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•C I N C U E N T A•

N/A: ¡Buenas! Bueno después de un proceso bien pesado pude escribir este capítulo 🖤 (Me he agarrado una gran peste o "gripe" que me ha dejado casi delirando de fiebre) pero siempre por lo menos una parte de mi alma me exige darle esto, disfrútenlo. Y le dedicó este capítulo a Alfaloba que al parecer lee los pensamiento y ha dicho parte de mis planes 😂 y Derek_Daniel porque escribe historias de saphael muy lindas, gracias por leer ❤️ los quiero.

Simón

Estaba sentado en el suelo del patio donde Raphael lo había dejado, su mano derecha estaba en su mejilla, el impacto lo había sorprendido y le ardía el lugar un poco, pero le dolía más el sentimiento que tenía en su alma que el golpe físico que le habían dado, todo se había empeorado y era su culpa, nunca tendría que haber causado aquello, mentir, pero todos tenían razón a pesar de que no lo dijeran, era un infantil en todo sentido y ahora lo había empeorado con el primer amor que tenía en su vida y tenía cerca de sus manos.

—¿Simón?

Siempre estaba esperándolo, cada paso que daba lo enredaba en más y más problemas, a veces se sentía que estaba ahogándose en sí mismo, no pudiendo hacer algo por el mismo pero sabía que tenía su propia culpa por meterse hasta lo más profundo de ellos, no buscando las soluciones más fáciles si no que todo lo contrario, se iba a lo difícil. Comenzó a sollozar, se sentía tan vulnerable y estúpido.

—Izzy...—balbuceó— metí la pata hasta el fondo.

Sintió los brazos de la muchacha rodear su cuerpo, como sabía hacer siempre y se sintió mucho más triste, siempre estaba ahí esperando que más personas le consolaran, le tratarán como un niño pequeño y ahora fueran a hacer todo lo posible para que estuviera bien y no se sintiera culpable, debía comenzar a tomar las riendas de su vida ¿Pero como?

—Por favor, aléjate—balbuceó Simón— aléjate Isabelle.

Se paró sintiendo como las manos de su amiga se salían de su cuerpo, y el caminó hacia dentro de la casa sintiendo como sus lágrimas estaban comenzando a desparramarse, se lo secó con la manga de la remera con fuerza chocando con Jace en el proceso casi golpeando con su pecho.

—Oye mosquita ¿Qué te anda sucediendo?

—Déjame...

Se separó y comenzó a subir por las escaleras hasta encerrarse en su habitación, tomó el celular de su bolsillo para sacarlo y estamparlo contra el suelo con fuerza reiteradas veces, un impulso de la cual después de arrepentiría, la puerta comenzó a ser golpeada y la voz de Jace pidiendo que le dejara pasar, pero no quería ser el víctima de esto cuando era el culpable.

—No quiero Jace.

—Vamos Simón, ya sabes qué sucede cuando no hablas con alguno de nosotros— dijo el rubio.

—¡Deja de tratarme como un niño!

—Entonces deja de comportarte como uno, Lewis—musitó molesto—abre ahora mismo.

Se hizo un lado para arrodillarse y abrir un poco la puerta viendo cómo Jace hacia maniobras para entrar dejando que la puerta se cerrará detrás de él, el rubio se sentó al frente viendo como el celular estaba trizado en el suelo, con la pantalla blanca indicando que había roto el módulo del aparato, pero Simón solo bajo la vista para no mirar la cara de su amigo o lloraría sin poder calmarse.

—Habla, yo te escucharé— dijo Jace— cuando quieras que yo hablé o de mi punto de vista, me lo dices.

Asintió comenzando a acomodarse aventando el celular un poco más lejos de donde estaban, se acurruco entre sus piernas, tratando de abrazarlo con sus brazos, y asentar la cabeza en ellos sintiendo un cansancio emocional subir a su cuerpo.

—Raphael se enteró de la mentira por Alexander, vino aquí y me golpeó, pero no me duele el golpe si no como lo ví cuando llegó, parecía herido y no hay mayor dolor que ser lastimado sentimentalmente— dijo Simón— y fue mi culpa.

—Claro que...

—¡No quiero a alguien que me diga que no tuve la culpa, necesito a alguien que vea lo que yo estoy viendo!— gritó molesto— ¡Que me diga que si soy el culpable!

—Si eres culpable, nunca he dicho lo contrario.

Simón cuando iba a resongar de que no tenían porque tratarlo como un niño una vez más, se quedó callado cuando escuchó las palabras de su amigo, este también lo estaba viendo como un culpable y eso le tenía un poco fuera de sí, había esperado otra respuesta pero solo se llevó el golpe de la realidad, sus amigos también lo veían como culpable.

—¿Qué?— susurró.

—Eres culpable de hacer esta técnica tan ridícula, plantear algo que todos sabíamos que iba a terminar mal y no parar cuando sabías que debías hacerlo, por eso es tu culpa— dijo Jace— pero el también tiene su culpa ¿Sabes por qué? Porque él te guío después de tanta ignorancia a provocar esto, a ser un chico en apuros.

Se acercó a su amigo rubio viendo como esperaba con los brazos abiertos para acurrucarlo entre ellos y el no lo ignoró, a veces no podía evitar ser un niño o buscar que alguien lo consolara, a veces sin darse cuenta no podía evitarlo, el lo buscaba a pesar de no quererlo, porque se había criado así, su madre, sus amigos, todos lo habían tratado así y ahora se encontraba con Raphael, esa persona quién rompía todo lo que había visto, lo que le habían enseñado, Raphael lo tenía confundido y no podía saber si lo que hacía estaba bien o mal, si estaba cerca o siempre alejándose ¿Sería capaz de consolarlo en sus momentos así? ¿Lo trataría como niño? Ahora sabía que la oportunidad de tenerlo cerca era muy nulo.

—Me siento tan mal Jace, quiero disculparme con él, pero alejarme por un tiempo— susurró— siento que en verdad no estoy preparado, mírame lo que he causado, el merece una persona de su estilo, pero soy tan egoísta que lo quiero para mí.

—¿Y por qué no te das un tiempo con tu madre? Estar unas semanas, meses, un año si quieres, irte de esta locura que te está rodeando, respirar y darle un respiro a Raphael de esto que pasaron.

No se le había cruzado por la cabeza irse, capaz si cambiar de trabajo o encerrarse en su habitación hasta que fuera anciano, muy anciano, y Raphael ya se olvidará de él y su mentira, estaría alimentándose de comida chatarra, sacaría una panza de un hombre cervecero, y llevaría una barba grande, hasta capaz se quedaba calvo y una bata que le dejaría ver sus boxer manchados, o solo estaba exagerando un poco con su imaginación.

—No quiero irme, quiero quedarme aquí.

—Pero estás cerca de él, trabajar en el mismo lugar y Alec en estos momentos está cogiendo con Magnus, seguramente se conviertan en amigos con derechos, sera imposible.

—Nada es imposible mi querido amigo rubio, puedo cambiar de trabajo o trabajar aquí en casa, Alec y Magnus son problemas apartes y ver a Raphael en el mismo lugar es como una oportunidad una en un millón, Jace no quiero irme— suplicó— solo necesito otras alternativas para poder superar esto, salir de la vida de él o algo así, pero no quiero irme.

—¿Y si te vas a Asia conmigo y Clary? Iremos a ver a su familia por un mes, una mini vacaciones, Jonathan se va a casar y nos invitó, Clary se decidió ir un tiempo antes para disfrutar el lugar, y yo te invito a ti, para despejarte y quien sabe más— opinó el rubio— ¿Te apuntas?

Le sonrió a su amigo rubio, se podría llevar su computadora para tener sus clases y a la vez estar lejos de ahí, por lo menos un mes, sería suficiente para todos, para Raphael y para el dándose un respiró de unas semanas. Sonrió pensando en que podría salir del país y conocería un lugar nuevo, todos tenían beneficios para el.

—Te diré que si, he soñado para ir hacia allá por tanto tiempo.

—¡Muy bien! Así se dice Lewis.

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