—¿Escuchaste eso? —dijo Brooke, mirando el teléfono había reproducido el sonido de una notificación

—Por supuesto —respondió Derek.

Ambos se dirigieron al sofá rápidamente y Brooke examinó el mensaje.

—Sólo dice "¿Blake?" —dijo Brooke dudosa.

—Blake es mi hermano —dijo él.

—Entonces... ¿eres el hermano de este tipo?

—Sí... pero no nos llevamos bien. —Derek se encogió de hombros

—Y lo envió mi hermana —bufó Brooke—. No lo puede dejar, simplemente se embobó.

—Dímelo a mí, está todo el día con ese teléfono y no me quiere decir porqué.

—Entonces, si Abby no está en mi casa, y el teléfono no está aquí...

—Y Blake no está aquí...

Hubo un breve silencio y Brooke llevó ambas manos a su frente.

—Significa que Abby está con Blake.

—¿Y dónde puede estar? Joder, también quiero saber lo que mi hermanito está haciendo.

—Creo saber dónde está.

—¿Dónde rayos? —Derek agitó sus manos.

—En Hawthorne Street.

—He ido ahí, es donde vive Scarlett.

—Joder, una personita más, ¿quién es ella?

—Creo que la mejor amiga de Blake. Lo dudo, creo que son novios o tortolitos. El punto es que ella vive ahí, y queda a 5 minutos de aquí.

—Joder, ¿tan cerca?

—¿No eres de por aquí?

—No vivo aventuras locas con chicos de teléfonos todos los días.

Derek se encogió de hombros y tomó a Brooke del brazo.

—¿Qué haces? —exclamó ella.

—¿No vamos a ir?

—Pensaba ir yo sola...

—Es mi hermano —suspiró—, déjame ir.

—Está bien.

—Pero en mi coche, se tomar un rumbo que nos llevará más rápido.

—A mí no me inspiras confianza.

—Confía en mí.

—Vale, vamos.

Salieron de la casa y Derek se dirigió a su cochera, donde se encontraba su moderno auto negro. Subieron al automóvil y Derek arrancó. Había un silencio tenso entre ellos durante el camino, pero Brooke no podía pensar en otra cosa que en su hermana.

Llegaron a los departamentos y Brooke pudo reconocerlos perfectamente.

—G-31 —dijo Brooke en seco.

—Sé cuál es, he venido muchas veces —exclamó Derek.

Bajaron del auto y prosiguieron a entrar al edificio. Se dirigieron al corredor que los llevaría al G-31. Al estar enfrente de la puerta, Derek buscó en su bolsillo.

—Tengo las llaves —dijo él, claramente buscándolas.

—¿Cómo? —respondió Brooke.

—Te he dicho que he venido muchas veces al punto que me dio una copia de las llaves —aclaró, colocando las llaves en el cerrojo y abriendo la puerta.

Al entrar, lo primero que vieron era Blake y Scarlett besándose en el sofá.

—¡Sabía que eran novios! —exclamó Derek.

Rápidamente, Blake y Scarlett se separaron y ambos tenían la cara sonrojada.

—No entiendo un carajo —exclamó Brooke.

Derek empezó a reírse de su hermano y Scarlett se llevó las manos a la cabeza.

—Soy un estúpida... —murmuró Scarlett.

—¿¡Brooke!? —decía una voz en otra habitación.

Brooke logró reconocer la voz y empezó a alteraste.

—¿¡Abby, te tienen encerrada!? —gritó Brooke.

Abby salió de la habitación y la cara de Blake se sonrojó el doble.

—¿Qué está ocurriendo aquí? —exclamó Abby, mientras su hermana la abrazaba.

—Estaba tan preocupada, ¿qué te hicieron?

—¡Nada, suéltame!, ¡qué carajo está pasando! —gritó.

—Abby, puedo explicarlo —dijo Scarlett.

—Mira tu cara Blake, parece que acabas de ver un cadáver —reía Derek.

—¿¡Él es Blake!? —exclamó Abby.

—Qué alguien me expliqué que está pasando —murmuró Brooke.

La habitación estaba hundida en confusión y tensión, unos sentimientos que pueden ser letales en esa situación.