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No. 10: No dudará de sus acciones

A Chloe se le revolvía el estómago de tan solo pensar en esa llamada.

No le había dicho nada más, quería verla ese día en Pont Des Arts para "proponerle un trato". Normalmente sólo ignoraría ese bastardo pero sus palabras fueron bastante claras: él sabía que se había colado a un club de hombres, que se había convertido en el mejor amigo del administrador de ese lugar, y que además, eso podía manchar su reputación.

Esperaba sólo estar esperando lo peor. Sí, quizás el tipo era un cretino total, pero después de todo era el hermano mayor de su mejor amiga ¿no?

Negó, el tipo ya la había besado por el solo hecho de querer hacer enojar a Luka, dudaba mucho que sus intenciones con esa llamada fueran buenas.

—Aquí le traje el té negro que pidió, señorita.— pronunció Jean entrando a la habitación. Alzó la vista, la Bourgeois estaba viendo una vieja caricatura que le gustaba cuando era niña.— ¿Cuál episodio está viendo esta vez? ¿Cuando el niño regresa al pasado con sus hadas para ver qué sucedió en la niñez de su loco profesor? — La rubia no respondió. Jean la siguió viendo con preocupación.— Señorita, hay algo que he querido decirle.

Chloe por fin regresó su vista hacia su mayordomo.

—En un mes es el cumpleaños de mi esposa y, bueno, me gustaría invitarla a pasar ese día con nosotros. — La invitación la tomó por sorpresa, pero al mismo tiempo se sentía conmovida.— Será una comida sencilla.— dijo algo apenado el hombre.— Es que le he contado tanto de usted que es como si la conociera de toda la vida.

—Espero que cosas buenas.— bromeó Chloe. Jean sonrió un poco.

—A mi esposa no le puedo ocultar nada, así que usted sabe que esperar. Pero si algo debe tener por seguro, es que ella la ve a usted a través de mis ojos, así que no tiene que preocuparse.

Y ahí se empezó a cuestionar más sobre el trabajo de ese mayordomo, sabía que contaba con su lealtad, incluso con su amistad, pero últimamente, sentía un lazo más fuerte del que nunca había sentido con nadie.

Como si fuera su familia.

—Ten por seguro que ahí estaré, sólo pásame bien los datos ¿De acuerdo?— A ese hombre le debía tanto, que no cumplirle aquello no solo se le haría grosero, sino que también sería desleal de su parte.

El hombre asintió a penas conteniendo su emoción.

—Por ahora le dejaré en agradecimiento por haber aceptado mi invitación, pero más adelante le volveré a cuestionar sobre su estado emocional.

Y se retiró. Chloe mantuvo la sonrisa con la que Jean la había dejado, se imaginaba lo afortunado que eran los hijos de Jean de tener un padre tan atento como él, alguien tan divertido y responsable.

Se sentía afortunada de tenerlo en su vida y hasta ahora era consciente de eso.

Miró su teléfono recordando aquella llamada.

¡Al diablo todo! No se sometería a ese idiota fuera el trato que le quisiera hacer. Iría de frente y le confesaría la verdad a Luka, buscaría demostrarle que en verdad le interesaba tener una amistad con él, que no había sido su intención engañarlo.

Respira hondo, agarra valor, llama. Sólo tres pasos Chloe ¡Vamos!

Pero antes de lograr su cometido, el celular de Star Wars sonó.

Era Luka. Era extraño que lo llamara, normalmente sólo se comunicarán por mensaje por obvios motivos.

Respondió confundida.

—Hola, Collin.— Le escuchó pronunciar. "Collin" hizo un pequeño sonido nasal en forma de respuesta.—Y-yo, perdón por la llamar así, sé que es grosero de mi parte. — Guardó un poco de silencio.— Quería verte hoy pero me dijiste que ibas a estar ocupado, iba a esperar pero...

¿Por qué se le escuchaba tan nervioso?

—No entiendo porque en el mundo, alguien rechazaría a alguien como tú.

Sintió como si él mismo tiempo se hubiera detenido en ese momento.

—Es que, dios, sabes colarte bien en el corazón de las personas. Y no sé cómo te las arreglas para que tu rostro sea tan expresivo, jamás olvidare lo mucho que tus ojos brillaron al ver los elefantes, no hay palabras para describir esa imagen.

Empezaba a temer lo peor ¿Cómo algo se podía sentir tan bien y mal al mismo tiempo?

—Estoy tan ansioso de poder entenderte con fluidez, de ser yo quien te escuche, me imagino cuantas cosas tienes por decirme. — Tomó aire.— Lo único que me alegra de que te rechazaran, es que me permitió conocerte. No sé si sufriste ese día, no sé si realmente la pasabas mal, no sé ni porqué o quien te recomendó ir ahí; pero desde ese día mi vida no ha vuelto a ser la misma.

Las palabras del día anterior empezaban a hacer eco en su cabeza.

—Sé lo que esto parece, y la verdad, ni siquiera yo sé si te estoy declarando mi amor por ti.— "Por favor, Luka, cállate." Se dijo en la mente.— Mientras pensaba en llamarte o no, intente aclarar mis sentimientos por ti, la verdad es que ahora agradezco que aún no me hayas colgado. Decir esto en voz alta hace que ahora tantas cosas tengan lógica.

¿Por qué esto le tenía que pasar a ella? ¿Por qué se había metido en este lío?

—Collin, sé que ahora no me lo puedes responder, pero ¿Me dejarías ser tu novio?

¿Cómo unas palabras tan lindas podían desgarrarte el alma? ¿Cuándo había empezado a llorar?

—Espero que pronto nos podamos ver para decírtelo de frente como se debe. Por ahora, me conformo con que ya sepas la verdad, si dices que no, tranquilo, ser tu socio también es todo un privilegio. Sólo quería que supieras lo afortunado que me haces sentir de tenerte en mi vida.— ¿Por qué había tenido que complicarlo todo?— Hasta luego, Star Wars.

Chloe se tiró sobre su cama y apretó los párpados.

¡Por supuesto que le iba a decir que no! ¡Una mierda a todo! Gruñó del enojo al tiempo que se removía sobre las sábanas.

Que asquerosa deshonesta era. Que repudiable el no poder estar con la persona que tanto te gusta a pesar de que él también lo quería.

Pero no podía desaparecer como Collin ahora. Aunque no fueran novios, eran amigos, y si su rechazo le dolía, romper con su amistad le dolería aún más. Necesitaba a Collin, lo necesitaba para poder cuidar de Luka, para poder hacerlo feliz aunque sea como eso, un niño que sólo podía escucharlo y ser su incondicional socio.

Se cubrió con las manos el rostro e intentó respirar. Debía haber una manera de arreglar todo esto.

Su alarma sonó. La vio sintiendo esa pesadez en su pecho.

Era hora de irse a encontrar con Gerald y esperar que las cosas no se tornaran peor para ella.

Buscó ropa vieja y una sudadera que encontró en cosas perdidas, lo que menos quería era que se enterasen que iba a encontrarse con ese sujeto y que empezaran a especular cosas que no.

No se podía concentrar del todo, las palabras de Luka seguían retumbando en su cabeza y sólo buscaba una y otra vez como saldría de esta pesadilla disfrazada de sueño en la que se había sumergido.

—Mira nada más ¿Chloe? Sí que te gustan los disfraces.— Fue lo primero que dijo Gerald al encontrarse en aquel sitio.

—¿Podemos ir directo al grano? No tengo tu tiempo.— Aún ni siquiera escuchaba lo que decía pero el odio la carcomía por dentro. El sólo hecho de imaginar que el bastardo sumergió su lengua en su boca sabiendo que se trataba de ella la llenaba de asco.

—Que lastima porque te conviene, primor; a menos que quieras que todo Paris se entere que te disfrazas de...— La miró con cierto desdén.— bueno, ya sabes que. Nada en esa situación te favorece. Pero para tu alivio, estoy dispuesto a negociar mi silencio por un precio demasiado bajo.

Chloe pensó bien lo que acababa de decir. Quería rechazar su oferta y tirarle una patada en la entrepierna; conociendo el tipo de persona que era Gerald sabía que su precio en realidad no era bajo.

Pero después pensaba en lo que Luka había dicho hoy ¿Qué pasaría si se enterara que la persona por la que había gastado tiempo en todas esas clases era una farsa? La misma persona a la que se le declaró.

Y aún peor: su padre. Maldita sea, era tan capaz de mandarla a un psiquiátrico sólo por esto, eso si su abuelo no antes decidía matarla o encerrarla en algún sitio para evitar la vergüenza.

—¿Por qué harías eso?— Lo reflexionó. En teoría a él nunca le había hecho nada malo como para decidiera hacerle tanto daño. Él soltó una risa.

—Guapa, hiciste que me humillaran y que me despreciaran. Agradece que estoy aceptando negociar contigo.

—Eso lo lograste tú solo, animal.— le respondió con repudio. Él alzó su mano divertido pretendiendo acariciar su mejilla, a lo que Chloe lo evitó de un manotazo.

—Ya, pórtate bien. Yo sólo quiero lo mejor para ti ¿Entiendes? Podemos llevar las cosas tranquilas.

—Ve al grano, carajo. Di de una vez lo que quieres a cambio de tu silencio.— gruñó la fémina.

—Ya, ya. Sí que eres una fiera. Me alegra que mi silencio si te haya interesado.— Chloe se sentía capaz de partirle la cara si seguía sin decirle nada.— Sé mi novia, sólo eso.

Maldita sea, maldita sea, carajo, que ganas de pudrirse y que se la tragara la tierra.

—¿Qué?— fue lo único que pudo pronunciar en ese momento.

—Como lo oyes. Mi silencio es a cambio de que seas mi novia públicamente. ¿Sabes? Iba al club de los rechazados porque me rechazaron y aún así fui echado de ahí; tú en cambio eres mucho mejor partido que la tipa que me rechazó ¿y te imaginas lo humillados que se sentirán los del club al ver que salgo con la mismísima hija del alcalde?

Desgraciado. Sentía su pecho subir y bajar del coraje, unas ganas tremendas de arrancarle la lengua para que se callara de una maldita vez. Pero de su boca seguía sin salir ni una sola palabra.

—¿En serio te la estás pensando?— continuó él en tono burlón.— Digo, para mí la respuestas es demasiado obvia; después de todo tu padre es claramente un hombre severo contigo, él te alejaría de todos, incluyendo...— Se acercó a su oído.— Viperion ¿Sabes lo traicionado que lo dejarás? Y yo no dudaré ni un segundo en decirle cuánto le advertí sobre ti, en hacer que él te odie como no tienes una idea, que vea en ti la peor persona del mundo.

¿Valía hacer todo esto por una persona que a penas conocía? Quizás no, pero aunque no lo hiciera por Luka no tenía opción, tampoco quería enfrentar a su padre.

—¿Por cuánto tiempo será esto?— preguntó resignada, con su corazón rendido, sin siquiera poder verlo a los ojos. Gerald se sentía como todo un campeón.

—Hasta que me aburra, siendo tú no creo que esto dure más de un año. Pero descuida, preciosa, prometo no ser celoso. Si aceptas podrás ver a Luka cuánto quieras y seguir acudiendo al club, aunque claro, nada de darte cariñitos con él.— Odiaba el cinismo en su voz, de hecho, odiaba cada parte de él; pero el hecho de sentirse entre la espada y la pared podían más con ella, no era capaz de mostrar este aclamado odio.

—Entiende que esta no es una situación fácil, solamente te pido una semana más para pensarlo. Te daré mi respuesta.— Él negó sin quitar esa sonrisa de su rostro.

—Te doy tres días. Si para entonces no me has dado la respuesta, iré con mis pruebas a las redes sociales y me encargaré que todos sepan ¿Entendido?

Chloe asintió en silencio.

—¿Ya me puedo ir?— Él aceptó. Al parecer todo fue más breve de lo que creyó, pero el,a lo sintió como una eternidad.

Empezó a sentir que le faltaba el aire.

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