10-Celo
La mujer tras un silencio que resultó muy incómodo, por fin decidió hablar. Ella estaba algo molesta porque su hijo saliese con una excluida.
—¿Qué te gusta de mi hijo?—preguntó ella.
—Pues...—le miró—es tierno, adorable, es un chico estupendo y me trata con tanto amor que a veces pienso que es demasiado irreal—no sabía si era por el celo o amor, pero estaba que se perdía en sus hijos y solamente quería comerse a Tn.
—¿Los hijos serían lobos?—siguió la madre.
—Sí—asintió incapaz de mirarla por más de unos pocos segundos.
—Ya veo...
—Mamá...Enid y yo nos queremos—dijo—ella...me hace muy feliz.
—No es fácil para mi aceptar esto—contestó ella. Tn agachó la cabeza por la tristeza—pero supongo que debo resignarme, a fin de cuentas te veo feliz con ella.
Eso hizo alzar su cabeza con una sonrisa.
—Supongo que al final has heredado cosas de tu tío—dijo—aunque él al principio sentía cierta pasión por las mujeres lobo.
—¿Y eso por qué?—preguntó el chico curioso.
—Por su etapa de celo, tuvieron que cambiarlo del pueblo dónde vivíamos porque se tiraba a toda mujer lobo. No sé como no lo mataron...
El chico se echó a reír.
—Supongo que tú también pasarás por esa etapa—dijo la mujer poniendo roja a Enid—no puedo creer que vaya a decir esto pero...ten cuidado de no quedar embarazada...al menos por el momento.
Su padre miraba todo con una leve sonrisa, tratando de aguantar las ganas de reírse como su hijo, pero él era un adulto y debía mantener la compostura.
Estuvieron hablando un rato más y todo parecía fluir bien. Las cosas estaban más calmadas aunque a la mujer le seguía pareciendo algo mal lo de su hijo, pero con el tiempo poco a poco lo iba a aceptar. Le pidió disculpas a Enid por lo sucedido anteriormente y ella se disculpó por haberla arañado.
—Veo que es como dijo mi hermano, las lobas son muy protectoras—pensaba viendo a Enid sonreír a Tn.
Debido a una fuerte lluvia, tendrían que permanecer allí esa noche. Llamaron a Nevermore y dijeron que lo entendían, que regresasen lo más pronto al día siguiente para las clases.
La cena fue mejor de lo esperado, con una Enid más habladora, sobretodo con el padre de Tn quien no ponía pegas alguna.
—Tn—llamó su madre mientras este fregaba los platos—hijo...yo...—agachó la cabeza.
—Mamá...no es nada, has sabido rectificar. No podemos cambiar el pasado, pero si nuestro futuro. Entiendo que debido a la educación que recibiste, lo del tío...no es fácil para ti.
—Gracias.
Miró a Enid y su marido en el comedor cuando se acercó todavía más y le metió algo en el bolsillo.
—¿Dinero?—preguntó feliz.
—Mucho mejor, protección para que no te veas gastando mucho dinero en pañales.
El chico se sonrojo y tartamudeaba.
—Nosotros no...es decir...yo...—estaba nervioso.
—Solamente tengan cuidado llegado el momento.
Tras este momento, terminó de lavar y fue con Enid a su cuarto a ver una película. Estaba todo como lo dejó y la loba miraba de vez en cuando sus cosas.
—Menudo día—dijo Tn cansado—menos mal que todo ha salido bien.
—Pues sí
—Enid...estás sudando, voy a por agua—dijo preocupado cuando fue agarrado del brazo.
Ella se le quedó viendo durante unos pocos segundos.
—Tengo mucho calor—ella llevaba un pijama puesto prestado por parte de su chico—es por el celo...yo...Tn...
—Respira, calma...mantén la calma—ella se quitó la parte superior y Tn miró embobado, llevaba la ropa interior puesta pero Tn estaba como hipnotizado.
Enid se acercó, lo besó suavemente mientras colocaba las manos de él en su cuerpo. Estaba sudada, caliente...el chico estaba muy nervioso y rojo.
—Yo...no sé si estoy preparado para este paso...es decir, quiero...me encantaría...pero temo no hacerlo bien...bueno es mi primera vez y...yo...—estaba rojo y ahora él estaba sudando por los nervios.
—Siento si te incómodo—una lágrima salió de ella—siento ser una carga.
Tn la miró.
—Nunca eres una carga...—le dio un beso—es solo que no quiero defraudarte.
—Tú nunca me defraudas...tonto—lo besó y poco a poco siguieron esos besos.
El chico se tumbó mientras Enid estaba encima, las manos empezaron a acariciar la espalda de la joven que sentía a cada minuto un mayor calor recorrer su cuerpo.
Al cabo de poco ambos se encontraban totalmente desnudos. Tn estaba nervioso, pero mucho menos que antes. La pareja se miró a pesar de la oscuridad, la poca luz que entraba de la calle era más que suficiente. Enid le tomó el rostro, asintió y lo besó.
En ese instante se volvieron uno. Enid estaba feliz de dar ese paso y ambos fueron algo fogosos, se dieron amor y mucho cariño hasta la madrugada.
A la mañana siguiente, despertaron y al verse, esbozaron una sonrisa. Tn se puso encima a darle besos a ella mientras la rubia reía un poco ante tanto cariño.
—Creo que alguien está en celo y no soy yo—comentó la loba riendo.
—Puede—le mordió la mejilla—lo de anoche fue...
—Hermoso
—Sí...
Estaban desnudos y por la postura, las sábanas apenas cubrían sus cuerpos.
—Tn y Enid es hora del desayuno—su madre entró acompañado de su padre cuando los vieron a ambos así.
Los cuatro se quedaron viendo los unos a otros unos segundos hasta que dieron un grito y la puerta se cerró de golpe.
Cuando se les pasó el sonrojo se vistieron y bajaron a desayunar nerviosos. El buenos días más incómodo de toda su vida.
—Aún queda tiempo, comed tranquilos—comentó su madre.
—Si—dijeron los dos sonrojados.
—Algunos ya han comido. Otros hace tanto que no...—susurró su padre antes de recibir un fuerte pisotón.
La madre como compensación por lo de la manifestación y eso los llevó hasta la academia. Su padre los vio alejarse en coche.
—Que suerte tienen algunos...ahora entiendo a John, menudo cabrón—pensó antes de reírse y volver al interior de la casa.
Tn y ella se despidieron de la mujer con una sonrisa. Tn y ella se abrazaron, las paces por fin estaban hechas.
Cuando llegaron al interior de Nevermore tomados de la mano, Miércoles les esperaba para ir a clase con sus mochilas.
—Veo que ayer fue todo bien—dijo—Enid, tienes más libretas de chismes que de asignaturas, me ha costado un mundo encontrar las de clase.
—El chisme es mi vida—respondió tomando sus cosas.
—Tn, lamento que tu vida vaya a acabar en una desgracia de arcoiris y chismes—dijo para voltear e ir a clase.
—En el fondo es una forma de decir...que se alegra por los dos—le susurró ella antes de darle un beso—por cierto, ahora estoy más calmada. Pero mi celo dura unos diez días.
Ella se fue dando saltos hasta alcanzar a Miércoles mientras era observado por un Tn quieto en el sitio.
—¿Diez días?—pensó—pero si anoche casi muero, por no hablar que aún me duelen las caderas y muslos...—su mente recordaba la cara de la loba, estaba muy pasional—tío John...voy a necesitar tus consejos para no morir en el intento de ser pareja de una mujer lobo.
Continuará...
Espero que les haya gustado.
Un saludo :)
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