Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo XII

Esa noche, volvemos al hotel, después de tener una incómoda conversación.

Sin pedir permiso o autorización, Eros había decidido que hoy iba a dormir en mi cama, aunque nuestros cuerpos se tocaban no tenemos confianza para abrazarnos o dormir en algún sentido romántico.

En la mañana nos despertamos temprano para volver a Kazán, sin saber cuál fue la razón de nuestro pronto regreso.

Cuando llegamos al castillo, estábamos agotados, tantos viajes tan seguidos, parece consumir toda mi energía vital y también la de él, aunque el jet es de lo más cómodo, estar tantas horas sentados, agotaba.

Lo peor de todo es que ese día por la tarde mi periodo hizo acto de presencia, me sentía nerviosa porque sabía lo que esto significaba, pero no sé lo quería ocultar, por lo que esa misma tarde, estábamos los dos, esperando en la sala de la clínica esperando por la doctora.

—¡Annemarie que gusto tenerte de regreso! —dijo dándome un abrazo —señor Volkov —lo saludo más formal a él.

Después de saludarla y sentarnos en su oficina, la doctora había comenzado a hacerme un ronda de preguntas, la más incómoda:

—¿Has tenido actividad sexual la última semana? —mis cachetes no podían estar más rojos.

—No —respondo apenada —creo que nos vamos a esperar hasta la boda.

—Oh —dice asombrada —entonces puedes comenzar el uso del anticonceptivo el próximo mes.

—No, pero gracias por su sugerencia —habla él —los dos preferimos prevenir, nunca se sabe que puede pasar, todavía faltan un par de semanas —me lanza una sonrisa pervertida y yo no sé dónde meterme.

—Eso está muy bien entonces —dice tranquila —Annemarie la última vez que estuviste aquí hablamos un poco sobre todo esto ¿No te importa que hablemos algunas cosas los tres? —la miro dudosa —me gustaría que Eros escuché también.

—Esta bien —le respondo apenada.

—La primera vez que una mujer tiene contacto sexual, puede llegar a ser doloroso —nos mira a los dos intercaladamente —es importante que los dos disfruten de este primer día, el uso de lubricantes, estimular, excitar y esperar a que el cuerpo de tu mujer este preparado para recibirte es escencial, para que no se convierta en un recuerdo traumante...

—Se como hacerlo, Doctora Kozlova —la corta Eros.

¡Que incómodo!

—No dudo de tus habilidades, señora Volkov, pero es importante para mí recordarte esto y que Annemarie sea consciente de ello —le dice tranquilo.

Luego de eso había pasado a ponerme la inyección en el glúteo, explicándome que tenía que venir mes tras mes, en esta misma fecha a ponermela nuevamente y eso era todo.

Nos despedimos de ella minutos más tarde y salimos subiendonos en la parte trasera de la camioneta.

—¿Quieres ir a cenar?

—Prefiero comer en casa, me siento demasiado mal —le digo.

En realidad si me sentía mal, me dolían las caderas, el vientre y la espalda baja, sentía los pechos como si me fuera a explotar y una inexplicable punzadas en el ano, solo quería comer helado, dormir hasta mas no poder.

—¿Te encuentras mal? —me mira curioso —si es por lo que dije…

—No —lo interrumpo —estos días son difíciles para mí, necesito descansar, siento como su fuera peleado contra un oso polar —digo haciendo que este se ría —podemos comer juntos, pero en casa —le sonrió.

Sin pedirle permiso pongo mi cabeza en sus piernas, mientras me quito los zapatos, todavía nos quedaba casi una hora de camino hasta el castillo, era muy bonito claro está, todo gótico y con esa vibras darks, pero el hecho de tener que estar una hora en carretera cada que quisiéramos venir a la cuidad ya era suficiente pesado.

Eros comienza a acariciarme el cabello y poco a poco me voy quedando dormida, relajándome al máximo con sus caricias, me despierto cuando siento que el auto se detiene justo en frente de nuestro hogar.

Si, nuestro hogar, así debía comenzar a llamarlo y ahora que asumí totalmente el hecho de que voy a ser su esposa, comenzaba a sentirme más cómoda, sus palabras todavía resonaban en mi cabeza.

Por la noche comemos en su habitación, unos sandwiches de atún, hablando como dos chicos jóvenes, despreocupados, con la pijama puesta, cualquiera creería que estoy en el campus pasando el rato con alguno de mis compañeros.

—No fue fácil, no me querían dejar ir, pero le dije papá, lo siento por la familia, que se jodan todos, voy a ir a la universidad —se ríe —era demasiado rebelde en ese entonces.

—Pero lo hiciste —me alegro por él.

—Por eso trate de sacar las dos carreras a la par, ninguno de los dos me ayudaban, tenía que trabajar como mesero o bartender en un club nocturno para poder alimentarme —dice mientras comemos.

—Debio ser duro —le digo irónica y el suelta una carcajada.

—¡Si lo fue! —me acusa —jamas en mi vida había atendido a una persona, más bien creía que todos están a mis pies…

—Y tienes el descaro en decir “creía”, te pasas —me río.

—Esto es diferente, una cosa es mi papel en esta casa y otra quien soy por dentro —rueda los ojos.

—¿Y no debería ser lo mismo?

—Me verían como un blanco fácil y eso jamas va a pasar —bebe de su jugo.

—Como digas —me burló.

—Pero cuéntame de ti, como es que hiciste tantas cosas a la vez —me anima.

—Es diferente, yo siempre estuve sola en casa, ví una peli en dónde hablaban tan bien de Harvard, que comencé a investigar, todo indicaba que necesitaba destacar, darles una razón para darme una beca, ¿por qué yo entre tanto? —me encojo de hombros —demasiado tiempo libre supongo.

—Disparas mejor que yo —señala —y eso que llevo toda mi vida viendo armas.

—Yo también, mi abuelo es un ex militar y como yo soy su única nieta, siempre me llevaba a cazar, aprendí con él, era francotirador, después comence con el arco y la flecha, a mamá no le hacía gracia que su hija de ocho año supiera manipular armas de fuego, su resistencia duro hasta que tuve doce, digamos que fui una rebelde prematura —los dos reímos.

—No puedo imaginarme una pequeña niña de rizos dorados disparando un arma —se ríe incrédulo —aunque el pole dance no tiene nada que ver con Harvard ¿Cierto?

—Lo hice por los amigas, ellas querían así que me inscribí hace un año —le respondo.

—Me imaginé.

—Pero bueno, me imagino que tú hacías cosas geniales con tus abuelos —le digo.

—No, yo no tuve la dicha de conocer a mis abuelos —dice afligido —los asesinaron y mis padres todavía ni siquiera se habían casado, a él le tocó liderar muy joven, solo.

—Lo lamento —digo entristecida.

—No lo lamentes, este es el precio que tenemos que pagar por vivir está vida.

—¿Y lo vale?

—Por supuesto que lo vale, Ann, todos vamos a morir algún día ¿Prefieres hacerlo viejo e infeliz o realmente vivir como quieras cada año que tengas?

—Preferiría vivir —respondo.

—Buena elección, preciosa —me sonríe.

No quedamos en silencio un momento sin saber que decir, solo nos observamos, no se en que momento nos enredamos en una conversación tan despreocupada, creo que es la primera.

  —¿Realmente te gustaba Harvard o querías escapar de algo? —pregunta de pronto.

Suspiro, difícil tema.

—Las dos cosas, pero es complicado.

—Cuentame.

Dudo en hacerlo, al fin y al cabo seguramente mi padre lo puso al tanto, el sabía todo, básicamente solo quería escucharlo de mi, supongo.

—Primero, quería estudiar en Harvard por la peli, aunque me daba miedo vivir sola en otro país, pero después llegó Frederik, mi ex, por un tiempo dude en hacerlo, quería pasar más tiempo con él, pero después me enteré que estaba con otra, Clarisa, la popular de insti, todos morían por ella, así que solo pensaba en lo mucho que deseaba alejarme de él y esta era mi oportunidad, después termine por encantarme por esta uni, así que decidí irme por esas dos razones —le digo sincera.

—Tan fácil que era terminar —se burla de mi.

—Ahora me parece fácil, pero en ese momento solo pensaba en que mi mundo se caía, lo quería cerca, me costó mucho aceptarlo, por eso decidí irme.

—Y el te termino —afirma.

—No, ninguno de los dos dijo las palabras, ni siquiera sé cuando o como se acabó, pero le dije que no iba a dejar mi sueño de Harvard por él —me río irónica —igual no importa.

—Hiciste bien en dejarlo.

—¿Por qué?

—Seria una pena tener que explicarle que tú eres mía, hacerle entender que yo soy tu dueño —sus ojos se ensombrecen.

—De eso es lo único que te vales, ni siquiera sabes cuál es el significado de amar —le corto.

—¿De que me vale el amor, si tengo todo esto? —señala a su alrededor.

—Seamos sinceros, Eros, para ti todo tiene un precio y no hay nada que no puedas pagar, excepto eso, el amor, nadie te va a amar por tu dinero o poder, solo te desean y anhelan estar a tu lado, poseer lo que tú posees, pero te gustan los retos, te entretienen y te sacan de tu vida vacía y sin sentido, eso es lo único que te mueve, por eso estoy yo aquí —sentencio.

Este se ve molesto por mis palabras, se pone de pie y camina hasta mi, posicionandose a mi altura, me acorrala con cada una de unas manos a los lados.

—¿Sabes que más me gusta?  —dice malicioso.

Alguien toca la puerta, rompiendo el momento y sin esperar entra.

—Ser, u vas srochnyy zvonok, kotoryy ne mozhet zhdat’ —dice Romanov entrando.
*Señor, tiene una llamada urgente que no puede esperar.

—Chert voz’mi, Romanov! —dice molesto —YA budu cherez minutu, ya zanyat, i eto tozhe ne mozhet zhdat’.
*¡Maldita sea, Romanov!
*Estaré allí en un minuto, estoy ocupado y esto tampoco puede esperar.

Cuando Romanov se va este vuelve a mirarme, se lame los labios y se acerca más a mi, suelta una risa amarga.

—Tengo algunos asuntos que resolver, pero ya vuelvo, preciosa —se acerca a mi—te estoy dando el tiempo que necesites para que te adaptes y te vayas haciendo la idea, pero yo no soy tu imbécil noviecito —tiemblo —me tengo que ir, espérame despierta —se acerca y me estampa un besos en la boca.

Me quedo ahí, sentada sola y colérica, todavía no logro entenderlo, un día me trata de una manera y otro día de otra, un día me dice una cosa y otro día me dice otra, ¡Dios no logro entenderlo!

Mi teléfono comienza a vibrar, sacándome de mi mente, pero ni siquiera lo miro.

—¿Hola? —respondo.

Al otro lado del teléfono solo se escucha la respiración, pero después cuelga, no le prestó atención, seguramente se equivocaron.

Después leí los mensajes de mi madre, quien ha estado llamando y escribiendo, tratando de saber de mi, esperando una respuesta, pero no tenía ninguna que darle, traicionaron mi confianza, me usaron a su antojó y nunca les importo lo que yo pudiera pensar al respecto, ni siquiera me dieron opción.

Por otra parte, estaba la conversación con Eros, él me dio la opción, podía elegir, se notaba de lejos que yo no era solo un capricho, además es un hombre que está acostumbrado a obtener lo que quiere, pero por lo menos tuvo la decencia de hacerme creer que si la tenía, de hacerme pensar que podía elegir, pero lo acaba de dejar claro, todo era un prueba, como me lo temía.

Luego de esperarlo un rato el cansancio me gana y termino por quedarme dormida en el sofá, pero sorprendentemente me despierto acostada en la cama, junto a él, volvíamos a estar cerca, pero sin tocarnos.

No lo quería despertar, así que con todo el silencio posible, me doy una rápida ducha, me cepillo los dientes, me pongo un vestido y bajo a desayunar, camino escaleras abajo y en el camino me encuentro a Aghata.

—Buenos días, señorita —me sonríe.

—Buenos días Aghata— le devuelvo la sonrisa —quisiera desayunar en el comedor, por favor —le pido con amabilidad.

—En seguida, señorita —hace un asentimiento y sin más se va.

Me dirijo al comedor, el mismo que cene el primer día que llegue a esta casa, me siento junto a la ventana y rápidamente me traen un café, revisando mi teléfono, veo las llamadas perdidas de mi madre, más de cuarenta, mi teléfono iba a explotar, en cambio papá parecía estar ausente.

—Señorita, la señora Hestia quiere reunirse con usted esta misma tarde —dice una de las mucamas y yo asiento en respuesta.

Ya sabía para que era, debía ayudarla en la preparación de mi boda, había dicho que si por el único hecho de que no quería llevar un montón de cosas que ni siquiera me gustaban o iban con mi estilo.

—¿Pensaba desayunar sin mi, preciosa? —su voz me tensa.

Me vuelvo a verlo, llevaba el pantalón de pijama, el torso descubierto, enseñando todos los tatuajes.

—No te quería despertar —sonrió tímida.

—Discúlpame —camina hacia mi —las cosas se alargaron anoche, te deje esperándome.

Toma asiento en la silla, olía a gloria, aunque no se había duchado, el olor que emitía su cuerpo, me alborotaba las hormonas, una mezcla de su olor corporal y dentífrico.

—No te preocupes —le resto importancia.

—¿Piensas atender sus llamadas o la vas a ignorar por siempre? —dice mirando mi teléfono.

—¿Cómo sabes…

—Ayer me llamo, están preocupado por ti, necesitan escucharte, deberías hablar con ellos.

—Todo a su debido momento —digo poniéndome sería.

—Ellos creen que te hice algo…

—Mejor, que piensen que me mataste o algo mucho peor, para que les duela en la conciencia.

—Ja, me encanta cuando te comportas como villana —se ríe incrédulo —si esa es tu decisión, no diré nada al respecto.

Hestia entra por la puerta con su porte de princesa y de perra insoportable, sus ojos tan negros como lo de su hermano y ahora llevaba la melena teñida de un plateado.

—Okh kak krasivo, oni vmeste, tvoya kuplennaya zhena i ty, oni prekrasno vyglyadyat —dice de forma irónica —Ona uzhe lyubit tebya ili ty vse yeshche pytayesh'sya uderzhat' yeye ot pobega?
*Ay que lindos, están juntos, tu esposa comprada y tú, se ven hermosos.
*¿Ella ya te ama o todavía estás tratando de evitar que se escape?

Definitivamente tengo que aprender ruso.

—Ne nachinay, Gestiya. —le dice eros molesto.
*No empieces, Hestia.

Está se sienta del otro lado del comedor, justo en frente de mi con una sonrisa maliciosa.

—Annemarie, justo a ti te estaba buscando —me dedica una sonrisa falsa —tenemos que ir está misma tarde a Kazán, necesitamos probarte el vestido, por si necesita algún arreglo claro está.

—Esta tarde voy a practicar tiro con Romanov, no puedo —le respondo sin más.

En realidad esto era falso, no tenía intención alguna de hacer algo hoy, pero preferiría ir al campo a estar una tarde con ella.

—Oh bueno —de burla —me imagino que debe ser más interesante para ti estar en el campo sucia a solas con un hombre, que pensar en tu propia boda —ironiza —Tienes que cuidarla, hermano, no quieres que Romanov se acueste con ella antes que tú.

—¡Hestia!

—Sin ofender, querida —me mira con una sonrisa burlona.

—No te preocupes, me imagino que eso es lo que tú haces, es difícil imaginar que las personas pueden ser mejores que tú, sin ofender —le guiño un ojo.

Está no borra la sonrisa de su boca, se ve complacida.

—Me caes muy bien —su sonrisa es más amplia —Gde tikhaya devushka? Ty ostavil yego v komnate ili chto? —dice mirando a él.
*¿Dónde está la chica tranquila? ¿Lo dejaste en la habitación o qué?

—Khvatit, Gestiya!—dice Eros molesto.
*¡Ya basta, Hestia!

—Ne volnuysya, Eros, razve ty ne vidish’, chto nam sleduyet uznat’ yeye poluchshe?—rueda los ojos —Vy deystvitel’no verite v istoriyu o tom, chto on nichego ne znal? Takiye zhenshchiny, kak ona, vsegda ishchut lyubogo muzhchinu s den’gami.
*Tranquilo Eros, ¿no ves que deberíamos conocerla mejor?
*¿De verdad crees la historia de que no sabía nada? Las mujeres como ella siempre buscan a cualquier hombre con dinero.

Estos dos se miran como si fueran enemigos a muerte.

—Si quieren hablar en privado mejor me voy, Eros, por favor dile a Aghata que voy a desayunar en mi habitación, no tengo humor para aguantar ridiculeces de niñas malcriadas —sin decir nada más me pongo de pie y me voy.

Hestia me ve alzando una ceja sorprendida.

—Kakim slabym ty stal, brat —sisea con asco —Kak vy mozhete pozvolit’ komu-to vami komandovat’?
*Qué débil te has vuelto, hermano.
*¿Cómo puedes dejar que alguien te dé órdenes?

Eros se pone de pie en su silla y Hestia también, los dos se ponen frente a frente, casi miden el mismo tamaño, sus ojos se retan.

—Ne zastavlyay menya delat’ to, chego ya ne khochu, Gestiya —sisea el.
*No me obligues a hacer nada que no quiera, Hestia.

—Potomu chto? Razve ty ne khochesh’ napugat’ svoyu devushku?
*¿Por qué? ¿No quieres asustar a tu novia?

Las cosas están tensas, demasiado incómodas, me irrita no entender que pasa, ¿Por qué pelean? ¿Qué fue lo que hice?

Me pongo de pie y salgo del comedor sin ver atrás, parece que algo de mi le molestaba a la hermana de Eros, desde el primer día me lo hizo saber con su actitud, ¿Cómo puedes odiar a alguien que ni conoces?

Además, ¿Por qué cree que yo me acostaría con Romanov?








Nota de autora:
¡Hola mi amores!

He recibido un montón de mensajes pregúntame que cuando subía capítulo nuevo y no se que, lo que me deja ver qué no leen las notas que les dejo.

Los capítulos serán publicados entre los días Jueves y Domingo,  tienen que tener un poco de paciencia, solo son 2 capítulos por semana.

También he ledido que esperan que haga un buen trabajo con los personajes, no se si es que estoy haciendo algo mal o bien jajaja, en fin gracias por dejar sus opiniones.

Respondiendo a la duda de que si Eros y Annemarie van a tener sexo, la respuesta es sí, pero todavía faltan varios capítulos para que lleguen a eso.

Les mando muchos besos y abrazos. Nos leemos en un próximo capítulo.

K.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro