El día que se suponía que era Navidad, un portal mágico se abrió trayendo al horror más temible...

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El portal era enorme, capaz de tragarse lo que quisiera, las luces navideñas que antes decoraban las casas ahora eran rayos y tormentas que acechaban a los duendes y a Claus.

Claus se acercó lo más que pudo para que el portal no se lo tragara y vio dentro de él. Los duendes le gritaban que volviera y que cerrara el portal, pero él seguía intentando divisar aquellos matices.

La nieve le tapaba de vez en cuando sus azules ojos y las luces eran ardientes; le quemaban. Rodolfo corría para llevarse a Claus, pero retrocedió al ver la cara de su amo: desfigurada, con terror en sus ojos, sudor en todas partes y sus brazos quemados.

—¡¡Corran!! —gritó y alertó a todos los duendes haciendo caso a sus órdenes.

Él se agarró con fuerza su cabello largo y café casi arrancandolo por el pánico. Le invadido la adrenalina y comenzó a ayudar a sus duendes para que corrieran y se pusieran a salvo.

Miró hacia atrás y deseó nunca haberlo hecho, no quería que ese fuera su destino, le atemorizaba que ese hombre llegase a ser él, pues nunca se atrevería a entregarle regalos a los niños...

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Relato con 198 palabras para el concurso de WattpadHistoriasCortas "Celebrando a lo corto" en 2020.

«Imagina que en otra realidad, Santa haya sido un joven que odiaba a los niños, pero un día, un portal se abre reflejando nuestra realidad con la suya, en donde él conoce su otra versión, su parte buena y cariñosa...»

Es en este pensamiento en el cual me basé para hacer esta confusa historia.

¡Besos!