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A decir verdad, Jeongyeon no se sentía lo suficientemente bien para asistir esta noche al club, su cabeza dolía y los problemas parecían perseguirla, así que tuvo que hacer algo que odiaba.

Pedir ayuda.

Ella no podía cancelar la reunión, pues era el desahogo de muchas chicas, pero no estaba en las mejores condiciones para seguir escuchando quejas y problemas.

Así que le envió un mensaje a Mina, otra psicóloga que conocía desde la universidad, le pidió que la cubriera en la reunión y por suerte Mina estaba disponible.

Es por eso que ahora la joven japonesa se encontraba en la entrada del club, había llegado a tiempo, pero, al parecer las miembros solían llegar mucho antes.

Entonces entró y después de esperar un par de minutos por si alguien más llegaba finalmente rompió el silencio.

—Buenas noches, chicas, mi nombre es Myoui Mina y esta noche estaré supliendo a Jeongyeon— Ella se presentó recibiendo una cálida bienvenida por parte de las chicas y mientras cada una se presentaba pudo entender un poco sobre la situación de cada una y aconsejarles un poco.

Había pasado un tiempo considerable desde que iniciaron, tal vez más de media hora, cuando las puertas del salón se abrieron y las chicas parecieron sorprenderse.

Sin embargo, Mina no entendía a qué se debía eso.

Ella no conocía a la pareja que recién llegaba y tampoco sabía que llevaban un tiempo sin ir a las reuniones.

Pero, eso no fue lo que asombró, o más bien preocupó, a las miembros, sino el repentino cambio en el cuerpo de Sana, pues su vientre de embarazo parecía haber desaparecido y en realidad aún no era tiempo de que su bebé naciera, además, sus ojos rojos e hinchados acompañados con un par de ojeras hacían más que obvio lo que había ocurrido.

A pesar de eso, nadie comentó nada y simplemente las observaron tomar asiento.

—Hola, bienvenidas, me llamo Myoui Mina y vine a suplir a la psicóloga Jeong— Se presentó rápidamente a las recién llegadas.

—Somos Sana y Tzuyu— La menor se presentó por ambas para dar el turno a ún incómodo silencio.

—Ya pasamos ese parte, pero debido a que recién se integran pueden compartirnos un poco de su experiencia— Mina ofreció amable.

Mala idea.

—Creo que la mayoría de aquí sospecha la razón de mi aspecto, pero, le compartiré un poco sobre mi experiencia— Sana comenzó a hablar para que Mina entendiera un poco —Estamos aquí para superar la pérdida de nuestro más reciente bebé.

—De nuevo— Tzuyu acompletó con una mirada de fastidio mezclado con enojo.

—¿Disculpa?— Aquello pareció irritar a Sana.

—¿No te cansas?— La menor parecía haber perdido la paciencia y la mirada de incredulidad de Sana no tardó en aparecer —Ya basta, Sana, ¡No podemos pasar el resto de nuestras vidas aquí intentando superar la muerte de todos nuestros intentos de bebés!— Finalmente Tzuyu levantó la voz.

—¡Pero, ¿Qué demonios pasa contigo?!— Sana también levantó la voz.

—Eh, chicas— Mina intentó intervenir para tranquilizarlas.

—¿Acaso me estás hechando la culpa por los abortos que he tenido?— Sana siguió discutiendo con Tzuyu ignorando por completo a Mina.

—¡Sí! ¡Sí te culpo, Minatozaki Sana! Estoy harta de ofrecerte soluciones, ¡Carajo!— Tzuyu fue la primera en derramar lágrimas ocasionando que Sana también lo hiciera —¡Te he dicho miles de veces que podemos intentar inseminando los bebés en mí, pero, simplemente eres una maldita egoísta encaprichada con parír!

—¡¿Te estás escuchando, Chou?!— Sana gritó mientras lloraba —Tú más que nadie sabes lo mucho que he deseado ser mamá, llevar un bebé en mi vientre y verlo nacer, ¡¿Por qué no puedes entenderlo?!

—Porque me cansé, Sana, entiéndeme, esos bebés también eran míos y sabes lo mucho que a mí me aterra llevar a uno en el vientre, pero estoy dispuesta a hacerlo solo para poder compartir un hijo contigo— Finalmente la menor dejó de gritar —Por favor, basta de aferrarte, si hasta hoy no has podido es por algo.

—Eres solo una maldita egoísta— Fue la último que Sana dijo.

—Increíble— Tzuyu respondió con una sonrisa mezclada de incredulidad y sorpresa.

Y sin más, la menor abandonó el lugar dando un portazo al salir del salón.

Entonces Sana comenzó a llorar y todas las presentes guardaron absoluto silencio.

...

Mientras tanto, Nayeon se encontraba en casa hablando un poco más tranquila con Jihyo, ya había dejado de llorar y ahora tomaba un té que Jihyo le había preparado mientras discutían el asunto de la coreana mayor.

—Opino que deberías comenzar a ser sincera— Jihyo habló a su lado después de escuchar a lujo de detalle todo lo que Nayeon tenía por decirle —Primero contigo y después con ella, estás demasiado confundida y eso es simplemente pésimo para ambas, aclara tu mente y dile todo lo que sientes, pero, por favor, ya no sigas mintiendo.

—Pero...— Nayeon hizo una pausa —Ni siquiera yo sé lo que siento en verdad, ¿Qué se supone que voy a decirle?

—Exactamente todo lo que me dijiste a mí, créeme, ella va a entenderte— Jihyo aconsejó mientras se servía un poco más de té.

—¿Es precipitado suponer que tu y yo ya estamos bien?— Nayeon cambió el tema al ver a Jihyo tan tranquila y amable con ella.

—¡Claro que lo es!— Jihyo bromeó.

Estaba claro que ese día no era sábado, o de lo contrario la menor ni siquiera habría atendido la llamada de Nayeon.

—Lamento todo— Nayeon volvió a disculparse por enésima vez con ella.

—Ya lo has repetido demasiadas veces hoy, pero, solo voy a perdonarte hasta que arregles las cosas con Jeongyeon— Jihyo puso un poco más de seriedad, aunque claramente ya había dejado atrás todo lo que Nayeon le había dicho la última vez que se vieron —Y nunca vuelvas a cerrarte de esa manera, recuerda que por algo soy tu mejor amiga, habla conmigo cuando lo necesites— Jihyo aconsejó.

Y Nayeon asintió.

—Lo haré.

...

De vuelta con Jeongyeon esta ya se encontraba en casa preparando su habitación para dejársela al pequeño que ahora compartía casa con ella, había sacado sus almohadas y una sábada para dormir en la sala mientras que su habitación ahora estaba mejor ambientada para el niño pequeño.

Antes de volver a casa había comprado unas luces de dinosaurios junto a unas cortinas de los mismos, y ahora su habitación lucía perfecta para que el hermanito de Chaeyoung se sintiera a gusto.

Y una vez acabó mandó al pequeño a lavarse los dientes para finalmente dormir, para su suerte él era un niño muy obediente y en menos de lo que imaginó el menor acabó dormido.

Ella habría hecho lo mismo, pero su mente no dejaba de darle vueltas a toda la mierda que estaba pasando.

Entonces una llamada bastó para mandar al carajo lo poco de estabilidad que le quedaba.

—¿Podemos vernos?— Fue lo primero que escuchó al responder esa llamada.

—¿Ahora?— Jeongyeon preguntó.

—Sí— La respuesta fue sumamente seca y sin más la llamada se cortó.

Y pese a lo mucho que la cabeza de la coreana dolía ella no pudo negarse, a decir verdad no tenía muchas ganas de salir, pero, ella misma le había ofrecido su apoyo incondicional a la mujer de la llamada, así que se levantó del sofá sin importar que fuera de madrugada y tomó las llaves de su auto para reunirse en la ubicación que la contraria le había mandado por mensaje.


Maratón 3/?

Perdón por abandonar el maratón desde hace dos días, surgió algo con la uni, pero, espero poder compensarles mañana. :(

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