Extra 4
La nieve brillaba como pedazos de plata gracias a la luz de la luna. Los animales nocturnos salían a cazar lo poco que quedaba.
En medio del bosque, un joven de cabellos celestes y piel blanca como la nieve, observaba al muñeco de nieve. Sus ojos amarillos analizaban cada parte del muñeco, sin lograr comprender del porque no se movía.
-Es solo un muñeco, no se va a mover –
Escucho una voz detrás de su espalda y miro sobre su hombro a la persona que había llegado.
-Dios luna – dijo – Hace tiempo que no lo veía –
El Dios luna era un hombre de cabellos plateados, ojos negros y con un cubrebocas que cubría la mitad de su cara. Raramente aparecía en el bosque en su forma original, pero la mayoría de las veces se transformaba en su versión joven, como ahora.
-Solo di mi nombre–
-No me atrevería, eres mayor que yo –
El Joven alzo una ceja y soltó un suspiro – Había escuchado de Kushina que eras un tipo muy difícil... por cierto ¿Te peleaste con ella? –
El peli celeste asintió con la cabeza – Se le ocurrió crecer rosas en invierno y eso me enojo porque ella lo puede hacer en la primavera hasta otoño si es posible y yo solo salgo cada año, ya era mi turno – explico y se cruzó de brazos – No tengo mucho tiempo –
-Mitsuki – El Dios luna alzo una mano y acaricio sus cabellos – Creo que ya debes de saber que el zorro tuvo cachorros ¿Verdad? –
-Si, los vi creando este muñeco –
-Entonces ¿Por qué no te vuelves amigo de los trillizos? Así no pasarías solitariamente el invierno –
-¿Y tú? –
-Soy el Dios de la luna y como tu mismo dijiste, tengo todo el tiempo para conocerlos –
Mitsuki dibujo una sonrisa que no llego a sus ojos – Tu, sí que sabes cómo animar a la gente – respondió y se desvaneció sin borrar su sonrisa.
El Dios luna se quedó estático en su lugar "¿Eso fue sarcasmo? ¿Qué dije para que se enojara de esa forma?" pensó y se quedó ahí hasta la madrugada.
-¡El muñeco de nieve sigue con vida! –
Tres pequeños zorros se emocionaron al ver su creación seguir de pie y empezaron a correr a su alrededor.
-Niños, si siguen dando vueltas van a tener náuseas – advirtió el azabache.
Los trillizos se detuvieron y se pusieron delante de su madre con el pecho fuera.
-¡Si señor! –
Sasuke soltó una risita – Le diré a su padre que les deje de traer libros de guerra –
Los trillizos sonrieron y se pusieron a jugar alrededor de su madre. Sasuke los observaba con una sonrisa, se sentía tan relajado y lleno de paz, como si los sucesos del pasado nunca hubieran existido. De hecho, ni recordaba el rostro de su padre, pero si tenia miedo de olvidar los rostros de sus hermanos y de su madre.
-Mamá ¿Estás bien? –
El azabache despertó de sus pensamientos y miro hacia sus cachorros, estos lo miraban con una cara de preocupación.
-Estoy bien, solo recordé algunas cosas –
Su hija se transformo en humano y seco las lagrimas que resbalaban de sus mejillas – No recuerdes cosas tristes, no nos gusta verte llorar –
Los hermanos asintieron con la cabeza y abrazaron a su madre.
-Ustedes... son tan maduros – Sasuke correspondió el abrazo – Son mis tesoros más grandes y no los cambiaría por nada –
Los hermanos no respondieron, solo frotaron sus cabezas en el pecho de su madre. Ellos comprendían perfectamente la añoranza que su madre tenia, después de todo fue muy difícil separarse de sus seres queridos, así que los hermanos tuvieron una excelente idea.
Irían a buscar a los hermanos de su madre, sin que este se enterara.
Pasaron las horas jugando en la nieve y poco a poco la luz del sol se opacó, tuvieron que regresar antes de que oscureciera. Su padre regreso con tres libros más y con la cena de esta noche.
Los trillizos empezaron a leer, pero no con las ganas de siempre ya que sus pensamientos estaban en otro lado.
-¿Qué vamos a hacer? – Pregunto Menma en un susurro -¿Iremos esta noche? –
Sarada cerro el libro – Escuche que trabajan en el palacio y según el mapa que arranque del libro, nos tomara tres días en llegar –
-Es mucho, si tardamos tanto se van a preocupar – dijo Boruto.
-Si corremos en nuestra forma de zorro, podemos llegar antes – dijo Sarada.
Menma y Boruto lo pensaron unos minutos antes de asentir con la cabeza, esta noche se irán a buscar a sus tíos.
-Bueno niños, es hora de dormir – Naruto los levanto del suelo, los niños estaban transformados y era más fácil cargarlos. Los llevo a la habitación y dejo a cada uno en su cama.
-Se durmieron muy rápido – dijo el rubio mientras los cubría con la sabana.
-Estuvieron jugando toda la mañana, tienen una energía desbordante – Sasuke se acercó a su esposo y lo tomo del brazo – Me pregunto de quien lo heredaron –
Naruto no respondió solo le dio un beso en la mejilla al azabache.
Sasuke sonrió ante tan muestra de cariño – Te amo –
El rubio frunció el ceño – Odio cuando lo dices primero –
-Eres exagerado –
-Lo digo enserio, Dattebayo –
El azabache le dio un beso en el hombro – Déjalo y salgamos de la habitación antes de que los despiertes con tus quejas – lo saco a rastras.
Cuando la puerta se cerró, los hermanos se levantaron y miraron hacia la ventana. Al ver que no había tormenta, se dispusieron a empacar un poco de ropa, se vistieron y salieron por la ventana.
-Vamos, no podemos desperdiciar ni un segundo – menciono Sarada.
Los dos hermanos asintieron y corrieron hacia una parte del bosque.
Boruto empezó a sentirse observado y miro hacia atrás, topándose con la silueta de un joven. Se detuvo un momento, sus orejas se movieron en alerta y sus pelos se erizaron.
-Boruto ¿Qué sucede? - Pregunto Menma.
El rubio miro hacia su hermano y apunto con el dedo - Hay alguien ahí –
Sarada y Menma miraron hacia la dirección que su hermano apuntaba, pero no vieron a nadie.
-No hay nadie ahí, debió hacer sido tu imaginación -
Boruto volvió a mirar y se sorprendió al no ver a nadie - Lo vi, tenia ojos amarillos -
-Vámonos, no perdamos más el tiempo - Sarada mordió la oreja de su hermano - No debemos tardar -
-¡Ya entendí! - Boruto sacudió la cabeza para zafarse de su hermana - Vamos -
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Pensando en escribir un fanfic de Mitsuki x Boruto ¿Ustedes que piensan?
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