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Después unas semanas Simón quería agarrar sus maletas y huir, ya no era quedarse en casa descansando cuando no debía estar en la universidad de línea, Isabelle ya estaba harta de su presencia.
Pero Simón no podía irse desacostumbrado así, estudiar en la mañana, resolver parcial al medio día, hacer limpieza de casa grupal y después a la noche ir a trabajar con Alec.
No podía describir el infierno que era ese trabajo, cuidar fuera de un restaurante que parecía también un bar, había personas de cada clase y a veces se sentía intimidado por unos cuantos, sus piernas dolían por estar parado tantos días y parecía un zombie al día siguiente, pero lo que más le molestaba era que Alec se veía igual.
Miraba aquel montón de hoja que se había pasado leyendo y después marcando los temas para estudiar y rendir el penúltimo parcial que quedaba del segundo semestre, cuando su celular vibró en forma de mensaje Whatsapp.
Había tantas situaciones que habían pasado en tan poco tiempo, había perdido un grupo donde subían contenidos de sus animes favoritos, aún no se enteraba la razón por qué le habían hecho aquello, parte de sus amigos que hablaba al privado también dejaron de hablarle y le bloquearon. Y la fresa del pastel, se había enterado que con el chico que hablaba, Raphael, en verdad no lo era.
¿Cómo se había enterado? El verdadero Raphael le había avisado, después de un gran momento de duda, Simón le creyó, el chico le dio su número verdadero para que no sucediera lo mismo y pudieran hablar sin que alguien se metiera. Según el que se hacía pasar por el era un amigo suyo y estaba teniendo un problema bien grande en su razón.
Tomó el celular y lo desbloqueo, mirando en el centro de pantalla el nombre que le había dado al chico.
"Guapo desconocido llamado Raphael."
Si, ese chico estaba bueno, sus fotos, la cuales aún su amigo seguía subiendo a Instagram, era guapo y no podía negarlo. Además podía sentir que ahora sí se sentía conforme con las respuestas de Raphael, antes parecía más distinto, ahora sentía como sus respuestas encajan con él.
A veces demoraba minutos o media hora en responder, pero él estaba tan feliz que no demoraba ni un minuto en contestar. Quería dar una buena impresión a pesar de que Raphael sonará tan duro.
Dejó el celular en el escritorio después de responder y se concentró en su resumen, si desaprobaba estaría frito, e Isabelle lo seguiría hasta castrarlo. El celular sonó sorprendiéndolo, dejó de leer para tomar el celular y no demoró en teclear una respuesta porque Raphael quería que le dejara de hablar, y Simón no quería eso, quería conocerlo y ser amigos, pero después de eso Raphael no se conectó y no contestó. Tuvo que dedicarse a estudiar porque en unas pocas horas debía rendir.
— Simón, ve a limpiar el baño.
Miró la puerta, Isabelle estaba insoportable.
— Estoy estudiando para el parcial de hoy.
La puerta se abrió y se mostró aquella chica que tanto había tomado el papel de madre. Tenía hecha una trenza y un pañuelo que evitaba que los pelos fueran a su cara, un delantal y unas manchas de harina en su cara.
— ¿Acaso yo te mandé a que estés todo el día hablando por celular?
La chica cerró la puerta y Simón no pudo evitar hacer burla de su última oración, pero se sorprendió cuando la puerta se abrió y una molesta Isabelle volvió a mostrarse.
— Te arrepentirás de haber hecho eso.
Y lo hizo, lamento todo cuando quedó colgando de cabeza desde la escalera de la casa, pero agradeció a Jace y Alec que le salvaron de eso y pudo rendir, ahora debía esperar las notas.
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