PROLOGO
El cielo puede tonarse de muchos colores, pero siempre encontramos nuestro pequeño rayo de luz... hasta en la oscuridad más profunda.
Su mirada reflejaba temor hacia mí, su cuerpo esta desnutrido, tenía cortadas mal sanadas por todo su cuerpo.
- ¿Tú no me harás daño? Verdad – sus ojos se cristalizaron, y su pecho subía y baja sin control alguno – dime que tu no tienes nada que ver.
Sostuve su rostro delicadamente con mis manos posando un beso en su frente, mientras soltaba una sonrisa triste. -Jamás te haría daño, eres la única que hace que me despierte en las mañanas y me mantenga cuerdo en esta realidad...
>>Jamás te haría daño, porque caería por ti mil veces en la profundidad para que tu puedas ver la luz...
>>Jamás te haría daño, por que no te amo, yo no puedo amarte, esa palabra quedaría pequeña ante ti. Yo te adoro, como a tal joya preciosa, eres mi rayo de luz que me deja ver que después de todo mi cielo sigue siendo azul.
Escuche un sollozo de su parte mientras se aferraba a mí con fuerzas.
-Te amo chico de los ojos verdes.
-Te adoro chica de los ojos verdes.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro