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El Juego de las Sombras: La Trampa de Nagumo

El ambiente en la biblioteca había sido bastante relajado, con todos sumidos en la concentración de nuestros estudios. Las voces suaves y los murmullos se mezclaban con el sonido del pasar de las páginas. Ichinose estaba liderando con calma, explicando algunos puntos complicados mientras todos estábamos concentrados en nuestras tareas.

Sin embargo, esa paz no iba a durar mucho.

La voz que interrumpió nuestra tranquilidad fue, sin lugar a dudas, la última que quería escuchar en ese momento.

Nagumo: Oh, qué pequeña reunión tan interesante tenemos- dijo con su característica sonrisa arrogante, entrando en nuestra pequeña área de estudio.

El ambiente se tensó al instante. Ichinose, que hasta ese momento había estado tranquila, se puso visiblemente rígida. Los demás miembros del grupo se miraron entre sí, como si supieran lo que estaba por ocurrir, pero ninguno de nosotros dijo nada.

Sora:( Hablando de rey de roma)- Pensé, observando a Nagumo, cuya presencia parecía cambiar el aire en la sala. Ichinose, quien hasta hacía un momento estaba sonriente, ahora se veía más pálida y algo incómoda.

Ichinose: ¡Hola, Nagumo-senpai!- dijo con una voz débil, casi como si tratara de ocultar su incomodidad. Nadie en el grupo se atrevió a hablar. Solo la miramos con cierta preocupación, sin saber qué esperar.

Nagumo: Buenas noches, Honami- dijo con una sonrisa astuta en su rostro- ¿Te importa si vienes conmigo un rato? Es sobre el consejo estudiantil- añadió, como si estuviera dando una invitación amigable, pero con algo de presión detrás de sus palabras.

Ichinose vaciló por un momento, sus ojos buscando una respuesta que probablemente no quería dar, pero finalmente asintió.

Ichinose: S-sí, vuelvo enseguida, chicos- dijo, poniéndose de pie con cierta torpeza, y sin querer, nos lanzó una mirada preocupada.

Nagumo, por supuesto, no dejó que se quedara con la oportunidad de hacer algo más. La observó con una sonrisa que no auguraba nada bueno y comenzó a caminar hacia la salida, esperando a que Ichinose lo siguiera.

Mientras observaba cómo se alejaban, me sentí incómodo. Algo no estaba bien, y podía ver que no era solo Ichinose quien parecía tensa, sino también el resto de nuestro grupo. La atmósfera había cambiado por completo. Shibata, Akabane y Kanzaki, quienes al principio se habían mantenido callados, intercambiaron miradas y luego asintieron, como si tomaran una decisión unánime. Sin decir palabra, se levantaron y empezaron a seguir a Ichinose y Nagumo.

Consciente de que las cosas no estaban claras, tomé mi teléfono y encendí la grabadora de voz. No sabía qué iba a ocurrir, pero prefería estar preparado. Había algo en la manera en que Nagumo había hablado, en cómo parecía manejar la situación con tanta seguridad, que me hacía sospechar.

Observé cómo los otros seguían a la pareja de lejos, sin que Nagumo pareciera darse cuenta de nuestra vigilancia. Sabía muy bien lo que ese idiota tenía planeado aunque claro yo también sabía jugar bien mis cartas.

Sora: Este no es el final- murmuré para mí mismo, mientras me aseguraba de que todo estuviera grabado. Mi estómago estaba en un nudo, y aunque el grupo de estudio había sido un refugio por un tiempo, ahora estábamos en una situación mucho más tensa.

Estaba decidido a averiguar qué estaba pasando. Y si Nagumo tenía algo que ver con eso, no dejaría que su jugada quedara sin respuesta.

El grupo de estudiantes de último año que bloqueaban nuestra salida no eran más que una molestia temporal, pero la situación ya se estaba tornando aún más compleja de lo que había anticipado. El ambiente estaba cargado de tensión y la sonrisa burlona de los estudiantes mayores me confirmaba que esto no era una simple coincidencia.

Chico: Jaja, ¿adónde crees que vas? No dejaremos que arruines la cita de Nagumo con esa linda kouhai- dijo uno de los chicos, su tono claramente desafiante.

Kanzaki: ¿Cita?- Dijo claramente desconcertado por lo que acababa de escuchar.

Sora: Vaya se nota que nagumo-Sempai es un necesitario de afecto femenino- mientras veía a Ichinose alejarse con Nagumo- Pero saben escuche que la clase a bajo ahora a la clase B supongo que aquel sujeto no es muy listo.

Chico: Como sea aun así no van a interrumpí nada.

Shibata: ¡Tsk! Déjenos pasar- ordenó visiblemente irritado, sin poder ocultar la molestia. Sin embargo, las palabras del grupo de estudiantes de último año parecían querer desviar nuestra atención. Sabía que no podía perder tiempo con ellos.

Sora: Amigo sabemos que nagumo ha estado desesperado, pero Créame que este no es la mejor opción. Además se nota que han hecho esto para darnos un dolor en el culo.

Observé alrededor de la biblioteca, buscando pistas. De repente, algo hizo clic en mi mente. Recordé que la puerta exterior estaba equipada con una cámara de seguridad. Si el grupo de estudiantes había logrado bloquear la puerta principal de manera tan efectiva, eso significaba que no era una coincidencia. Esta no era una simple confrontación, estaba siendo orquestada.

Miré nuevamente a mi alrededor. No había estudiantes de pie cerca de las estanterías ni en los pasillos. Todos los que había visto minutos antes estaban fuera de la vista. Y aparece no fui el unico en darse cuenta ya que Akabane y yuki tambien se dieron cuenta.

"¿Dónde están todos?" esa fue la pregunta que nos hicmos en voz baja. En ese instante, entendíamos lo que había sucedido.

Esto era una trampa.

Rápidamente, tomé una decisión. No podía quedarme aquí perdiendo el tiempo. Avancé hacia la puerta principal, empujando a los estudiantes de último año que aún intentaban bloquear mi camino. Me hicieron algunos intentos para detenerme, pero me lancé hacia ellos con rapidez.

Me paré frente a la puerta principal, observando al chico que había estado liderando el grupo de bloqueo. Con calma, tomé mi teléfono y me aseguré de que la grabadora estuviera funcionando antes de caminar hacia el pasillo. Mi instinto me decía que todo esto estaba relacionado con algo mucho más grande.

Miré hacia afuera, y fue entonces cuando lo vi. Una figura conocida, el cabello de Ichinose se movía hacia el Edificio Especial. A través de las ventanas, pude ver su silueta alejarse rápidamente, como si estuviera siendo guiada por alguien.

Sora: Con que fue hacia allá- murmuré para mí mismo. El Edificio Especial... ese lugar estaba reservado para asuntos mucho más serios dentro de la escuela, y no era algo con lo que los estudiantes de primer año tuvieran contacto frecuente.

Mi mente comenzó a trabajar a toda velocidad. Había mucho que no entendía, pero lo que sí sabía era que Ichinose estaba en peligro. Nagumo no era el tipo de persona que simplemente "ayudaba" a alguien, especialmente a alguien como Ichinose, tan sincera y vulnerable. Tenía que ser una jugada, y no podía quedarme de brazos cruzados.

Me di vuelta rápidamente, decidido a seguirlos, pero antes de que pudiera dar un solo paso, sentí una presión en el pecho. Alguien había aparecido detrás de mí, y no era un miembro de nuestro grupo.

Chico: ¿A dónde crees que vas?- dijo una voz profunda y fría.

No había tiempo para dudar. Esta vez, no sería un espectador.

El Senpai con el que choqué
instantáneamente intentó barrer mis piernas. Salté mientras usaba la gravedad para darle una patada en el cuello, cayó al suelo inconsciente.

1 abajo

Después de que dos personas cargaron
contra mí, me acerqué al tipo indicado y le di un puñetazo en el estómago. El otro balanceó su bate, que esquivé fácilmente.
Usando el impulso, di media vuelta y le di una patada en el flanco, lo que le hizo caer.

3 abajo

Dos tipos pasaron junto a mí y corrieron hacia las chicas que estaban llamando a seguridad. Kanzaki y Shibata se enfrentaron a los Senpais.

El golpe que le di al chico de la izquierda fue suficiente para dejarlo fuera de combate, su cuerpo colapsó al instante. Solo quedaban cuatro en pie frente a mí, pero el aire entre nosotros estaba cargado de incertidumbre. Los chicos vacilaron, dándose cuenta de que no estaban lidiando con alguien común. Sabían que no iban a salir tan fácilmente, pero no podían dar marcha atrás.

Antes de que pudieran organizarse, Akabane salió de la biblioteca, su presencia inconfundible. Con una destreza impresionante, atacó a los cuatro senpais restantes, creando una apertura que fue imposible de ignorar. Sus movimientos eran tan fluidos y calculados, cada golpe estaba dirigido a neutralizar rápidamente a los adversarios.

Akabane: ¡Yo junto Kanzaki y shibata nos ocuparemos de ellos!- gritó mientras le daba una patada certera a uno de los chicos, que cayó al suelo, incapaz de reaccionar.

Era nuestra oportunidad.

Con rapidez, me lancé hacia la entrada del Edificio Especial, sin mirar atrás. Sabía que mis compañeros se encargarían del resto. El sonido de los golpes y los gritos de los senpais resonaban en mis oídos, pero mi mente estaba fija en lo que sucedía dentro del edificio.

El Edificio Especial siempre había sido un lugar misterioso. Rara vez los estudiantes de primer año tenían acceso, y mucho menos los que no estaban involucrados en actividades oficiales o secretas. Sin embargo, lo que me estaba ocurriendo ahora no podía ser una casualidad. Todo esto estaba relacionado con Ichinose y Nagumo, y algo me decía que algo aún más grande estaba en juego.

Rápidamente tome mi celular donde rápidamente empecé a llamar a una persona.

Sora: Es el momento de actuar- mencione con una sonrisa.

P.O.V. de Ichinose Honami

Subimos al tercer piso del edificio especial, y mis pasos resonaban en el pasillo silencioso. Podía escuchar mi respiración irregular, mi pecho agitado de ansiedad mientras caminaba detrás de Nagumo-senpai. En su rostro, siempre esa sonrisa confiada, como si estuviera esperando algo, pero, ¿qué era lo que realmente quería? ¿Por qué tenía que ser tan insistente? El miedo me invadió cada vez que recordaba los días anteriores, cómo sus palabras se volvían más y más fuertes, más agresivas. Me temblaban las manos.

Desde principios de este mes, Nagumo-senpai había comenzado a confesarse todos los días, y aunque al principio lo rechazaba con suavidad, pronto se volvió más directo, más insistente. Incluso me amenazó, diciéndome que si no aceptaba su propuesta, revelaría mi secreto. Mi secreto... algo que no podía permitir que saliera a la luz. Algo que me atormentaba cada día.

Y ahora, aquí estábamos, en esta habitación, frente a la puerta cerrada. Estábamos a punto de llegar al punto sin retorno.

Nagumo-senpai se detuvo frente a la puerta, y se giró para mirarme. Su sonrisa estaba intacta, pero había algo en sus ojos que me incomodaba profundamente. Me miró, esperando una respuesta.

Nagumo: Entonces, ¿cuál es tu respuesta, Honami?- Su voz suave, casi seductora, no hacía más que agrandar el nudo en mi estómago. Mi mente estaba en caos, pero la respuesta era la misma de siempre.

Ichinose: Lo siento, Senpai, mi respuesta sigue siendo... N-No...- Mi voz temblaba mientras pronunciaba esas palabras, pero ya no había vuelta atrás. Si aceptaba, no podría vivir con ello. No podía permitir que mi secreto fuera expuesto. No podía ser su "muñeca".

Nagumo-senpai soltó una pequeña risa, pero su mirada se tornó fría.

Nagumo: Ya veo- dijo, sin mostrar ningún signo de arrepentimiento- Nunca tendría una relación unilateral y enfermiza; puede que me arrepienta por el resto de mi vida, pero.....- Hizo una pausa, y entonces su rostro se suavizó, pero de una manera que me aterrorizaba.-Y ya lo amo... Si lo amo, hace tiempo que me siento así, lo seguía negando, pero en el fondo sabía que sí lo amo.

Mis ojos se abrieron con sorpresa, y una oleada de confusión me invadió. ¿A qué se refería con eso? Pero antes de que pudiera procesar, continuó.

Nagumo: Es por ese chico de cabello castaño que me rechazaste una y otra vez, ¿verdad?- La pregunta salió de su boca con una sonrisa torcida, pero en su rostro ya no había el mismo toque juguetón. Ahora había algo más, algo peligroso. Su rostro se transformó en una expresión sombría de ira.- Dime, Honami, ¿es por él?"

Mi corazón latió más rápido. No pude evitarlo, aunque había estado ocultando mis verdaderos sentimientos, ya no podía seguir negándolos.

Ichinose: S...Sí... Amo a Uzumaki-kun. Es por eso que no saldré contigo, Nagumo-senpai- Fue un alivio, una liberación decirlo en voz alta, aunque el miedo seguía atenazándome.

Nagumo: Entonces elegiste un macho beta como él en lugar de un alfa como yo?- Nagumo-senpai dijo esas palabras con desdén, su tono volviendo a esa arrogancia que tanto odiaba.

Ichinose: No, no es beta. Es un sig... Comencé a corregirlo, pero no tuve tiempo.

Nagumo: Te mostraré quién es más capaz- dijo, interrumpiéndome con su tono amenazante- Entonces podrás distinguir las diferencias entre nosotros. Estoy esperando ver su cara cuando lo expulse.

Mis piernas flaquearon al oír esas palabras, y mi respiración se hizo más pesada. No, no podía permitir que eso pasara. ¿Qué haría si él realmente lo expulsaba? Todo lo que había temido, todo lo que había estado evitando, estaba a punto de suceder.

Ichinose: No.....- Dije en un susurro, sintiendo que el peso de la situación me aplastaba. -No lo hagas.....

Y entonces, como si fuera una aparición de la que ya estaba empezando a perder la esperanza, una voz familiar resonó en la sala.

??: ¿Hablan del maldito diablo?

Mis ojos se abrieron de par en par al ver la figura que apareció en la puerta. Ahí estaba, exactamente como lo había esperado, pero nunca imaginé que llegaría en este momento.

Ichinose: ¡U-Uzumaki-kun?!- Mi voz salió temblorosa, llena de asombro y alivio, pero también de miedo. ¿Cómo había llegado hasta aquí? ¿Cómo había sabido lo que pasaba?

El rostro de Nagumo se contorsionó en una expresión de incredulidad, pero su sonrisa ya no era tan confiada.

P.O.V. de Sora:

Me encontraba en la entrada del edificio especial, observando a Nagumo y a Ichinose. El ambiente estaba cargado de tensión, pero solo me dirigí a Ichinose con una sonrisa. Sabía que ella estaba pasando por mucho, y no iba a dejar que lo siguiera viviendo en silencio.

Sora: Ese es mi nombre, perdón por llegar tarde- le dije en tono tranquilo, pero no esperaba lo que pasó a continuación.

De repente, Ichinose corrió hacia mí y me abrazó con fuerza. Su cuerpo temblaba mientras las lágrimas caían de sus ojos. No dijo nada, pero su llanto me atravesaba como una daga. En ese momento, solo pude abrazarla, acariciándole la cabeza para calmarla.

Sora: Está bien, Ichinose. Lo hiciste muy bien- le murmuré, mi voz firme, dándole seguridad mientras sentía cómo su respiración se calmaba lentamente- Me encargaré desde aquí."

Después de un momento, Ichinose soltó mi camisa, ahora empapada por sus lágrimas. Ella se apartó, sentándose a un lado, mientras yo me giraba hacia Nagumo. La rabia en sus ojos era evidente, pero ya no tenía poder. La situación había cambiado.

Sora: Eres un vicepresidente bastante dedicado, Nagumo-senpai- le dije con una sonrisa irónica, no disimulando la satisfacción de verlo tan molesto. Nagumo apretó los dientes, claramente listo para saltar sobre mí, pero lo que no sabía era que no iba a ser tan fácil.

Sacando mi teléfono, lo puse en modo altavoz, mirando fijamente a Nagumo mientras las palabras que iban a sonar lo harían tambalear.

(Nagumo, ¿qué crees que estás haciendo?)

La voz de Horikita resonó con firmeza a través del teléfono, como un eco de autoridad que lo desarmó por completo.

Nagumo: Horikita... Senpa...- comenzó a hablar, pero su voz se quebró cuando Horikita lo interrumpió.

(No deberías llamarme así cuando ya no seas estudiante en esta escuela, Nagumo.)

La respuesta de Horikita fue fría, cortante, y mucho más dura de lo que esperaba. Podía ver cómo el rostro de Nagumo se volvía pálido mientras miraba al suelo, derrotado.

(Nagumo, estás expulsado de la Escuela Secundaria de Nutrición Avanzada, ven a la sala de profesores. AHORA.)

Las palabras de Manabu fueron un golpe directo, y la autoridad que las acompañaba no dejó lugar a dudas. Nagumo no dijo una palabra más. Solo miró hacia abajo, y sin decir nada, comenzó a salir del piso, la cabeza agachada. Viéndolo irse, una sensación de alivio recorrió mi cuerpo.

Manabu suspiró largo y tendido por la llamada, y pude sentir la frustración en su voz a pesar de la calma exterior que trataba de mantener.

Sora: ¿Estás bien, Manabu-senpai?- le pregunté, aunque sabía que no podía estar bien tras semejante episodio.

(Sí, es una pena que un estudiante tan excelente como Nagumo hiciera algo así. Es una gran pérdida, pero es lo que es.)

Manabu respondió con una leve tristeza en su tono, como si estuviera lamentando no haber intervenido antes. Pero sus palabras me tranquilizaron: la situación ya estaba resuelta.

Sora: Ya veo, ¿y qué pasa con Akabane, Shibata y Kanzaki?- pregunté, sabiendo que había algo más que se nos había escapado.

(Estaban bastante golpeados, pero nada grave. Están en la enfermería ahora mismo.)

La respuesta de Manabu fue rápida, pero tranquila, lo que me alivió.

(Además, ¿no deberías preocuparte por lo que te pasará ahora mismo?)

La pregunta de Manabu me hizo tensarme. Sabía que la situación aún no había terminado. Había estado esperando esa conversación, temiendo que al final, todo se volviera contra mí.

Sora: ¿Qué quieres decir?- pregunté, sintiendo una oleada de tensión recorrerme- Espero que sea lo que estoy pensando. Por favor, Manabu, no jod- -No pude terminar la frase, porque las palabras de Manabu me dejaron en vilo.

(Puedes estar tranquilo, Sora. No haré nada, pero tu actitud ha sido un tanto... problemática.)

Las palabras de Manabu fueron severas, pero había algo de comprensión en su tono. Sabía que lo que había hecho no iba a pasar desapercibido, pero también sabía que el fin justificaba los medios.

Escuché la voz de Manabu al otro lado de la línea, con ese tono que siempre llevaba una mezcla de desaprobación y respeto. Sabía que para él, mi método para resolver las cosas podía ser cuestionable. Era un tipo estricto y metódico, pero también justo. Y ahora, aunque parecía crítico, no podía evitar una sonrisa al escuchar sus palabras.

(Siempre tan problemático, Uzumaki,) dijo con un suspiro de resignación. (No dudo de tu inteligencia, pero quizás deberías considerar cómo afecta tu... estilo a los demás.)

Simplemente me encogí de hombros. Problemático era algo que solía escuchar. Para mí, era una palabra que resumía todo lo que hacía que las cosas cambiaran; no había evolución sin romper algunos moldes.

Sora: Podrías llamarlo problemático... pero funciona, ¿no?

Escuché a Manabu soltar una risa leve, casi imperceptible, como si en el fondo supiera que no iba a cambiar.

(Tienes razón. Aún así, Uzumaki... te agradezco lo que hiciste. Sabía que podía confiar en ti para arreglar este desastre.) Su voz era más cálida ahora.

Sora: Tranquilo esta vez nagumo no se saldra con la suya, además tengo alguna cosa que puede acaba con nagumo de una vez -respondí con una sonrisa- Te dije que siempre cumplo mis promesas, ¿no? Esto solo es el principio.

Con una risa tranquila, apagué la llamada. Sabía que lo que vendría no iba a ser fácil, pero había algo en el desafío que me motivaba.

Vi a Ichinose de pie, con la mirada baja, sus hombros apenas temblaban, como si estuviera intentando contener las emociones que la situación había acumulado. Sus manos se aferraban a la tela de su falda, y sus ojos estaban fijos en el suelo, evitando el contacto visual.

Me acerqué lentamente, dándole su espacio, pero también queriendo mostrarle que estaba ahí para ella.

Sora: Hey, Ichinose- dije suavemente, buscando sus ojos- Ya todo terminó. Nagumo no va a molestarte más."

Ella alzó la vista, con un leve brillo de lágrimas aún en sus ojos.

Ichinose: Lo sé... pero, aun así… siento que no hice nada por defenderme. Tú siempre eres quien aparece para arreglarlo todo. Y yo...- Su voz temblaba, y había un toque de frustración en su tono, como si estuviera molesta consigo misma.

Me crucé de brazos y le dediqué una sonrisa comprensiva.

Sora: Ichinose, no tienes que cargar con todo sola. A veces, apoyarte en otros no es un signo de debilidad. Has enfrentado esto de la manera más fuerte posible, y no tienes que dudar de eso.

Ella asintió, pero la duda persistía en su mirada.

Ichinose: Quizá, pero siento que… si no hubiera sido por ti, no sé cómo habría terminado esto.

Sora: Ichinose, recuerda algo- añadí en un tono suave pero firme- Eres más fuerte de lo que piensas. El hecho de que hayas dicho lo que sientes, de que te hayas mantenido firme hasta el final… eso fue todo tu esfuerzo. Yo solo estaba aquí para ayudarte a cerrar el capítulo.

Un leve rubor coloreó sus mejillas, y por un segundo pude ver cómo su expresión cambiaba a una mezcla de alivio y gratitud.

Ichinose: Gracias, Uzumaki-kun. En serio… gracias.

Le dediqué una sonrisa.

Sora: Sabes que siempre cumplo mis promesas. No importa lo que venga después, Ichinose, no tienes que enfrentarlo sola.

Ichinose bajó la mirada, pero esta vez con una leve sonrisa, y pareció recobrar un poco de la calma que solía irradiar.

Ichinose se puso visiblemente roja, algo que me tomó por sorpresa. Fruncí el ceño levemente, sin entender del todo su reacción. Ella parecía querer decir algo, pero al final solo preguntó, en un tono tímido,

Ichinose: ¿Escuchaste lo último que dije?

Negué, algo confundido.

Sora: Llegué justo cuando Nagumo estaba a punto de hacer algo, no escuché mucho antes de eso.

Ella soltó un suspiro, como si estuviera aliviada, pero sus ojos seguían reflejando un poco de nerviosismo.

Ichinose: Ah, ya veo… No es nada importante. Solo... pensé que sería mejor que fuéramos con los demás, ¿no?

La miré, intentando entender el porqué de su expresión nerviosa, pero ella se apresuró a caminar hacia la puerta, evitando mi mirada. Había algo en su actitud que no cuadraba, como si ocultara algo importante. Sin embargo, decidí no insistir. Quizá simplemente necesitaba espacio para procesar todo lo ocurrido.

Mientras avanzábamos por el pasillo, ella tenía una ligera sonrisa en el rostro, pero su rubor no desaparecía. Su actitud era algo extraña, y aunque me dejó algo desconcertado, no podía negar que parecía... feliz. Estaba segura de que había mencionado algo relacionado con tener sentimientos por alguien, pero parecía no querer decírmelo aún.

Ichinose, mientras tanto, caminaba junto a mí perdida en sus pensamientos, con una imagen en su mente que le traía cierta paz: yo, protegiéndola. Poco a poco, se daba cuenta de que, aunque había intentado evitar esos sentimientos, estaba enamorada de mí, de alguien que siempre había estado a su lado en silencio y sin exigir nada a cambio.

Continuará....... .

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