Capítulo 13: Únete a mi tripulación.
Sus ojos estaban fijos en ese papel que se recomponía con lentitud. La Vivre card de Ace se movía en sus dedos, indicándole que su dueño estaba justo encima de ellos. Ahora mismo poco podía hacer excepto esperar. No podría salir del submarino mientras estuvieran sumergidos, y salir a flote, destrozaría el casco del otro barco, dejando que el agua entrase y posiblemente, ahogando a todos los usuarios de frutas, incluido Ace. Además, todos esperaban en el continente, todos preparados para un nuevo enfrentamiento para salvar al segundo comandante de Barbablanca.
"Ey, ¿no quieres unirte a mi tripulación?"
Aquella frase le vino a la mente, la misma voz de Ace, su sonrisa, cómo cerraba los ojos al decirlo justo cuando sus pies tocaban su pequeña lancha, listo para irse en cualquier momento. Sus botas negras pronto desprenderían el fuego que la pondría en marcha, pero allí... ese chico de inocente y alegre sonrisa, esperaba paciente una respuesta que ya conocía.
Law sonrió al recordar aquella escena. Corazón acababa de morir y Ace había aparecido allí. Ni siquiera sabía cómo habían terminado besándose y mucho menos... manteniendo relaciones sexuales pero... ese chico aguardaba la respuesta.
- Seré un Supernova – fue la respuesta de Law.
Era todo un objetivo. Un supernova tan sólo era un término utilizado para aquellos "novatos" que llegaban con las mayores recompensas al archipiélago. Ni siquiera estaba seguro si Ace lo había sido, pero imaginaba... que debió haber tenido una gran recompensa por su cabeza cuando llegó a él. Ace sólo sonrió.
- "Eso es una meta muy alta, Law"
- "La próxima vez que nos veamos... tendrás que llamarme capitán"
Capitán Trafalgar Water Law, eso le hizo sonreír a Ace, pero no dijo nada. Sin duda, aquella afirmación tan rotunda de querer ser capitán, era una negación a la oferta que rara vez lanzaba para pertenecer a su banda. Sin embargo, él mejor que nadie sabía lo que era desear la libertad. Law tenía sus propios objetivos y no tenían nada que ver con los suyos propios, por lo que jamás navegarían bajo la misma bandera, aun así, tampoco los convertía en enemigos. Ace no estaba interesado en ser "Rey pirata" ni en el tesoro de su padre, sólo deseaba libertad para ir y hacer lo que quisiera.
- ¿De qué te ríes? – preguntó Law al ver el rostro de Ace.
- Estoy convencido... de que estarás dentro de la peor generación de todas – sonrió – aprende a controlar tu poder, cuanto antes mejor, Law.
¡No era un insulto! Law lo sabía, sino todo lo contrario, le estaba reconociendo, estaba indicando que él... pertenecería a una etapa peligrosa de piratas, que sería un temible adversario para cualquiera. "La peor generación", los que tendrían las recompensas más altas, novatos que darían de qué hablar en el futuro.
Haberle pedido a Ace unirse a él, habría sido una auténtica locura. Conocía bien a ese chico, terco y cabezón como una mula. Ansiaba la libertad, una familia, sentirse querido y aunque él podía haberle ofrecido parte de lo que buscaba, Ace había encontrado su sitio junto a Barbablanca. Sabía que todos los capitanes que se encontraban con él, le pedían unirse a ellos. Ace siempre se negaba, así que habérselo pedido habría sido una pérdida de tiempo. Ni siquiera por él aceptaría, Law lo sabía y por eso sonrió.
- ¿Cómo te encontraré? – preguntó Law al ver que Ace se marcharía.
Ace movió su divertido sombrero y sacó de dentro un papel, partiendo un trozo y lanzándoselo. Parte de su Vivre Card. ¿Cuánta gente tendría la de Ace? Quizá su tripulación, Barbablanca, su hermano... y él.
***
Recordar todo aquello le había hecho derramar una lágrima que no esperaba. Hacía años que no lloraba, se prometió no volver a hacerlo, pero allí estaba, volviendo a llorar, porque quisiera o no, había abierto su corazón una vez más.
- Voy a sacarte de ahí, Ace, sólo espera un poco – miró el papel en su mano – sólo espérame.
Los golpes en su puerta hizo que elevase el rostro y se secase las lágrimas con la manga de su chaqueta. No podía dejar que nadie le viera en ese estado, por lo que prefirió no abrir la puerta.
- ¿Qué quieres? – preguntó con seriedad al otro lado.
- Han divisado tierra por el catalejo, capitán. Ya estamos llegando.
Law se levantó con rapidez, dirigiéndose a uno de los armarios de su camerino y buscando en el cajón las jeringuillas con el antídoto para el veneno. Las guardó en el cinturón de su pantalón, ocultas tras la chaqueta para evitar que los marines supieran que había descubierto lo que ocurría en el cuerpo de Ace, y salió en silencio para ir a la sala de control.
Allí se encontraba Zoro durmiendo en un rincón y Luffy sentado en una de las sillas, mirando por la pantalla lo que dejaba vislumbrar el catalejo. Parecía emocionado e impaciente por llegar a tierra. Sin embargo, Law se giró hacia Bepo, que aún llevaba los cascos puestos y éste, tras tensarse unos segundos por la mirada afilada de su capitán, habló.
- Todo está bien. Tienen a Ace en el camerino de Doflamingo pero... no ha pasado nada. Al parecer Ace se niega a comer pero le están obligando.
- De acuerdo – susurró Law – preparaos todos para el desembarque.
En palabras de pirata, era un ¡preparaos para el ataque!, sobre todo lo entendieron al ver cómo Law agarraba la katana y terminaba de colocarse la sudadera oscura con el emblema de "hearts".
Caminó a paso lento hasta la cubierta. El barco de Doflamingo estaba atracado a su lado derecho, indicándole que ya habían desembarcado y seguramente, estarían en la casa del fondo. ¡Era una casa de apuestas para nobles! Querían subastar a Ace y utilizar el dinero por su captura y venta para la marine.
Luffy fue el primero en empezar a caminar hacia la casa, seguido por Zoro y posteriormente Law. No podía ver a nadie de los suyos, pero estaba convencido de que habían ocultado los barcos en alguna bahía para no ahuyentar ni desvelar sus planes, pero todos estarían llegando o puede que incluso estuvieran dentro o en algún lugar cercano, listos para atacar.
- Capitán, por favor, no haga ninguna locura – intentó comentarle Bepo por lo bajo, pero Law sólo sonrió.
¿Locura? ¡Haría lo que fuera! Para eso había llegado hasta allí, así tuviera que enfrentarse él solo a todos los comandantes, así fuera un suicidio entrar en ese edificio, allá iba. Bepo dejó escapar una exhalación profunda.
Allí caminaron los tres, con decisión. Luffy en el centro molesto con la situación, centrado en sacar a su hermano de esa casa a como diera lugar, Zoro a su derecha, katana en mano, dispuesto a dar su vida por su capitán y su hermano, Law, en cambio, caminó a la izquierda, sin desenvainar la katana, apoyándola contra su hombro y dejando ver sus tatuajes de los dedos. ¡La palabra Death escrita en ellos dejaba claro lo que pensaba su mente! Mataría a todo el que se interpusiera en su camino entre él y Ace.
- Esto no puede salir bien – dejó escapar Bepo al ver a aquellos tres caminando hacia la puerta.
- Para ellos será, ¿no? – dejó escapar Pinguin con una gran sonrisa – ahí van dos de la peor generación.
- Tres locos insensatos – dejó escapar, aunque luego sonrió – después de esto... su recompensa volverá a subir si salen con vida.
- Law lo estará deseando.
Luffy abrió la puerta, dejando que la oscuridad del interior le diera la bienvenida. Muchos nobles se habían reunido allí, sentados en sus cómodas sillas y ninguno se giró hacia ellos, estaban atentos a la subasta. Por ahora de un pirata al que ninguno de ellos conocían, sabiendo que todos esperarían el gran momento, a Portgas D. Ace.
Esperaron con paciencia, pese a que los dedos de Law se movían golpeando la funda de su katana. Aún recordaba la última vez que estuvo allí, Luffy terminó golpeando a un noble y tanto él como Kid quedaron inmersos en ese conflicto.
- Y ahora... lo que tanto habéis estado esperando, el único hijo del infame "Rey de los piratas", Gold D. Roger – presentó el encargado de la subasta – Portgas D. Ace.
El telón se abrió una vez más, dejando ver a ese chico arrodillado dentro de una jaula, atado como si fuera un perro, hirviendo la sangre de Law y de Luffy al instante.
- ¿Cómo lo hacemos? – sonrió Zoro.
- ¿Tenéis dinero para pagar por él legalmente? – sonrió Law al escuchar las inmensas cantidades que estaban ofreciendo, evidentemente, tanto Luffy como Zoro negaron con la cabeza – pues a las malas – agregó Law con una sonrisa, haciendo sonreír a Luffy, quien ya se preparaba para el combate.
Los ojos de Ace se fijaron justo al fondo, en lo alto de la sala estilo teatro a esos tres individuos frente a la puerta principal. Por un instante se alegró de verles, sobre todo a su hermano, pero al segundo siguiente, se tensó sabiendo que todos estarían en riesgo por su culpa. Se fijó en Law, apoyado contra el marco de la puerta, con la luz dándole de espaldas y las mangas de la sudadera arremangadas, dejando ver sus tatuajes. Sonrió, Law sonreía con esa mirada decidida a hacer lo que fuera. ¡Había visto esa actitud antes en él!
- LAW – gritó Ace preocupado, consiguiendo que éste se agachase en el momento exacto antes de que el ataque de Doflamingo le diera, llevándose parte de la entrada principal y convirtiéndolo en escombros.
Toda la sala se giró hacia los intrusos entonces. Los nobles no estaban acostumbrados a ver combates entre piratas ni a que sus vidas peligrasen, pero supieron en ese momento, que no estaban a salvo, empezando a correr para desalojar el lugar.
- Tenía que haberle amordazado – se quejó Doflamingo al ver a Ace intentando soltarse de las cadenas, aunque le sería imposible.
Maldecía por no conseguir soltarse, pero no fue eso por lo que Doflamingo sonrió, sino por la expresión que Law colocó, ira pura al ver las muñecas de Ace sangrando al tratar de soltarse.
- Por fin Trafalgar Water Law tiene una debilidad – sonrió el pirata - ¿quién lo diría?
- Hijo de pe... - gritó Ace desde la jaula, siendo silenciado al instante por los cables de Doflamingo, quien tapó su boca con tanta fuerza que golpeó su cabeza contra los barrotes de atrás, consiguiendo que soltase un quejido que provocó más ira en Law.
Desenvainó con rapidez, activando su habilidad y cortando con un rápido movimiento de su katana los cables que apresaban a Ace y los barrotes de su jaula. No podía tomarse a Doflamingo a la ligera, pero aun así, se interpuso en su camino hacia Ace, como si estar en medio fuera a impedir que le hiciera algo a ese chico todavía encadenado.
- Luffy – gritó Law, casi suplicando que corriera hacia su hermano en ese momento para poder liberarlo.
- No puedes ganar, Law, nosotros te enseñamos todo lo que sabes de artes de combate.
- Por eso mismo estoy agradecido, porque os destrozaré con ellas.
Una vez más, los hilos se movieron en dirección a Law, dispuesto a inmovilizarle y obligándole a activar "room" nuevamente, cambiando su posición a uno de los pilares que caía sobre Doflamingo. Sin embargo, éste bloqueó su katana con los hilos, sonriendo al ver que seguía siendo más fuerte que el "Supernova". Su rostro cambió cuando vio los dedos de Law moverse, indicando a todos los escombros que se movieran en su dirección y golpeando finalmente a Doflamingo para sacarlo fuera del edificio.
Luffy aprovechó el momento para correr hacia su hermano, cuando los hombres de Doflamingo se interpusieron en su camino, siendo el primero cortado por la katana de Zoro y tratando de darle tiempo a su capitán para llegar hasta su hermano.
- Sigue corriendo – le gritó Zoro – yo te cubriré.
- Luffy – gritó Law, sacando una de las jeringuillas de su cinturón y activando su habilidad para lanzársela y que pudiera recogerla. Ace iba a necesitar el antídoto.
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