-¡Cuack!-

Fugaku escucho un sonido extraño, abrió los ojos y se sorprendió.

Se encontro en la oscuridad, con el viento sonando como lloriqueos. A su alrededor los árboles estaban secos y el suelo color negro como el carbón.

En este momento su visión todavía estaba borrosa y se sentía peligrosamente mareado, por el golpe.

Todo había sucedido tan rápido, que ni si quiera le dio tiempo de reaccionar. Sus compañeros fueron empujados a un abismo por un fuerte viento y algunos fueron lanzados por lianas. Lamentablemente Fugaku fue uno de los que cayeron en el abismo y ahora que observaba detenidamente, no veía ningún rastro de sus compañeros.

-¡Cuack! –

Volvió a escuchar el mismo sonido que provenía de arriba , no dudo en adivinar de que se trataba de una bandada de patos.

Fugaku empezó a buscar con la mirada su arco y flechas, no piensa regresar a casa con las manos vacías, pero mientras buscaba a su alrededor, escucho una voz.

-¡¿Quieres dejar de hacer esos sonidos?! ¡Es molesto! –

El azabache se sorprendió tanto que dejo de moverse.

-¿Sigues enojado? –

-¡Claro que estoy enojado! ¡Ese zorro como se atreve a amenazarnos! –

"Al parecer es verdad lo que dijo ese bastardo, los animales hablan" pensó Fugaku y empezó a prestar atención a la conversación.

-¡Ya deja de hablar! ¡Y alégrate, que nos queda un cuerpo por devorar! –

El cuervo soltó un suspiro -Todo por que quiero convertirme en humano – dijo, mientras descendía con sus compañeros.

Fugaku supo que hablaban de él, así que se acostó en el suelo y se mantuvo quieto como un verdadero cadáver.

Las aves aterrizaron a su lado y con pequeños brinquitos se acercaron a su cuerpo. Con sus picos empezaron a romper su traje y con sus uñas filosas desgarraron la carne de su brazo.

Fugaku tuvo que aguantar el dolor, si quería que su plan funcionara.

Un ave se acercó al rostro del azabache, listo para picar los ojos, pero antes de que eso sucediera, una mano se cerro en su cuello, robándole un graznido.

-¡Cuack! –

Las demás aves se asustaron y se fueron volando rápidamente. No querían compartir el mismo destino de su compañera.

Fugaku se levanto del suelo como si nada hubiera sucedido, la sangre escurría de su brazo, manchando el oscuro suelo, pero ni siquiera le importaba. Lo único importante era el ave que tiene en su mano, este se movía con desesperación, tratando de zafarse.

-Bien, habla conmigo, si no quieres que te rompa el pescuezo –

El azabache apretó su agarre.

-¡Esta bien¡ ¡Esta bien! ¡No me mates! – el ave grito -¡diré todo lo que quieras! –

Fugaku dibujo una sonrisa en sus labios y aflojo su agarre. Ahora podía saber todo lo que había en el bosque, sin necesidad de arriesgar su vida.

-Entonces, dime ¿Dentro del bosque hay un árbol de oro? –

El ave asintió con la cabeza.

Esa simple acción, le trajo un fuerte deseo de ambición -¿Qué mas hay? –

El cuervo contesto con un tono nervioso -Hay animales que hablan como yo, solo hay eso –

-¿Seguro? ¿Y que me dices del dichoso zorro? –

"Este humano ¿Nos estuvo escuchando?" el cuervo lo miro penetrante, pero aun así contesto por su bien.

-El zorro es el guardián del árbol dorado, es medio inmortal –

Fugaku alzo una ceja -¿Qué quieres decir con medio inmortal? –

-Bueno, puede sangrar como cualquier animal, pero no puede morir ¿Entiendes? –

-Debe tener alguna debilidad –

-¿Debilidad? – el ave pensó por unos minutos como si se estuviera acordando de algo – Así, una debilidad ¿Puede ser que sea ese doncel? –

-¿Doncel? –

-Si, un doncel llego a nuestro bosque, de hecho, ahora que lo veo – escudriño la cara del cazador -Usted tiene un cierto parecido a el –

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Sasuke estornudo.

-¿Estás bien? -Pregunto Naruto.

-Si, estoy bien, es solo el polvo –

Ahora los dos se encontraba en casa, después de que la diosa de la fertilidad diera el aviso de que los humanos se habían ido.

"¿Polvo?"

Naruto olfateo el aire y al ver que no había ninguna partícula de polvo, observo el rostro del azabache. La cara del doncel estaba algo pálida y enferma, algo que preocupo al zorro.

-¿Seguro que estas bien? –

Sasuke no respondió por unos minutos, luego sonrió amargamente -Siento que fue mi padre el que vino –

Naruto tomo la mano del azabache -No tienes que preocuparte por él, ya no se meterá en tu vida –

-Lo sé, pero aun así...creí que cambiaría por mi muerte –

El rubio frunció los labios y pensó por un momento antes de responder de una manera no grosera.

-Cuando una persona esta envenenada por un veneno sin cura, es imposible que viva –

-¿Y eso quiere decir? –

-En pocas palabras, tu padre no cambiara con nada, ya esta envenenado del poder de la ambición –

Sasuke alzo la cabeza para ver al zorro. Sus miradas se encontraron. Naruto lo observo a los ojos y vio las emociones dentro de ellos, miedo, preocupación y algo de nervios.

-Tienes razón –

Naruto reacciono con una risita al escuchar la respuesta del doncel. Sus ojos azules se llenaron de ternura -Me alegra que mi novia no se haya enojado con su novio por haber ofendido al suegro –

La cara del azabache se sonrojo de un rojo brillante ¿A dónde rayos aprendió a ser tan desvergonzado? Sus palabras sonaban tan coquetas, que era sorprendente viniendo de él.

Naruto aprovecho acercar sus labios a los oídos del doncel y susurro amorosamente -Mi pequeño doncel, tengo ganas de besarte ¿Puedo hacerlo?-

El latido del corazón de Sasuke no pudo evitar correr. Volvió la cara hacia un lado y pregunto a gritos -¡¿Quién rayos te enseño a ser tan directo?! ¿¡Fue Rasa?! Dime la ver...- fue silenciado por los labios de Naruto.

"Matare al mapache por esto" pensó el azabache, pero aun así correspondió el beso. 

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Lamento no actualizar una semana, pero no tuve internet ni luz por el huracán "Delta". También les invito a leer mi Fanfic llamado "Libérame", espero que sea de su agrado y sin nada mas que decir, me despido.

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