Capitulo 25
El emperador había venido con todo su ejercito desde Konoha hasta un pueblo pequeño casi olvidado. Sasuke sabia vagamente que tenía un propósito para hacerlo y ese propósito era llevarlo al palacio y ser parte de su colección.
No estaba muy seguro de cuál era el propósito de su padre, pero sabe que no es nada bueno.
Pensando en ese punto, no podía dejar que el rubio se enfrentara a miles de soldados por si solo, aunque tampoco podía hacer algo.
-Vámonos juntos – rogo el azabache mientras su agarre se apretaba en el kimono del zorro -Vámonos, no nos dejes solos, por favor -
Naruto lo miro por unos segundos antes de apartar la mirada y aparto la mano del doncel con cuidado -Lo siento, pero tengo que quedarme –
-Si lo haces por el árbol yo...-
-Lo hago por ti y por nuestros hijos – dijo Naruto -El árbol y mi vida ya no importan, si no la tuya, tienes a tres personas dependiendo de ti –
Esas palabras que nunca quiso escuchar, se hicieron realidad. Sus ojos se inundaron en lágrimas y se aferro a sus brazos, como un niño.
Rasa jalo el kimono del azabache, para hacerle saber que deben de irse.
-No me iré, me quedare a tu lado -
El zorro lo abrazo fuertemente y susurro en su oído -Lo siento tanto y gracias por hacerme tan feliz –
Sasuke sintió un dolor detrás de su cuello antes de perder la conciencia. Naruto beso su frente por última vez y dejo que el mapache se lo llevara con ayuda de otros animales.
Los soldados del emperador empezaron a destruir los árboles y a cazar a cualquier animal que se les atravesara.
Itachi y Sai no estaban interesados, solo buscaban con la mirada a su hermano menor.
-El árbol dorado esta por aquí – susurro Danzo – Los Dioses que protegen al árbol no están, solo salen en la noche, el único que nos puede arruinar el plan es el zorro –
Fugaku sonrió -Será pan comido –
-¡Aquí están! –
Los soldados miraron hacia el cielo, el cuervo apareció y empezó a señalar una parte del bosque.
-¡Aquí están! –
Fugaku miro a los soldados -¡Bien! ¡Un grupo se encarga de salvar a mi hijo y el otro grupo viene conmigo! – ordeno. El emperador le había dado permiso de utilizar a sus hombres como se le plazca, siempre y cuando trajeran al doncel en sus manos.
-¡Si señor! –
Itachi y Sai se unieron al grupo de rescate mientras que Fugaku y Danzo se fueron con el otro grupo.
Rasa y los demás animales, se escondieron en una cueva. El azabache todavía no recuperaba la conciencia y eso era un alivio para el mapache. Sabia que cuando estaban esperando, se ponían muy sentimentales tanto que podían morir de la tristeza.
-¿Ahora que hacemos? – pregunto un hurón – Varios de nuestros hermanos han muerto en el camino –
Al escuchar la pregunta, los animales empezaron a murmurar.
-¿Qué vamos hacer? –
-¿El zorro podrá eliminarlos? –
-Solo buscan al doncel ¿No? –
Esa pregunta hizo que varios se quedaron callados y miraran hacia el doncel.
Rasa tuvo un mal presentimiento.
-Cierto, todo es culpa de él, si no hubiera venido al bosque nada de esto hubiera sucedido –
-Tienes razón, propongo que se lo llevemos al dichoso emperador para que nos deje en paz –
Rasa se puso delante del doncel para bloquear el camino -Chicos, no piensen así, el zorro se esta sacrificando por ustedes, además esta esperando cachorros, sean conscientes -
-¿Conscientes? ¿Qué hay de nuestros hijos? Ellos también merecen vivir –
-Cierto –
-Es verdad, además el zorro no se sacrifica por nosotros, lo hace por el doncel –
El mapache se puso en posición de ataque, tenia que proteger al azabache cueste lo que cueste.
-Si el zorro llega a saber lo que hicieron con el doncel, ustedes serán su cena –
Los animales se sobresaltaron al escuchar la amenaza y miraron sobre sus hombros. En la entrada de la cueva apareció un joven de cabellos rojos, sus ojos eran de color turquesa y en su frente tenía el dibujo del Kanji "amor".
A Rasa le brillaron los ojos de emoción -Mi pequeño Gaa-chan –
Gaara ignoro a su padre – El zorro ha protegido el bosque durante tantos años, a pesar de que ustedes no se lo merecen. Desde pequeño lo abandonaron y no le dieron ninguna ayuda, pero ahora que por fin puede ser feliz, ustedes idiotas quieren destruirlo –
Los animales titubearon.
Gaara sonrió para sus adentros y se sentó encima de una piedra -Me quedare aquí, si uno quiere salir por su propia voluntad, hágalo –
A todos se les fue el ánimo excepto Rasa que lloraba de felicidad. Ya que no tenía ni idea que hacer para controlar a toda una muchedumbre y pelear no era una buena opción, pero era lo único que podía hacer.
-Ugh –
Sasuke abrió los ojos poco a poco, pero su vista se nublo por las lágrimas al recordar lo que había hecho el zorro.
-No llores, no llores – Rasa acaricio su cabello -Todo estará bien –
-Tiene...tiene que haber una manera – Sasuke respiro con dificultad -Debemos salvarlo –
-No podemos, somos muy pequeños para defendernos –
-Debe de ver una manera – el doncel se quedo en silencio -El Dios sol...- susurro al recordar.
Los animales abrieron los ojos llenos de esperanza, pero luego recordaron lo que sucedió años atrás y volvieron a quedar tristes.
-El Dios sol se peleo con los dioses, esta tan enfadado que escondió su estatua para que no lo busquemos – respondió Rasa -No creo que nos ayude –
Sasuke se limpio las lágrimas y se levantó lentamente -Iré a buscarlo, no importa que me pase, con tal de que Naruto se salve –
-Que terco, ya te he dicho que no lo hará, es un dios poderoso, no le importa el bosque –
-Pero el árbol si ¿No? –
Rasa no supo que responder.
Gaara que escuchaba la conversación, soltó un suspiro y contesto -Padre, yo lo acompaño, tal vez el Dios del sol lo escuche –
Rasa lo dudo, el Dios sol no escuchaba a ningún humano, desde que su "Protegida" se murió.
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Espero que les guste y nos vemos el jueves con otro capitulo.
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