4._Descanso
Después de que el tren pasará, Roshi se levantó gracias a la adrenalina liberada. Caminó unos cincuenta metros antes de desplomarse producto del shock causado por la perdida de sangre. Hubiera muerto de no ser por un grupo de chicos que jugaba fútbol en uno de los terrenos valdios a orillas de las vías del tren. La ambulancia llevó al viejo al hospital más cercano, pero nadie busco las manos del anciano. Unos perros callejeros las tomaron y devoraron en sus improvisadas madrigueras a orillas del canal, del lado opuesto de las vías. Tras unas operaciones, Roshi acabó en una cama de hospital. Solo y lidiando con sus demonios.
Mika se quedó tendidas sobre las colchonetas. No estaba muy segura de que sucedió exactamente. De como ocurrieron las cosas. Siempre oyó que su primera vez tenía que ser con alguien que quisiera y la quisiera a ella. Que no tenía que ser furtivo, sino algo cómodo y especial. Esa situación dictaba mucho de todo lo que siempre se le dijo. Esa parte del cobertizo estaba sucia, llena de objetos rotos, implementos de educación física, el olor a moho era pesado; era un sitio inmundo. Mika se sentó, todavía desnuda, y llevó su mano a su entrepierna. Estaba húmedo y pegajoso ahí. Sus dedos quedaron impregnados de los fluidos escurridos durante ese prematuro acto sexual. Por alguna razón acercó la mano a su nariz y respiró sobre ellos. Estaba un poco dolorida, pero de una forma que no lograba entender. Se puso de pie para buscar su ropa interior. No encontró más que su pantaleta, pues colgaba de su tobillo. Mientras se vestía se preguntaba si ella realmente quiso que ese hombre le hiciera todo eso. No estaba segura de en que momento lo consintió, aunque tampoco recordaba haberse negado a algo de lo que Roshi le hizo. Dejó el cobertizo con una sensación de suciedad a cuestas y una congoja en el corazón.
Spopovich la vio salir de la escuela, desde el segundo piso y bajo a revisar el cobertizo, ya que una media hora antes de Mika vio a Roshi salir corriendo desde allí. La puerta estaba abierta así que no tuvo dificultades para entrar en aquel sitio. Lo que sucedió ahí fue bastante obvio. Había demasiadas huellas mal limpiadas. El pequeño brassier de Mika todavía estaba allí y el maestro se lo guardo en el bolsillo para después abandonar ese sitio.
Al día siguiente los alumnos se enteraban de que el conserje sufrió un terrible accidente y estaba internado en el hospital. La sorpresa para Mika fue bastante grande, pero no estuvo segura de como sentirse al respecto. Sin embargo, unos días después fue a ver al viejo. Lo encontró acostado en la última cama de una larga hilera de ellas, todas ocupadas por un ancianos de cara lastimera.
Cuando Roshi la vio en la puerta, palideció. Pensó que tras ella llegaría una turba enfurecida, dispuesta a lincharlo. No se iba a quejar ni a resistir. Lo que le hicieran lo tenía bien merecido. Él no tenía que haber tocado a esa niña hermosa que lo miraba de manera cándida y un poco confundida. Mas contra todo lo que hizo, las imágenes de la chica desnuda debajo de él llegaron para importunarlo.
Mika se paró al costado de la cama y enseguida miró los brazos de Roshi.
-Dijeron que se desmayo y cayó en las vías del tren- le dijo la muchacha poniendo su mano sobre el antebrazo del viejo.
Roshi miró la mano de la chica sobre su piel y se estremeció. Se mutiló como un castigo por haberse dejado vencer por su mal. Se cortó las manos para no volver a tocar a una muchachita como Mika. Se mutilo de rabia y repudio así mismo.
-¿Sabe? Lo que pasó en el cobertizo- comenzó a decir la chica-No estoy segura si me siento bien respecto a eso.
Roshi la miró con aflicción ¿Era justo explicarle los motivos por los que debería sentirse mal por lo que él le hizo? Se preguntó el viejo.
-Lo siento- fue la respuesta que salió de la boca del conserje.
-No es tan malo como parece- le respondió ella- No me lastimó ni nada de eso...
Y las lágrimas de Roshi terminaron con las palabras de la chica a quien él le pidió que por favor no volviera a visitarlo.
Le hubiera dicho que denunciará a Spopovich, pero no fue capaz de pronunciar una sola palabra más.
-¿Y la chica no volvió por ahí?-le preguntó el jefe de policía.
-No volví a verla hasta esta mañana, cuando regrese al cobertizo por mis cosas- le respondió Roshi.
En el pequeño cuarto detrás del cristal, entraba una joven policía con una carpeta que dió al fiscal, quién después de leer los documentos salió para ir a la sala del interrogatorio. Bills vio entrar al sujeto con los papeles en la mano, los que puso tras su espalda para dirigirse al viejo.
-Los médicos consideraron su automutilación como un intento de suicidó y lo mantuvieron internado tres semanas con supervisión sicológica- le dijo Whiss con un sutil tono suspicaz- Lo que tengo aquí es su ficha médica y por supuesto su evaluación mental, la que no hace mención a su supuesta pedofilia en ninguna de las páginas ¿Puede explicarme eso?
-Es fácil engañar a un estudioso de la mente. Hace tiempo aprendí a decir lo que quieren oír...
-Pero usted manifestó que jamás encontró ayuda ¿No pensó que estaba ante la oportunidad de tenerla?-le cuestionó Whiss.
-Quería ayuda para no cometer un crimen. Ahora soy un criminal y sólo me darán un castigo, joven- le contestó Roshi.
Whiss guardo silencio y llamó a Bills a fuera para hablar. Los forenses trabajaron bastante rápido debido a la presión de los medios por aclarar el crimen de la estudiante. Después de examinar ambos cuerpos y la escena del crimen, se llegó a una conclusión...
Mika estuvo asistiendo a clases normalmente, pero su actitud cambió bastante después de ver a Roshi en el hospital. El hecho de que le pidiera perdón le quedó rebotando en la cabeza. Pero lo peor vino después, cuando en clases de arte vieron una película en la cual se contaba la historia de una chica de más o menos su edad, que era seducida por un hombre mayor. Comenzaron a salir y después de un tiempo se acostaron, pero entonces surgieron los problemas. La gente decía que había sido violada,pero la chica de la película insistía en que él hombre no la obligó. Que ella lo hizo porque quería, sin embargo, a los trece años ella no podía decidir algo como eso. Toda la explicación del asunto fue confusa para Mika quién ya estaba bastante confundida. Al final Mika rompió a llorar en medio de la clase y terminó en la enfermería desde donde la retiraron sus padres.
La cabeza de Mika era todo un lío. Pese a que estaba comprendiendo que ocurrió en el cobertizo, no podía ver mal al conserje y se preguntaba si acaso había algo mal con ella. Para llegar a destruir su ya mezquina calma, el maestro Spopovich hizo más osados sus acosos. En una ocasión le mostró el brassier que tomó del cobertizo y le dijo que sabía todo lo que hizo con el viejo. Que era una chica muy sucia y sobretodo muy hipócrita porque lo rechazaba a él que todavía era joven, pero no le dió asco meterse con el viejo. Las insinuaciones y propuestas fueron aumentando. Mika comenzó a perder ánimo, a no reaccionar con enojo antes las tocaciones del maestro. Fue como si de la nada, todo hubiera dejado de importarle y una fatirica tarde llegó a las puertas del infierno.
Mika se quedó ayudando en el taller de teatro porque la maestra Videl pensó que unirse a ese tipo de cosas la ayudaría a sentirse mejor. Era bastante tarde cuando el grupo de estudiantes dejó el edificio. Mika tuvo que devolverse porque olvidó unos materiales para confeccionar un traje para la obra, situación que Spopovich aprovechó para atraparla. La había estado vigilando, esperando por el momento idóneo para tener a la muchacha sólo para él y finalmente sucedió. El el edificio de la escuela había cámaras, pero en el patio donde estaba el cobertizo no había vigilancia. Ese lugar estaba vacío, así que el maestro arrasto a Mika hasta allá.
Spopovich era un tipo grande y fuerte, Mika no tuvo oportunidad de defenderse. Le araño el brazo con el que le envolvió el cuello. Perdió una uña en su frenético intento por escapar. Bastó un puñetazo del maestro para dejarla fuera de combate. Pero al tipo no le fue suficiente con un golpe. Spopovich descargo sus puños sobre la chica hasta que vio que ella estaba por perder la conciencia. Para entonces el rostro de Mika era estaba hinchado y sucio de sangre. La muchacha sólo era testigo de lo que hacían con ella, pero no sentía ningún dolor. Su cuerpo cayó en una insensibilidad absoluta y fue lo mejor. Lo único que resintió fue que le pusieran la pantaleta en la boca, porque le dificultó demasiado respirar. Después sólo veía a ese tipo riendo sobre ella.
En medio de todo, Mika conservaba una lucidez escalofriante. Sabía exactamente lo que estaba pensando y se sentía sucia. Repulsiva al punto de que todo su cuerpo le resultaba una baba asquerosa y de olor putrefacto. Se preguntó por qué le sucedía eso a ella. No pensaba merecer algo tan abominable. Ella no fue conciente de lo que dijo, pero Spopovich lo oyó. Mika llamó a su mamá. La muchachita añoro los cálidos brazos de su madre, pero sabía que no la vería más. Decidió no ver a su madre nunca más. Se sentía indigna, se sentía peor que una plasta de mierda.
Oía a Spopovich decir cosas que repulsivas y burlonas, pero la atención de Mika se la llevó un trozo de ojalata debajo del caballete de gimnasia. Estaba muy cerca. Literalmente sólo tenía que estirar la mano para tomarlo. Miró al hombre sobre ella, un momento, después miró la ojalata y la tomó con toda la fuerza que le quedaba. Aprovechando que el asqueroso de Spopovich se inclinó para lamer uno de sus pechos, le cortó la garganta. El chorro de sangre que salió de la herida la bañó. El profesor se llevó las manos al cuello y retrocedió torpemente. La herida era muy profunda, en cosa de minutos el tipo se desangró. Mika sostenía todavía la ojalata, le levantó un poco para mirarse en ella. Después la paso por su cuello, pero ya no tenía la suficiente fuerza. Se hirió y le tomó bastante dejar de sufrir. Su brazo cayó a un costado y la ojalata cayó debajo del caballete otra vez. Para cuando Roshi llegó, la muchacha estaba muerta.
El viejo quedó horroridazado con la escena. Sobretodo por los horribles últimos momentos de Mika. Se hinco a su lado. La tomó con cuidado y la acercó a su pecho para consolar su cuerpo todavía tibio. Él llamó a la palicia esa mañana. Y los oficiales lo encontraron allí, cubierto de la sangre de la víctima. De su víctima.
-Ella lo mató y posteriormente se suicidó- murmuró Bills y miró al viejo en la sala de interrogatorios.
Con un paso pesado el jefe de policía volvió con Roshi y arrastro la silla frente al viejo, para sentarse en ella.
-Las muestras biológicas que extrajeron del cuerpo de la chica, serán suficiente evidencia para descartar tu participación en los hechos y quedes en libertad- le explicó de una manera algo despectiva- Entonces ¿Qué harás?
En las noticias de la noche se habló del terrible caso de la estudiante ultrajada en un cobertizo de su escuela. Al parecer el maestro de educación física y el conserje del establecimiento actuaron en complicidad para abusar de la joven que consiguió defenderse y asesinar a uno de los agresores. El otro, pese a tener las manos mutiladas, se las arreglo para terminar con la vida de la estudiante.
En una celda solitaria de la penitenciaria, un hombre miraba el cielo a travéz de la ventana enrejada. Se veía en paz. Sabía que en ese lugar, nunca volvería a hacer daño a alguien inocente y con esa calma tantos años anhelada, Roshi se tendió en la litera y se durmió acariciado por el dulce recuerdo de Mika.
En jefe de policía, el oficial y el fiscal fueron y serían los únicos conocedores de la historia de un hombre malo que luchó toda la vida por ser bueno.
Fin.
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