbrada a ella, cualquier persona desearía tener una hermana como ella —agrego.
—Lo que no entiendo es ¿Por qué no podemos hacer chiste a costa de Eros? —dice Fenna.
—Cuanto largo, quizás otro dia.
Inmediatamente Alexandra interviene sacándome de apuros con mis amigas, seria complicado tener que explicarles que Eros aparte de tener muchos negocios aparentemente exitosos, con los cuales lava dinero, son parte de su red de mafia, no creo que estén preparadas o deban saber tanta información al resto.
La noche comenzaba a caer y sin darnos cuenta vodka comienza a hacer efecto, las risas de hacen mas ruidosas y los cuentos menos desvergonzados, en un abrir y cerrar de ojos no mudamos de nuevo a mi habitación, tomando en cuanta que toda la familia de Eros se encuentra en la casa o quizás este en la cuidad, pero sea lo que sea que estén haciendo pueden estar escuchando todo este alboroto.
Fenna estaba acostada en el sofá más grande, Lotte en la alfombra, Alexandra y yo en el otro sofá.
—Imaginate, Alexa, jamas nos hubieramos imaginado a nuestra Annemarie bailando Pole Dance fuera de la academia —se ríe Lotte.
—Daría que es e efecto Rusia —se ríe Alexa.
—Mas bien el efecto Eros —contraataca Fenna.
—Posiblemente las dos cosas y que aquí nadie me conoce.
—Querrás decir que tu no conoces a nadie, porque todo el mundo por lo menos en Kazan te conocen —dice Alexandra.
—¿Tan famoso es Eros por acá?
—No es tanto lo fama, mucho menos riqueza, desde que el decidió mudarse a esta cuidad todo va de maravilla, siempre apoya y protege a los mas necesitados, abrió varias escuelas publicas y aparte que les da a cada niño todo lo que necesiten durante el año escolar, año tras año, aparte del hospital para niños, en fin —bebe un trago —Eros es un hombre duro con un corazón noble.
Me quedo sorprendida escuchado a Alexa, no tenia ni la más mínima idea de que Eros hacia eso, nunca me lo había comentado, ni mucho menos.
—Nosotras conocimos unas rusas en un viaje que hicimos en verano —comienza Fenna —decía que todo en su pueblo era gris, frio y húmedo, que todo estaba dañado, deteriorado, bandalizado, salieron de Rusia corriendo, también por la mafia.
¿Como dice? ¿Es mi idea a acabo de escuchar mal?
—¿La mafia? —pregunto yo.
—Si, Marie, ¿No lo recuerdas? —pregunta Lotte —Nosotras te contamos cuando estuvimos de vuelta en Ámsterdam.
—Justo ahora no lo recuerdo —le digo.
—Si, ella decía que la mafia controlaba Rusia —continua.
—Un poco exagerada —se ríe Alexa —el único capaz de controlar Rusia es nuestro Presidente —rueda los ojos —quizás donde esa chica vivía era algo peligroso.
Suspiro, no sabia si de alivio o de cansancio, no sabia por cuento tiempo podría guardarme este secreto, literalmente son amigas del líder de la mafia rusa.
—Pero nosotras estuvimos investigando y algo se dice sobre ello, aunque se desconoce la cara de su líder, no salen fotos oficiales —dice Lotte.
—¿Y qué han visto desde que llegaron a Rusia? —pregunta Alexa.
—Hasta el momento ningún mafioso sexy, pero si muchos chicas sexys, ¿Te imaginas Lotte? seriamos la bomba, fantasía numero cuarenta cumplida.
Alexandra y yo compartimos una mirada y soltamos una sonora carcajada, ¡Por amor a Dios! No saben ni en dónde están paradas y todas las cosas que pueden llegar a decir.
La puerta de mi habitación se abre, dejando ver a Aghata con mejor pinta.
—Disculpe que las molesta señoritas y señora Romanova —dice ella —el señor Volkov las invita a cenar en el comedor principal —informa —y a usted quieres verla justo ahora en su oficina, señorita Kramer.
—Gracias por avisarnos, Aghata, no tenias porque —le sonrió amable.
—Es mi deber, señorita —esta hace un asentimiento y se retira.
Cuando Aghata cierra la puerta detrás de si, se hace unos segundo de silencio hasta que es interrumpido por Lotte.
—¿Ya vas a contarnos que le pasa o tenemos que preguntarte directamente?
—¡Lotte! —la regaño —deja de ser imprudente por una vez en tu vida, te puedes meter en problemas, ademas, la vida personal de mis empleados no la puedo estar divulgando con mis amigas, esa es su vida personal —digo seria.
Me pongo de pie, acomodando mi vestido con las manos y colocando los tacones bajos en mis pies.
—Yo me retiro —les digo —las veo en el comedor.
Salgo de mi habitación sin esperar palabra alguna de ellas, camino decidida por la ruta que ya me es familiar, sin detenerme a pensar o a observar alguna cosa a mi alrededor, cuando estoy justo por llegar veo a Romanov y Popov en la puerta de entrada, estos dos parecen discutir algo en susurros hasta que me ven llegar y de inmediato se quedan callas.
—Buenas noches, señorita Kramer, el señor la esta esperando —dice Romanov y los dos se retiran de inmediato.
Antes de entrar, tomo una bocanada de aire, me pongo mas erguida y entro con total confianza.
Y ahi estaba él, con su porte de macho alfa, fumando, sentado con las piernas abierta y la espalda recostada del espaldar de su sofá.
—Me alegra ver que no te has quitado ese vestido, Annemarie —dice con la voz ronca.
Mis mejillas arden, igual que el, en otra ocasión diría asco un hombre fumando, pero Eros, Eros es la encarnación de la tentación, la lujuria hecha hombre.
—¿Solicito verme señor Volkov? —la voz me sale mas sensual de lo que esperaba.
Este esboza una sonrisa satisfecho.
—Así es, mi amor —se lame los labios.
Con una mano se agarra la entrepierna.
—Y justo ahora solicito terminar lo que interrumpieron tus amigas —casi gruñe.
—¿Sí? —digo casi sin aliento.
—Si —responde.
—¿Y así va a ser ahora? —pregunto acercándome a él —¿A cada momento? ¿A cada rato? —susurro.
—Eso depende de ti, si tú quieres que sea así —me responde.
—Justo ahora, lo estoy anhelando —le respondo.
Este se pone de pie y con su altura me intimida, se acerca super lento, se acerca hasta a mí, su perfume impregna mis fosas nasales y sin pedirle permiso doy un paso más hacia él y coloco mis manos en su torso.
—Hueles a Vodka —dice cerca de mi boca —¿Estuviste bebiendo toda la tarde con tus amigas?
—Si —jadeo cerca de su boca.
con su mano acaricia mis brazos y la corriente eléctrica me recorre el cuerpo de pies a cabeza, mi cuerpo reacciona a él, a su tacto y pego mi pecho al suyo.
—¿Te divertiste mucho con ellas esta tarde? —pregunta cerca de mi boda.
Sus ojos negros me observan fijamente, brillosos, deseosos, revisa cada milímetro de mi cuerpo.
—Mucho —susurro.
Y sí esperar un segundo más este me besa, me besa con amor, con suavidad, vierte todo su amor en mí, sin apuros, disfrutamos el contacto, su saliva se mezcla con la mía, mientras sus manos me retienen pegandome más con él.
Su cuerpo se tensa debajo de mis manos, sus músculos apretados e igual su entrepierna.
—Tenemos poco tiempo —susurra entre besos y caricias.
Y justo cuando esas palabras salen de su boca, la puerta de la oficina es tocada, Eros suspira frustrado y yo lo sigo.
—Estas ocupado —le digo.
—Si, Romanov o Popov estuvieran en la puerta se asegurarían de que nadie nos molestara... —sin terminar la frase la puerta se abre.
Konstantin se asoma por ella, dejando ver su sonrisa encantadora, igual que Eros llevaba ropa completamente informal.
—Oh, lo siento, no sabia que estabas aquí, Annemarie.
—No te preocupes —le sonrió amable.
—Volkov los muchachos y yo te estábamos buscando —dice él —ya esta todo casi listo.
—En un momento voy —le responde.
Konstantine se va, cerrando la puerta con él.
—Dijiste que seria diferente —le digo.
—Quiero que sea diferente, pero no puedo ir anunciando por todos lados que no me moleste porque tendré sexo con mi mujer y no quiero que nos molesten, no voy a exponerte así, mi amor —agarra mi cara con sus manos y deposita un beso en mis labios.
—Esta bien —le respondo.
—¿Sabes que te amo demasiado cierto? —me dice.
—Lo se —susurro poniéndome completamente roja, pero mas por lo que estoy a punto de decir que por lo que el me acaba de decir.
—Me encanta lo roja que te pones...
—¿Y tu sabes que yo a ti? —susurro.
este me mira extrañado sin entender muy bien lo que acabo de decir.
—¿Como dice? —me mira curioso.
trago seco, tratando de agarra valor para decirlo de nuevo, pero la vergüenza me arrastra, mi manos comienza a sudar e igual mi nuca.
—Digo... —comienzo —que si sabes que yo te amo —susurro apenada.
En sus ojos puedo ver cómo pasa del asombro, a la incredulidad hasta la felicidad, sus ojos brillando y se puede decir que hasta se humedecen.
—Y cuando pienso que no me puedes tener mas hechizado en cuerpo y alma, decides decirme que me amas —susurra con total alegría —¡Te amo, Annemarie Kramer! —me alza en sus brazos dándome vueltas.
Y justo en este momento, no podría creer que toda mi tristeza se había convertido en total jubilo, estar con él se había convertido por mucho lo mejor que me ha pasado este año, la forma en que me mira, como me trata como me ama, como si no existiera otra, después de repartirnos una infinidad de besos, salimos de la oficina al comedor principal, habían agregados un par de sillas mas.
Mis amigas estaban sentadas demasiado lejos de mi posición habitual, pero nada que supusiera un inconveniente, lo que si me parecía extraño era ver a los jóvenes herederos de las casas Kuzmin, Novikov y Petrov, ademas estaba Konstantine con Alexandra y los demás familiares de la señora Isabel, exceptuando a Fedora, pero ¿Qué hacían todos ellos aquí?
Aun así no pregunto nada y tomo asiento en mi lugar justo al lado de Eros y Hestia, la cual parecía estar ligeramente molesta.
La cena transcurre como otros días, nada había cambiado al respecto, todo hablando en ruso, aunque justo ahora comenzaba a entender par de palabras no podia completar oraciones completas, me redaba un poco lo que decían, aunque me hacia algo de gracia ver a mis amigas en la misma situación.
Después de cenar me voy a mi habitación agotada, cansadísima y muerta de sueño, me despido de mis amigas y de Alexandra, aparte de las demás persona, sin darme cuenta después de darme una larga ducha con agua caliente me quedo profundamente dormida.
Y esta noche tengo el sueño mas descabellados de todos, la imagen de Eros y Aghata juntos, acostados en una cama, haciendo lo que yo hacia con él, inmediatamente me siento totalmente perturbada, por lo que me despierto sobresaltada y casi jadeando.
Afuera todavia es de noche, cuando mira la hora en mi teléfono apenas había logra dormir un par de horas, por lo que me pongo de pie con la pijama aun puesta, sorprendida de que Eros no se encuentra en mi habitación o rondando por aquí, paso primero por la suya, pero no esta en ella.
Bajo las escaleras y paso por los pasillo dirigiéndome a donde Aghata me había dicho un día que es era el ala de los empleados, cuando llego a esta habían varios sentados en un comedor cenando y otros leyendo, todos me mirando sorprendidos, pero aun así no saben como dirigirse a mi.
—¿Miss Aghata? —le pregunto al primer hombre que veo y este señala la puerta que queda por un pasillo al fondo.
Camino decidida hasta esta, cuando me acerco a la puerta oigo sonido de gruñido y jadeos sutiles.
¿Que?
Sé que no debería hacer esto, pero pego mi oreja a la puerto y efectivamente los sonidos vienen de ahí adentro.
Mi cuerpo se paraliza, maquina toda la información a cien por ahora, Aghata llorando por un hombre que se va a casar, Eros no esta en su habitación y ahora escucho gemido en la habitación de ella.
Así que sin esperar un segundo mas, abro la puerta de la habitación, sin tocar o esperar a que ella me deje entrar, pero no es hasta que veo por completo la escena al frente de mi que me quedo realmente sorprendida.
...
Ahí estaba ella mirándome con real sorpresa y vergüenza tapando su cuerpo con las cobijas, ahí estaba él.
El hombre del que ella hablaba, lo había visto par de veces en el jardín.
—¡Señorita Kramer! —dice Aghata —puede darme un minuto y ya la atiendo —dice agitada.
—Lo siento, aghata, yo no quería... —tartamudeo incomoda y sin decir nada mas salgo de se lugar corriendo.
El alivio recorre mi cuerpo y a la misma vez la vergüenza de verla en esa incomoda situación, ¿Tanta desconfianza tenia de Eros y de Aghata?
Por lo que sin esperar un segundo más voy a la oficina de Eros, asegurándome de que el este ahí, casi que corro a su encuentro, Romanov evita mirarme cuando me ve llegar.
—¿Eros esta... —digo sin aliento.
—El señor Volkov esta ahí adentro —dice Romanov.
—Gracias —continuo con la respiración acelerada.
Cuando abro la puerta ahí estaba él, con la misma ropa de hace un rato el ceño fruncido concentrado en su computadora.
—Te dije que nadie me molestara, Romanov —dice sin voltear a verme.
—¿Ni siquiera yo?
Este voltea a mirarme sorprendido y un segundo después esboza una sonrisa.
—Tu puedes hacer lo que quieras preciosa —me dice él.
Involuntariamente mi cuerpo comienza temblar, es como si de manera inconsciente había estado escondiendo lo que realmente pensaba sobre lo que me contó Aghata.
—¿Qué pasa Anne? —este se pone de pie y se acerca de inmediato a mi.
Eros me toma en sus brazos y me lleva con el hasta el sofá, donde se sienta conmigo en sus piernas y las lagrimas corren por mis mejillas.
—Es que... —trato de hablar pero tartamudeo —yo pensé que Aghata y tu... —trago seco —pero después no —sigo llorando —tuve mucho miedo...
—No entiendo nada, mi amor —susurra con calma, este voltea a ver a la puerta —Romanov —dice alzando la voz y este entra —Trae algo para los nervios y agua para la señorita.
—Entendido, señor —dice él y vuelve a salir de la habitación.
—Bien, Ann, trata de contarme con mayor calma lo que esta pasando —me pide.
Pero no tengo el valor para hacerlo, oculto mi cara en su cuello y ahí me quedo, tratando que no vea mi vergüenza, mi desconfianza, mis inseguridades.
—Sino me dices lo que esta pasando no te puedo ayudar —dice con calma.
—Es que es difícil de explicarlo —le digo.
—Pero trata, mi amor me estas asustando, por favor.
Su corazón late a mil por hora, esta asustado por mi reacción, por lo que trato de calmarme, justo en ese momento llega Romanov casi corriendo con un vaso de agua y una píldora.
—Señor esto me dieron en la cocina —dice él, entrándoselo a Eros —¿Necesita algo más?
—Por ahora no, gracias Romanov —y el hombre se retira —ten, bábelo —me entrega el vaso y la píldora.
Respiro profundamente y bebo el agua, para después contarle a Eros todo lo que había sucedido esta tarde con pelo y señales, lo que me contó Aghata, las dudas que me quedaron después de esa conversación y el sueño que tuve, por ultimo le cuento lo que acaba de suceder hace un minuto y este suelta una sonora carcajada que me sobresalta.
—¡Eros! —le doy un golpe suave —estoy hablando en serio.
—Creo que haz visto demasiadas películas, Annemarie —suelta otra carcajada.
—¡Ya! — lo regaño —estoy hablando en serio, no sabes la vergüenza que ahora tengo con ella.
—Pero dime —sigue riéndose —¿Como se te ocurrió abrir la puerta de su habitación si escuchabas todo eso? —suelta otra carcajada y me pongo roja —te pasa, Ann.
—Es que yo pensé que tu...
—¿En serio pensaste eso de mí? —alza un ceja y la sonrisa se borra de su rostro —mi amor, solo tengo ojos y pensamientos para ti, toda tu eres dueña de todo mi ser.
—Lo se, pero...
—Todavía piensas en lo que pasa aquel día ¿cierto? —completa la frase por mi.
—Si —susurro avergonzada.
—Esta bien, lo entiendo, estoy haciendo todo lo posible para demostrarte que eso jamas va a volver a pasar, Ann, te lo prometo, mientras que los dos estemos vivos y en las siguientes vidas, mi cuerpo y mi alma serán únicamente tuyas —susurra.
—Lo siento, Eros —me pongo roja —te prometo confiar más en ti.
—Aunque si quieres podemos ir a terapia, los dos, solucionar nuestras cosas —me sugiere.
—No, esta bien, no creo que sea necesario — le dedico una sonrisa más calmada —creo que no los nervios por la boda —le resto importancia.
Esta noche nos vamos a mi habitación y Eros viene a dormir conmigo, me abraza y mantiene su torso desnudo pegado a mi espalda y así dormimos hasta la mañana siguiente.
Nota de autora:
¡Cayeron en mi trampa!
No les voy a negar que hice todo esto para confundirlas y se que TODAS dudaron de nuestro amado Eros, el no es tan malo como piensan, hasta Anne fue víctima de esta escritora. Me reí tanto o más que Eros leyendo sus comentarios.
Pero aquí seguimos tercer capitulo de este maratón, ¿Qué les pareció este capitulo?
Si no tengo fallas con las luz (momento Venezuela) espero publicar el siguiente capitulo mañana o el sábado, este fin de semana estaré algo ocupada con todo el trabajo que tengo, así que mis queridos lectores téngame un poquito de paciencia, que mi vida no es solo escribir y publicar capítulos, quisiese, ojalá y fuese así, pero lamentablemente tengo muchas cosillas que hacer.
Nos leemos en un próximo capitulo. Recuerden estar super activas con los COMENTARIOS Y VOTOS si te esta gustando este libro, así puedo tener mucho más alcance y llegar a muchas mas personitas en la comunidad de Wattpad.
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Besos y abrazos.
K.
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