Capítulo 12: Una muerte, un juramento.
Movía las manos una y otra vez, tratando de activar el comando de llamas, pero nada sucedía. Su cuerpo se negaba a obedecerle aunque sentía un intenso calor en su interior. Era posible que también tuviera fiebre, eso dijo Law, aun así, era extraño el sentimiento que tenía. Podía sentir la fruta en su interior, allí estaban las llamas que le regeneraban por dentro pero... también sentía un calor completamente diferente y ese sería la fiebre pasando por encima de la "Mera Mera".
- No me mires así y abre la boca – sonrió Doflamingo sentado frente a él, llevando el tenedor con un trozo de carne hacia su boca.
Ace volvió a lanzarle una mirada asesina y ladeó la cabeza para sortear ese tenedor que iba hacia él. ¡Le trataba como a un niño pequeño! Y no era por gusto, sería una mezcla entre humillarle y a la vez mantenerle con vida puesto que no pensaba soltar sus manos. Allí encadenado con firmeza a la silla, no era mucho lo que podía hacer.
- Venga, tienes que tener hambre.
- Prefiero morir mil veces a que me utilices para atraer a Law. No voy a comer.
- Qué testarudo eres. Tengo una pregunta... ¿Cómo conseguiste hacerte con la información de la fruta "Ope Ope"?
- Tú no eres el único que tiene influencia en estas aguas – sonrió Ace – la tripulación de Barbablanca es más grande de lo que piensas.
- ¿Te han dicho alguna vez que no eres un pirata normal?
- ¿Qué es un pirata normal? ¿Un sanguinario como tú? ¿De esos egoístas que buscan sus propias metas y les da igual lo que ocurra a su alrededor?
- Eso es precisamente lo que significa ser un pirata. Los piratas no son buenos ni compasivos, son egoístas y miran por ellos mismos, pero tú...
- Ya... Law y tú sois muy parecidos – sonrió Ace – te diré una cosa... un pirata defiende aquello que desea, tenemos metas diferentes. No me importa el tesoro, ni ser Rey ni las frutas, pero si te metes con lo que quiero, te mataré yo mismo – le amenazó.
Nunca entendería las vueltas que daba la vida. Law era un auténtico pirata, saqueaba, asesinaba... cualquier cosa con tal de obtener lo que deseaba y luego estaba Ace, que siempre intentaba ayudar a los suyos, incluso era cortés y educado con los civiles. ¿Cómo dos personas tan distintas podían tener una relación que superaba su entendimiento? Doflamingo se quedó pensando en eso. Todas las tripulaciones deseaban hacerse con Ace, por su fuerza, por su recompensa, pero... él no era un pirata sanguinario ni mucho menos. Quizá su fuerza residía precisamente ahí... en que sólo la utilizaba para defender lo que él amaba.
- Tendrás opciones a matarme cuando Law venga. Me extraña que esté tardando tanto, ya he mandado rumorear que te tengo en mi camarote – sonrió Doflamingo – aun así, encontraré a Law.
- Trafalgar D. Water Law – sonrió Ace – no le encontrarías ni aunque lo tuvieras delante de las narices. El Polar Tang sólo se muestra cuando ellos quieren hacerlo, no es un barco normal, no verás velas en el horizonte, ni verás su bandera avisando que viene, aparecerá de la nada y matará a todo el que se cruce en su camino. No puedes encontrar un submarino oteando el horizonte, por eso el barco de Law es tan especial y por eso él nunca da su Vivre Card. Él... simplemente aparece cuando le da la gana – volvió a sonreír conociendo demasiado bien a Law.
- Estoy deseando que aparezca.
- Lo hará, pero no porque yo esté aquí, lo hará porque ya firmaste tu sentencia de muerte cuando mataste a tu hermano. Corazón fue... como un mentor para Law, él le salvó la vida robando la fruta para él y tú lo mataste a sangre fría, sólo por egoísmo. Ese día... Law ya juró acabar contigo. Tenerme a mí aquí... sólo acrecienta su odio hacia ti.
- Bueno... hagamos que venga más rápido – chasqueó los dedos para que entrasen un par de sus hombres – haced correr el rumor... de que me estoy follando a Ace y cuanta más sucia sea la historia que contéis, mejor, verás qué rápido viene.
Ace se movió con violencia en la silla como si quisiera golpearle, pero las cadenas le mantenían fijo a ese mueble sin posibilidad de hacer nada. Aquel gesto enfadado del moreno hizo que Doflamingo sonriera, sabiendo que él ganaba esta vez y el mismo Ace sabía... que Law acabaría cayendo en esa trampa.
- Hijo de pu... - intentó decir Ace, cuando una mano se apresuró a cerrarle la boca con fuerza.
- Cuidado con tus palabras, Ace, que me guste tu compañía y tu... físico – se relamió observando su cuerpo – no quiere decir que soporte tu vulgar vocabulario. Seamos civilizados.
¡Un mordisco! Eso es lo que se llevó su mano cuando Ace consiguió medio esquivarla para poder arremeter contra él. El quejido de Doflamingo no se hizo esperar, pero el golpe que Ace recibió tampoco.
- No me extraña que Law esté colado por ti – se quejó viendo la sangre brotar de su mano – eres indomable.
***
¡No podía hacer nada! Era de madrugada y el Polar Tang ya estaba adherido al casco del barco de Doflamingo. Sólo tenía que esperar a llegar a su destino y eso era precisamente lo más difícil. Ace estaba justo arriba, nadie detectaría su submarino allí abajo
Tenía el antídoto listo y rezaba para no confundirse en su suposición. El cianuro era muy difícil de detectar, ni siquiera con pruebas podría estar completamente seguro de que fuera el veneno, así que se la estaba jugando.
- Capitán, los escuchas están listos. Tenemos oídos en el barco – comentó uno de sus compañeros al otro lado de la puerta, lo que hizo que Law se incorporase con rapidez de su camastro y abriera la puerta.
No se dignó a decir ni una palabra, tan sólo se marchó hacia la sala de control y observó a su tripulación controlando que la distancia de seguridad con el casco fuera la adecuada.
Bepo se apartó los grandes cascos al ver entrar a su capitán, estaba convencido de que querría escuchar él mismo aunque no estaba seguro que la conversación de ese barco le gustase.
- Tengo que avisarte que... - intentó hablar Bepo, pero Law le hizo a un lado y se colocó los cascos.
Luffy, que entraba en ese instante, le miró sorprendido. Necesitaba saber que su hermano estaba allí y por eso mismo, no dejaba de observar a Law en silencio, dejándole escuchar hasta que finalmente, abrió los ojos ante la sorpresa. Se quitó los cascos con rapidez y se dirigió al panel de control, siendo detenido al instante por Bepo, Shachi y Penguin. Lo tiraron al suelo al entender que quería presionar el botón para ascender.
- ¿Qué ocurre? – preguntó Luffy con preocupación.
- Capitán, no puede ascender ahora, estamos bajo el casco del barco y...
- Ese cabrón quiere follarse a Ace – gritó Law, lo que hizo que Luffy reaccionase también – voy a ir a ese barco.
- Le está provocando.
- Voy a matar a ese capullo – gritó nuevamente.
- No lo hará – confirmó Zoro finalmente – puede que le tenga ganas... pero no le hará nada hasta que te vea a ti. Es un tipo inteligente, correrá la voz para que salgas y es posible que sólo lo toque cuando estés delante para enfurecerte. Deberíamos seguir el plan. Te prometo que si escucho algo en relación al sexo, yo mismo subo contigo a ese barco – le tranquilizó Zoro.
Aquello hizo que se calmase. Zoro también era uno de los mejores espadachines, él tendría muchas ganas de entrar en ese barco también y desenvainar sus katanas. Por eso mismo, cesó en su intento.
- Estoy calmado – dijo finalmente, obligando a los suyos a soltarle – ya estoy calmado. Seguid escuchando y no dejéis a Zoro tomar los cascos.
- Si se atreve a ponerle un dedo encima a mi hermano, te aseguro que yo sería el primero en entrar – le confirmó Luffy – yo también escucharé las comunicaciones.
Tras decir aquello, Law se marchó a su cuarto pese a las dudas que aún tenía. Sentía como si estuviera abandonando a Ace en ese barco, pero también entendía que no podía tirar todo el plan por tierra, no cuando podían sacar a ese chico de todo este lío. Todas las tropas estaban preparadas en ese archipiélago, debía esperar a ese momento.
Una vez encerrado en su habitación, volvió a recostarse en la cama y miró el techo. Si Ace pudiera utilizar su fuego... seguramente no estarían todos metidos en esta situación, habría peleado con todo lo que tuviera contra ese tipo. Tenía una de las mayores recompensas entre los novatos si no la más alta, incluso más que él o que Doflamingo, Ace habría peleado. ¡No! Incluso sin su habilidad, Law sonrió, estaba convencido de que ese chico le estaría dando guerra.
Tantos piratas le habían pedido estar en su tripulación, pero Ace... rara vez invitaba a otros a la suya, aun así, Law recordó aquel "adiós", uno de cientos de veces que se despidieron para volver a reunirse en otro lado.
Flashback:
No le quedaba nadie, Corazón había sido asesinado por Doflamingo frente a sus ojos. Se encontraba solo y desorientado. Quería matar a ese tipo, pero no era lo suficientemente fuerte para ello y no controlaba su poder. Corazón le había obligado a comerse esa dichosa fruta que le salvó la vida.
Anduvo por la nieve, hasta que un pequeño barco apareció frente a sus ojos. ¡La tripulación de Ace! Seguramente movidos por la Vivre card de Corazón. Ace siempre tenía contactos y Corazón le había dado un pequeño trozo de papel para que siempre supiera dónde encontrarles.
- ¿Ace? – preguntó Law confuso por verle allí.
No pronunció palabra alguna al ver a Law en ese estado deprimente. Se hizo una idea de que llegaba tarde, más al ver cómo la vivre card desaparecía en su mano señalando la muerte del pirata.
- Lo siento, Law – exclamó Ace – intenté... intenté llegar lo antes posible pero... lo siento.
- Voy a matarle – susurró Law – algún día, cuando sepa controlar este poder... voy a matar a ese hijo de perra.
Aquel fue el juramento que Law lanzó al viento y que sólo Ace escuchó. Doflamingo se había ganado un oponente terrible, la ira de Law caería sobre él. Puede que ahora fuera un adolescente, un poco más mayor que Ace, pero... sería temible un día de estos.
La mano de Ace se posó sobre la mejilla del moreno, acariciándola con suavidad y limpiando un par de traicioneras lágrimas tras la muerte de su mentor y mejor amigo. Él ya sabía lo que era eso, también perdió a Sabo, a un amigo al que consideraba como su hermano. Él tuvo a Luffy para superarlo, Law estaba completamente solo.
Por eso mismo y aunque nunca se habían llevado demasiado bien, Ace se quedó a su lado. Le abrazó, como un amigo o un hermano haría en esas situaciones, un abrazo que confundió a Law pese a que se dejó llevar por la calidez del cuerpo del menor. ¡Era difícil olvidar esa calidez que desprendía! Y finalmente, sus manos también se movieron para agarrar al joven.
Les llamaban la peor generación, piratas de la peor calaña pero Ace era diferente. Había llegado hasta allí sólo por ayudar y se había quedado a su lado en un mal momento. Era diferente a todos. Quizá... se sentía responsable, porque aunque Ace creía que Law no tenía conocimiento del chivatazo, Law era muy consciente de que Corazón había conseguido esa fruta gracias a él. Era muy posible que Ace ahora estuviera pensando que era su culpa.
- Ace – susurró Law mirándole directamente a esos ojos azules que tenía.
Los dos se observaron y las palabras que Law quiso decirle... no salieron. Era la primera vez que no podía hablar. Él era más un hombre de acción que de palabras, por eso mismo, acercó su rostro al del menor, sorprendiéndose al ver que él había hecho lo propio al mismo instante. Los dos pensaban igual, y como si esa enemistad entre ellos sólo hubiera sido un juego de niños, todo quedó en el olvido cuando sus labios se juntaron por primera vez.
¡Le había odiado! ¡Le había admirado! ¡Había sido su enemigo y su amigo! Y ahora... se daba cuenta de lo que realmente sentía por ese chiquillo al que apodaban "puño de fuego" y que parecía ser el terror de todos los marines y piratas. La joven promesa, el novato con la recompensa más alta hasta la fecha. Discutía con él porque buscaba su aprobación y por fin... la tenía.
Fin del flashback
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