Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 28

Hay tormentas imprevistas, de esas que estallán de repente cuando minutos atrás el cielo estaba azul y cubierto tan solo por unas cuantas nubes grises. Y entonces ocurre. Algo se rompe allí arriba y la lluvia cae de golpe y con fuerza como si llevase demasiado tiempo contenido. Porque esa es una palabra terrible, «contención»: sentimientos, pasiones o impulsos refrenados. El problema es que, aunque no los dejemos salir, existe.

    El tren me dejó en Valencia a las cinco de la tarde, dos horas antes de lo previsto. Llegué a casa y encontré una nota de Jiha en la que decía que se había ido a los recreativos que había dos calles más allá con unas amigas. Suspiré y dejé la maleta a medio deshacer, porque estaba agotada y porque de repente caí en la cuenta de que a esas horas deberías estar en casa.

    Llamé al teléfono de la sala de profesores.

    Otro día quizás no lo hubiera hecho, pero en ese momento tuve un impulso, un pálpito. Lo cogió Héctor, un compañero tuyo que se había convertido en amigo años atrás. Me dijo que aquel día no te tocaba quedarte para las horas de refuerzo y que te habías ido al acabar. Estaba intranquilo. Me prepararé un té y esperaré en el comedor hasta que llegueste.

    Parecía normal. Parecía una tarde más.

    Era viernes y Sukho estaba con su abuelo.

    ― Has llegado antes.― te inclinaste y me diste un beso en los labios. Seguíamos haciendo, pero más por costumbre que por otra cosa. De esos besos que no sientes.

    ― Y tú más tarde.― contesté mirando el reloj.

    ― He estado tomando algo con Héctor.

    El mundo se paró entonces. Lo sentí así, como si dejase de girar y tú y yo estuviésemos congelados frente a frente, cada uno en una dimensión diferente. Tenía un nudo en la garganta. No sé qué fue lo que hizo que te dieses cuenta de que me pasaba algo, porque ni siquiera me moví. Seguía sentado delante de la mesa, con las manos cerca del té.

    ― Acabo de hablar con Héctor.

    Te miré. Tú no apartes la vista.

    El miedo te cambió la expresión.

    ― Joon…

    ― No sé si quiero oírlo.

    Me levanté y fui hacia el dormitorio.

    ― Espera.― me seguiste.

    ― No sé si puedo oírlo.― maté.

    ― No es lo que piensas. Te juro que no...

    ― ¿Qué has hecho, Jungkook?― grité, temblando.

    ― Estaba con Elena. Pero no ha ocurrido nada.

    Nunca había sentido un dolor tan intenso, tan adentro. Y nunca imaginé que nosotros seríamos de esa clase de parejas que terminarían así, que se engañarían y se harían daño. Que romperíamos por el camino todo lo que habíamos construido.

Me sujetaste del codo. Me obliga a alzar la barbilla.

    Pero es que no quería, Jungkook. No quería ni mirarte.

    Sacudí la cabeza y tú dejaste escapar el aire que estabas conteniendo antes de seguirme hasta la ventana. La abrí. Noté tus brazos abrazándome por detrás, tu boca en mi oreja, tu pecho pegado a mi espalda y sosteniéndome con fuerza mientras se me escapaba un sollozo.

    - Te amo. Te amo más que a mi vida, pese a todo, siempre. Pero no puedo más y necesitaba hablar con alguien… necesitaba… sentirme escuchado y cuando me ha preguntado que dónde había estado pensé que si te lo decía empeoraría más las cosas. Y te juro que no sé si soy capaz de soportarlo, porque no lo entiendo, no te entiendo…

    Me giré, llorando tanto que apenas te veía.

    ― ¡Pero me ha mentido! Acabas de hacerlo.

    ― Solo hemos ido a tomar algo. A hablar.

    ― ¿Y qué es eso tan importante que tenías que hablar?

    ― Te lo acabo de decir. ¿Ves como no me escuchas? Joder, solo necesitaba… desahogarme. Hablar con alguien de esto que nos está ocurriendo, de esto que…

    ― ¿De verdad le cuentas nuestros problemas matrimoniales?

    ― Al menos con ella puedo hablarlos.

    ―¿Cómo te atreves?

    ― Lo siento, no quería…— te llevas una mano a la frente ― Ni siquiera podemos mantener una conversación normal.

    ― ¿Una conversación sobre qué, si puede saberse? ¿Sobre cómo pasas el rato con ella mientras yo vuelvo de trabajar después de dos días fuera? ¿Te has parado a pensarlo siquiera?

    ― ¿Es mi culpa que ahora todo se reduzca a tu trabajo?

    ― ¿Me estás echando eso en cara?― murmuré, histérico.

    Habíamos ido subiendo el tono de voz. Habíamos empezado a hablar a la vez. No nos oíamos entre los gritos, los reproches, las miradas afiladas, los resoplidos.

    ― ¡No me hagas reír! Te apoyó siempre, joder. Siempre.

    ― ¿Entonces cuál es el problema? ¿Qué es lo que ocurre?

    Los dos nos estábamos rompiendo, trozo a trozo.

    ― ¡El problema es que no estás, Namjoon, nunca estás! Y me siento solo, ¿de acuerdo? Me siento como si estuvieses en la otra punta del mundo incluso cuando te tengo delante.

    ― ¿Y te has parado a pensar que quizás me sienta igual?

    ― Namjoon…― te llevas una mano al pecho.

    Nos quedamos callados unos segundos, mirándonos.

    ― Quizás hoy debería dormir en el sofá.

    ― Pero los chicos…― susurraste.

    —Ya eres mayor, Jungkook.








🐼🐨💜...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro