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Capítulo Décimo Cuarto

Aquel día, JungKook salió de la sesión bastante más contento que otros días. Llegó a casa y vio que tenía un mensaje de TaeHyung, ese día llegaría un poco tarde porque se había presentado un señor importante que estaba comprando varios de sus cuadros para su mansión y, ya que se iba a llevar más de diez, estaban negociando precios y el transporte. Además, TaeHyung quería invitarle a su exposición porque era una buena oportunidad.

Al leer aquello, JungKook se puso loco de alegría por su chico "Te va a salir todo genial, mi amor. Si quieres que te vaya a buscar cuando cerréis, avísame. Te amo. Mucha fuerza".

Así pues, mientras TaeHyung cerraba el que sería uno de los más grandes tratos de su vida, JungKook lo preparaba todo para aquella noche. Limpió la casa, los cuadros, las ventanas, cambió las sábanas... y luego fue la floristería a por un ramo de rosas, entró en una tienda de abastos a por una bolsa de pétalos secos y fue a un restaurante a por la cena para ambos. Decidió pedir el plato favorito de TaeHyung, uno sin picante, y pollo frito para él.

Cuando llegó a casa, decidió meterlo en el horno para que el calor no se le fuera, a pesar de que estaba bien conservado y colocó la mesa en el centro del salón. La puso con un mantel blanco. Cogió la bolsa de pétalos de la rosas y los esparció por la mesa y, tras dudarlo un momento, esparció el resto por la cama. Lo más probable es que aquella noche no pasara nada, pero tampoco iba a ser malo sorprender a su pareja con aquello.

Su teléfono sonó y miró la pantalla, un mensaje de su chico. "Ya voy para allá. Hobi me acompaña".

Con una sonrisa, le esperó mientras iba de arriba abajo. Estaba duchado, vestido, perfumado y arreglado. Necesitaba tener a su pareja ya. Finalmente, la puerta le avisó que su pareja había llegado y corrió a recibirle. Le besó y le abrazó.

—Estás muy feliz.

—Cuéntamelo todo. Bueno, antes de que me lo cuentes, quiero enseñarte una cosa.

Le tapó los ojos con las manos y le llevó al salón, le destapó los ojos y el chico se quedó impactado.

—JungKookie... esto es...

—Hoy avancé muchísimo en mi terapia y, además lo tuyo, he querido celebrarlo. Traeré la comida.

TaeHyung le dio un beso y le empujó al dormitorio.

—Me voy a duchar, hazme compañía.

Con una sonrisa, fueron a la habitación y, cuando TaeHyung entró en el dormitorio, se quedó de piedra al verlo todo tan arreglado. Por regla general, no es que fueran un desastre, pero tampoco eran muy arreglados. Solían dejar algunas prendas tiradas y no solían hacer la cama.

—Bueno... ya te dije que quería sorprenderte...

TaeHyung le besó y entró al cuarto de baño, se estaba dando una ducha JungKook entró y tocó la mampara para avisarle que estaba ahí. Con una sonrisa, continuó su ducha, mientras se sentía observado a través del cristal opaco de la mampara.

Cuando se quitó el champú del pelo, se giró y vio que JungKook no estaba en el baño. Se preocupó, quizás aquello era excesivo, quizás había dado por hecho que estaba totalmente recuperado de su ansiedad y estaba listo para aquellas cosas. Se giró para cerrar el grifo y salir a buscarle, cuando sintió que la mampara se abría. Gritó asustado y se llevó una mano al pecho al ver a JungKook.

—Lo siento —dijo. TaeHyung le miró de arriba abajo. El chico estaba desnudo y dentro de la bañera—. Quería un baño contigo. Desde aquel día que me lo propusiste por primera vez, quiero hacerlo, pero siempre he sentido miedo, ahora... ahora ya no tanto.

Se fueron acercando lentamente y se besaron bajo el chorro de agua caliente, acariciando sus cuerpos, probando el sabor del otro y sabiendo que esta vez nada se interpondría entre ellos.

—¿Quieres ir al dormitorio?

JungKook asintió y ambos salieron, se pusieron un albornoz para no mojar las sábanas y salieron al dormitorio, cayeron sobre la cama y se besaron. TaeHyung se puso a horcajadas sobre JungKook, apartándose el pelo y éste le desabrochó el albornoz, echándoselo hacia atrás, observando su cuerpo.

—¿Puedo hacer lo mismo contigo? —preguntó TaeHyung y JungKook asintió.

Lentamente, el chico desabrochó la lazada y apartó el albornoz, revelando el cuerpo bien formado de su pareja. Besó su cuello y comenzó a bajar hasta sus pectorales, siguió bajando por sus abdominales y luego por la línea de la cadera. JungKook le paró, no quería que el chico hiciera algo de manera precipitada o que no quisiera hacer. Era la primera vez de ambos.

—¿No quieres?

—¿Quieres tú? Es nuestra primera vez...

—Llevo deseándolo mucho tiempo... llevo deseándote mucho tiempo.

El chico se mordió el labio inferior, se besaron y JungKook se tumbó ¿qué se supone que tenía que hacer con sus manos? No le parecía bien ponerlas en la cabeza de su chico, ¿quizás en los hombros? No obstante, en el momento en el que sintió la boca de TaeHyung en su hombría, se tumbó y sus manos fueron irremediablemente a la cabeza del chico. Se sentía demasiado bien sentir los labios y la lengua del chico alrededor de su miembro.

Se mordió el labio inferior y lo dejó ir, aquella estaba siendo la mejor sensación de su vida, sentir a su pareja realizándole una felación. La primera que sentía en su vida y no era la mejor porque fuera la primera, era la mejor porque se trataba de TaeHyung.

Sin embargo, ahora le asaltaba el segundo problema... se iba a correr, se iba a correr en breves, TaeHyung estaba haciendo aquello demasiado bien pero ¿cómo se supone que debería avisarle que iba a eyacular? No podía correrse en su boca sin avisar. Eso estaba muy mal.

Le dio un pequeño golpecito en el hombro para avisarle, pero el chico no se dio por enterado, siguió chupando y JungKook alzó las caderas. No podría retenerlo. Volvió a golpear levemente el hombro de su chico y éste alzó la mirada mientras chupaba su miembro. La imagen casi provoca que le de un infarto. Casi.

—Me corro.

No obstante, TaeHyung continuó y, como era de esperar, JungKook se corrió en la boca del chico.

—No quería que fuera en tu boca... no habíamos hablado de ello...

—Yo lo prefería así.

—¿Y qué más prefieres en el sexo?

—¿Puedo montarte y luego penetrarte?

—Soy todo tuyo.

TaeHyung sonrió.

—Yo soy todo tuyo, mi amor.

FIN

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