No. 2: No puede mostrase distraído
Chloe Bourgeois no podía dejar de pensar en la velada de hace dos noches y el chico de mechones azules. Era raro, actuaba demasiado jovial y descarado para su gusto; realmente poco le importaba la opinión que otros pudieran tener sobre él y era demasiado social ¿Quién diablos logra entablar una conversación con alguien que es mudo? Aún así, no dejaba de pensar en él.
—Chloe ¿Está todo bien?—cuestionó su amiga con preocupación mientras observaba la vista de su amiga perdida en la ventana.— ¿Aún estás mal por lo de Adrien? ¿Qué te dijo tu madre?— Chloe puso sus ojos en blanco hastiada por su patética inquietud.
—Por dios, Audrey no me va a hablar hasta que vuelva de Nueva York. Mi padre por otro lado; sólo ha mandado al tonto del mayordomo a preguntarme si necesito algo y ya. Eso es lo que menos me importa.— pronunció con desinterés, sin embargo no logró sacarse la mirada de su amiga de encima.— Ya, Adrien es sólo un pez más en el estanque; no lo vale, Sabrina.
En eso notó la mirada esmeralda de su viejo amigo sobre ella. Él agachó su mirada cuando ella volteó hacia el suelo claramente apenado, era evidente que se sentía mal por haberla rechazado pero tampoco arrepentido. Chloe sólo resopló y desvió su mirada hacia lado opuesto, su orgullo le impedía ir a hablar de aquello con Adrien.
Si él la había rechazado él se perdía de ella, no ella de él.
Sólo que la había metido en muchos problemas sin darse cuenta. Él no tenía la culpa, no sabía de lo que su familia era capaz con alguien que rompía las reglas; pero no podía evitar sentir cierto coraje contra él.
La escuela terminó y el par de amigas no volvieron a tocar el tema, aunque dentro suyo se preguntaba si de casualidad Gerald le había contado algo a su hermana o estaba guardando lo que vio para después aprovecharse de ello. Ese nerd de pacotilla era capaz de cualquier cosa para lucir lo más cercano a un fuck boy que un perdedor friki como él podía.
La limusina llegó a tiempo como siempre y ella subió. Ahí sorpresivamente estaba su padre, mirándola con una sonrisa cálida y cariñosa más falsa que la nieve en pleno verano. Respiró profundo; estaba más que claro que su padre la estaba a punto de chantajear así que debía lucir lo más calmada posible.
—¡Chloe, mi niña preciosa!— esbozó contento su padre. Chloe chasqueó la lengua sin interés.
—Ve al grano, papá.— pronunció sin siquiera regresar a verlo. El hombre recargó su espalda otra vez en el respaldo del asiento transformando su sonrisa cariñosa en una cínica.
—¿Sabes que rompiste una regla, no? Y aún así tienes el descaro de tener orgullo ante mí.— sus palabras tiraban veneno a cual más y ni siquiera se dignaba a controlarlas para no lastimar a su propia hija.— Pero ya todo Paris te conoce, no te podemos ocultar. Has manchado el legado impecable de los Bourgeois...
—Agh, por dios.— tiró asqueada.— Haces escándalo por un rechazo que olvidaran todos en una semana.— André rió por la inocencia de su hija.
—Un Bourgeois no puede ser rechazado. Un rechazo nos vuelve perdedores, ser perdedores nos vuelve como los demás.— respondió con tranquilidad.
—Le tienen tanto miedo al fracaso que empiezo a creer que te sientes demasiado cerca de él.— contestó intentando perder su mirada en las personas caminar sobre la acera, con vidas más simples y sencillas que hasta cierto punto, le causaba envidia.
—Con una hija como tú, es fácil sentirse así.— sintió un golpe en su pecho, su corazón estrujarse y un nudo en su garganta impedir el paso de la saliva. Se mordió la lengua para compensar el dolor, la apretó con tanta fuerza que casi pudo sentir el sabor metálico de la sangre en su boca.
—¿A que va todo esto? ¿Vas a dejar de fingir que me amas ante las cámaras?— preguntó tragándose el mal sentimiento. El hombre soltó una gran risa, como si hubiera contado un chiste,
—Por supuesto que no, mi niña. No vamos a acabar con todo el cuento que hemos construido por un tropiezo tuyo. — terminó de reír y se colocó serio.— Desde hoy tienes prohibido a hablar con Adrien, haz que se arrepienta de lo que hizo.— ahora fue Chloe quien rió.
—¿Es en serio? Él jamás se arrepentirá. Se nota que no conoces a los Agreste.— entonó divertida.
—Lo harás.— impuso el hombre de todas formas. — Además, tendrás un asesor de imagen y comportamiento. Fingirás ante las cámaras que nada ha sucedido y si te preguntan, les dirás que él regresó a tu departamento arrepentido pero que tú le rechazaste. Nuestra gente ya recreó las imágenes falsas así que no te preocupes por eso.— André era un maniaco, obsesivo, estúpido rey de lo que un gobernador corrupto representa. Sin dudó sintió un tremendo asco.
—¿Por qué yo haría eso?— preguntó mientras sus puños se apretaban con fuerza sobre sus piernas por el enojo contenido.
—Es mejor que tú te encargues de él de esta forma a que yo lo haga de otra forma.— no pudo evitar sentir un cosquilleo recorrer su columna tras esa evidente amenaza. Suspiró contra el vidrio intentando ignorar las ganas tremendas de escupirle en la cara a su papá y bajarse de la limo.— Tú descuida, sólo sigue actuando como mi niña consentida. Ahora mismo nos dirigimos a la gran apertura del Centro Juvenil de Artes Contemporáneas, auspiciado por tu propio padre. Sólo debes lucir bien ante la cámara, ya sabes tu trabajo.— la rubia asintió con un pequeño sonido nasal y tomó su celular para centrase mejor en él y darle like a cualquier estupidez de instagram.
Al llegar pudo ver un escenario montado enfrente del que supuso, sería la sede de aquel lugar que había mencionado su padre. Se veía a varios tramoyistas acomodando materiales y a personas apuradas de un lado para otro; seguramente del otro lado ya estaba todo un público esperando a que André diera el inicio al evento de apertura.
Era sencillo: subir, sonreír, saludar, decir palabras lindas, mostrase orgullosa de su padre, bajar, respirar. No había nada que lo pudiera arruinar.
—Ron ¿Has visto mi guitarra?— ¡Carajo! Esa voz era inconfundible. Regresó a verlo de la forma más discreta posible. Era el chico de mechas azules, Viperion si se acordaba bien. Su garganta se secó y su corazón comenzó a latir rápidamente, quería correr para saludarlo, quería llamar su atención otra vez, pero...
No tendría sentido que una perfecta desconocida quisiera llamar su atención, más siendo la hija del alcalde. Se mordió los labios y se limitó a verlo.
—Músicos.— exclamó su padre.— Siempre sin un caos. Nada más sirven de bufones. No los mires, Chloe; no merecen ni la más mínima atención de un Bourgeois.— Chloe volvió a acomodarse hacia enfrente pero de reojo aún continuaba con su mirada atenta en aquel chico.
Al parecer al fin se había encontrado con el tal Ron ya que le había dado su guitarra y el chico la tomó feliz. Chloe no pudo evitar dibujar una pequeña sonrisa en su rostro al verlo sonreír mientras recibía su instrumento, ese gesto le quedaba espectacular.
—¿Crees que ella vaya a venir?— preguntó el de cabellera azul a su amigo ¿Quién? Una mala e incómoda sensación empezó a revolcarse en el estómago de la rubia. Él lucía deseoso, entusiasmado ante la idea que esa "ella" estuviera presente en su pequeño concierto. Debió suponerlo, después de todo él estaba en el club de los rechazados, él probablemente aún intentaba conquistar a aquella que le había negado un noviazgo.
—¡Con ustedes, el alcalde André Bourgeois y su hija, Chloe Bourgeois!— anunció el presentador. Chloe agitó su cabeza para volver a poner los pies sobre la tierra y concentrase, sin embargo en ese preciso momento vio a Ron susúrrale algo a Viperion a lo que él esbozó una enorme sonrisa y en seguida, camino hacia donde estaba el resto del público. La rubia lo siguió con la mirada.
—Vamos, hija; concéntrate.— le reclamó su padre. Ella asintió intentando enfocarse, debía dejar a Viperion de lado un rato.
Subió al escenario y en seguida las cámaras empezaron a soñar con fuerza. Seguro estaban esperando que luciera derrotada, triste, deprimida para que pudieran sacar una jugosa y falsa noticia sobre su rechazo con Adrien. Su padre empezó a hablar por el micrófono parloteando quién sabe cuántas tonterías mientras ella sólo sonreía y daba pequeños aplausos cuando creía conveniente para lucir como toda una niña mimada.
La mirada de Chloe no tardó en toparse con una cabellera cerceta caminado entre la multitud alejándose cada vez más del escenario acompañado de su amigo Ron ¿A quien buscaba? Frunció un poco el ceño confundida, estirando un poco su cuello para alcanzar a verlo ¿Sería a esa "ella"? Entonces se detuvo en frente de una cabellera oscura y otra rubia ¿Quiénes eran? Avanzó un poco para...
¿Juleka Couffaine? ¿Viperion buscaba a esa insignificante?
—Señorita Bourgeois ¿A quién busca?— preguntó de repente un periodista interrumpiendo el discurso de André. Chloe sacudió un poco su cabeza, mierda, se le había olvidado por un minuto en donde estaba. Abrió la boca, pero no pudo articular ninguna palabra, ni siquiera había estado pensando en responder preguntas.
—¿P-perdón?— pronunció confundida y algo indignada.
—¿Qué a quién busca? Parece que está buscando a alguien.— ni siquiera veía a su padre, pero podía sentir su mirada clavándose con severidad sobre su costado.
—¿No te parece grosero interrumpir el discurso de mi papi por una pregunta tan tonta como esa?— respondió molesta.
—¿No te parece grosero no prestarle atención ni a tu propio padre? — cuestionó un vil cobarde protegido entre la multitud. Estúpido.
—¿Podemos continuar con esto?— preguntó André. Chloe tomó un respiro para no ir y reclamarle a aquel sujeto. Era un idiota que simplemente no lo valía. Apretó los labios molesta y asintió un poco cabizbaja, ahí su padre siguió vociferando un discurso ensayado mientras ella no pudo volver a sonreír como si nada, se vería ridículo si volvía a hacer su sonrisa de Barbie después de eso.
Bajó las escaleras sintiéndose más estresado que nunca. La mirada de su padre se le clavaba en la nuca pero sabía que ahora mismo no se quejaría, sino hasta en la limusina donde nadie más que el mayordomo sería presente de la discusión.
Las noticias no tardarían en aparecer "Chloe Bourgeois, princesa de Paris ¿Será que el rechazo realmente le afectó?" . Y sin duda mencionarían lo distraída que había estado en el evento junto con su conflicto con aquel entrevistador. Su padre no estaría nada contento, ahora su plan de que Chloe arruinara a su mejor amigo no sería tan efectivo.
Y le causaba cierta gracia, ya que si Roderik Bourgeois (su abuelo) se enteraba de esto, seguro mataría a André en su próxima reunión.
Desde su pubertad se prometió no romper ninguna regla, y en una semana ya había roto dos ¿Era este símbolo de una mala racha por venir?
—Buenos días Paris.— escuchó una voz en el micrófono gritar con intensidad. Se encaminó con un poco de curiosidad para ver. Era él, el músico bufón según su padre, ese tonto de cabellera azul que le llamaba tanto la atención. Empezó a mover sus dedos a través de su guitarra con emoción, escapando de las bocinas un sonido rockero y agradable a su vez. Una sonrisa salió de su rostro tan sólo con verlo.
Quizás valía la pena haber roto una regla por ese músico bufón, pensó mientras acariciaba un poco su mentón.
—¡Chloe! Vimos lo que te pasó ¿Estás bien?— regresó su mirada. Era Rose acompañada de aquella gótica sin gracia. Rodó los ojos, le estresaba su presencia; pero agradecía un poco la genuina preocupación de la rubia.
—¿Y ustedes qué hacen aquí, par de lastres?— cuestionó con tono de asco. La rubia no se inmutó, seguía con su eterna buena actitud.— ¿Por qué no se van con el resto de la plebe?
—Venimos con el hermano de Juleka, Luka.— respondió con dulzura mientras dirigía su vista hacia el guitarrista de cabellos azules. Chloe escuchó eso sorprendida: así que esa era la fémina que ansiaba ver Viperion, su hermana Juleka; lo que volvía a Viperion un Couffaine llamado Luka.
El nombre era bonito.
Okey, lo admito, por si no lo han notado tengo algo con el nombre de Luka que me fascina y me dan ganas de mencionarlo siempre como algo principal. Me declaro culpable y predecible en ese sentido.
Adoro ver ese entusiasmo que le tienen a la obra porque créanme, ya tengo esto terminado en borradores y da para largo. Como el romance juvenil no es algo en lo que soy experta lo he organizado muy bien.
Ya quiero contarles más acerca de este proyecto pero esto a penas va empezando esto así que espero que me tengan paciencia.
¿Alguna sugerencia u opinión?
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