Ame que me respondieran la pregunta ayer, gracias por mostrarme un poco más de ustedes. ❤️

Raphael.

Conciliar el sueño había sido fácil, solo no pudo evitar sonreír por sus travesuras cometidas y recordar todo con un poco de vergüenza, tendría que arrepentirse y era de seguro que lo haría más adelante pero mientras tanto estaba feliz por lo cometido, pero había podido descansar ese rato, el problema fue cuando quiso levantarse, hacía dos noches que andaba despierto, cuando apoyó la cabeza en la almohada parecía que el cansancio se había apoderado de su cuerpo y no podía dejar de estarlo a pesar de haber dormido esas pocas horas, su cuerpo pesaba, sus ojos ardían y los bostezos iban uno detrás del otro, la pereza que tenía no podía controlarlo, no se podía abrir sus ojos, se cerraban sin avisarle y volvía a dormir por unos minutos hasta que luchaba para volver a abrirlos para intentar despabilarse.

— ¡A despertarse dormilón!

La puerta fue abierta por Magnus, alguien que a pesar de estar casi igual que él en las horas que descansaban, de seguro eran tres o cuatro horas, parecía estar radiante y con muchas pilas para comenzar el día viniendo a molestarle a el que estaba de mal humor, le dolía su cuerpo y quería seguir descansando por un rato si el día se lo permitía, pero eso no sería permitido cuando tenía un amigo cómo Magnus Bane en la misma casa.

— ¡Magnus!— se quejó— estoy muy cansado, lárgate.

—Eres un principiante mi querido amigo Raphael, después de un tiempo estarás tan acostumbrado como yo a esta vida nocturna.

Sintió como Magnus se tiraba arriba de él apretándolo con fuerza mientras reía haciendo que Raphael se molestará más haciendo fuerza para verle caer al suelo, después de eso se sentó mirando hacia donde su amigo estaba tirado, le estiró la mano para ayudarlo a levantarse arrepentido por lo que había hecho.

—Solo venía a decirte que el desayuno ya está en la mesa, no hacía falta que me hicieras eso— se quejó el moreno.

—Lo siento Magg, gracias iré en unos segundos.

Vio a su amigo irse por la puerta sobando su espalda, después de eso se paró de la cama y caminó hasta el armario para tomar un nuevo conjunto de ropa, como lo que usaría para darse un baño así podía sacar la pereza que tenía encima. Después de un baño rápido donde dejó todo en su habitación, bajó hasta la cocina encontrando a Magnus ya desayunando, se sentó frente a él y sonrió a ver un té verde acompañado con un plato de huevo frito con un vaso de jugo, su amigo se tomaba enserio los desayunos.

—Todo esto te dará fuerza para un nuevo comienzo de día, porque Ragnor me informó que debemos ir a hacer las compras— sonrió Magnus— ¿No te parece divertido?

Raphael bufó sin ocultarlo, ir de compras con Magnus era como ir con un niño pequeño, cada vez que les tocaba su turno pasaba una vergüenza tremenda junto al muchacho, no solo porque agarraba todo y tenía que privarlo ahí mismo, si no porque hacía berrinches, pedía que le comprarán lo que veía interesante y nunca podía irse sin comprarle algo para comer o tomar, era casi un niño cuando se trataba de esas situaciones.

— ¿Por qué ese quejido? ¿Acaso no te sientes alegre por ir a hacer compras?— preguntó Magnus ofendido.

— ¿No te acuerdas que sucedió la última vez?

Sin dejar que se le cortará el apetito, comenzó a devorar todo lo que tenía viendo como Magnus parecía pensar que había hecho, aunque sabía que solo estaba haciéndose el desentendido y recordada muy bien lo que causó la última vez, también sus palabras donde él le había dicho que juraba no ir a hacer ninguna compra más si se seguía comportando de esa manera tan infantil.

—No recuerdo que he hecho para que me trates así.

—Cuando trataste de meter en el carro de compra tus cremas, algo que no estaba en la lista, y cuando te lo negué comenzaste a hacer tus berrinches ¿No te acuerdas que toda la gente nos miraba raro? ¿No te acuerdas que después de eso le metiste mano al personal que vino a controlar la situación? ¿O la crema que escondite en la camisa y casi nos meten preso?— preguntó Raphael— no quiero pasar por eso otra vez.

Escuchó como la risa de su amigo aparecía, parecía tentado a recordar aquel momento, había tenido que dejar de tomar su jugo porque no dejaba de reír, pero Raphael solo rodeó los ojos siguiendo con lo que estaba haciendo, no estaba feliz con esos comportamiento de Magnus, trató de terminar el desayuno mientras miraba hacia la heladera donde les estaba esperando la lista, pero aún la risa del moreno aún se escuchaba, su amigo estaba muy tentado.

—Oh cielos ¿Te acuerdas de la cara del chico cuando le toque su miembro?— carcajeo— pero le gustó, ya lo he visto buscándome, me está siguiendo en Instagram así que eso no significa que no me sobrepase, si no que hice algo que a él le gustó.

—Eres terrible Magnus, y debería estar molesto por lo que has hecho anoche ¿Cómo se te ocurre decir esos atrevimientos del novio a Simón?

— ¿Por mi? Vi lo que hiciste en el baño así que no me culpes, me privas de algo que haré algún día pero tú ya has comenzado, eso no es justo— se quejó el moreno— yo también comenzaré a jugar quieras o no.

Al ver que ambos ya habían terminado Raphael se levantó recogiendo todo para darle un lavado sintiendo como se avergonzaba a saber que su amigo les había visto, estaba tratando de evitar, de que fuera un tema a pie para ser molestado, no cuando podían llegar a oídos del otro chico, el novio de Simón y pudiera armar un problema obligando a no verse más, no cuando estaba aceptando que estaba enamorado, que sin darse cuenta todo comenzó cuando hablaban a través del celular y ahora tenerle cerca era peor, era un impulso que no podía controlar, y aunque no quería, no iba a negar a su amigo de también hacer lo mismo, jugar con personas ya en una relación, cuando no estaba dando el ejemplo correcto.

—Es hora de irnos, tenemos que estar aquí antes de que Catarina y Ragnor regresen de su trabajos— ordenó Magnus— que vaya a saber que encontremos a nuestra pareja preferida en ese lugar si nos apresuramos.

—Magnus— advirtió el chico sorprendido.

Siempre parecía ir unos pasos más adelante sorprendiendo con saber su localizaciones, ahora entendía la razón por sus emoción de ir en compra, mucho más de lo habitual, pero no iba negarlo, si Simón estaba ahí quería verle también.

—Sigo la cuenta de todos sus amigos, al parecer Jonathan Herondale es el más fotogénico, ha subido una foto de la entrada del lugar donde iremos, etiquetando al sexy novio de Simón y a Simón, con una tal Isabelle, debe ser la cuñada, y la novia del chico.

Ambos salieron de la casa, después de cerrar la casa con llave para entrar al auto del moreno, habían cambiado de tema por pedido de Raphael ya que en alguna parte de él sentía nervios porque sabía que su amigo le haría pasar una vergüenza y ahora estaban esas personas ahí como para poder soportarlo, trató de respirar hondo una y otra vez, no sabía cómo sería la reacción de Simón cuando le viera después de lo que había hecho, y no podría no estar molesto si veía como el chico era abrazado por otra persona, maldecía un poco vivir cerca teniendo que coincidir en lugares. Cuando llegaron y el auto quedó en un lugar seguro, ambos caminaron hacia dentro del lugar, Raphael sacó la lista mientras le pedía a su amigo que buscará un carro para colocar lo que iba a ir comprando, de seguro que Ragnor le había dado una tarjeta o está vez le tocaría a él poner.

—Muy bien, comencemos con la búsqueda mi pimpollo— dijo feliz el moreno.

—Te odio por obligarme a hacer esto— susurró Raphael.

Que comenzó a seguirlo, colocando de vez en cuando mercadería que iba coincidiendo con lo pedido en la lista, aunque debía hacerlo rápido o su amigo se desaparecía dedicando a su objetivo principal.