
Capítulo 39: Supernovas
¡Se ahogaba! Marco fue el primero en ladear el cuerpo de Ace para que pudiera escupir la sangre en la tarima del barco. Por suerte, ambos médicos parecían compenetrarse bien. Marco se ocupaba de mantenerle respirando mientras Law trataba de parar la hemorragia.
- Vamos, Ace, aguanta – susurraba Marco, sosteniendo su mano con fuerza.
Ace intentaba mantener la presión, sujetando la mano de Marco mientras trataba de mantenerse despierto. A su alrededor, tirado en la tarima del Moby Dick, veía los rostros preocupados de sus compañeros. ¡Tenía frío! Pero ni siquiera era capaz de hablar para decírselo ni a Marco, ni a Law.
- Traedme una manta o algo para taparle – gritó Law hacia la tripulación, viendo cómo el cuerpo de Ace temblaba – venga, Ace, voy a parar la hemorragia.
¡No dolía! Al principio le había parecido extraño, pero ahora mismo, mirando hacia el cielo y viendo el azul claro, se dio cuenta de que Law había activado su habilidad para impedirle morir mientras estuviera allí.
- ¿Puedes ver la herida? – preguntó Marco.
- La bala le ha dado en el bazo. Tengo que operarle de urgencia.
- Es una cirugía abierta, es muy arriesgada. El bazo sangra demasiado. Habrá que drenarle el sangrado y la bilis para que no le cause una infección y hacer transfusión de sangre – comentó Marco.
- Yo me lo llevo al quirófano y necesito que vengas conmigo pero alguien debe traerme antibióticos y medicamentos que reduzcan el dolor para cuando desactive la Room. También necesito sangre de su tipo sanguíneo para la transfusión.
- Tenemos de reserva – comentó Marco – siempre sacamos sangre a todos los de la banda para emergencias.
Dos de los piratas traían una manta, la cual agarró Law para ponérsela encima de las piernas. Marco, que había pedido una camilla o algo para llevar al capitán, vio cómo otro par llegaban con ella.
- ¡A la de tres! – comentó Marco, sosteniendo los brazos de Ace mientras Law sostenía las piernas para subirlo a ella - ¡Una! ¡Dos! Y, ¡tres!
Ambos hicieron fuerza y subieron a Ace a la camilla para llevarlo al interior. Seguramente Marco tendría un buen quirófano tratándose del Moby Dick. Los dos podían sentir todavía el tremendo Haki de ese tipo emanando del cuerpo del capitán.
- Hay que conseguir que aguante como sea – comentó Law con total preocupación – en cuanto reduzca el Haki residual de ese tipo en su cuerpo, la Mera Mera se activará de nuevo y le regenerará.
- ¿Qué clase de monstruo es para tener ese Haki?
- No lo sé. Es más intenso que el de Doflamingo de lejos. Ni siquiera con su Haki activo y siendo tipo logia, Ace pudo evitar el golpe. Ese tipo es aterrador – se quejó Law.
- No me extraña que digan que es inmortal.
En el quirófano, gracias a su habilidad "Scan", Law era capaz de ver más allá de lo que Marco era capaz. Con cuidado, intentaba revisar que no quedase ningún trozo de metal en el bazo antes de cerrarlo. Marco aspiraba la sangre y la bilis por uno de sus laterales y comprobaba que el sedante seguía haciendo efecto.
- Pinzas de Foerster – comentó Law, con la mascarilla puesta y alguna gota de sudor resbalando desde su frente por tener que mantener la Room activa.
Marco las buscó en un momento en la bandeja, pasándolas por su lado izquierdo hacia la mano derecha de Law.
¡Tener un segundo médico era de agradecer! A su tripulación o ayudantes, tuvo que enseñarles el nombre de todo el instrumental quirúrgico para que pudieran ayudarle en el quirófano, pero Marco se lo conocía perfectamente. Era un gran alivio y desde luego, le permitía trabajar más rápido.
- Está sangrando de nuevo – se quejó Law – pinzas de...
- Adson curvas – terminó de decir Marco, quien ya se las estaba pasando al haber escuchado lo del sangrado.
- Gracias.
- Law, puedo seguir yo si quieres y...
- Estoy bien, ya casi lo tengo. Voy a cerrar en cuanto controle esta pequeña hemorragia.
***
Desde la cubierta, Penguin, que había estado durante los últimos diez minutos observando al resto de barcos navegando junto al Moby Dick con clara intención de alejarse lo antes posible de la banda de Kaido y sus territorios, desvió por primera vez la mirada a la cápsula de su capitán. La Room temblaba y estaba empezando a disminuir su tamaño original. Todos los de abordo la miraron temblar, como si en cualquier momento fuera a desaparecer.
- ¿Qué ocurre? – preguntó Jozu sin apartar sus ojos del cielo.
- La habilidad de nuestro capitán requiere gran energía. Está al límite. No aguantará mucho más. Las batallas de antes y lo que ha pasado para llegar hasta aquí, más ahora tener que seguir activando su habilidad, es demasiado esfuerzo.
Penguin desvió sus ojos al mar. En algún lugar, Bepo estaría tripulando el submarino de la banda, al fin y al cabo, él era el navegante aunque estaba convencido de que Bepo preferiría estar en esa cubierta con Law. Ambos eran realmente grandes amigos desde hacía demasiados años.
- ¿Hacía dónde vamos? – preguntó Penguin observando el vasto mar que se abría frente a ellos.
- Por ahora sólo nos alejamos de Kaido.
La voz de Jozu siempre era ronca y muy varonil. Intimidaba un poco, sobre todo por su musculoso cuerpo que acompañaba esa sensación intimidante. Sin embargo, en el fondo parecía un buen tipo, casi un bonachón como lo era su capitán. Penguin era consciente de que todos allí estaban preocupados por Ace. ¡Eran realmente una gran familia!
Casi una hora transcurrió en silencio. Nadie quería marcharse a sus camerinos y en cuanto la puerta se abrió, todos se giraron a ver quién saldría de ella. ¡Era Marco! Pese al cansancio que reflejaba su rostro, sonrió para dar a entender que Ace ya se estaba recuperando. ¡Resoplaron con alivio!
- La Mera Mera ya está activa. En unas horas seguramente Ace esté en plena forma de nuevo – confirmó Marco.
Todos parecían muy aliviados, pero Kid buscaba con la mirada a Law. El supernova no había salido y estaba realmente interesado en él. ¡Law aliado con el protegido de Barbablanca! ¿Quién lo iba a imaginar? Más viniendo de Law. Él jamás se aliaba con nadie.
Con cierto disimulo, se coló en el interior para buscar entre los camerinos dónde podría estar escondido el supernova. Todavía tenía en mente la única vez que pelearon juntos. Luffy también estuvo allí. Le resultó tan extraño que Law sonriera al ver a ese crío, sobre todo cuando le dio el puñetazo al noble, pero era aún más incoherente que Law le ayudase a escapar. Ahora todo parecía empezar a encajarle. No era Luffy, era por Ace. Aun así, no tuvo motivos para ayudarle a él contra Kuma y, sin embargo, lo hizo. Una alianza momentánea de la cual ambos salieron vivos. Conocía bien el intelecto del cirujano de la muerte, aunque jamás reconocería en alto la alta estima y admiración que sentía por él.
Todos los camerinos del barco eran iguales. La madera bajo sus pies crujía ligeramente mientras pasaba habitación a habitación, mirando en el interior las seis hamacas de red que colgaban de las paredes. Todas estaban vacías. Finalmente, en una de las últimas, encontró a Law tumbado en una de las hamacas.
Daba la espalda a la puerta y parecía realmente exhausto. Nunca antes vio a Law tan vulnerable como lo estaba ahora. Si querían asesinarle, esa situación habría sido ideal, pero Kid se sentó en la hamaca de al lado.
- Sé que estás ahí, Kid – susurró Law, con los párpados cerrados y tratando de descansar un poco.
- Me imagino.
Kid subió los pies a la hamaca y se recostó en ella. Aun así, giró su rostro hacia la espalda de su compañero. ¡Sí estaba cansado! No movía ni un músculo.
- Ese chico es interesante – se atrevió a pronunciar Kid – un poco loco, yo no me habría fiado de alguien como yo para soltarle en esos calabozos.
- No conoces a Ace. Él no es de los que abandona a alguien que necesita ayuda.
- ¿Cómo le conociste?
- Kid, tú y yo no somos demasiado amigos como para contarte mi vida privada.
Aquella frase no sonó nada amigable, pero así era Law. Era de los que odiaba que le dieran órdenes, de los que disfrutaban de su libertad, de la clase de pirata que perseguía sus sueños sin importarles las consecuencias.
- Me enteré de lo de Doflamingo. Hiciste una alianza para lograrlo. No creí que tú fueras pirata de alianzas. Supongo que para conseguir tus objetivos, haces lo que sea.
- Me fío de Ace y su banda, también de la de su hermano. Los dos hermanitos son igual de idiotas a veces.
- La verdad es que me sorprendió cuando conocí a Ace. Tuve un tiempo para pensar el motivo para liberarme. No me conocía pero lo hizo igualmente. Es un chico asombroso. Vino adrede por su compañero, sabiendo que podía morir y... no sé, me dejó sin palabras.
- Suele pasar con él. Tiene un don para conseguir que la gente baje las defensas y acaben adorándole de una forma extraña. He visto con mis propios ojos como Buggy le invitaba a festines en su barco – sonrió Law – Shanks adora a ese chico desde que fue a buscarle y agradecerle todo lo que hizo por su hermanito. Creo que no hay pirata en este mundo que no le conozca. La gran mayoría matarían por tenerle en su tripulación. Si tuviera que elegir un Rey pirata, apostaría todo por él. Pero el muy idiota rechazaría el puesto – sonrió Law sabiendo cuánto odiaba Ace ese título.
- ¿Son ciertos los rumores? ¿Es el hijo de Gold D. Roger?
- ¿Por qué te interesa algo tan trivial como eso? Mira a tu alrededor, Kid, todo está cambiando. Barbablanca fallecido, Barbanegra como un emperador, Kaido y Big Mom peleándose por territorios y ampliando sus tropas. Este mundo está loco, todos pelean por convertirse en Rey. Luego estamos los mortales como nosotros, que luchamos por hacernos un hueco entre ellos.
- Quiero unirme a la tripulación, a esta alianza que tenéis.
- ¿En serio, Kid? ¿Por qué? ¿Qué puede motivarte a ti?
- Quiero ver a mis enemigos derrotados. Quiero ser alguien en este mar.
- Entonces te confundes de tripulación – se giró Law hacia él por primera vez – tienes que saber que a Ace sólo le preocupan o le interesan dos cosas en esta vida, y una de ellas no es ser Rey, ni tener una gran reputación como pirata. Lo único que Ace quiere es mantener a su tripulación y toda su banda, a la que él considera su familia, a salvo. Eso conlleva que si alguien pone un dedo sobre alguien que le importe, todo su odio, su ira y esa pasión que guarda en su interior que le impulsa a actuar como lo hace, caerá sobre el que haya hecho el más mínimo rasguño a uno de los suyos.
Kid sonrió. Realmente Law parecía comprender bien a Ace, demasiado bien para ser simplemente amigos. Tenían algo y era algo serio.
- Me salvó la vida allí abajo, a mí y a mi tripulación – dijo finalmente Kid – y si me aceptase, pelearía contra quien quisiera hacerle algo.
- Sólo lo dices porque crees deberle algo. No es lealtad, Kid. No te confundas. Yo no me fío de ti ni de tus intenciones.
- Aun así quiero unirme, Law. Pelearé por lo que quiera pelear.
- No tienes ni idea de lo que Ace está persiguiendo – se enfadó Law – va directo a por Barbanegra y lo más seguro es que todos los que le apoyemos caigamos en esa batalla. ¿De verdad darías tu vida por algo así? ¿Por algo que ni te va ni te viene?
- ¿La darías tú?
- Yo ya cumplí mi propósito. Derroté a Doflamingo y le hice pagar por lo de Corazón. Si tengo que dar mi vida por Ace, la doy con gusto, pero tú no eres así. Si crees que unirte a la tripulación te dará reconocimiento, si eso es lo único que persigues, entonces te confundes de tripulación. Entrar a la banda de Ace es darlo todo por la familia, especialmente cuando las cosas van mal.
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