Capitulo 24
-¿Y cómo les pondremos? – pregunto Naruto mientras acariciaba en círculos el estómago del azabache.
-Todavía no lo sé, aparte hay mucho tiempo para pensarlo -
Sasuke escondió su rostro en el pecho del rubio y olfateo su aroma.
La luz del sol se filtraba en la ventana, acompañado del cálido viento. No se escuchaba ningún ruido afuera, como si los dos estuvieran solos.
Naruto aparto su mano y acaricio el cabello del doncel -¿Sabes? Minato me confeso que yo era un humano –
Sasuke se quedo en silencio.
-Me dijo que cuando era bebé me enferme gravemente y que la única manera de salvarme era convertirme en un inmortal –
El doncel alzo su rostro para ver la cara de Naruto -¿Y cómo te sientes al respecto? –
-Al principio me sentí enojado, pero luego me dijo unas palabras que tuvieron toda la razón – Naruto miro sus ojos – Y es que gracias a la vida que me dio el árbol, pude conocerte –
Sasuke se avergonzó tanto que no pudo evitar apartar la mirada. Sintió que su corazón iba a salir de su pecho, pero no se sintió molesto o incomodo, al contrario, le reconfortaba saber de que el rubio lo amaba tanto como a él.
-Entonces... ¿Tú crees que puedo ser inmortal? –
Naruto beso su frente y respondió – No hablemos sobre eso –
-¿Cuándo será el momento en que lo hablemos? –
El zorro no quiso responder, así que repartió besos en el rostro del azabache.
El doncel se rio ligeramente, los besos le daban cosquillas. Siempre que estaba a lado de Naruto, todas sus preocupaciones se alejaban y el recuerdo amargo de su padre se iba con el viento.
-¡Hola! ¡¿Hay alguien aquí?! –
Naruto puso los ojos en blanco al escuchar la voz del mapache.
-¡¿Están los futuros padres en casa?! –
Sasuke sonrió y se separó del rubio -Si, estamos aquí –
Unos segundos después, Rasa apareció en la habitación con una canasta llena de frutas y pan.
-Mira lo que trajo mi hijo de su viaje – señalo la canasta. Gaara era el hijo mayor de Rasa y al igual que Naruto se podía transformar en humano, algo que aprendió por sí mismo.
Naruto se sorprendió - ¿Gaara regreso? –
-Así es y trajo muchas cosas muy interesantes –
Sasuke que escuchaba la conversación no dudo en preguntar -¿Quién es Gaara?-
Rasa sonrió con orgullo -Mi hijo –
-Aún no puedo creer que alguien tan inteligente, haya sido creado por ti –
Rasa no respondió al comentario ofensivo del zorro. Dejo la canasta encima de la mesa y se acerco al doncel.
-Supe por parte de la diosa que serán tres cachorros ¿Cómo te sientes? –
-Un poco cansado, pero estoy bien –
Rasa asintió con la cabeza -Si necesitas ayuda no dudes en decirme, yo se más sobre los cuidados de embarazo que el idiota que esta a tu lado –
Naruto saco sus garras -¡¿Qué dijiste?! ¡Vuelve a repetirlo! –
Rasa le saco la lengua y esquivo rápidamente -¡Que malagradecido! –
Sasuke tomo la mano del rubio -Está bien, lo tomare en cuenta –
El mapache sonrió, le alegraba saber de qué el zorro ya tuviera a alguien que lo acompañara y que pronto iba a crear su propia familia. Naruto era como un hijo para él, lo conoció desde que era un bebé y ahora lo estaba viendo convertirse en un adulto. "Me siento orgullo de ti, a pesar de los momentos difíciles que surjan, siempre habrá alguien a lado de ti" pensó mientras miraba a la hermosa pareja.
Poco a poco, la luz del sol se fue escondiendo por las gruesas nubes grises. Un viento fuerte soplo hacia los árboles, ocasionando que estas se tambalearan.
En medio de la tormenta, varias aves aparecieron gritando:
-¡Humanos en el bosque! –
-¡Humanos en el bosque! –
-¡¿Otra vez?! –
Rasa se quejó.
Un cuervo aterrizo en el marco de la ventana -¡Son muchos humanos! ¡Vienen con espadas y arcos! ¡¿Qué vamos a hacer?! -
Naruto alzo una ceja -¿Muchos humanos? ¿Cómo vienen vestidos? –
Otra ave a apareció -Ropa, ropa plateada –
-Armaduras -Sasuke susurro -Son soldados del emperador – su mirada se llenó de pánico "¿Por qué? ¿Por qué ellos están aquí? ¿Se debe a mi padre?" sintió que todo a su alrededor daba vueltas y antes de que cayera al suelo, fue abrazado por el rubio.
-Sasuke ¿Estás bien? –
Rasa golpeo la pierna de Naruto -¡¿Cómo crees que va a estar bien?! ¡Esta en cinta! ¡No debe de tener emociones fuertes, pueden hacerle daño! –
-Mi padre, mi padre los trajo – El azabache se aferro al cuerpo de Naruto y lo abrazo fuertemente -No dejes que me lleve, no dejes que el emperador sepa de mi existencia –
Naruto se sorprendió por sus palabras, no conocía al emperador, pero había escuchado malos comentarios sobre él, sobre el interminable harem que tenía.
El cuervo movió sus alas desesperado -¿Qué vamos a hacer? ¡No tenemos la ayuda de los dioses! ¡Ni del árbol dorado! –
Rasa pensó durante unos minutos antes de responder -El único que nos puede ayudar es el Dios sol, pero nadie sabe dónde está su estatua, aparte no puede ver en pintura a cierta persona – miro de reojo al rubio.
Naruto asintió de mala gana, por lo que le había contado Minato, el Dios sol lo repudiaba porque tenia la mitad de vida del árbol dorado, era una abominación ante sus ojos, algo que no debió ser creado.
-¡¿Qué hacemos?! ¡¿Qué hacemos?! –
-Lo único que nos queda es pelear – dijo Rasa -Tienen que avisarles a todos los animales –
Los cuervos asintieron y emprendieron el vuelo para dar el aviso. Cuando ellas se marcharon, apareció otro cuervo con una apariencia deplorable, su pico estaba medio roto y su ala izquierda casi no tenia plumas, haciendo que se le dificultara volar.
-¡Aquí esta! ¡Aquí esta! – grito a todo pulmón.
Naruto escondió al azabache detrás de su espalda mientras se empezaba a transformar.
-Rasa, ¡Llévate a Sasuke, lejos de aquí! –
Rasa asintió y tomo el brazo del azabache, pero Sasuke no se movió. Este se aferraba al Kimono de Naruto mientras varias lágrimas resbalaban de sus mejillas.
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Falta poco para que termine esta historia, muchas gracias por sus apoyos.
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