Es Domingo. Casi no pude dormir pensando en todo lo que dijo Andrew. Por una parte comprendo que tenga ese instinto sobreprotector por lo ocurrido con su hermana. Me dieron ganas de llamarlo en plena madrugada para decirle que no tiene ningun derecho a meterse en las vidas ajenas, pero no lo hice. Gracias al cielo pude contenerme, porque cuando estoy enojada suelo decir muchas cosas de las cuales me arrepiento.

He decidido no hablar con el hoy.

Es lo mejor.

Mientras tanto, comienzo a apresurarme para mis planes con Catherine. Hemos quedado de vernos en el bar que esta cerca de la editorial. A decir verdad, no soy muy fan de beber alcohol pero hare una excepción. Bien dicen que cada quien tiene una forma de escape diferente, y en mi caso es la nicotina.

Ahora que lo pienso, no he fumado mucho últimamente.

Y pensar en eso me hace querer fumar ahora mismo.

Mierda.

Enciendo un cigarrillo y aspiro el humo una y otra vez. Cada calada es como un suspiro, breve y lento. Salem se acerca a mi con curiosidad y decido abrir la ventana de mi habitación para que no se quede encerrado el humo.

Ahora que tengo a Salem en casa, soy mas cuidadosa en muchos aspectos, ya que al ser inexperta en el cuidado de un gato, me di como tarea investigar sobre cualquier cosa que pudiera hacerles daño.

Y el humo del cigarrillo es una de esas cosas.

Una vez que termino de fumar, apago el cigarro en el cenicero y comienzo a revisar mi lista de cosas pendientes para ponerlas en marcha.

Al parecer solo tengo que ir al centro comercial a comprar despensa, así que me visto rapido y tomo mi abrigo y mi cartera.

Una vez estando afuera decido caminar despacio. Afortunadamente el centro comercial esta cerca de casa, así que no debo caminar mucho. En el camino veo a uní niños jugando con nieve y esa simple escena hace que quiera salir corriendo de ahí.

Nuevamente me encuentro huyendo de mis recuerdos. Mi respiración esta agitada. No se en que momento empecé a correr pero ahora no puedo detenerme. Siento una presión horrible en el pecho y en momentos como este, vuelvo a recordar que no estoy bien. Aunque quiera aparentarlo nunca lograre engañarme a mi misma.

Sigo corriendo y sin mirar a los lados cruzo rápidamente la calle. Algunos autos han hecho sonar el claxon e incluso un conductor me maldijo gritando cosas que ni siquiera me importaron. Logre cruzar y una vez estando del otro lado, me recargue sobre el cristal de un aparador tratando de recuperar el aliento.

Maldición.

¿Porque me tienen que pasar estas cosas?

Inhaló.

Exhalo.

Hago eso en repetidas ocasiones mientras siento como mi cuerpo sigue temblando. Pierdo la nocion del tiempo y cierro los ojos.

Y justo cuando siento que mi cuerpo esta por desvanecerse, un momento de lucidez viene a mi mente y poco a poco regreso a la realidad. Abro los ojos y se que todo ha terminado. Al menos por hoy.

Estando un poco mas tranquila, decido seguir mi camino y empiezo a caminar al centro comercial. Tomo un carrito y camino lentamente entre los pasillos. Voy metiendo cosas al carrito sin fijarme siquiera en los precios y una vez que tengo todo lo que necesito, me dirijo a la caja para pagar.

-- ¿Es todo señorita?-- Me dice la cajera amablemente.

-- Si...

-- ¿Esta bien?

-- Si, eso creo...

-- Sientese un momento.-- Dice la cajera y no logro entender porque lo hace.

Hasta que de repente siento un liquido derramarse de mi nariz .

Sangre.

Rápidamente busco algun pañuelo en mi abrigo, pero no llevo ninguno. La cajera me ofrece un paquete de pañuelos desechables, lo abro y comienzo a limpiarme.

-- Señorita ¿Puedo ayudarla en algo?-- Me dice la cajera con preocupación.

-- No. No se preocupe. Esto me pasa de vez en cuando...

-- Esta muy pálida. ¿Necesita un doctor?

-- No. No es necesario. Aun así muchas gracias.

Miro el pañuelo con el que me estaba limpiando y veo que mi nariz ha dejado de sangrar.

A decir verdad, tenia mucho tiempo que esto no me pasaba.

Decido no darle importancia y le pago a la cajera mientras le doy las gracias. Tomo mis bolsas y salgo inmediatamente de ahi para tomar un taxi. Me siento mareada y lo unico que quiero es llegar a casa. Por suerte un taxi se detiene y el chofer me ayuda a meter las bolsas.

El camino fue excesivamente corto.

Llego a casa y dejo las bolsas sobre la mesa. Mas tarde me encargare de guardar todo. Doy un suspiro largo y enciendo otro cigarrillo mientras me acuesto en el sofá y miro el techo.

Hoy no ha sido un buen día.

Pero ya estoy acostumbrada a que estas cosas pasen.

De repente mi celular empieza a vibrar y lo enciendo pensando que es Catherine. Pero estoy equivocada.

Es Andrew.

Valery
Se que debes estar muy molesta
Pero necesito saber si estamos bien.
¿Tienes tiempo para hablar?
Estoy cerca de tu casa.

Miro el reloj y veo que son las cuatro en punto. Así que aun tengo tiempo y le respondo:

Hola Andrew
No te preocupes
Todo esta bien
Puedes venir.

Andrew lee le mensaje pero no responde, así que doy por hecho que esta en camino. Voy a la cocina y me sirvo un vaso con agua. En menos de diez minutos, alguien esta tocando mi puerta.

Me siento mal.

Y me siento nerviosa.

Mala combinación.

Pero también entiendo que no puedo evitar a Andrew por siempre.

Camino hacia la puerta y rápidamente la abro.

-- Hola... Perdón por pedir que nos vieramos de repente.-- Dice Andrew cabizbajo.

-- No pasa nada. Entra.

Andrew me mira y posteriormente entra a mi casa y cierra la puerta.

-- Valery... Yo...

-- Andrew. No estoy enojada ¿Ok? No te sientas mal. En serio.

-- Aun así estuve mal. Lo siento.

-- No te disculpes...

-- Aunque me digas que no lo haga, lo haré. Se que estas pasando por cosas difíciles, pero yo no soy nadie para obligarte a hablar de ello si no quieres...

-- El problema soy yo. No tu, Andrew. Es cierto que hay cosas que me atormentan cada dia, pero me cuesta mucho hablar de ello. Espero que lo entiendas...

-- Claro. No volveré a tocar el tema.

-- Gracias.

-- Ufffff me he quitado un peso de encima.

-- ¿Tan preocupado estabas?

-- Claro que si. No soportaría perderte.

Otra vez no se como interpretar sus palabras, así que no se que decir.

-- Andrew...

-- Lo siento. En serio. No volverá a pasar. Aunque, si un dia quieres hablar sabes que puedes contar conmigo. Yo nunca te juzgare ni nada por el estilo. Solo me limitare a escucharte, así como tu lo has hecho conmigo.

-- Gracias. De verdad lo aprecio bastante.

-- En fin, tengo que irme. Gracias por hablar conmigo.

-- Gracias a ti por venir.

Andrew se acerca y me abraza calurosamente.

Se siente tan bien.

Que me da miedo.

Me da miedo que cuando sepa mi pasado se aleje.

Inconscientemente beso su mejilla en forma de despedida y noto que el se pone tenso, pero me devuelve el beso.

Un beso simple.

Un beso en la mejilla.

Sin contacto de labios.

Pero definitivamente es el único beso que me ha hecho sentir algo en mi vida.

Andrew se despide y sale de mi casa mientras me regala una sonrisa.

Cierro la puerta y no puedo creer la maraña de emociones que ha tenido este día.

Y eso que el día aun no termina.