
•V E I N T I C I N C O•
Simón
Cuando llegaron a Brooklyn, se encontraron una casa casi parecida a la antigua, de un color verde manzana como a Isabelle le había gustado tener todo el tiempo y un frente lleno de flores con un hermoso pasto verde que parecía sacado de una revista, entraron casi corriendo los tres chicos empujando al otro para conseguir una habitación, la más cómoda, la que tuviera menos ruido para dormir y con la ventana más grande para que entrará el aire mejor.
Simón como débil que era fue el último que pudo subir por las escaleras viendo que ambos chicos ya tenían la habitación elegidas, y solo la que estaban de frente, junto a la calle quedaba desocupada, suspiró esperando que Isabelle subiera para que ella eligiera con cuál de las dos quería quedarse ya que Clarissa iba a parar en la habitación de Jace.
—Par de niños ya pueden salir, me ha quedado claro que esas son sus habitaciones.
Cuando Isabelle eligió la mejor habitación de la casa, algo que Jace y Alec estuvieron quejándose por no haber logrado mirar bien todas las habitaciones, Simón quien se había quedado con segunda habitación vio que era un poco más grande que su antiguo cuarto y le había encantado podría decorarlo mejor, aunque iba a tener que pintar sus paredes ya que los últimos inquilinos una chica se había quedado ahí, las paredes eran de un turquesa bien oscuro.
—Esas paredes pegan contigo— se burló Alec.
Simón hubiese contestado, pero la pelea con Raphael y ahora que debía saber que ya no volvería a hablar con él para mantener su dignidad bien, le había hecho que sus ánimos bajarán en picada, pasó por a lado del ojiazul sin responderle y bajo a buscar sus empaques en el camión de mudanza para ya tenerlo en su habitación, después iría por sus cosas materiales, ya que Isabelle debía a haber pedido comida y no les dará tiempo para hacerlo más que después de la comida, aunque ya se estaba haciendo de noche y no estaba tan seguro.
Cuando salió hacia afuera, respiró el aire al nuevo lugar viendo que el atardecer ya había acabado y solo quedaba un poco de claridad antes de que el anochecer comenzará a invadir todo, se quedó mirando el cielo sin poder creer que estaba en Brooklyn, en el lugar donde vivía Raphael, cerca de él y ahora estaban peleados.
— ¡Vamos debemos sacar todo y dejarlo en el garaje antes de dos horas!— salió Isabelle— el camión de mudanza no estará aquí por mucho tiempo.
Todos salieron a ayudar, él le ayudaba a las mujeres con los materiales menos pesados y los equipajes llevándolo a cada habitación, mientras que los dos "hombres", mejor dicho niños inmaduros, se encargaban de lo más pesado, ambos trabajando como equipo mientras veían al hombre del camión quejarse de la lentitud y amenazando de que cuando se cumplieran las dos horas exactas se iría y no le importaría si aún había dentro de su camión algo que no era de su pertenencia, el señor era maleducado y cochino, no dejaba de mirar a Isabelle con aquella mirada perversa que le hacía dar ganas de ir y golpearlo, solo que no se atrevía porque era débil. Clarissa salió de adentro de la casa acercándose a él.
—Simón tu celular está sonando en tu habitación.
—Oh si, cuando termine iré a ver.
Había dejado el celular a propósito a dentro, no quería tocarlo para no caer en las garras de Raphael otra vez, porque era el único que debía estar haciendo sonar con sus molestas llamadas para pedir perdón, pero esta vez no lo haría, no contestaría, no quería ser un juego para el chico del otro lado de la línea, si eran desconocidos, si vivían a la distancia y nunca se habían conocido en persona, pero a pesar de eso ambos hablaban todos los días, se mandaban mensajes cuando no podrán hablar y estaban para el otro para lo que necesitarán, no merecía ser tratado así.
Le haría prender una lección, si Raphael seguía insistiendo unos días entonces se daría cuenta que le quería realmente a pesar de aquellos malos tratos, que se había encariñado con él, y si no lo hacía entonces se daría cuenta que ya no debía estar hablando con alguien que no estaba interesado, a pesar de ahora vivir muy cerca.
Cuando se cumplieron las dos horas, todo ya estaba guardado en el garaje y las maletas en cada habitación, fue gracioso ver al hombre pedir un poco más de plata por recompensa y Isabelle correrlo de ahí, se sentaron en los sillones con el portón abierto esperando la comida que Alexander se había encargado de pedir.
Jace sacó algo de tomar de la heladera, que gracias al señor se le había ocurrido hacerlo sin necesidad de una orden y pudieron disfrutar de aquello, hablando de que harían en el nuevo lugar, bueno excepto Isabelle que ya tenía su trabajo fijo y solo debía ir a conocer a sus nuevos compañeros. Después de la cena Simón subió a darse un baño y así tirarse al colchón del suelo para dormir un rato, al día siguiente armaría la cama, como las demás pertenencias, solo quería descansar, pero el ruido de su móvil que estaba cargando en el único enchufe que había en esa habitación lo hacía inevitable, gateo hasta donde estaba su móvil y vio la foto de Raphael en su pantalla, finalizó la llamada para que viera que no quería hablar, al ver las notificaciones rodeó los ojos suspirando.
"Llamadas perdidas de Rapha +50"
Apagó su celular, la cual nunca hacia, para volver gateando hasta el colchón tirándose boca abajo, la mudanza lo había agotado y no quería saber más nada que un gran descanso para ir visitar Brooklyn con sus amigos y adaptarse al nuevo lugar.
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