CAPITULO 17

STELLA CARPENTER

No sabía como ayudar.

Me sentía inservible por ratos, al ver como se desmoronaba lentamente en piezas y yo lo único que queria era mantenerlo junto por un poco mas de tiempo. Podia ver su dolor por sus ojos y como trataba de no quebrarse frente a todos.

Estaba acostaba mirando al techo de la habitación, queria creerle que todo estaría bien.

Ya era tiempo de levantarme por lo que inicie mi rutina matutina. Me pare frente al espejo y observe que tenía ojeras que se notaban ligeramente, por lo que rápidamente las oculte con maquillaje, al cepillar mi cabello recogía lo que caía lentamente, me puse el primer jean a la mano y me quedaba un poco grande. Al mirarme me daba lastima, esta no era yo, me notaba cansada y lo estaba pero podia seguir.

Al salir de la habitación la casa estaba en un silencio profundo. Baje a la cocina donde estaba Allison sentada en la mesa con una carta entre sus manos.

-Buenos Días -salude amablemente sentandome enfrente.

-Buenos Días muchacha -suspiro pesadamente agachando la mirada, guardando la carta.

- ¿Pasa algo? - pregunte con preocupación ante su respuesta

-Jamas me había peleado de esa manera con Ashton... - murmuro

-Oh...

-Yo los amo como a mis hijos... No era mi intención - solto lagrimas que descendían por sus ojos. - yo no sabía que era tener hijos hasta que... Hasta que Ashton y Camille llegaron a mi vida.

-Debería hablar con él, el entenderá la situación... Estaba enojado por que tuvieron mala comunicación y estaban tensos, pero deberían arreglar las cosas.

Sonrió a medias por la declaración y tomo mi mano.

-Te pediré algo este día, hoy no lo dejes solo... Hoy es su cumpleaños y me gustaría que lo apoyaras hoy.

- ¿Hoy es su cumpleaños? - pregunte con asombro.

- ¿No te ha contado? - murmuro mirando con rumbo a las escaleras.

-No sé a qué se refiere, pero no me lo había contado que hoy era su día.

Allison me miro por unos segundos y agacho la mirada.

-Creo que él te lo necesita contar, solo dale un poco de tiempo - levanto la mirada con pesadez - prepare su pastel ¿podrías dárselo al llegar?

Asentí al ver que se paraba de la mesa y salía de la habitacion.

No sabía por qué no me había dicho su fecha de cumpleaños, aunque en realidad seguíamos sin saber mucho de nosotros, apenas nos conocíamos, pero en este corto tiempo he visto varias facetas que creía que lo conocía de mucho tiempo atrás. El verlo llorar fue lo que hizo sentir la necesidad de quedarme a su lado, en este momento sería incapaz de alejarme.

Estos días no han sido los mejores, pero talvez un regalo lo anime un poco.

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Tenía todo preparado para su llegada, habia comprado una hermosa cadena para su medalla, ya que veía que estaba demasiado degastada y se vería perfecta con ella.

Oí el crujido de la puerta y no pude dejar de sentir emocion por su reacción.

-Hola, mira compre el desayuno y unas cosas para la casa, pero debo admitir que las cosas están demasiado caras - me miro con curiosidad al verme nerviosa - ¿paso algo?

-Oh, no pasa nada - titubee - pasa a la cocina.

El me miro con rareza y asintió de inmediato.

Al llegar a la cocina tome su regalo y el pastel entre las manos posicionándolas atrás mío.

- ¿Entonces? - inquirió mirándome con una ceja arqueada.

-Siéntate por favor – pronuncie con una sonrisa – y cierra los ojos

Solto una risita sentándose, cerro los ojos lentamente. Acomode el pastel enfrente de el con 3 velitas y su regalo en un estuche a un lado.

-Ábrelos – sonreí, pero de desvaneció cuando observé que su sonrisa también desapareció.

El silencio se apodero del momento volviéndolo incomodo, no sabia si no le habia gustado o tal vez no era el momento.

- ¿Tu hiciste el pastel? – preguntó en voz baja.

- Eh no, lo hizo Allison...yo solo compré tu regalo -respondí sobándome el brazo.

- Allison te digo que era mi cumpleaños ¿verdad? – su voz sonada un poco más fría de lo normal.

- Si, pero yo le puse las velitas y eso... creí que sería un buen regalo – retrocedo unos pasos viendo como su reacción no cambia.

- Gracias, pero te pido por favor no me regales nada en mi cumpleaños, jamas escuchaste – su voz suena fría, lo veo poniéndose de pie recogiendo el pastel para ponerlo a un lado del microondas – voy a ir a comprar unas cosas mas que faltaron, vuelvo más tarde – sale de la habitacion con rapidez.

La casa se apodera del silencio quedando yo con un vacío. Regreso a la sala caminando lento, el desayuno sigue en la mesa del centro, pero mi corazón afligido no quiere saber de nada.

Tenia tantas dudas que no sabia por donde empezar, esta casa tenia el mismo vacío que la mía. Sentía mi cabeza pesada por lo que decidí que era buena idea tomarme una pastilla para dormir, pero por más que revisé no habia ninguna que me sirviera.

Tome mi mochila para salir a comprar las supuestas pastillas, el cielo estaba nublado del cual descendían pequeñas gotas de lluvia delicadamente. Camine aproximadamente 6 cuadras encontrando una farmacia.

La farmacia tenía esa música que te relajaba y daba un aire tenso, compré las pastillas y salí de la farmacia con ellas en la mano. Caminé alrededor de dos cuadras, cuando di la vuelta a la calle un auto iba de reversa contra mí y se detiene unos centímetros de mí.

-Mierda – digo en un susurro cuando veo que las pastillas caen al suelo empapándose en un charco.

- ¿Estas bien? – baja del auto un muchacho alto, su pecho sube y baja sin control alguno.

-Si, yo estoy bien – vuelvo a decir recogiendo las cajas.

- Lo lamento demasiado, ven te las pagare yo, solo dime cuales son y las pago – sus ojos azules me miran con desespero y sus manos estaban temblando.

-Está bien – es lo que logro decir, doy la vuelta camino a la farmacia.

-Sube yo te llevo, será más rápido -abre la puerta amablemente – además asi no te mojas con la lluvia.

Pienso un momento y decido subirme, el viaje es rápido e incómodo, ninguno de los dos logra decir algo hasta que llegamos. Bajamos los dos mientras esperamos a que nos den lo que pedimos.

-Tengo que decirlo, de verdad lo siento por lo de hace rato – levanto la mirada hacia el - ¿puedo preguntar para que son las pastillas?

- Son para mí, últimamente sufro de insomnio – contesto mordiendo la comisura de mi labio.

-Oh – agacha su cabeza observando el suelo – espero que puedas descansar.

Fijo la mirada en él y simple vista es un muchacho guapo, pero en su mirada melancólica refleja todo lo contrario, sus ojos son azules, pero se notan apagados, ojerosos, esta delgado, su cabello rubio esta desordenado, su labio este partido al igual que tienen varios moretones en la barbilla y pómulo.

- ¿Tu estas bien? – pregunto a un lado suyo, pero luego me arrepiento – lo siento, si no me quieres decir no impor...

- Sigo vivo aun – responde soltando una risa que desaparece.

Salimos de la farmacia y acá quien toma su camino, las calles las siento eternas, un coche pasa a mi lado y suena el claxon, volteo a ver quien es y me detengo cuando observo que es Ashton.

-Stella sube, tengo que hablar contigo.

- ¿Hablar? Primero me dejas sola en una casa que no es mía...

- Por favor, necesito que me entiendas – avanzo hacia el para encararlo, pero me sorprendo al ver sus ojos hinchados de llorar.

Le sostengo la mirada por unos segundos para luego subir a un lado suyo.

- ¿a dónde vamos? – pregunto en un susurro molesta.

- a ningún lado, solo quiero conducir a tu lado – toma mi mano delicadamente. Su mano esta fría y con un temblor ligero por lo que intento acariciarla con mi pulgar.

Después de unos minutos nos detenemos en el embarcadero. Bajamos del auto y lo veo subirse en él, me tiende una mano incitándome a sentarme a un lado suyo. Cuando estamos juntos alzamos la mirada al cielo nocturno, las estrellas brillan a todo su esplendor luciendo como una verdadera obra de arte.

-Lo lamento, de verdad lo lamento – musita Ashton en un balbuceo a punto de llorar – yo, no se que hacer, jamas. No me dejes, te necesito, porque yo solo, mi mamá y mi papá – balbucea más rápido que me cuesta entender lo que me trata de decir -y ahora Camille, yo soy débil, no quiero estar aquí, no te enojes.

- Ashton cálmate, respira, no te estoy entendiendo – lo sujeto tratando que siga mi respiración.

Sus ojos siguen hinchados. Su respiración sigue irregular, pone su cabeza entre mi cuello abrazándome con fuerza. Gimotea al llorar, y su cuerpo tiembla contra mí. Hago caricias suaves contra su cabello que parece tranquilizarlo un poco.

-Cuando tenía once me hicieron una fiesta de cumpleaños en una cabaña en Canadá, me la iban a hacer en Australia, pero yo queria conocer la nieve, era mi sueño. Todo estaba de maravilla, yo vestía de príncipe y mis padres vestían de reyes – su llanto se disminuyó un poco mientras tomaba un poco de aire – Me habían regalado un pastel con la figura de un dragón, sople las velas con entusiasmó, pero todo se desmorono en ese momento.

>> Todo se destruyo ante mis ojos, un arma apunto en mi cabeza, mis padres llegaron a tratar de defenderme... el tipo queria que eligiera... yo no podia hacer eso. Al primero que vi caer ante mis pies fue a mi papá – su llanto incrementa al recordar lo pasado - mi mamá me saco y corrimos lo más rápido al bosque, después una bala la derribo... yo queria quedarme... no queria dejarla sola como a mi papá... queria protegerla. Se despidió de mí y me pidió correr lo más rápido, me escondí como un cobarde y no tardo mucho cuando escuche que también la había perdido.

Puedo sentir su dolor, su tristeza. Lo rodeo con mis brazos tratando pasarme todo su sufrimiento. Me rodea con la misma fuerza aumentando su llanto.

-Después mi tía me acogió, me cuido como su hijo, luego adoptamos a Camille... yo no queria sufrir más... asi que traté de olvidarlos, fingí que ellos no existían, era más fácil que tratar de enfrentarlo yo solo. Nunca celebre mis cumpleaños, solo Camille y Allison preparaban un pastel, pero nunca fui capaz de probarlo – su llanto no paraba, estaba sacando todo el dolor que por años soporto solo.

El chico de ojos verdes que conocí es muy diferente al chico que tengo enfrente en estos momentos, uno lo rodeaba un día soleado a su esplendor mientras el otro vivía debajo de un huracán del cual no veía la luz.

No podia entender como mantenía toda su tormenta resguardada, mientras a los demás les mostraba un cielo totalmente diferente. Mi chico feliz esta llorando a un lado mío asustado de su pasado.

Un día el me salvo de mi tormenta, ahora era momento que yo lo salvara del huracán que arribaría en cualquier momento. Él retuvo mi caída manteniéndome a salvo, en este momento yo pretendo ser la luz que lo guíe en la oscuridad del huracán.

-Ashton, desearía poder cambiar el pasado para no verte sufrir – su rostro se levanta de mi hombro, dejándome ver su vulnerabilidad.

- No podemos cambiar el pasado, no podemos olvidar, solo podemos seguir ¿no? – musita pasando sus manos por su rostro – además si lo cambiara no te conocería.

Sus palabras remueven mi corazón, quiero que no sufra, quiero guárdalo en una caja de cristal para mantenerlo a salvo.

- ¿podemos quedarnos un rato más? En casa no hay nadie y están mu bonitas las estrellas para no verlas – pregunta temerosa con una media sonrisa.

- no quiero ir otro lugar en este momento – respondí suavemente observando las estrellas a su esplendor.

...

Al regresar a casa estaba mas tranquilo, por un momento senti que pude quitarle un gran peso de encima. Al bajar del auto observe que se detuvo frente la puerta, me acerque al ver que seguia inmóvil.

- ¿Pasa algo?...

No contesto mi llamado, solo leía una nota, al terminar entro corriendo para subir las escaleras con rapidez. Recogí el sobre para leer el contenido, pero me detuvo un grito de Ashton. Corri lo más rápido que mis pies me dieron para observar algo que no podia ser posible.

Camille estaba recostada en la cama cubierta de flores, Ashton la sujetaba en sus brazos con fuerza derramando sus lagrimas en las mejillas de ella.

-Ashton...

- También la perdí... también a ella...

...