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• S E S E N T A Y S E I S •

Raphael.

Después de una tarde muy animada donde comieron hasta no poder más y ahora estaba el baile en la sala de adentro, Raphael supo que se estaba acercando la hora de irse y mucho más cerca donde debería separarse de Simón, su novio, por una semana hasta que terminaran su vacaciones, así que debía decírselo si o si. Ambos estaban sentados en la parte de afuera del lugar, el atardecer estaba comenzando a pronunciarse y Simón estaba recostado en hombro izquierdo mirando al cielo mientras la música de fiesta llegaba a sus oídos siendo amortiguado por el salón, era ahora o nunca antes de que se le pasará la hora de irse, tenía que ir hacia el aeropuerto en una hora.

— Simón — dijo llamando su atención.

El menor le miró acomodándose para que ambos pudieran hablar mientras se miraban, podía notar que Simón esperaba esto.

— Debo volver a casa está noche, en una hora debo volver al aeropuerto— dijo— Lidya me ha dado solo tiempo para dos noches, mañana ya debo volver a trabajar.

Vio como Simón se larga hacia donde estaba él para abrazarlo, un impulso inconsciente al aquel mal comentario. Raphael sonrió a aquel comportamiento de niño pequeño, le causaba ternura a ver aquella muestra de cariño, lo hacía sentir querido, su madre estaría feliz de aquello. Oh su madre, no podía dejar de pensar en ella ¿Estaría mirando aquel comienzo de amor? ¿Estaría orgullosa?

— Me iré contigo, pero debo comprar un pasaje ahora ¿Por qué no me lo dijiste antes? — Preguntó molesto Simón— me querías dejar aquí.

— Tengo un pasaje más— susurró Raphael cerca de su oído— los chicos ya lo tenían pensado desde antes, solo es tu decisión si quieres ir o quedarte aquí, aún te queda una semana. No te apures.

Simón lo beso sonriendo animado, parándose para correr hacia dentro gritando que iría a armar su valija, el mayor comenzó a seguirle a pasos lentos, su maleta aún seguía en el auto de Jace y no había usado ropa así que no hacía falta empacar, pero no quería quedarse en el patio solo mientras Simón por la emoción le dejaba ahí. Había conocido tantas personas que no se acordaba sus nombres y no sabía que conversación establecer, además no soportaría ser insultado por ser pareja de un chico.

— Raphael.

Miró hacia atrás viendo al chico Jordán de la noche anterior, si Simón se enteraba que estaban hablando se molestaría, aunque no podía dejar que el menor le diera ataques de celos por cosas mínimas, estaba seguro de que ese chico Jordán era más heterosexuales que él y Simón juntos, solo había sido una borrachera y un sentimiento impulsivo.

— Hey Jordán ¿Cierto?

— ¿Y Simón?— preguntó— lo vi correr, creí que habían tenido una pelea, pero lo vi sonriendo.

— En una hora volveremos a nuestro país, así que decidió armar sus maletas y por la emoción me ha dejado aquí.

— Si quieres les puedo llevar, Jace está muy pasado de copas y Clarissa no sabe manejar.

— Lo tendré en cuenta, gracias Jordán.

El chico caminó por el sentido contrario mientras el subía por las escaleras en busca de Simón, lo encontró en la habitación de huésped armando la maleta ya cambiado de ropa, aún le faltaba colocarse la remera haciendo que el moreno remojara sus labios mientras cerraba la puerta detrás de él, pudo ver su ropa de la noche anterior en la cama así que comenzó a sacar su traje para cambiarse.

— ¡¿Qué haces?! — preguntó avergonzado Simón.

— Me estoy cambiando ¿Hay algo de malo? Anoche me has visto desnudo, no te hagas el avergonzado.

— Aún no me acostumbro, anoche perdí mi virginidad, no he visto un chico desnudo nunca— comentó— aún me siento un poco incómodo.

Raphael dejó escapar una carcajada para seguir cambiándose viendo como Simón festejaba al haber podido guardar todo. Después de unos minutos ambos bajaron para dejar la maleta en la entrada y buscar a Jace por pedido de Simón, encontrándole bailando con la colorada, ambos se notaban a leguas ya con copas de más en su organismo.

— Jace ¿Podrás llevarnos al aeropuerto?

— Lo siento pequeño, pero estoy incapacitado para manejar ¡Hay una fiesta aquí! Además el auto huele a sexo, terminaré vomitando. — respondió el rubio.

— Pídele a Jordán, el no dudará en llevarlos. — comentó la pelirroja.

Ambas parejas siguieron bailando, dejándolos solo y a Simón quejándose por tener a Jordán como su última opción, pero como ya estaba cerca la hora fue a buscarlo para que hiciera aquel favor, Raphael le miró divertido mientras caminaba hacia la ubicación de la maleta para esperar el dúo, quienes llegaron momento después dejando notar la tensión y la molestia de Simón al tenerle cerca.

— Bueno, iremos en mi auto porque Jace me ha dicho que su auto no está apto— informó el chico incómodo— y... Y ¿Nos vamos?

Antes de irse Raphael sacó su maleta de la cajuela del auto de Jace para colocarla en el auto del otro chico, se subió en la parte trasera en silencio viendo la tensión de la parte delantera, pero no se quiso entrometer ya que esa amistad o lo que tuvieran, más parecido a odio, tenía que ser arreglado por ellos solos. No se iba a entrometer, Simón debía arreglarlo por sus medios.

Todo el camino fue en silencio hasta que llegaron al aeropuerto, aún quedaban veinte minutos así que estaban bien de tiempo, Jordán les ayudo a bajar las maletas y acompaño hacia adentro a pesar de que Simón lo estuviera corriendo desde el comienzo. Cuando vio que esos dos no iban a arreglarse algo sorprendente paso, Jordán le abrazaba sin su consentimiento susurrando algunas palabras que no pudo escuchar pero al ver a Simón suavizar sus gestos de molestia supo que el otro chico se había disculpado.

Después de eso todos se despidieron.

— Lo odio— susurró Simón.

— Lo dudo mucho, ahora dame un beso y cierra la boca que quiero escuchar cuando nos llamen— dijo Raphael— espero que Magnus y Alec nos estén esperando mañana o bien que vamos a tener que caminar muchos.

— Podríamos tener sexo en los baños — bromeó Simón.

Aunque Raphael solo sonrió para rematar aquella confianza y ganas de coquetear del menor trató de demostrar que podía ser más coqueto.

— Acepto, y si quieren más podemos probar en el baño del avión— sonrió.

Viendo como el menor se estaba sonrojándose lentamente. Lo había logrado.

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