6. Libra
— ¿Lo hiciste?— dice su mejor amiga.
— ¡Sí!— gritó con euforia mientras le mostraba la pequeña bolsa.
— ¡No mames Libra! ¡Estás loco!— dijo sorprendida—. Pero cuéntame ¿cómo fue? ¿qué le dijiste? ¿qué hiciste?
— Pues..— el chico tomó un color carmesí en sus mejillas y tomó aire para contarle—. Me acerqué a él y le pedí de esto, primero se sorprendió porque no creía que trajera el dinero suficiente pero cuando me vio con el fajo de dinero se sorprendió aún más.
— ¡Ah! ¿en serio?— gritó emocionada.
— Sí y después me hizo la platica amiga, y...— la mira.
— ¿Qué? ¿qué más?
— ¡Hoy me invitó a su fiesta!— ella junto a él se abrazaron felices y gritaron con emoción—. ¡Tenemos que ir! por favor, amiga.
— ¿Crees que nos acepten?— lo mira.
— Por algo me invitó y yo puedo llevar a quien yo quiera.— sonríe.
— Bueno, iremos, pero...
— ¿¡Qué!? ¿¡Qué!?— dijo desesperado.
— Hay que celebrarlo ¿no?
— Está bien, yo invito el almuerzo.
— No me refiero a eso tonto.
— ¿Entonces?— le quita la pequeña bolsa que cargaba y se la muestra.
— Aprovechemos esto.— sonríe.
— ¿Estás loca?! sabes lo que es ¿no?
— ¡Obvio que sí! si no, no te lo estuviera diciendo.
— Sabes que es peligroso, ¿no?
— ¿Entonces para qué lo compraste?
— ¡Sabes muy bien para qué!— atacó.
— Pero sería un desperdicio si no lo utilizamos. ¡Anda! tú y yo nunca hemos hecho esto y...no estaría tan mal probarlo ¿no crees?— dijo convincente.
— No lo sé...— suspira.
— Nunca lo hemos hecho, solo hay que hacerlo un poco y si no nos parece, te lo quedas y lo guardas como a un trofeo.— se burló.
— Me da un poco de miedo...
— ¡Vamos! ambos somos conscientes y no dejaremos que se nos salga de control, y pase algo malo...— lo mira—. Por favor.
Libra suspira y después accede.
— ¡Está bien! pero solo un poco.— advierte.
— ¡Sí, te lo prometo!— su amiga se expresa feliz.
— Y ahora...— mira a su alrededor—. ¿A dónde nos vamos?— la chica sonríe.
— ¡Ven!
Su amiga se levanta tomando su mano y en el preciso instante que suena el timbre para dar señal a la siguiente clase, ellos corren hacia la parte trasera del instituto donde nadie se da cuenta.
Trepan la barda para salir y corren hacia un parque que se encuentra a pequeños metros de distancia.
— ¡Virgo, estás completamente loca!— dijo el chico mientras tomaba aire.
— Te fijaste, casi nos descubría el profesor de Química.— ríe agitada—. ¡Odio química! Odio a los profesores, odio al maldito sistema.
— El sistema es una mierda.— ambos se sientan en una banca y sacan la pequeña bolsa.
— Un día de estos me gustaría cagarles en la cara a los superiores y decirles: "¿Les gusta la mierda? ¿no les gusta? pues así se ven y saben, ¡a pura mierda!"— Libra ríe.
— Te amo Virgo, nunca me arrepentiré de haberte conocido.— sonrió.
— Oye, yo fui quien te salvé del hijo de puta de Aries.— al escuchar ese nombre de inmediato el chico borró su sonrisa.
— Sí, ese...— soltó un suspiro.
— ¿Por qué nunca te defiendes?— lo mira—. ¿Por qué le tienes tanto miedo?
Libra baja la cabeza.
— No puedo decírtelo...
— ¿Qué sucede?
— No puedo, no ahora y por favor no me presiones.
— Está bien, te dejo en paz, dejaremos esta conversación por terminada pero sabes que algún día tendrás que decírmelo, no te vas a quedar callado toda la vida... sabes que soy muy insistente.— él suelta una leve risa.
— Lo sé, pero no ahora ¿sí?— Virgo asiente.
— Ahora...vamos a disfrutar de esta cosa ¿o no?— dijo para tratar de animar esta situación incómoda.
— Sí...— asiente—. Será algo interesante, aunque me siga dando un poco de miedo...
— ¡Vamos! no pasará nada.
Aquellos mejores amigos pasaron un buen rato, saltándose las clases y probando algo nuevo, solo que con sus precauciones y moderación.
Virgo se sentía bien, parecía como si no hubiera pasado nada, le había causado un poco de satisfacción pero sabía que eso no iba a ser lo suyo.
En cambio Libra se sentía relajado y feliz, era algo que necesitaba desde hace mucho tiempo ya que en casa es un infierno. Sus padres se la viven peleando y cuando aprovechan la oportunidad de darse cuenta que está en casa, lo menosprecian y eso ha ocasionado que reprima sus sentimientos y morderse la lengua antes de confesarles sus preferencias sexuales.
Incluso en el instituto, ya que aún existen personas idiotas que no aceptan estas preferencias pero hay una persona que se ha encargado de literalmente divulgarlo, su nombre es Aries. Él ha dicho a todos que es "Gay", aunque Libra nunca lo negó ni lo afirmó ya que no necesita rendirle cuentas a nadie pero aún así la gente es idiota y algunos se la han pasado molestándolo llamándolo "Marica", entre otros sobrenombres.
Más tarde a la hora de la famosa fiesta, Libra estaba más que emocionado y nervioso. Vestía algo casual pero siempre se veía perfectamente bien con lo que llevase.
Llegó junto a su mejor amiga, al entrar los recibió una cantidad de jóvenes considerable para decir que se trataba de una gran fiesta.
— Dios...estoy nervioso.— dijo frotándose los brazos ya que tenía los pelos de punta.
— Tranquilo, actúa normal.— su amiga trató de calmarlo.
— No lo veo por alguna parte, ¿tú lo ves?— la miró.
— No, pero...— Virgo pareció quedar muda, no se movía, ni siquiera parpadeaba.
— Eh...¿estás bien?— preguntó pero no recibió respuesta alguna—. Oye, Vir...— tronó sus dedos frente a su rostro y fue en ese momento donde ella pudo reaccionar.
— ¿Eh? ¿qué pasó?
— ¿Qué pasó?! ¿¡en serio!?— la miró incrédulo—. Te hablaba y parecía que estabas en otro planeta.
— Es que...— suspira—. Olvídalo, no es nada.
— ¿Qué sucede?— la miró atento y pudo percibir que no quitaba la vista de algún lugar en la fiesta y sus mejillas comenzaban a tomar un color rosado.
— ¿Q-quién es ella?
— ¿Quién?— Virgo señaló a una peli negra.
— Oh, no...¿en serio? ¿¡ella!?
— Nunca..la había visto en toda mi vida...— dijo perdida.
— Debe ser una broma.
— Me acercaré.
— ¿Qué? ¡ni lo pienses!, pierdes tu tiempo.
— Al menos lo intentaré, cosa que tubo haces.— atacó la chica, después tomó aire y se dirigió a aquella chica que acababa de ver pero a los pocos segundos volvió.
— ¿Qué pasó?— dijo intrigado.
— Olvídalo, tenías razón.— suspira.
— ¿Qué te dijo?
— Le dije hola, me miró desconcertada pero al escuchar mi nombre su rostro cambió a uno de desprecio, después me dijo: "Aléjate de mi lencha, ni en tus sueños vas a estar conmigo", y después regresé.
— ¡Pero que grosera!
— Descuida, ya he estado acostumbrada a no tener siquiera amigas porque todas creen que quiero con ellas. Pero no se dan cuenta que tienen una cara del orto.— suspira.
— ¡Bienvenida al club!
— ¡Hey, amigo!— escuchó a sus espaldas.
— No puede ser...— al escuchar esa voz los pies le temblaron.
— Anda, ve un rato. Yo estaré bien.— lo animó dándole un leve empujón para que caminara.
— ¡Aquí estás!— lo saludaron.
— H-hola...
— ¿Cómo estás? ¿disfrutaste de ese paquete?— lo miró sonriente.
— Eh..sí, claro, pase un buen rato.— sonrió tímido.
— Me alegro hermano, si quieres para ahora solo pídelo.
— Así estoy bien...
— De acuerdo, por cierto...¿cuál es tu nombre?— el corazón del chico latió a mil por hora.
— L-libra...
— ¡Mucho gusto Libra!, yo soy Capricornio.— le sonrió y después lo abrazó por los hombros llevándoselo a otra parte—. ¡Oigan chicos! Él es Libra, mi nuevo amigo y...un buen cliente.
Al escuchar esas palabras los chicos que rodeaban su entorno comenzaron a gritar y hacer mucho ruido, le entregaron un vaso lleno de alcohol dispuestos para chocar sus vasos y beber.
Fue en ese entonces donde se dio cuenta que esto iba para largo.
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