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Capítulo 4: Las matemáticas apestan

Estaba casi segura que Carry se había dado cuenta de lo que pasó, porque se daba cuenta de todo y eso me ponía los pelos de punta. Podía engañar a las demás, pero a ella no, me conocía muy bien.

De buena suerte nos centramos en lo que Jimin había dicho, que el chico nuevo de su club de judo parecía sentir cierta atracción por él y es que, ¿quién no? Era demasiado guapo, bonito y amable como para dejarlo escapar y no querer morderle una nalga. En fin, fuimos a buscar a ese chico en cuestión porque necesitábamos saber quién era y yo tenía que dar mi aprobación como la hermana mayor que era.

—No empujen — decía yo molesta, las demás nos siguieron y ahora intentaban asomarse para ver al chico que estaba solitario debajo de un árbol durmiendo.

—Ay, yo también quiero verlo, necesito saber si se merece a nuestro Jimin — dijo casi llorando InSoo, rodé los ojos.

—Lo dicen como si ya me fueran a casar con él — se quejó molesto haciendo berrinche.

—Shh — siseó Carry — no olvides que en esta escuela no hay mucho gay de donde escoger, así que no te pongas de exigente

Asentí de acuerdo en eso, claramente mi hermano no se podía dar ese lujo hasta que fuera a la universidad y ahí tendría filas de gays que lo querrían tener. De mientras el chico pálido podía funcionar como un novio bonito que le llevara flores, intenté acercarme más para verle la cara ya que desde donde estaba era imposible.

—Aish, no me pisen — dicho eso alguna me empujó y salí volando de mi sitio para irme de golpe hacia enfrente.

A duras penas pude poner las manos para evitar darme en la jeta.

—¡Ahhh! — Solté, no podía caerme sin soltar un gritito, estaba viendo el césped con los ojos bien abiertos sin creer que me había librado de un golpe, iba a girarme para ir a darles golpes a mis amigas por tirarme.

—¿Estás bien? — Preguntó alguien y yo alcé la vista encontrándome con el chico pálido.

—Ehhh no lo sé — respondí de manera inteligente.

—Quizá si te levantas — al decir eso me di cuenta que seguía en cuatro enfrente de él y no de manera sexual.

—Oh, sí, eso — me puse de rodillas y quedé sentada frente a él, lo miré detenidamente sin saber qué decir o hacer, era muy guapo debía admitir.

Tenía un aire de rapero underground, cabello negro con un corte simple así como una perforación en la oreja, me preguntaba cómo había logrado que le dejaran ir a la escuela así. Sus zapatos eran unas botas de cuero que casi no resaltaban, pero yo me percaté enseguida, luego tenía unos pequeños ojitos y parecía tener sueño, sus labios eran delgados y rosaditos. En conclusión era lindo y quería ser rudo al mismo tiempo, me recordaba a Kumamon, no pregunten por qué.

—¿Eres nuevo? — Pregunté de repente, gran idea la mía.

—¿Por qué todo mundo me pregunta lo mismo? Sólo cambié un poco mi estilo y ahora parece que resalto — bufó algo molesto, apoyó su mentón en su rodilla que había subido.

—Ya veo, pues sí destacas — medio sonreí, tenía ganas de gritarle a Jimin que saliera del escondite, aprobaba a este chico para mi hermano y ya los quería casar.

—Umm — cerró los ojillos e hizo un ruido que me pareció lindo.

—¿Por qué cambiaste de repente? — Siguió en la misma pose lanzando ese ruido — ¿Quizá quieres llamar la atención de alguien? — Abrió los ojos de repente.

—No — sonó más falso que decir que Sehun era el vocalista de EXO — Bueno sí pero no wa a desir

Me comencé a reír como loca al escuchar eso y él medio sonrió, me limpié una lágrima falsa y me acerqué más a él.

—Deberías simplemente hablar con él — aconsejé sabiamente, vamos, soy toda una experta cuando no se trata de mí.

—Lo dices tan fácilmente — suspiró dejando de tener tan tensos los hombros y luego se enderezó para verme — ¿Cómo sabes que es un él?

Sonreí al notar que apenas se daba cuenta, regresé a una expresión seria.

—Verás — hice como que le iba a decir el secreto de su vida, fui hacia su oreja y él me dejó — yo sé quién te gusta porque...yo soy tu padre — agregué con voz de Darth Vader.

Me fui hacia atrás riéndome a carcajadas, a él no le hizo gracia y la verdad era un chiste muy malo.

—Me la creí — se quejó y yo volví a calmarme.

—Mira, eres muy obvio y ahorita mi hermano está halagado pero en crisis, jamás alguien había querido con él, lo cual es extraño con lo bonito que es — empecé a explicarle y él alzó una ceja.

—¿Eres hermana de Park Jimin? — Asentí, le tendí mi mano derecha.

—Park Namkyu, un gusto — él la aceptó algo confundido, dar la mano no era muy común pero son cosas que me ha pegado mi prima — Me agradas y quiero ayudarte, así que si quieres no le diré que sé que gustas de él, pero podrías juntarte con nosotros e intentarlo conquistarlo si nos volvemos amigos

—Oh, creo que eres mi ángel — seguía teniendo una voz seria y gruesa al decir eso, aun así pude captar su agradecimiento.

—Entonces vamos — me levanté de inmediato para llevarlo hacia donde sabía que seguían los demás — Amigos, este es...— había olvidado preguntar su nombre.

—Min Yoongi — se presentó él solo, aunque se dirigía a todos su mirada estaba clavada en Jimin.

Mi hermano tragó duro, me miró a mí y luego al chico, sus mejillas se sonrojaron y supe que ahí comenzaba una historia yaoi muy rica.

***

Mi prima Chiaki que era dos años mayor que yo decía que la universidad era peor en las tareas, pero en este momento viendo mis problemas de matemáticas no podía creer sus palabras. No considero que alguna persona pueda ser buena en todo, yo por ejemplo amaba leer y cualquier cosa que implicara eso no me era difícil, sólo que agreguen números con letras y ahí valía madres.

—No entiendo esto — me jalé el cabello, estaba a punto de tirar todo y saltarme la clase de matemáticas de mañana para evitar entregar la tarea cuando me llamaron.

—Si quieres te ayudo — giré a ver hacia mi ventana y del otro lado donde estaba el balcón se encontraba Namjoon viendo hacia mí.

Abrí la boca un poco, ya saben que me pongo embelesada con ese hombre. Quería gritarle que sí porque mi estómago seguía revolviéndose como licuadora cada que lo veía y no entendía por qué me sucedía eso precisamente con él cuando apenas lo conocía.

—No, gracias, estoy bien — mentí descaradamente aunque sabía que no estaría nada bien.

—¿Segura? — Asentí sin mirarlo y regresé a mi cuaderno.

De reojo pude notar que su figura seguía ahí parado esperando que me retractara, no fue así y luego lo vi desaparecer. Suspiré sonoramente, sólo a mí me pasaba semejante cosa cuando me gustaba alguien por fin luego de tanto.

Mis relaciones amorosas tenían ciertos altibajos desde hace tiempo, había experimentado varias cosas y en algunas no era una inexperta, no me avergonzaba decirlo, pensaba que amar era una cosa muy bonita que se tornaba horrorosa. Me di cuenta que yo me dejaba arrastrar mucho en una relación, era la clase de chica que cuando tenía pareja se perdía en ella y se alejaba del mundo, me embelesaba demasiado y a mí misma me parecía patético pero así era yo y ni como cambiarme. Por eso evitaba que me gustara alguien, sin embargo ahí estaba Namjoon del otro lado con una hermosa sonrisa que me había hecho perder aquella actitud en un segundo.

No quería dejarme llevar porque era imposible al ser él primo de la rata, sería traicionar a mis amigas y lo que menos necesitaban era que me pusiera como idiota en estos momentos y precisamente con él. Pero traten de explicarle eso a mi hipotálamo cada que lo veía...

Ni modos, de vuelta a los problemas de matemáticas.

****

Hacer mi tarea yo sola no fue buena idea, porque al final el profesor me regresó todo diciendo que lo había hecho mal y debía rehacerlo para entregárselo de nuevo, ¿se dan cuenta de lo triste que era eso? Todos se iban a quitar esa tarea de encima menos yo.

—Es extraño como eres buena en todo lo demás menos en matemáticas — comentó de repente InSoo quien se sentaba a un lado de mí.

—Claro que no, no se puede ser buena en todo — argumentó Carry detrás de mí, desde hace rato estaba sintiendo su mirada clavada en mi espalda.

—En eso tienes razón, no se puede y al parecer no tengo habilidades en mates — suspiré fuertemente.

—¿Qué harás? — Preguntó InSoo preocupada mientras sacaba unas galletas, me preguntaba de dónde sacaba tanta comida.

—Iré a la biblioteca a consultar algún libro que me explique esto de nuevo — me levanté, no iba a lograr nada si seguía con el culo en la silla.

—¿Existe un libro como ese? — Volteé a ver a Carry y asentí.

—Al menos eso espero — hice un puchero antes de irme completamente de ahí.

A medio camino me fui animando, me gustaba ir a la biblioteca y bien podría revisar algún libro para llevarme a casa, aunque ya tenía muchos libros que leer y lo que menos necesitaba era distracciones cuando no podía quitarme la tarea de encima. Entré con calma a la silenciosa biblioteca, pasé de largo de los cajones donde se ponían las mochilas porque sólo llevaba mi cuaderno de mates y mi cartuchera.

Fui directamente al área de matemáticas en donde seguramente estaba el jodido libro de Baldor, odiaba a ese libro ya que me hacía la vida imposible pero también sus explicaciones me ayudaban de repente. Tomé uno de los tantos ejemplares que había para irme a una mesa vacía, sin embargo no pude evitar ir a la sección de Literatura, me dirigí a la escasa parte donde se encontraban las novelas extranjeras, había un libro que quería leer desde hace algún tiempo.

—Ahí estás — murmuré al ver el título en el lomo del libro café, era una colección de cuentos de LoveCraft, estaba por reclamarlo como mío cuando otra mano se interpuso en mi camino y chocamos.

—Namkyu — dijo mi nombre, tuve que alzar la vista para toparme con los hermosos ojos de Namjoon, sentí calor en mi cara por tenerlo tan cerca.

—Eh...— balbuceé, al parecer olvido qué clase de cosa soy cuando estoy cerca de él.

—Puedes tomar el libro — no me fijé que ya lo tenía en sus manos y me lo tendía.

—No, tómalo tú — traté de decir, mi voz sonaba temblorosa, como si me costara elegir las palabras y luego sonara poco convincente.

—Está bien, puedo esperar a leerlo — siguió tendiéndomelo, negué con la cabeza.

—En serio, llévatelo tú — empecé a retroceder para irme corriendo de ahí, no podía estar así con Namjoon.

—Pero...— intentó decir, me di la vuelta, sin embargo algo tenía que pasar como siempre.

Al darme la vuelta me giré tan fuerte que mi lapicera salió volando hacia el otro lado y golpeó contra la pared causando un gran ruido, subí los hombros escondiendo mi cabeza y haciendo una mueca de horror. Namjoon me quedó viendo y luego a la lapicera, seguía sin moverme por la pena, así que él fue hasta allá para recogerla por mí.

—Gracias —dije intentando tomarla, sólo que la retiró antes de que pudiera tocarla, fruncí el ceño ante ese gesto.

—Te la devuelvo si antes me respondes una pregunta — no sonaba amenazador, simplemente estaba tranquilo, no podía subir tanto el volumen de su voz así que se acercó bastante a mí para que le escuchara mejor, algo me decía que lo hacía a propósito para que oliera su perfume — ¿Por qué me intentas evitar?

Olía a...no sé qué era exactamente, pero era delicioso, a hombre.

—No intento evitarte, ¿por qué preguntas eso? — Reí algo nerviosa, no podía sonar más falsa, podía mentir bien pero con este hombre cerca de mí aquello era imposible.

—Lo haces...al menos eso creo, pensé que quizá entre nosotros había algo — retiró la mirada y se rascó la nuca algo confundido — especial — completó.

No sabía si rodar los ojos porque había sonado tan cursi o si ponerme a chillar porque me había encantado lo que dijo.

—Umm — parecía que estaba mascando algo, pero no, era la única cosa que me salió en ese momento.

—Perdón si te estoy molestando — pasó a mi lado dejando mi lapicera y listo para irse.

En un microsegundo pensé: Verga, haz algo.

Perdonen mi vocabulario.

—Oye — lo tomé del brazo para impedir que se fuera y él se giró hacia mí — ¿Sigue en pie tu oferta sobre ayudarme con mi tarea de matemáticas? — Pregunté intentando sonar amable y convincente, aunque seguramente tenía cara de culpa y ansiedad.

—Seguro

***

Resultó que Namjoon era muy bueno en matemáticas, sólo con un rato de explicación y de que yo dejara de babear por ver sus labios ricos que tenía ganas de morder, entendí que era un caso perdido en esto y que mejor me iba a vender chicles en el metro.

No, mentira, sí logré hacer mi tarea con la gran ayuda del sabroso a mi lado.

—Cuando tengas más dificultades puedes decirme y te puedo seguir ayudando — se ofreció guardando el lapicero que andaba en un bolsillo de su pantalón, tenía una media sonrisa y es que estábamos sentados en un pasillo de la biblioteca entre estanterías.

—Gracias, debí aceptar tu ayuda antes y me habría evitado la vergüenza de aventar mi lapicera — dije mientras jugaba con mi falda intentando que no se me levantara tanto, porque estaba con las piernas cruzadas en el piso.

—Tranquila, a mí me pasan cosas así todo el tiempo, normalmente rompo mucho las cosas — comentó y yo no entendí eso.

—¿Romperlas? ¿Eres violento? — Tenía curiosidad y mi parte pervertida gritó en mi cabeza: ROMPEME A MÍ.

Exclamó la damisela.

—No, para nada, soy alguien tranquilo o al menos eso pienso de mí — se cruzó de brazos — lo que pasa es que por alguna extraña razón las cosas que toco se rompen, como esos lentes de sol que sólo abrí para ponérmelos, o esa cafetera que simplemente usé y se descompuso, también esos miles de platos que he quebrado, una vez doblé una cuchara, también he roto floreros y ventas por simplemente pasar mi mano — parpadeé varias veces al escuchar eso.

Podía imaginarme la cara que pondría cada que le pasaba, sería muy gracioso verlo y sin poder contenerme me comencé a reír de ello.

—No te rías — me pidió dándome un ligero empujón, entonces se me ocurrió una gran broma.

—¡Auch! — Me quejó tocándome el hombro que me había empujado, él cambió su expresión a una de preocupación — Me duele, mi hombro — decía entre jadeos de dolor.

—¿Qué pasa? No me digas que te disloqué el hombro — sonaba muy asustado y ya tenía sus manos sobre mí para ayudarme.

Saqué mi lengua.

—Es una broma — dije riéndome, su cara cambió a una de enojo y luego de repente mostró una sonrisa — ¿Qué? ¿Estás pensando en cómo vengarte de mí? — Negó con la cabeza.

—Tú sonrisa es muy bonita

Y de alguna forma, obtuvo su venganza porque aquello me mató.

—Afdksdfdgk — medio dije, aquello no tenía ni puta forma.

—Me dirás entonces por qué me evitas — me hice más hacia atrás, quería salir huyendo de él.

—Yo...umm — no sabía si era buena idea decirlo, pero cómo se decía aquello.

"Fíjate que es porque odio a tu primo por ser imbécil, así que fundé un club anti él, donde le jugamos bromas pesadas y una de las reglas es no acercarme a gente cercana a él, así que eso te incluye"

No sonaba tan mal... ¿A quién engaño? Sonaba feo, a menos que contara la verdad a medias.

—La verdad...es por tu primo — empecé a decir — él me hizo algo a mí y a mi hermano que jamás le perdonaré y tuve miedo de que fueras como él

Decir la verdad a medias se sentía relajante, alcé la mirada porque Namjoon me estaba observando con cuidado.

—¿Qué te hizo? — Negué con la cabeza.

—Preferiría no contarlo, de todas formas es algo que está en el pasado — suspiré, mis propias palabras me contradecían.

Si ya estaba en el pasado, ¿por qué seguía haciendo estas cosas infantiles contra él?

—Me alegra que lo veas de esa forma, lo peor que podrías hacer es seguir estancada con ello — tragué duro al escuchar eso, claro que seguía estancada en mi infancia cuando se arruinó nuestra amistad — Gracias por decírmelo, ahora lo entiendo

Mostraba sus hoyuelos con alegría, me sentí feliz de poder presenciar eso. Era consciente del hecho de que apenas conocía una pequeña superficie de lo que era Namjoon, que no podía sacar conclusiones precipitadas sobre él de ningún tipo aún, sin embargo ya me sentía más confiada de que no era mala persona, era imposible con tal sonrisa.

—¿Te gusta mucho leer? — Cambió de tema, señaló el libro por el cual nos habíamos encontrado ahí, asentí.

—Demasiado, ¿y a ti? — Entonces comenzamos una diferente plática.

Ahora me sentía más segura de conocerlo, quería hacerlo, saber más de él y al mismo tiempo dejar que me conociera.

****

Al salir de clases fui junto a InSoo y Carry por Jihun quien estaba en un diferente salón, ahí nos alcanzó Nara y Jimin quienes venían con platicando de manera alegre. Nosotras tres éramos de segundo año, así como Namjoon y la rata, ellos eran de primer grado, por eso ni siquiera nuestros salones estaban cerca. Fijé mi mirada hacia más al fondo del pasillo donde estaban los salones de tercer año, de ahí venía Yoongi con paso decidido hacia nosotros y caminaba de una forma muy cool.

—Ahí viene tu amor — le murmuré a Jimin que ya estaba a mi lado, le jalé una mejilla y él se puso rojo.

—No somos nada — explicó, no le creí.

—¿Te gusta? — Quise saber, conocía a mi hermano y definitivamente le gustaba.

Desde que fue rechazado a temprana edad por un chico imbécil como ustedes saben, él se había vuelto un chico muy tímido. Pasó por una etapa complicada en la que no se despegaba de mí por inseguridad y se escondía todo el tiempo, luego empezó a subir mucho de peso haciendo que su autoestima bajara bastante a los 13 años cuando estaba entrando a la pubertad. Recientemente había cambiado luego de que le insistí, comenzó a hacer ejercicio, a ser más expresivo y comunicarse con las personas hasta que lentamente se volvió otro.

O eso parecía, yo sabía que mi peque mochi seguía sin abrirle su corazón a otra persona, luego de lo que le pasó era comprensible.

—Quizá, no sé — confesó haciendo un pucherito que adoré.

—Ay mi Jiminie, no tengas miedo, nadie te volverá a hacer daño, lo prometo — le susurró dándole un pequeño abrazo, estaba confiada en que nadie volvería a hacerle daño, no lo iba a permitir.

Cuando estuvimos todos nos fuimos de la escuela caminando, íbamos muy animados hablando de diferentes cosas y sobre ir a la piscina en el siguiente fin de semana. Atrás de mí venía Yoongi en silencio junto a mi hermana, parecían que aún no conectaban.

—En fin, tú también debes de venir, Yoongi — me acerqué a ellos y rodeé por los hombros a la parejita, estaba en medio de ellos — No creo que te quieras perder de las abs de Jimin — le susurré al oído.

—Por supuesto que no — contestó algo seco, ya me estaba acostumbrando a esa actitud suya.

—Bien, ahora ustedes dos deberían hablar del hecho de que a Jimin le gustan los raperos underground — dije antes de irme, mi hermano me miró con reproche y algo avergonzado.

—¿Es eso cierto? — Preguntó Yoongi, así comenzaron una animada plática.

—Aquí me voy yo — nos comentó de repente Nara, la tenía a mi lado así que sólo giré un poco hacia ella — Tengo clases de cocina

—¿De cocina? — Se acercó InSoo, decíamos algo de comida y ella aparecía.

—Sí, me gusta mucho cocinar — sonrió abiertamente — algún día les daré a probar algo

Y me lancé a abrazarla junto a InSoo.

—Te amo — dijimos al unísono.

—Gracias, senpais — entonces lanzamos chillidos, era adorable, una cosita bonita y pequeña.

Nos separamos de ella y seguimos caminando, así hasta que sólo quedamos Jimin, Carry y yo, estábamos por llegar a la desviación en donde Carry se separaba cuando habló.

—Me gusta la forma en la que estamos — expresó, asentí sin entenderle muy bien pero estaba de acuerdo, todo parecía marchar bien — Justo ahora sería mala idea que nos metamos en problemas

—¿Quieres dejar las bromas? — Quise saber, yo estaba pensando en ello.

—No, porque las bromas, tener el club nos ha hecho estar de la forma en la que estamos — nos detuvimos de repente, una enfrente de la otra — Simplemente pienso que no quiero que se arruine por terceras personas

—¿Carry? — Me estaba comenzando a asustar la forma en la que hablaba.

—En fin, pronto pensaré en alguna buena broma para la rata, no te preocupes — cambió su expresión y pasó a lado de mí de manera fría — Nos vemos luego

Me quedé quieta, Jimin me observaba con atención y se acercó a mí.

—¿Crees que lo sepa? Hoy estuve con Namjoon en la biblioteca...— miré a los ojos a mi hermano — No creo poder seguir alejándome de él

—Entonces no lo hagas — de manera tierna besó mi frente y me jaló de la mano para que siguiéramos caminando.

Tenía la extraña sensación de que ahora Jimin intentaba protegerme y me preguntaba si podríamos estar bien los dos con todo esto.

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