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•C U A R E N T A•

Raphael.

Tenía sus dedos en el puente de su nariz mientras escuchaba a Magnus hablar y preguntarle a Simón ciertas preguntas que respondía con balbuceos, y el no podía aún superar lo que había hecho en los pasillos, no era nadie para cuestionar el amor que Simón tenia por Alexander, su novio, si no fuera cierto el chico no se hubiese puesto en pareja con el otro chico para vivir una relación que no tenía por qué estarlo, tenía que ser menos predecible y no demostrar partes de sus emociones cuando tenía prohibido hacerlo, el chico ya tenía a alguien a su lado, tenía que comportarse como la persona que era, no interferir en una relación como Magnus estaba acostumbrado a hacer, interrumpiendo en las relaciones como si fuese un juego, y el estaba pensando igual que su amigo porque era Simón Lewis, era inevitable no hacerlo cuando lo tenía delante de sus ojos, pero no podía seguir el consejo de su amigo cuando no era algo bueno.

— ¿Qué te gusta de tu sexy novio?— preguntó Magnus a Simón— ¿Su cuerpo? ¿Sus ojos zafiros? ¿Su sonrisa? ¿La manera que emana de su cuerpo que tiene experiencia en la hora del sexo? Porque yo notó cada una de ellos.

Podía ver al menor nervioso, balbuceaba a cada respuesta que daba, pensaba en lo que debía decir y sus manos se apretaban en su remera como si quisiera escapar ese momento tan incómodo, mientras que el prestaba atención al asunto, aunque se quejaba en voz baja con lo que Magnus estaba haciendo llevando a la incomodidad de todo los que estaban ahí, pero estaba un poco agradecido a no ver a su amigo estaba escapándose de un lado a otros para buscar una presa, si no estaba ahí dándole una noche incómoda a ambos, pero Lidya se los agradecería.

—N-No tengo por qué responder esa pregunta— susurró Simón— me estás incomodando Magnus, por favor solo detente.

— ¿Acaso no estás enamorado de él?— siguió.

Raphael le miró de reojo con una pequeña sonrisa viendo como Simón estaba enrojecido de la vergüenza recordando lo que habían pasado en el pasillo, podía ver las reacciones que había causado en el después de eso, sabía que con solo estar a su lado causaba emociones que emanaban del menor, pero eso no tenía porque saberlo Magnus si no sería el tema del día y no quería que se esparciera, dándole pies a su amigo a meterse con el otro muchacho, tenía que ser precavido a la hora de hacer algo parecido.

—Claro que lo estoy, no sé porque me estás preguntando eso— dijo Simón molesto.

— ¿Por qué esas miradas entre ustedes dos? ¿Qué están escondiendo?

Pero al parecer pasar por desapercibido frente a los ojos de su amigo no era algo fácil de hacer, se estaba desquitando con el más débil, acercándose lo más posible para poderle intimidar y sacar una respuesta, algo que no estaba funcionando del todo ya que Simón parecía que en cualquier momento sufriría algún ataque por como estaba, teniendo que intervenir alejando a Magnus por lo menos un poco más lejos de donde estaba, dándole espacio al menor y así evitar que el momento de incomodidad pasará a peor.

—Magnus deja de molestar nuestras existencias, ya te estás sobrepasando y eres muy inútil para notarlo— dijo Raphael molesto— vuelve adentro que estamos trabajando si no te has dado cuenta, no quiero tener problemas en mi primer día.

—No seas aguafiestas, no puedes evitar sacarme este derecho cuando lo tenemos aquí, rodeado— se quejó Magnus— Simón ¿Acaso no vez a Raphael y sientes algo?

Ya cansado de su amigo Raphael le agarró de la remera para tirarlo dentro de la habitación para cerrar la puerta dejándolo dentro, volvió a tomar su postura mirando por las pantallas el shows que se estaba sucediendo solo a unos pasos, la música se amortiguaba y solo se escuchaba casi nada, agradecía eso porque no era de su agrado aquello, había estado suplicando por ser cambiado de donde estaba antes, ya que el volumen y el ritmo de las canciones le estaban dando jaqueca, pero ahora estaba mejor, podía sentirse relajarse un poco más, pero no del todo a sentir a su compañero moverse inquieto, creía que se trataba del lugar, ahora sabía que era porque estaban juntos, eso le hizo sonreír a penas, porque a pesar de todo no se sentía tan culpable de lo que había hecho, ya que podía ser verdad.

—Tú amigo es muy intenso— dijo Simón después de un rato.

Ambos se miraron en el trayecto de las palabras del chicos, y no iba a negarlo, Magnus siempre había sido muy impulsivo a la hora de tener que hacer algo, nunca pensaba si no hablaba y terminaba como estaba ahora, encerrado en esa habitación por ser tan molesto, pero a pesar de eso le quería, eran grandes amigos, vivían en la misma casa y se acompañaban en cualquier situación, le quería a pesar de todos los defectos que tenía.

—Solo está aburrido, como dijo Lidya su trasero no puede estar sin algo dentro— respondió.

— ¡Oye! Te escuché maldito— se quejó Magnus desde adentro.

—Deja de espiar metiche ¿No tienes que estar haciendo algo ahí dentro? Métete en tus cosas.

Ninguno de los tres hablaron en lo que resto de la noche, por el miedo a que Magnus estuviera a lado de la puerta escuchando lo que estuviese haciendo, solo habían miradas y sonrisas en vez en cuando como si quisieran comunicarse en silencio, el era mucho más suelto a la hora de hacerlo, divirtiéndose con la situación pero Simón no, sus miradas se corrían después de unos segundos y sus sonrisas eran forzosas, llenas de nervios, y era tierno frente a sus ojos, pero cada vez que sucedía eso debía cerrar los ojos con fuerza para sacar esa voces que le querían llevar a un mal camino. Cuando miró el reloj por milésima vez se dio cuenta que el anochecer ya estaba acabando y las horas de terminar el trabajo ya estaba llegando a su fin, pero a pesar de eso la tensión entre ellos estaban, las personas ya comenzaban a entrar a vestidores a cambiarse ya dando la señal de que ya estaban cortando todo para cerrar, media hora después Lidya ya estaba cerca de ellos.

—Muy bien chicos, ya pueden retirarse, pueden ir al baño si lo necesitan, Lewis pareces que lo necesitas.

—Raphael también quiere ir al baño— interrumpió Magnus.

La chica rubia los miró a los tres confundida, pero sin decir nada le señaló que podían irse, pero sin antes parar a Magnus para darle su habitual quejas de lo que había hecho, Raphael camino a lado de Simón hasta llegar a los baños del personal, era idéntico a los de los clientes, se quedó esperando en el lavamanos viendo como el menor iba hasta uno de las casillas del baño, no pudo evitar sonreír cuando lo vio cerrar la puerta, como si quisiera privacidad, se acercó hasta la puerta sin antes ver si alguien venía y espero que Simón saliera, cuando lo hizo lo apoyó contra la puerta viendo cómo el chico le miraba aterrado.

— ¿Q-Qué estás haciendo?

—Solo me estoy despidiendo.

Se acercó hasta la mejilla del chico para dejar un beso cerca de la comisura de sus labios, y después se alejó para irse por la puerta viendo cómo el novio de Simón venía entrando, sonrió mientras iba hasta donde Magnus, no sabía si era las horas o que no había dormido mucho, pero dentro de él se exigía hacer algunas que otras travesuras con el chico que le había roto el corazón.

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