Capítulo 28: Ante mis ojos.
Zoro no podía entender absolutamente nada, pero era cierto que allí estaba su capitán, en el segundo piso del coliseo con una gran sonrisa.
- ¿Qué es lo que querías, Zoro? – preguntó triunfante su capitán.
- Si sabías que había un torneo así, ¿por qué narices no me avisaste?
- Perdona, perdona.
- Nosotros pateando toda la ciudad y tú aquí pasándotelo en grande. No es justo. – se quejó Zoro.
Ace miraba la escena con una sonrisa. Era cierto que Luffy había entrado a ese coliseo por su culpa, por querer la información de Oars, de uno de sus compañeros. Seguramente Doflamingo esperaba que fuera él mismo quien entrase y así mantenerle ocupado mientras destrozaba al resto de compañeros.
- Voy a llamar a Sanji – comentó Ace – le avisaré de que ya nos hemos reunido con Luffy para explicarle la situación.
- Ey, Luffy, que sepas que el coliseo está rodeado de Marines.
Sanji tomó el den den mushi y habló desde el Sunny, o eso dijo él. Al parecer habían conseguido llegar a la isla Green bit y recoger a Caesar. Ahora se marchaban a la isla Zou por mandato de Law, pero... para Ace, saber que Law seguía allí peleando no le gustaba nada. Ese pirata era capaz de cualquier cosa con tal de obtener su venganza y quería recuperarle con vida. Sin embargo, no fue esa información la que llamó la atención de Ace, sino cuando Franky habló desde la base de los aliados.
- Lo siento, Luffy, pero no voy a seguir el plan de Torao.
- ¿Qué dices? – preguntó Luffy con preocupación al ver los ojos que había puesto su hermano frente a él.
- Es que... según su plan, destruimos la fábrica y pasamos de Doflamingo, pero si hacemos eso... ¿Qué será de la gente de la ciudad? Todos están peleando por su país y quieren jugarse la vida para derrotarle. No puedo abandonarles. ¿Aún crees que podemos dejar en paz a Doflamingo? Yo voy a luchar.
Una mano elástica bajó desde el segundo piso y robó el den den mushi de las manos de Ace, llevándolo hasta sombrero de paja de inmediato.
- Desmádrate lo que quieras, nosotros haremos lo mismo – respondió Luffy.
- Bien, pues decidido pues – se escuchó por el teléfono a Sanji.
- ¿Ace? – preguntó Luffy casi en un susurro al ver que no reaccionaba. Había agachado el rostro y miraba los adoquines del suelo con una extraña sombra en su rostro – Ace... dime algo.
- ¿Qué quieres que diga? – preguntó con frustración – haced lo que queráis, yo iré a por Law entonces, alguien tiene que pensar en protegerle a él si no vais a seguir su plan.
- ¿Qué es eso? – preguntó Ussop al sentir un terremoto, lo que hizo que Ace se preocupase viendo cómo algunos edificios de la ciudad caían.
- ¿Qué está pasando? No veo nada – dijo Luffy cuando algo cayó del cielo frente a la plaza y una humareda cubrió el lugar.
- ¡LAW! – gritó Ace al ver caer el cuerpo de Law frente a él, seguido por el sonido de los pasos de Doflamingo tras él.
- Doflamingo... Torao – gritó Luffy – Ey, Torao... ¿Qué haces con Doflamin...?
No pudo acabar la frase cuando una bala salió del revolver y disparó a Law, siguiéndole una segunda bala. Luffy quedó perplejo, dándose cuenta de lo mal que estaba la situación para ellos.
- ¡Toraooooo! – gritó Luffy con desesperación, viendo la sangre brotando de su cuerpo.
Una tercera bala salió del revolver, pero Ace se puso en medio agarrándola con la mano e incinerándola al instante.
- Realmente eres un grano en el culo – se quejó Doflamingo al ver a Ace protegiendo el cuerpo inerte de Law.
- Lo siento, Luffy... pero si vosotros vais a hacer lo que queráis... yo también. No voy a moverme de aquí, éste es mi sitio, entre Doflamingo y Law – dijo con enfado.
- Ace... - susurró Law desde el suelo, escupiendo sangre.
Ace no pensaba moverse pese a que sabía perfectamente que Law le pediría que lo hiciera. Ese asunto era de ambos.
- Mingooooo – gritó Luffy enfadado desde el segundo piso del coliseo -. ¿Cómo has podido hacerle eso a Torao?
- Sombrero de paja, no tienes derecho a decirme nada, Law era uno de los míos y yo debía ocuparme de él.
- ¿Qué está ocurriendo? – preguntaron por el teléfono.
- Dofamingo acaba de disparar a Law – explicó Zoro, antes de lanzarse al ataque también para intentar proteger a Ace, sin embargo, cuando desenvainó la espada para atacar a Doflamingo, el almirante de la marina, Fujitora, se metió en medio bloqueando la espada con la suya propia.
- Ace... Ace... tú deberías estar ahí dentro en el coliseo – mencionó Doflamingo -. ¿O es que te importa más Law que tu compañero Oars?
El fuego apareció en la mano de Ace, pero él no pronunció palabra alguna, ni hizo gesto para atacar. Simplemente esperaba un momento oportuno. Doflamingo siempre sonreía de esa forma autosuficiente, como si todo estuviera bajo su control, como si siguieran sus planes a raja tabla. Odiaba sentirse como una marioneta suya.
Para Doflamingo, que Ace estuviera frente a él conteniendo sus ganas de golpearle era toda una novedad. Sabía lo impulsivo que era ese chico. Sólo tenía veintiún años, era Law quien debía calmar sus impulsos siempre para que no se abalanzase de la misma forma en que Luffy lo hacía, pero ahora... estaba allí quieto esperando un movimiento por su parte. Estaba claro que no le permitiría pasar hacia el cuerpo de Law.
Un hilo se movió por la parte de atrás intentando llegar hasta el cuerpo de Law, pero Ace fue mucho más rápido, elevando un muro de llamas tras el cuerpo de su chico e incinerando el hilo que trató de arrebatárselo, lo que hizo que Doflamingo dejase de sonreír.
- Voy a llevarme a ese traidor – dijo Doflamingo.
- No vas a volver a tocarle – la voz de Ace sonó cargado de ira justo cuando movía los dedos de su mano y chasqueaba los dedos, obligando al muro de fuego a desaparecer.
- Ace... - susurró Law nuevamente, pero sólo consiguió que éste se girase un poco y le lanzase una mirada asesina.
- Cállate, no me hablo contigo ahora mismo – se quejó, lo que hizo que un escalofrío recorriera todo el cuerpo de Law.
Aquella fue la frase que le indicó a Law que su compañero ya había descubierto todo su plan y no le hacía gracia. Era cierto que había pensado que la muerte no sería nada si conseguía su objetivo, pero eso no era lo que Ace esperaba. Él quería verle volver sano y salvo, había vuelto moribundo por una venganza, sin preocuparse en cómo se sentiría él con su muerte. Entendía que estuviera enfadado.
- Ace, puedo explicártelo...
- ¿Explicarme por qué están jugando al tiro al blanco contigo? – preguntó enfadado – eres un idiota que crees que no me afectaría tu muerte, que prefieres morir vengándote a volver sano y salvo conmigo. ¿Crees que yo me quedaría de brazos cruzados viéndote morir?
- Lo... siento – susurró – no era mi intención...
- Cállate, ya te he dicho que no quiero ni escucharte.
¡Sí! Estaba muy enfadado y generalmente eso lo arreglaba siempre de una misma forma. ¡Con sexo! Era la única manera de calmar a Ace y sus enojos, pero ahora mismo, estaba herido, perdía sangre frente a una plaza pública, su chico estaba muy enfadado y no había opción alguna a pedirle disculpas o arreglar esa actitud. Prefirió permanecer en silencio.
¡Gravedad! Sentía una inmensa fuerza arrastrarle hacia el suelo y Ace supo al instante, que Fujitora estaba intentando inmovilizarle a él para que Doflamingo llegase hasta Law. Miró a su alrededor, pero Zoro ya se había hundido en el suelo. Un gran agujero estaba allí y la gravedad le impulsaba cada vez más hacia el centro.
Intentaba aguantar, pero el suelo bajo sus pies se estaba empezando a agrietar. No podría permanecer en esa situación demasiado tiempo pero no sabía cómo escapar a la gravedad.
- Fuerza centrífuga – escuchó que gritaba Law a su espalda.
- ¿Qué coño es eso? – preguntó Ace.
- Tú y yo tendremos una laaaaaarga conversación de física cuando salgamos de este lío – se enfadó Law – al contrario que la gravedad real, esta pseudo-fuerza en rotación proporciona una 'gravedad' rotacional que empuja fuera del eje de rotación.
- Law... no me entero de nada – le añadió Ace con cara de dudas –. Habla en un idioma que pueda seguir.
- ¡Joder, Ace! ¡Un tornado de fuego! El aire caliente asciende, hazlo girar constantemente hasta conseguir la fuerza centrífuga, eso debería empujarte fuera del eje gravitacional.
- Tornado de fuego... vale, eso lo entiendo – se quejó Ace aunque luego sonrió.
¡Calor! Law podía sentir el calor que desprendía el cuerpo de Ace y cómo el aire empezaba a calentarse a su alrededor, encendiendo sus llamas de tal manera, que obstaculizaba al aire para que éste empezase a rotar junto a su fuego. El rostro de Fujitora se sorprendió al sentir ese inmenso calor y pronto, el tornado de fuego se alzó majestuoso en una gran columna que liberó a ambos de la gravedad.
Law se arrastró por el suelo todo lo que pudo hacia Ace, hasta conseguir agarrarse a su pierna y evitar así que el potente aire caliente le empujase contra las paredes del tornado. La fuerza centrífuga le empujaba a él también hacia fuera, y sólo Ace permanecía en el centro inmóvil.
- ¿No te valía una columna de fuego? – preguntó Ace con diversión mientras sus mechones se movían con violencia en el interior del tornado por el aire en movimiento.
- No – gritó Law para que pudiera escucharle con tanto viento – tiene que estar en movimiento. La gravedad se aplica en un punto específico, es decir, atrae al centro, así que la fuerza centrífuga es precisamente lo inverso, te arrastra lejos del centro. Ace... lo siento de verdad.
- No te oigo con tanto viento aquí dentro – se quejó Ace.
- ¡QUE LO SIENTO! – gritó más.
- Sácate de una vez esas balas. ¿No eres cirujano?
Law sonrió, colocando su mano libre sobre su abdomen y activando su habilidad para sacar las balas. Se sentía algo mejor y curarse sería rápido con su habilidad, sin embargo, el tornado empezó a disminuir su tamaño. El fuego volvía hacia el suelo y desaparecía bajo las botas de Ace. Law supo que estaba desactivando para poder ver qué ocurría fuera.
Doflamingo atacó al instante en cuanto vio su oportunidad, lo que hizo que Ace activase su habilidad nuevamente quemando los hilos de aquel individuo. ¡Sí había estado practicando el haki! Pero como intuía Law, imbuía sus llamas con él, por eso parecía menos vistoso de lo que era en realidad. Todas sus habilidades estaban cargadas de haki.
El humo se intensificó debido a la pelea. Zoro, Doflamingo, Fujitora y Ace seguían envueltos en aquello mientras él intentaba recuperarse de los disparos. Había perdido mucha sangre y eso tardaría un rato. Todavía estaba mareado y su cuerpo se sentía demasiado débil. Apenas podía ver nada con tanto fuego y humo, hasta que sintió una mano agarrar el cuello de su chaqueta y tirar de él. ¡Doflamingo había aprovechado la distracción de la batalla para acercarse!
- ¡Law! – gritó Ace al ver que Doflamingo se lo llevaba del lugar.
- Mierda – se quejó Zoro por la distracción.
- Toraoooo – gritó Luffy también desde el recinto del que no podía huir. Aquellos barrotes estaban hechos para impedir las habilidades de la fruta, sólo tocarlos le debilitó al instante.
- Mierda – exclamó Ace antes de golpear la pared del coliseo con su mano en llamas.
Un temblor sacudió la zona, lo que produjo que Luffy se quejase y se cayese de culo al suelo antes de ver cómo la piedra que Ace había tocado, empezaba a derretirse.
- Alguien está muy enfadado – susurró Luffy – Ace... déjame salir de aquí, iremos a por Law.
- Sal de una vez.
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