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•C U A R E N T A Y T R E S•

Simón.

Después de un amanecer sin dedicarse a dormir, decidieron todos a realizar las compras de la casa, Isabelle ya tenía crédito en su tarjeta para poder pagar todo, así que después de un desayuno rápido como una cambiada de ropa de trabajo, se dedicaron a ir por los objetivos del día, y aunque Simón no quisiera moverse de su casa en lo que restaba del medio día, tener a su amiga en día libre no era para ser descortés evitando pasar un rato con ella, además quería el nuevo conjunto de muñecos Marvel que habían salido a la compra, si era bueno de seguro se lo comprarían y podría tenerlo ese día con los muñecos de Star Wars y el sable de luz en la caja de los coleccionables, como no era alguien de plata se conformaba con lo más poco, así que si le hacía pucheros a Isabelle de seguro lo conseguía, así que era mejor ir, aguantando el pesar de su cuerpo.

— ¡Jace baja ese maldito celular!

Aunque en esos momentos recordaba también porque el grupo no salía juntos si se trataba de lugares así, Isabelle no era de tener paciencia y eso era malo cuando Jace con Alexander se juntaban, más en un lugar como eso, el rubio sentía una fascinación por las cámaras, algo que siempre estaba sacándose fotografías para subirla en Instagram y Alexander era su compañero de travesuras, un desquiciado por los dulces y libros nuevos por lo cual leer, la única que sabía comportarse era Clarissa que siempre andaba junto a la jefa de todos, ya que el siempre estaba siguiendo los pasos de sus amigos y cuando menos lo pensaba ya estaba actuando como ellos, haciendo que Isabelle susurrara por lo bajo con su mirada molesta que los mataría cuando llegarán a casa, pero siempre se olvidaba.

—Una hermosura como yo, debe darle los que le gusta a sus seguidores— respondió el rubio.

Simón suspiró, sabía olvidarse los comportamientos de su amigo, que le salía cuando estaba con el celular entre sus manos y la cámara, tenía un comportamiento ególatra donde sabía recalcar que no había nada más bello de que lo que era él, nadie podía decir nada o se agarraba una discusión que no paraba en todo el día, así que era mejor aceptar cuando le atacaba esos ratos.

—Me importa muy poco tus seguidores, ahora mueve tu trasero con nosotros o te voy a agarrar ese aparato y no lo vas a ver por un tiempo ¿Entendido?

Cuando entraron al lugar se sorprendieron con lo lindo que era y lo amplió, Alexander después de eso opinó separarse siendo arrastrado Jace y él por sentido contrario antes de que Isabelle les agarrará, los tres riendo por lo bajo a saber cómo su amiga estaría hecha furia a dejarle el trabajo sola mientras ellos comenzaban con su excursión por el lugar, sin antes buscar un carro para meter lo que les fueran gustando, de seguro que cuando llegarán a la caja y se encontrarán con las chicas les haría devolver todo como castigo.

—Quiero ir a la sección de dulces— pidió el ojiazul— Vamos, les salvé de ir detrás de las chicas.

—Pero después vamos a la sección de juguetes— comentó Simón— ¡Por favor! Han salido la actualización de los nuevos juguetes de Marvel, si no los llevó algún niño lo hará y no quiero eso.

—No tengo más nada que hacer, así que comencemos el viaje, solo pido ir en el carro.

Después de negarle reiteradas veces al rubio que no podía ir arriba de un carro porque no sabían si era permitido, terminaron dejándole hacer lo que quisieran ya que no podían estar todo el tiempo discutiendo por lo que no debía hacer mientras Alexander arrastraba el carro viendo como las demás personas estaban mirándole lo que hacían, pero parecía no importarles a sus amigos, así que Simón hizo como si tampoco le interesará aquellas miradas y siguió apreciando los estantes con mercaderías. Cuando ya habían llegado a donde estaba los dulces, después de tantas vueltas se detuvieron a ver a las dos personas que menos quería ver, Raphael y Magnus estaban discutiendo en voz baja hasta que el segundo les vio, deteniendo la discusión para caminar hacia ellos, cuando vio como el otro chico se daba vuelta para mirarlos, Simón comenzó a enrojecerse de nuevo sintiéndose descomponer por lo que había sucedido la noche anterior.

—Mira la que ha traído el viento, mi amigo Simón con su sexy novio y un nuevo galán— dijo el moreno.

— ¿Quiénes son estos?— preguntó Jace a Simón.

Después de dar una breve explicación sintiendo la mirada de Raphael en el, sintiéndose sonrojar como también comenzando a balbucear sin poder parar, el rubio pareció entender y con una sonrisa traviesa se dedicó a salir del carro para estrechar mano con ambos chicos, sin antes darle una mirada a Alec de advertencia para que no hiciera algo malo, aunque ya era tarde porque Simón podía sentir como su amigo le abrazaba de la cintura tomándole desprevenido, cuando vio otra vez a los otros chicos podía ver como uno de ellos se notaba molesto.

—Bueno creo que deberíamos seguir nuestro camino, mi novio espera por conseguir sus muñecos de Marvel y yo mis dulces, y creo que ustedes están ocupados.

Alexander se notaba nervioso arrastrándolo para seguir por el pasillo, así que después de una disculpa del rubio les siguió, Simón sintió como era soltado así que miró hacia atrás viendo cómo Raphael aún le miraba con los brazos cruzados y una mirada molesta que le hacía creer que tenía celos, pero no podía ser cierto, no creía que ese chico sintiera celos de aquella acción, después de que Alexander agarrará una cantidad de chocolates y dulces para colocarlo en el carro, doblaron al siguiente pasillo.

— ¿Qué fue ese comportamiento, niño inútil?— le reto Jace— mira como te has comportado, deberías pedir perdón.

—Quiero irme a casa, no he dormido nada y mi mal humor está en un nivel alto— se excusó el ojiazul— además Magnus me intimida un poco.

Simón sonrió al pensar que ese sería un comienzo para los sentimientos de Alexander por ese chico, podrían ser compatibles en un futuro y formarían una relación o eso esperaba el que ya se estaba comenzando a crear una pareja ya de temprano en su cabeza, se sentía culpable a tener metido a su amigo en eso cuando podría estar aprovechando su soltería, si seguía así no solo arruinaría su vida con una mentira si no que Alexander estaría perdiendo parte de sus días por estar con eso, debía pensar si debía seguir con ese plan o hacerle caso a Jace. El tema de conversación cambió rápido, así que el ambiente tenso por lo que había sucedido sé aligero un poco, hasta que llegaron a la sección de juguetes y después de una búsqueda rápida no encontró lo que quería.

— ¡No puede ser que no esté aquí! Lo necesito.

Vio como Jace estaba hablando al celular y Alexander miraba de un lado a otro no prestándole atención.

—Chicos ¡Necesito esa colección de juguetes!

—Confórmate Simón, no está, lo encontraremos en otro lugar.

Miró al ojiazul con molestia por no entender lo que significaba para él, si no tenía juguetes de eso, las actualizaciones de Marvel, entonces no sería un coleccionista digno de ser llamado así.

—Pero yo lo quiero ahora— musitó Simón— ¡Ahora!

—Debemos irnos, Isabelle está esperando en las caja y si no llevamos esto de seguro que no los va a comprar— avisó Jace después de dejar el celular.

Vio como Alexander era el primero en caminar a pasos largos, ya que todo lo que estaba en el carro era los dulces de él y debían ser pagados, siguiéndolos de atrás un poco más despacio, iba el con Jace quien parecía más callado de la cuenta, después de haber visto como el ojiazul había tratado mal a las otras dos personas par

—Alexander ha estado así de nerviosos desde que comenzamos a trabajar y Magnus está cerca, cree que no lo notó pero ahora sí lo hice y de seguro sucede algo pero yo lo estoy deteniendo, no tienes por qué estar molesto con él.

— ¿Y por qué no lo dice?— preguntó el rubio.

—Porque quiere ayudarme a mí con esto, debo hacer algo, no quiero verle mal, hablaré con Magnus para averiguar si siente algo o solo quiere llevárselo a la cara.

— ¿No estarás revelando su plan?

Se detuvieron cuando llegaron a la caja, aún no era sus turnos pero ya estaban cerca, mirando pudo ver como a dos cajas de ellos estaba ya pagando el otro dúo, no podía dejar de admirar a Raphael, era algo que deslumbraba a sus ojos y ahora podía sentir la culpa de estar mintiendo, su madre siempre le repetía que las mentiras patas cortas tienes y solo alguien de maldad iba a elegir eso, no había podido controlarse, no sabía qué hacer y no podía permitir que siguiera aumentando o dañaría a muchos, tendría que llamar a su madre para pedirle consejos.

—L-Les esperaré en el auto— susurró Simón.

—Voy contigo— Dijo Jace.

Cuando ya estaban fuera caminando hacia el auto, sintió como le llamaban, miró hacia atrás viendo cómo Raphael venía hacia él con una bolsa en su mano, cuando llegó hacia el vio como el chico le tiraba la bolsa hacia su cuerpo, Simón sin poder creerlo comenzó a negar viendo como el otro sonreía.

—Vamos tómalo, son tus muñecos, creí que te gustaría, ya no puedo devolverlo, si no lo agarras tendré que darle esto al primer niño que pase por aquí, Magnus va a golpearte porque te compre esto a ti y nada a él.

Con las manos temblando y el corazón casi en la garganta lo tomó abrazándolo entre sus manos, Raphael se dio vuelta para comenzar a alejarse, era el acto más tierno que alguien había hecho por él.

—Gracias Rapha.

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