Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

19. Mermelada.

Sam.

Durke salió del cuarto dejándome lleno de sudor y un poco de semen que el motociclista no había podido terminar de limpiar antes de salir corriendo por esa puerta así que decidí darme una ducha rápida.

Mientras el agua caía y resbalaba por mi cuerpo, mi mente decidió analizar la situación que estaba atravesando.

¿Qué rayos acababa de pasar? ¿Qué rayos estaba pasando y por qué lo estaba permitiendo?

Las cosas eran un poco extrañas, no sabía a ciencia cierta que pasaba por mí cabeza, mis pensamientos corrían tan rápido que era difícil seguirles el hilo ¿era demasiado rápido, demasiado lento, muy precipitado?
Durke… Derick era mi pareja, pero nada me aseguraba que realmente fuera lo que él quería , nadie quería a un niño de dieciocho como pareja cuando tenías todo un menú para escoger.

Mi cabeza había comenzado a pulsar un poco y suspiré, debía quitarme esos pensamientos de la cabeza y disfrutar esto tanto como pudiera.
Si las cosas iban a terminar pronto o no, yo iba a hacer de esto una maldita buena experiencia antes de correr lejos.

El agua caliente ayudó con la tensión de mis músculos y cuando terminé mi baño, busqué algo de ropa para ponerme.
Necesitaba regresar al pozo por mis cosas, el ruido de la puerta me distrajo de mis pensamientos.

—¿Podría tener unas palabras contigo? — unos golpes fuertes y seguros vinieron acompañadas de la frase. No reconocía la voz pero era un hermano, había observado el movimiento aquí y esto era una fortaleza laberinto, si no eras un hermano dudaba mucho que pudieras llegar al cuarto del presidente.

—¿Quién es? — pregunté mientras rápidamente terminé de colocar la playera en su lugar.

—Iván— mis cejas se arquearon, el hombre no había sido precisamente amistoso con Darrell o conmigo, demasiado desconfiado de nosotros como si fuéramos a robar sus motocicletas mientras dormían.

Con un poco de reserva abrí la puerta y salí del cuarto.
Nuestra plática tendría que esperar un poco, le hice una seña para que caminara conmigo por el pasillo y así lo hizo, de los pocos hermanos que había podido conocer  él era quien parecía más intimidante o tal vez me lo parecía a mí por su forma hostil de tratarme, pero Luca disfrutaba pasar tiempo con él así que no podía ser tan malo.

Lo llevé al cuarto de los gemelos que se encontraba al final del pasillo, lo suficientemente cerca de la habitación de Durke para ellos y lo suficientemente lejos para nosotros, sabía de sobra que los revoltosos podrían seguir despiertos pese a que fuera tan tarde.

—¡Mamma, Luca no quiere dormir conmigo! — gritó Landon apenas puse un pie en la habitación de color amarillo pastel decorada con dinosaurios.

—Lo pateas cada que duerme contigo— el pequeño hizo un puchero—. Anda, sube a tu cama me quedaré contigo hasta que te duermas y así no buscas excusa para abrazar a tu hermano porque tienes miedo — pellizque su pequeña nariz suavemente y las mejillas del pequeño se volvieron rojas igual que la manta de su cama.

—Yo no le tengo miedo a nada, yo soy un niño grande que va a ser motociclista y ellos no le tienen miedo a nada.

—Ahí te equivocas pequeño biker, me dan miedo las cucarachas— Iván respondió y le dedicó una sonrisa tranquila a Landon quién lo miró sorprendido.

—¿Ves corazón? Está bien tener miedo, es normal— acaricié su cara suavemente.

—¿Te quedas hasta que duerma mamma? — asentí y Landon trepó a la cama rápidamente.

Observé a Luca quién me miraba con esos ojos inteligentes y perspicazes.

—Vamos a dormir Luca, arriba, anda a la cama— el niño me dedicó una sonrisa y de un brinco trepó a su cama.

Luca no había hablado ni una sola vez desde que Durke lo había traído y aunque a veces lo veía susurrar al oído de su gemelo nunca había dicho palabras en nuestra dirección.
Tenía que hablar con Durke sobre esto.

—Buenas noches mamma— susurró Landon y me acerqué para acariciar lentamente su mejilla y dejar un beso sobre su frente, acción que repetí con Luca.

Inconscientemente comencé a tararear una canción con voz suave al tiempo que los arropaba.

—Eres bueno cuidando niños — susurró Iván, asentí vagamente.

—He cuidado a Jamie durante algún tiempo, algo he aprendido— murmuré aún enfocado en mi tarea de arrullar a los gemelos.

—No entiendes Samuel, parece como si hubieras sido educado para cuidar de otros. No sé explicarte.

Sonreí levemente —Bueno ¿gracias? — respondí inseguro.

Me tomó algunos minutos que los gemelos cayeran en los brazos de morfeo, cuando por fin dormían salí silenciosamente y cerré la puerta.

—Samuel…

—Aún no, espera— mi frase lo hizo fruncir el ceño dando paso a un asentimiento seco.

Rápidamente abrí la puerta del cuarto de Jamie comprobando que ya estuviera dormido, su luz estaba apagada pero había algo extraño.

—Deja de jugar con ese bendito teléfono Jamie o me lo llevaré— el niño no se movió de su posición en la cama—. Mañana tienes clases, no entiendo a tu tío ¿para qué darte ese teléfono tan moderno? Solo te distrae— hablé más para mí mismo que para Jamie.

—Ya había dejado de jugar con él— un susurro suave vino del bulto en la cama que quitó las colchas de su cabeza para mirarme.

—¿Entonces por qué sigues despierto? — aún con la tenue luz de su lámpara de noche pude observar cómo sus mejillas se volvieron rojas resaltando más sus pecas—. Duerme Jay.

El pequeño asintió y sin querer detenerme me acerqué para dejar un beso sobre su frente y en regreso obtuve uno en la mejilla.

—Descansa— susurré antes de salir.

Iván quien había mantenido su distancia me tomó el brazo de una manera firme y aunque no dolía definitivamente era una señal de que el hombre estaba de un temperamento oscuro.

—¿Podemos hablar ahora? — asentí y el hombre comenzó a caminar así que lo seguí hasta que me llevó a la cocina que limpiaba un prospecto y a quién Iván corrió sin una gota de simpatía.

Tratando de colocar distancia entre nosotros caminé hasta quedar recargado en el lavaplatos, con una barra que nos separaba.

—Pregunté sobre esa fiesta Sam y alguien dijo algo interesante— mis cejas se arquearon, este hombre era imposible—. Dos hombres estaban vendiendo mercancía en nuestro club, y las descripciones coinciden contigo y tú amigo.

—¿Y? — crucé mis brazos esperando  que el hombre dijera algo más.

—¿Estabas vendido mercancía de mierda en nuestro club? — gruñó Iván—. Tengo a Darrell en una de las jodidas grabaciones pasando su maldito producto de mierda a un comprador, al parecer tu eres más inteligente pequeña perra, no te moviste de la barra.

Mis ojos se abrieron de impresión, y el aire escapó de mis pulmones por la repentina acusación y peor aún, Iván tenía pruebas.

—Si Iván— admití rápidamente, su cara se transformó en confusión—. En esa fiesta estuvimos vendiendo algo de droga para unas personas del pozo.

—¿Y lo admites así? ¿Qué mierda pasa contigo? — me volteé al lavaplatos dónde recargué mis manos e inhalé profundamente antes de volver a enfrentar al muy confundido Iván.

—Tenía que pagar una renta— mi voz tembló—. Tenía a Jamie conmigo y el salario de un bibliotecario de medio tiempo no era suficiente para ambos— mi boca se torció y miré fijamente a Iván—. Ambos necesitábamos dinero ¿entiendes?

—¿Quién los mandó Samuel, quién mierda les dijo que vendieran su asquerosa mierda en nuestro club?

—Dann Reynolds— la mirada de Iván exigía explicaciones.

¿En qué rayos me estaba metiendo esta vez? Mi cabeza comenzaba a palpitar.

— Es el traficante del pozo. — susurré a Iván que me miraba de una manera crítica —. Mira, lamento haber vendido un poco de droga pero nos ofrecieron dinero, dinero que era necesario y tampoco nos dieron muchas opciones, mi departamento o trabajar una noche para ellos, la decisión fue relativamente fácil.

—Perra inteligente, realmente sabes qué decir.

Antes de poder responder algo Iván ya había salido de la cocina dejándome sólo con mis preocupaciones.

Darrell ¿en qué clase de sucios tratos te habías metido esta vez?

Salí de la cocina, caminando rumbo a mi habitación… La habitación de Durke.


Había intentado dormir durante un buen rato pero todo lo que había platicado con Iván daba vueltas en mi cabeza una y otra vez.
¿Acaso Darrell estaba trabajando para ese hombre una vez más?

Resignado, preocupado y enojado llegó también el cansancio así que cerré los ojos y pude dormir algunas horas que se habían sentido como minutos.

Observé el reloj, cinco y media de la mañana.
Aún no sabía nada de los hermanos que se habían ido ayer.
Siendo casi las 6 me dirigí al bar, si podía ver a Diablo o Spike sabría si habían regresado durante la madrugada.

Casi no había personas en el bar, algunos borrachos dormidos, hermanos con cara de preocupación, Evan en la barra hablando con el bartender ese llamado Kurt quién me mandaba dagas con sus ojos pero no había señales de Spike o algún otro.

Repasé una vez más la habitación, tenía una extraña sensación, una ansiedad que no podía controlar, algo estaba pasando y no era nada bueno.

La puerta trasera del club fue rápidamente abierta, todos comenzaron a gritar órdenes y maldiciones, el ruido se hizo presente.

Mi mundo perdió su balance cuando observé lo que a todos los tenía tan conmocionados.
Diablo y Nine traían a Durke inconsciente en sus brazos, cada uno de ellos sujetando al grande motociclista de un brazo, con los pies arrastrando y gritando por el Doc.

—¿QUÉ HA PASADO? — grité sin esperar una respuesta, mis pies se movieron solos y rápidamente terminé donde mi hombre ahora pálido y con labios resecos era sostenido por sus hermanos.

Esto no se veía nada bien.

—Mierda Sam muévete, el Prez adora tu culo pero no te metes en los asuntos del club— Nine me gruñó y me empujó suavemente.

El doctor llegó corriendo y Evan se le unió.

—Mierda muévete puta, estorbas— gruñó el bartender mientras llegaba a Durke quién había sido colocado en una mesa.

Quedé congelado unos segundos, el pánico estaba haciendo mella en mí, esto no se veía bien.

Kurt acarició la mejilla de Durke suavemente y fue todo lo que necesité.

Mi mano inmediatamente detuvo sus toques y aparté bruscamente su mano.

—No tocas a mi hombre, zorra— un jadeo colectivo se escuchó.

—Mierda, dejen el jodido drama de perras para otro momento, Prez necesita ayuda— Iván apretó los labios después de decir eso, el Doc quien ya había puesto manos a la obra comenzó a gritar instrucciones—. Saca tu jodido culo de aquí Sam, esto es mierda del Club, no necesitamos tú maldita curiosidad ahora.

Oh, no.
Miré a Iván, a Kurt y después a Durke.

—Nadie me dice que hacer— mi dedo apuñaló el pecho de Iván —. Ningún motociclista hijo de puta me dice donde debo meterme— mi cara debía estar reflejando mi estado de ánimo por que Iván no replicó nada y hasta el Doc se distrajo unos segundos para observarme con un brillo diferente en sus ojos—. No me interesan sus asuntos, me interesa mi hombre— gruñí y me abrí paso hasta llegar con el Doc quien lo llevaba en una camilla improvisada a la enfermería.

Había sangre, lo podía oler, el característico olor metálico y ácido.

Observé a Durke tan pálido e hice algo que no había hecho desde que había llegado a este lugar perdido, rezar.

—Sé que no debería decir esto, pero eso fue caliente— alcancé escuchar a Spike antes de que la puerta fuera cerrada.

Llegamos a la enfermería en tiempo récord.

—Sam, no estorbes— gruñó el doctor mientras cortaba la playera negra que usaba Durke.

—Oh por Dios— eso que había en su costado era una herida por bala.

—Mierda, Sam no te quiero aquí— Doc me miró fríamente.

—Darrell no es el único enfermero certificado Doc, ahora dime que carajos debo hacer.

—Esperar Sam— mi ceño se frunció—. Durke solo tiene una pequeña hemorragia mal tratada— lo miré incrédulo.

—¿Hemorragia mal tratada Doc? Eso es una herida de bala.

—Y está mal tratada Sam, el estúpido que le inyectó adrenalina no sé si merece un aplauso o un golpe.

—¡¿Mamma?! — mis ojos se abrieron de impresión cuando escuché a Landon gritar a través de la puerta—. ¡Tío Spike dijo que papà estaba lastimado, queremos ver a papà!

—Ve con ellos, Evan y yo dejaremos a Durke como nuevo para que puedas patear su culo presuntuoso por irresponsable— asentí sabiendo que no tenía otra opción.

Spike era un imbécil que no sabía controlar su lengua.

Salí de la enfermería para encontrarme con Landon y Luca con los ojos llorosos, Jamie también se les había unido y me miraba con preocupación.

—Oh amor, él está bien pero ahora tiene que dormir mucho — me incliné hasta quedar a la altura de Landon quién abrazaba con fuerza un oso de peluche.

—Mamá y papá ya se fueron a pasear con las parcas, no queremos que mamma y papà también vayan.

Iba a tener un dolor de cabeza monumental, eso era seguro.

—Nosotros no iremos a ningún paseo con las parcas esas— acaricié suavemente la cabeza de Landon.

¿Por qué estaban despiertos tan temprano? El escándalo no había podido llegar hasta sus habitaciones.
Observé fijamente a los niños y las pequeñas migajas en sus ropas fueron toda la respuesta que necesité.

—Vamos a dormir ¿qué dicen?

No podían seguir aquí afuera, en algún punto podrían observar lo que realmente pasaba dentro de esa habitación.

Tomé la mano de Luca y comencé a caminar por el pasillo.

—Sam… — Jaime me hizo detener mi paso y me giré para observarlo.
Jamie no se había movido de donde estaba, viendo fijamente la puerta.

—Él va a estar bien Jamie, confía en mí.

—¿Mamma también estaba comiendo galletas con mermelada? — preguntó Landon cuándo comenzamos a caminar señalando mis brazos dónde tenía algunas manchas de sangre.

—¿Mermelada eh? — los miré y sonreí levemente.

Nos llevé a todos al cuarto de Durke y acosté a los gemelos en la cama, Jamie se acomodó en un sillón.

El silencio se hizo pesado y una vez más mi cabeza, mis pensamientos y mi ansiedad se hicieron presentes.

Heridas de bala, asuntos del Club, hombres intimidantes.

¿Dónde mierda habías terminado está vez Samuel?


De antemano me disculpo si hay errores de ortografía o de redacción.
Gracias por leer.

Es corto, lo sé jajaja, pero es lo que hay.

Nos leemos pronto o tal vez no ;)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro