Vamos en el coche camino a Galicia, mis padres, dos primos y yo. Esther, mi hermana, se casa. Con un chico muy apuesto que conoció hace muchos años. Yo creo que viven juntos pero no quieren que mis padres, que son conservadores lo sepan. Él tiene llaves del piso, entra cuando quiere, y aunque no he visto su cepillo de dientes, no veo razón para que tenga llaves. Mis padres se cansan a cambiar la cerradura, pero de alguna misteriosa manera (jeje), él vuelve a tener llaves.

Mis primos, Marina y José. Marina es un año menor que yo, todos dicen que es mucho más madura y responsable, pero la verdad es que me saca de mis casillas, es su juego, siempre ha sido así. José es un chico muy alegre, tiene unas ocurrencias que te hacen reír, es más como yo, auténtico, mientras que su hermana vive por el qué dirán. Su madre murió en un accidente de tráfico cuando eran pequeños, su padre se volvió a casar hace poco y nadie habla bien de su nueva madrastra. Mi madre no ha podido superar la muerte de su hermana, está siempre pendiente de mis primos, sobre todo de ella, dice que lo tiene peor por ser la mayor, pero a mí me parece que ella se aprovecha de ello, siempre está sacándola cosas como dinero, ropa, etc... Yo no quiero que mi madre sufra, pero no puedo evitar ver como una puta cría se aprovecha de ella y a la vez me aparta de mi madre. Me siento sola.

José  va contando chistes en el coche, hablamos del mar, de la playa, y de los amigos que tienen. Ellos viven en un pueblo cerca, no muy grande, de unos 5000 habitantes. Me gustaría ir, pero no sé si mi madre me dará permiso. No es que no tenga padre, es que en mi casa manda mi madre, mi padre no quiere discutir con ella, y los hijos y educación son cosas de mujeres, así piensa.