Sasuke se levanto temprano como de costumbre con ánimos de trabajar. Desayuno una manzana, se baño en el pequeño lago y se vistió con un Kimono negro bordado de girasoles.

Rasa le había conseguido un pequeño trabajo, en una biblioteca, solo tenía que acomodar libros y limpiar el polvo de las estanterías, era algo simple a lo que estaba acostumbrado a trabajar, ya que toda su vida se la paso lavando ropa, costurar y barrer la casa.

Mágicamente la casa no se llenaba de polvo a pesar de estar en medio de un bosque, ni siquiera los insectos entraban, esto ultimo debe ser porque el zorro no se los permitía.

Hablando del zorro, este había salido tan temprano de la casa, sin ningún aviso, bueno recibió un beso en la frente mientras estaba medio dormido, pero hasta ahí.

-Me pregunto ¿Qué esta haciendo? – se pregunto el doncel en voz alta.

Salió de la cabaña no sin antes de cerrarla con seguro y se puso a andar.

El árbol del mapache era diferente a los demás, sus hojas se volvían verdes esmeraldas cuando el sol las tocaba, pero cuando una nube ocultaba sus rayos, estas se secaban como si hubiera llegado el otoño. El mapache le explico que unos arboles maldijeron su árbol, por ser la más bonita de todas. 

Por supuesto que Sasuke no le creyó, ya que Naruto le había advertido de que las palabras que a veces el mapache escupía eran mentiras. El mapache le encantaba leer libros de fantasías y aventuras, les gustaba tanto que creía lo que leía, por esa misma razón le decían que era un sabio, ya que sus palabras sonaban tan creíbles.

-¡Cuack! –

El doncel se detuvo al escuchar un sonido familiar.

-¡Pequeño doncel! –

Sasuke miro hacia arriba. En las ramas de un árbol, había un cuervo, con un pedazo de tela en el pico.

El azabache tuvo un mal presentimiento.

El cuervo dejo caer el pedazo de tela encima de la cabeza del azabache y dijo con voz nerviosa -Un conocido tuyo me dijo que te diera esto. También me dijo que disfrutaras tus días de libertad con el zorro ya que más adelante vendrá por ti – al dar su trabajo por hecho, emprendió el vuelo. 

Sasuke se le había olvidado como respirar; sentía que el aire cortaba su piel erizada, el olor a sangre del pañuelo, llenaba sus pulmones, quemándolo por dentro.

-Lo sabe, el lo sabe, pero ¿¡Cómo?!- murmuro el doncel. Tenia la garganta seca, las manos sudorosas, el rostro frio.

Sintió tanto miedo, que sentía que alguien lo observaba. El pañuelo cayo al suelo, por el movimiento de su cabeza.

-Por favor, no me hagas esto – suplico en voz baja antes de darse cuenta, todo a su alrededor se tambaleo un poco y el sudor frio aumento -¿Qué rayos quieres de mí? Ya te di todo de mi vida, ahora déjame ser feliz –

-¿Sasuke? –

Sasuke parpadeo mientras el mundo se inclinaba sobre su eje -Naruto...-

Naruto lo miro preocupado y corrió rápidamente hacia el azabache antes de que cayera al suelo, este último había perdido el conocimiento.

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-¿Esta bien? –

-Si esta bien, solo fue un desmayo –

Sasuke abrió los ojos muy despacio, rodeado de un olor desagradable. Parpadeo algo desconcertado y trato de levantarse, pero cuando lo hizo, la habitación le empezó a dar vueltas, por lo que volvió a acostarse.

-¿Naruto? -llamo automáticamente – Naruto, Naruto ¿Dónde estás? – no se dio cuenta, pero varias lágrimas fueron derramadas.

La puerta se abrió rápidamente y Naruto apareció con una cara llena de pánico.

-¡Aquí estoy! – grito el rubio y corrió a abrazar el cuerpo del azabache.

-Naruto – murmuro el Uchiha, cuando sintió las manos del zorro acariciar su espalda.

-Esta todo bien, no me iré a ningún lado – respondió Naruto en un tono gentil – Siempre estaré a tu lado pase lo que pase –

-¿Lo prometes? – Sasuke pregunto, paso los dedos en la cabellera rubia; solo cuando escucho un carraspeo, se dio cuenta que no estaban solos, pero no se detuvo.

El rubio suspiro y se aparto un poco.

-Gracias por venir, Rasa –

El mapache movió la cola -No fue nada, pero si se vuelve a desmayar, quema el palo de incienso que te di, su olor despierta hasta los muertos -

El zorro asintió con solemnidad.

-Bueno, me voy, no quiero ser un mal tercio– dijo Rasa antes de salir de la habitación.

-Dime ¿Qué sucedió? – pregunto el rubio con suavidad.

Sasuke se le lleno los ojos de lágrimas; todo se volcaba sobre el como una inundación; su madre costurando, sus hermanos entrenando día y noche, el cielo en los ojos de Naruto, dulces, preocupados, el toque de sus labios, sus manos sobre él, como una suave brisa...

El zorro lo sostuvo contra si sin hacer ni una pregunta más, froto su espalda y presiono los labios contra su pelo.

Sasuke se tranquilizo poco a poco con su ternura. El deslizo los brazos por su cintura y lo estrecho contra si con suavidad, respiro hondo. El doncel tomo una enorme bocanada de aire y enterró su rostro en el pecho del rubio.

-Hazme tuyo –

Naruto se sobresalto y trato de apartarse, pero las manos del azabache se lo impidieron.

-Por favor, quiero que me hagas tuyo –

-Es...que yo... no sé cómo hacerlo –

Sasuke negó con la cabeza – Ni yo se hacerlo, pero podemos aprender juntos –

Naruto se sintió algo inseguro -¿Y si te lastimo? –

-No me importa – "Prefiero que me hagas daño, quiero olvidarme de este día, que todo sea recordado como un mal sueño" Sasuke se aferro fuertemente a su cintura. 

El rubio noto el desespero en su voz. En serio quería tocar al azabache, hacerlo suyo, pero tenia miedo de hacerle daño, puede ser llevado por sus instintos. 

-Naruto - 

Pero tampoco tuvo el valor de rechazarlo. 

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Espero que les guste y si ya el próximo capitulo habrá lemon.

Estaré leyendo sus comentarios, opiniones y criticas.