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Capítulo Séptimo

TaeHyung no era una persona que percibiera fácilmente el exterior, el mundo no se lo permitía. Su arte le permitía mostrar al mundo cómo veía él lo que había afuera. Y quería mostrarle a su novio cómo le veía.

Pasó toda la noche pintando y comiendo comida basura. Él no era de comer esa clase de comida y le hubiera gustado que JungKook estuviera allí, mirándole. Estaba con una camiseta del chico y ropa interior. No llevaba pantalones y estaba lleno de pintura. De vez en cuando, daba algún saltito o movía las caderas de un lado al otro, tal como había visto a JungKook hacer en sus clases ¿Cómo alguien pudo decirle que no bailaba bien? Deseaba escuchar, para oír la música y poder bailar junto a su pareja, pero eso era algo que él nunca podría hacer.

Suspiró y pensó en el movimiento pélvico del chico. Cómo deseaba sentirle dentro. Cogió un lienzo en blanco y, sin reparo alguno, comenzó a pintar esa parte de sí mismo que jamás había expresado: su sexualidad. Y, para ser sinceros, su sexualidad con JungKook. El chico le excitaba sobremanera y su arte era la única forma que tenía de mostrárselo al chico.

Cogió un trozo grande de chocolate y bebió un gran sorbo de batido. Estaría malo tres días, pero merecería la pena.

Bajó a la cocina y preparó una pizza, cogió patatas fritas y volvió a subir a su pequeño estudio. Los cuadros que iba terminando los iba poniendo en el salón, la habitación de invitados y el baño de repuesto, donde posiblemente pasaría los tres días sucesivos.

JungKook, por su parte, pensó que TaeHyung no habría querido dormir con él y esto le venció más en su depresión. Se mordió el lbabio inferior y miró su teléfono móvil. Los mensajes de odio no cesaban, ni siquiera de madrugaba. Bloqueaba tres cuentas y salían diez de la nada.

"TaeHyung te dejará" "Él merece alguien mejor" "Si tuvieras vergüenza, dejarías a TaeHyung" "Arruinas su imagen" "No te deja por pena"

Y, como esos, mil más. Se levantó y fue al baño, necesitaba dormir, descansar. Se tomó un par de pastillas y, al rato, se quedó profundamente dormido.

Estaba asustado por el hecho de tomar pastillas. Empezó tomando media cuando le hacía falta y ahora dos todos los días, a escondidas de TaeHyun, y había días que tomaba tres.

Su mente estaba acabando con su vida.

Al día siguiente, un fuerte olor a pintura le despertó. Frunció el ceño y se levantó, tenía un fuerte dolor de cabeza. Se tomó un analgésico y tuvo la impresión de que vivía drogado.

Abrió la puerta y fue a la habitación de invitados en busca de su pareja, el chico no estaba allí, pero sí varios cuadros nuevos, tenían la pintura fresca y era hermoso, desprendía belleza, luminosidad... y amor. Miró los cuadros y se quedó prendido ¿las había hecho por la noche? Salió y vio que en el pasillo había otros dos igual de hermosos y coloridos.

—¿TaeHyung?

Nadie contestó, como era obvio. Entró en el salón y vio restos de pizza, botes de batido, envoltorios de chocolate en el suelo y manchas de pintura. El chico estaba tumbado en el sofá con una camiseta que reconoció como suya, en ropa interior y lleno de pintura.

Estaba dormido y muy despeinado.

—¿Cariño? —preguntó, zarandeándole, levemente.

Lentamente, el chico abrió los ojos y le sonrió.

—Me quedé pintando... y comiendo.

—Ya veo.

—Me duele la tripa.

—Me sorprendería que no te doliera —dijo y le acarició la frente con devoción —te prepararé un baño.

—Espera, quiero enseñarte mis pinturas.

Durante diez minutos, el chico estuvo metiendo cuadros en el salón donde pintaba.

—Sabes que yo pinto con lo que percibo del resto de mis sentidos. He pasado toda la noche, despierto, comiendo comida basura y pensando en ti, en lo que me haces sentir. De entre todos los que he pintado, los que más me gustan... son estos —le mostró uno en tonos rojos, morados y marrones. JungKook podía entrever a dos personas ¿era lo que él se imaginaba? —somos nosotros y mis sentimientos ante nuestra intimidad y...

JungKook cogió el cuadro de ellos y lo puso sobre la mesa.

—Podría ir en nuestra habitación —dijo y sonrió —¿Qué más tienes ahí que no me dejas ver?

—¿Te vas a enfadar?

—Tu arte nunca me enfadaría.

Con mucha inseguridad, le mostró la pintura. Era un cuadro realista de JungKook, tal como le veía TaeHyung: hermoso y fuerte. Lo había pintado sin camisa y había resaltado sus músculos. No pudo evitar sonreír y sonrojarse al leer la frase que TaeHyung había escrito al pie "El hombre al que amo. Mi hombre".

Le pasó un brazo alrededor de los hombros y fue a besarle, pero el chico salió corriendo dirección al baño. Con una sonrisa, JungKook fue al baño donde TaeHyung estaba encerrado. Le dejó su intimidad, esperándole en la puerta. Cuando el chico salió, se tumbó en la cama de lado.

JungKook abrió un cajón y sacó dos collares con un aparato cada uno. Le dio uno a TaeHyung y el otro se lo puso él. Si TaeHyung se encontraba mal y él no estaba a su lado, apretando el botón, se enteraría. Sí, JungKook adoptó todas las medidas de seguridad para que JungKook estuviera a salvo y el chico era consciente de esto.

Mientras estaba en la cocina, preparando suero para el chico, el aparato de su collar vibró y se iluminó. Asustado, subió las escaleras corriendo. TaeHyung estaba saliendo del baño, bastante pálido. Le cogió en brazos y le tumbó en la cama, con las piernas en alto.

—¡No voy a comer en lo que me resta de vida!

JungKook sonrió y le dio un beso en la frente.

—Te he preparado suero, ¿quieres?

—Ahora mismo sólo te necesito a ti. Me encuentro muy mal.

—Te has comido hasta nuestra vajilla y has pasado la noche esnifando pintura, entiendo que te encuentres mal.

Abrió las ventanas de toda la planta alta para que el chico respirara aire fresco y le obligó a ponerse con las piernas en alto para evitar más mareos.

—Gracias. Tenía mucho miedo anoche... sólo quería que supieras lo que siento por ti. Como de increíble te veo yo. Vuestro lenguaje es tan diferente al nuestro que a veces que cuesta...

—No te entiendo.

—Quizás si lo haces, te ofendo.

—Inténtalo.

—Las personas que pueden ver, oír y hablar... que disfrutan de sus cinco sentidos... suelen alzar su voz para separar a las personas por colectivos, más que para unirlas. Hoy en día, todo ofende, todo es exclusivo, pero nadie se da cuenta de que todos somos personas y, bajo ese foco, todos somos iguales. Por eso no entiendo que me excluyeran antes de hacerme conocido. Por eso no entiendo que te odien sólo por estar conmigo... la gente es tan ignorante... —añadió, con una sonrisa amarga —tratan de apagar el fuego con gasolina... tratan de mitigar el odio con más odio. La supremacía del más fuerte. Dan asco.

JungKook se quedó impresionado, jamás había tenido una conversación sobre la sociedad con TaeHyung y tenerla a raíz de lo ocurrido le hacía ver que el chico era más de lo que aparentaba. No contestó, simplemente se quedó a su lado ¿qué podía aportar? ¿Qué podía refutar? Nada. la sociedad era así y lo peor era que, a menudo, trataban de hacer cambios con la excusa de una mejora social pero, en realidad, estos cambios lo único que hacían era dividir más a la población.

TaeHyung tenía razón: hoy en día la sociedad luchaba por la supremacía de colectivos sin pararse a pensar en lo esencial. Todos somos personas. Todos somos iguales por el hecho de ser personas.

En silencio, se quedó a su lado, mirándole a los ojos. TaeHyung se levantó varias veces al baño y, finalmente a las doce de la mañana, se empezó a quedar dormido. JungKook le despertó y le llevó a la bañera. Le había preparado un estupendo baño relajante para quitarle toda la pintura y, mientras el chico se bañaba, JungKook cambiaba las sábanas y cerraba las ventanas.

—Ya está todo, por si quieres tumbarte.

—Báñate conmigo.

JungKook se quedó helado. Le daba muchísimo miedo bañarse con el chico, que le viera desnudo, que viera todas sus partes de las cuales siempre se sintió inseguro. Se mordió el labio inferior y, sintiéndose inseguro, asintió.

TaeHyung, que tenía medio cuerpo apoyado en el borde de la bñera, no pensaba que JungKook accediera a bañarse con él. Así pues, se irguió y se quedó muy serio, mirándole. Siendo consciente de lo mucho que le costaba a su pareja desnudarse, se echó hacia adelante para dejarle un hueco considerable tras él, y apartó la mirada para dejarle su intimidad para que se desnudara.

Sabiendo que su novio no miraba y agradeciéndoselo, se desnudó y entró en la bañera. Echó sus piernas hacia un lado y TaeHyung se recostó sobre su costado. Obviamente, hubiera preferido que el chico estuviera abierto de piernas y estar recostado en el pecho de su pareja, pero respetaba su límite y entendía que aquello era un gran paso para él. Apoyó los brazos en la cadera del chico y, a su vez, apoyó su cabeza en sus brazos. Cerró los ojos y sonrió al notar las caricias en su espalda y su pelo.

—Me estoy planteando ir a terapia, de verdad quiero hacerlo —dijo y TaeHyung levantó la cabeza —quiero recuperar esto, no quiero perderte y, si sigo así, te perderé y, si te pierdo a ti... lo pierdo todo.

TaeHyung abrazó al chico y sintió miedo. Estaba a favor de las terapias, pero no iba a ser fácil. Ello no garantizaban que estuvieran juntos o que su pareja pudiera llegar a estar bien.

Se quedaron un rato en la ducha, en silencio, mirándose a los ojos, hasta que TaeHyung tuvo tanto sueño que salió.

—Voy a dormir —dijo, con una sonrisa—te espero en la cama.

JungKook observó a su novio caminar hasta la habitación. Con un suspiro, salió de la bañera, se secó, se puso el pijama y salió. TaeHyung ya estaba metiéndose en la cama, le miró, implorándole que se tumbara con él y le abrazara, pero JungKook sólo le arropó, le dio un beso y salió del cuarto.

Se había pasado toda la noche pintando cuadros para él, le había dicho en todos esos cuadros lo mucho que significaba para él. Entendía el problema de su novio ¿pero por qué se alejaba de él? Por ahora, tenía fuerzas para continuar pero ¿Por cuánto tiempo sería así?


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