El sol se escondió detrás de las montañas, haciendo que el cielo que convirtiera en un color anaranjado. Varios animales se escondieron y otros salieron para cazar. 

Sasuke abrió la puerta y asomo la cabeza, al no ver al rubio en ninguna parte, suspiro de alivio, pero a la vez quedo decepcionado. El sabe que el zorro tiene un trabajo que es proteger al árbol dorado y sabe que no es necesario que vaya, ¿de que serviría ahí? Si no posee ninguna especialidad. 

-Pequeño doncel - lo llamo una voz desconocida. 

El azabache miro hacia el cielo, donde un ave se dirigía a su dirección. Se trataba de un pequeño canario amarillo, pero lo que mas lo sorprendió, es que hablara, todavía no estaba acostumbrado a que los animales de este bosque hablaran como humanos. 

-Pequeño doncel, la Diosa de la fertilidad, desea hablar contigo - dijo el ave al llegar enfrente de el. 

Sasuke asintió algo confundido. 

-Bien, sígueme pequeño doncel -

El ave batió sus alas listo para avanzar. 

-¡Espera! -

El ave dio un giro sobre su propio eje e inclino la cabeza a un lado.

Sasuke no dudo en preguntar -El...¿Esta protegiendo el árbol dorado? -

-Si te refieres al zorro, la respuesta es si - 

-Oh vaya - la voz del azabache sonó decepcionada, tenia la esperanza de que el zorro se hubiera ido a otro lado. El mismo le había dicho que se aburría estando solo y que le alegraba tener a alguien con quien platicar, tal vez fueron mentiras para que no se sintiera mal. 

-Pequeño Doncel, sea lo que sea que estas pensando, estás equivocado. El zorro iba a llevarte contigo, pero la diosa de la fertilidad se lo impidió, así que tuve que irse solo -

-¿Por que hizo eso? -

-Necesita hablar contigo, así que es mejor que nos apresuremos - el ave batió sus alas una vez más. 

Sasuke ya no pregunto y siguió al canario. 

Sorprendentemente no se dirigieron al árbol dorado, tomaron un camino diferente que el azabache no conocía.

Cuando entraron en el sendero, los arboles verdes fueron sustituidos por flores rosadas y el pasto se convirtió en un camino de piedras, era una vista maravillosa. 

En medio de la naturaleza, había una casa de cristal con una estatua de una mujer en el techo y en la puerta hecha de piedra había extrañas escrituras. 

El ave le señalo una silla de piedra -Siéntate ahí y espera - con esas palabras, se retiro. 

El azabache se sentó y espero hasta que el cielo naranja se oscureció. 

-Mi pequeño doncel, ¿Esperaste mucho? -

La voz de una mujer se escucho en su cabeza. Sasuke miro hacia la estatua que emitía una luz roja como la sangre, dejándolo asustado. 

-No tienes que preocuparte, es una señal de que estoy aquí - 

-¿No puede ser de otro color? - pregunto sin pensar. 

La mujer rio -Lamentablemente no puedo, es el color de mi cabello - 

Sasuke se sonrojo avergonzado -Lo siento -

-No te preocupes, pero mejor hablemos de ti. Eres el primer humano que ha pisado nuestro bosque y el primer interés de nuestro querido guardián - 

El azabache se quedo sin habla, dándole oportunidad a la diosa de seguir hablando. 

-Me alegra que seas Doncel, eso significa que tendremos un hermoso zorro en un futuro. Hay ya quiero verlo, como diosa de la fertilidad te daré el éxito a la primera ¿Qué quieres? ¿Gemelos? ¿Trillizos? ¿Niñas? o ¿Niños? - 

-Yo...-

-¡Mejor trillizos! ¡Kya, seria hermoso ver tres zorritos! - 

-Diosa...-

-Pero, claro es tu decisión - 

-Emm... - Sasuke se aclaro la garganta - Gracias por su favor,  pero pienso que es muy pronto para que tenga hijos. Apenas Naruto y yo aclaramos nuestros sentimientos, así que quiero conocerlo un poco mas para decidir en el futuro - 

La Diosa dio un largo suspiro -Entiendo... de hecho esa fue la razón por la que te llame, necesito decirte algo sobre Naruto -

Sasuke asintió. 

-Bueno, nuestro querido Naruto... no es un espíritu y tampoco humano -

El doncel quedo sorprendido -¿A que se refiere con eso? -

-Naruto fue abandonado en el bosque cuando apenas era un bebé. Nosotros sabíamos que no iba a sobrevivir por ser tan pequeño y los animales no podían cuidarlo, por miedo a los humanos. Así que nuestra decisión fue compartir un poco de nuestro poder y pedir prestado algo de energía del árbol dorado para que se mantuviera a salvo - 

El azabache comprendió la razón del porque el zorro vigilaba el árbol dorado. Su vida estaba ligada con la de él, pero ¿El lo sabia? 

-No lo sabe, así que mantenlo oculto - 

Sasuke alzo una ceja y pregunto -¿Y que es lo él sabe? -

-Solo sabe que es un espíritu, eso es todo - 

-¿Por que me cuenta todo esto? -

Kushina escucho su tono molesto, pero no lo regaño. Ella también estaría furiosa si supiera que su pareja no era lo que cree que es. 

-Tu futuro no se vera afectado. Puedes tener hijos y vivir con nosotros -

-¿Por cuanto tiempo? - Sasuke alzo la voz -El es casi un dios y yo soy un simple humano, no creo que duremos para la eternidad -

-Pequeño doncel, eso tiene una solución. Yo deseo que duren hasta que sus hijos tengan la mayoría de edad así que con gusto entregare algo de mi inmortalidad, claro con tu permiso -

-Tengo que pensarlo - 

Kushina pregunto exaltada-¡¿Qué tienes que pensar?! ¡¿Tu no lo amas?! -  

-¡Si lo amo!, pero creo que es mejor que le digamos la verdad -

La Diosa no respondió, pero tampoco lo negó.

Sasuke quedo satisfecho -Necesito verlo - 

-Está bien -

Con esa respuesta la luz roja se extinguió. El azabache se levanto de la silla y se fue corriendo hacia el lugar donde estaba el árbol dorado. Pero, antes de que se acercara, varias aves salieron de un árbol, con unos gritos ensordecedor. 

-¡Humanos! ¡Humanos en el bosque! - 

Sus gritos eran tan desesperados, que asusto a varios animales que cazaban. 

-¡Humanos en el bosque! -