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Extra 5 parte 1

El clima estaba a su favor, no hubo tormenta durante la noche y ni siquiera los copos de nieve cayeron.

Los trillizos corrieron a cuatro patas hacia la dirección del castillo, de vez en cuando se detenían a descansar o de comer algún aperitivo.

-¿Cuánto falta? – pregunto Boruto mientras observaba como el sol salía detrás de las montañas. Sus padres ya debieron haber despertado, no tardarían mucho para que se dieran cuenta de que habían desaparecido.

-No falta mucho, pero...- Sarada detuvo su explicación y miro hacia sus hermanos.

-¿Qué sucede? –

-Pronto vamos a salir de la protección del bosque

-¿Y eso que significa?

-Significa que ningún ser mágico nos va a ayudar, el Dios del viento o la Diosa de la fertilidad no podrán ayudarnos, ya que salimos de su límite – contesto Menma – Aunque es extraño, no nos han detenido para nada –

-La Diosa de la fertilidad esta hibernando y el Dios del viento... debe estar haciendo otras cosas más importantes y eso es bueno, así no se meterá en nuestro camino – Sarada guardo el mapa en su pequeña bolsa – Tenemos que seguir y tengan cuidado puede que haya cazadores

Los dos hermanos asintieron y siguieron a su hermana.

El castillo donde residía el emperador estaba envuelto en un pleito. Los príncipes se peleaban por poseer el trono y los donceles se unían al príncipe que consideraran ganador.

Los soldados estaban en medio de la batalla, hasta que el emperador diera su ultimo aliento de vida, serían libres de elegir el bando, pero por ahora su obligación era proteger el castillo.

-Itachi, si tu hubieras sido un príncipe, te hubiera elegido emperador – comento un soldado.

-No digas eso, si alguien te llega a escuchar, nos van a ejecutar – dijo Itachi mientras limpiaba la nieve que cayo de su hombro.

-Tienes razón, quien iba a creer que el lugar más seguro se volvería un infierno –

El azabache no respondió.

-Por cierto, hay rumores de que te estas viendo con un doncel –

-Rumores, si lo estuviera haciendo, no estaría hablando contigo –

El soldado asintió con la cabeza.

La puerta del palacio se abrió, los soldados se pusieron en posición, pero al ver que era una mucama, se tranquilizaron.

-Necesitamos más leña – dijo la mucama – Al emperador se le enfría los pies

Los soldados se miraron entre sí, no querían ir al bosque ya que varios de sus compañeros resultaron heridos a causa de los lobos.

Itachi dio un paso al frente – iré ¿Alguien más? –

-iré con usted – dijo el soldado que no se separaba de su lado.

-Bien – La mucama asintió – No tarden y tengan cuidado –

Los dos asintieron y salieron del palacio.

Cuando llegaron al bosque, se sorprendieron por el ambiente tranquilo, normalmente había pájaros cantando como si fuera primavera, pero en esta ocasión había total silencio.

-Mantente alerta – aviso el azabache mientras escogía un árbol – Cortemos lo necesario y regresemos rápido al palacio –

-¡Si señor! –

Itachi negó con una sonrisa y se puso a talar.

Por su parte, los trillizos habían salido del límite del bosque mágico y ahora corrían sin detenerse a descansar. Ya sentían que estaban más cerca del palacio, que por fin conocerían a sus tíos y las cosas del mundo humano.

-Me duele mis extremidades – se quejó Boruto.

-¡Resiste! ¡Ya estamos cerca del palacio! – grito Sarada.

Menma le dio un leve empujón a su hermano para que continuara.

Boruto inclino las orejas y soltó un suspiro, le ardían sus patitas.

Poco a poco pudieron visualizar el palacio, se emocionaron al ver lo bonito que era y por sus magníficos colores, pero cuando se sintieron aliviados escucharon aullidos detrás de sus espaldas.

-¡Lobos! – grito Menma que se encontraba detrás de sus hermanos.

No era necesario mirar atrás, ya que sentían sus pasos muy cerca.

Los trillizos aumentaron la velocidad, sin importar el dolor.

-¡Los lobos se acercan! – grito el soldado.

Itachi tomo la leña y se lo dio a su compañero -Llévatelo

-¿Qué piensas hacer? –

-Deshacerme de ellos –

-¡Estas loco! –

-Es bueno para entrenar –

El soldado lo miro como si estuviera viendo un fenómeno, negó y salió corriendo rumbo al palacio, pediría refuerzos, solo esperaba que no fuera demasiado tarde.

Los aullidos sonaron muy cerca, cuando vio que los arbustos se movían, saco su espada listo para atacar. Dio un paso al frente y se abalanzo hacia la criatura que salió, pero se detuvo al darse cuenta de que no eran lobos, sino tres cachorros de zorro.

-¡Tío Itachi! –

Itachi se sorprendió de que los zorros hablaran y más cuando se abalanzaron sobre él. No le dio tiempo de reaccionar y cayo de espaldas con los zorros encima.

-Tío Itachi, es usted ¿Verdad? – pregunto Sarada – Se parece mucho a nuestra madre –

Itachi salió de su shock cuando escucho el término "madre" solo significaba una cosa - ¿Son hijos de mi hermano Sasuke? –

-¡Si! – contestaron los trillizos.

El azabache sonrió levemente y levanto a los cachorros con cuidado – Entonces son mis sobrinos... ¿Qué están haciendo aquí? –

-Vinimos a buscarlos – dijeron en unísono.

-¿Mi hermano esta bien? –

-Nuestra madre esta triste, el desea verlos –

Itachi sintió una punzada en su corazón, el también deseaba ver a su hermano, hablar con el sobre todo lo que ha hecho y jugar como en los viejos tiempos, pero ya había renunciado a esos pensamientos cuando su hermano decidió vivir en el bosque junto con el zorro.

-No se si sea buena idea –

-¿A que te refieres? – pregunto Boruto.

El azabache acaricio la cabeza de Boruto y respondió – Mi hermano, ya ha hecho su vida y ustedes lo son todo para él. Se que nos extraña, así como nosotros lo extrañamos, pero sé que, con el tiempo, nos olvidara –

-¡Claro que no! –

Itachi iba a responder, pero fue interrumpido por el grito de su hermano.

-¡Itachi!

Los trillizos miraron sobre el hombro de su tío y vieron a un hombre de tez blanca acercarse a ellos.

-¡Tío Sai! –

Sai detuvo su caminar y se quedó estático.

-Son nuestros sobrinos – señalo Itachi con una sonrisa. 

Sai se desmayo en ese instante. 

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