[10]
RAPHAEL
Los días seguían pasando y las conversaciones con Simón no faltaban, ese chico que le sacaba de casilla y a veces le molestaba con sus falsos coqueteos "de amigo" como él decía que eran, cuando en verdad se le insinuaba de forma directa por mensaje, aunque ni se conocían.
Tampoco podía faltar Magnus, quién se había encargado ahora de preguntarle cada día como iban las redes, si se sentía a gusto y si seguía hablando con Simón; si le gustaba hablar con ese chico. Era como si fuese su supervisor personal.
Ragnor y Catarina en cambio habían decido tomarse una semana e irse de viaje para desaparecer de aquel cambio que se había producido. La casa había quedado sola para Magnus y sus conquistas, si, ya había recibido las órdenes de su amigo de piel morena para no interrumpir.
El seguía haciendo la rutina, levantarse, ir a llevar los tamales al centro de ancianos, ir al hospital para visitar a su madre y después ir al último trabajo que tenía del día para escuchar adolescentes en rehabilitación, pero esta vez, en sus rutinas había una nueva actividad que hacía, contestar a Simón Lewis cuando podía y quería. Al parecer el chico no entendía que no quería hablarle y seguía contestando a los minutos.
Eso lo exasperaba.
¿Cómo un chico aún no notaba que se le estaba cayendo su dignidad?
Porque era Simón Lewis. Un chico que encontraba las palabras justa para encontrar sus mensajes en tan poco tiempo, tan extrovertido ¿Era así detrás de esa pantalla? Y no podía negar que a veces, muy pocas veces le sacaba sonrisas.
Su celular en su bolsillo de atrás comenzó a vibrar, trató de mantenerse donde estaba sin prestarle atención a aquello, Nathan estaba hablando y era un chico bien introvertido y temperamental como para no prestarle atención, era su primera vez hablando y estaba orgulloso.
— ¡¿Pueden hacer callar ese celular?!
Raphael no se había dado cuenta que al estar sentado y aquella vibración daba un pequeño golpe en la madera haciendo un ruido molesto.
— Lo siento.
Sacó el celular para apagarlo y prestar de nuevo atención, Nathan, quién al parecer había tratado de no explotar se dedicó a proseguir dando casi una enseñanza para la vida, se había quedado sorprendido de aquel muchacho, tenía potencial en la sociedad y nadie lo estaba viendo por su forma de vestir. Maldita sociedad que había implantado etiquetas de ropas.
Cuando todo acabó y el debate fue un éxito teniendo a Nathan como controlador, Raphael se dedicó a finalizar el día sin antes darle una nueva actividad para el siguiente día.
—Chicos, para mañana quiero que traigan una vestimenta la cual ustedes nunca se verían usándola.
Los chicos lo miraron confundidos para después irse, entonces el saco su celular, lo prendió y miró quién estaba molestando en su hora de trabajo.
Llamada pérdida de Simón Lewis.
20:30.
Llamada pérdida de Simón Lewis.
20:32.
Llamada pérdida de Simón Lewis.
20:36.
"Que insoportable eres."
Bloqueó el celular, y se encaminó a la casa, cuando estaba llegando a la casa el celular comenzó a sonar con el sonido de llamada que Magnus se había colocado para identificarse. A quejas sacó el celular de su bolsillo y atendió.
—No vengas a casa.
— ¿Qué?
No podía decirle eso, cuando estaba por llegar a casa y quería descansar, no podía hacerlo quedarse fuera cuando él estaba en con su acompañante.
— Tengo un electricista bien guapo aquí, no vengas, concéntrate en otra cosa Raphael— susurró Magnus.
Raphael dejó escapar un gruñido molesto.
—Está bien.
La llamada se cortó y una llamada nueva entró al celular.
Llamada entrante Simón Lewis.
Suspiró y atendió.
—Hola.
— Hola guapo— saludo Simón.
"Pobre de mí."
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