Uno.
Uno.
Mi nombre es Jake. Nunca fui muy bueno con las palabras, en realidad nunca fui muy bueno en nada, al menos en nada que fuese productivo… ¿Contaban los cubos de Rubik? Porque podía armarlos, tardaba al menos diez minutos en ello.
¿Leer? Podía decirse que era algo productivo, pero ¿y luego qué? Podía comerme un libro de cuatrocientas paginas en poco más de un día pero ¿Y después? Lo cambiaba por un cubo de Rubik. En eso consistía mi día, todos con la misma rutina; monótono, simple y reconfortante… al menos ciertos dias.
Creo que era algo hereditario, después de todo mis padres eran iguales, incluso las comidas del día estaban estrictamente clasificadas. Para el desayuno, lunes de panqueques, martes de empanadas, miércoles de cereal con pan y huevos… patético, lo sé, pero ¡hey! Los domingos era sorpresa y lo triste de eso era que eso hacía emocionante la vida de mis padres “Jake ¿Qué crees que comeremos hoy?” siempre intentaba adivinar aunque en realidad no me importaba en lo absoluto.
Gris, así definía mi vida porque la verdad no había nada emocionante en ella, al menos casi todo era gris. Solo había un color que por momentos salpicaba lo invariante de mi existencia, el color tenia nombre.
Asia Dickens.
Desde otra perspectiva me parecería morboso el obsesionarse con una persona de tal forma pero se los juro; no había nada morboso en lo que sentía por Asia Dickens. Los únicos momentos de mi vida en los que era meramente feliz era cuando la veía sonreír en la cafetería, siempre jugando con la comida o haciendo alguna tontería que no les hacía gracia a sus amigas; a mí sí. O en la clase de geometría cuando se quedaba profundamente dormida y la baba caía en su oscura cabellera. O en los partidos, la forma graciosa y a la vez atractiva en la que tocaba la flauta en la banda. Para muchos Asia Dickens podía describirse como extrovertida, loca, fastidiosa e incluso rara ¿Para mí? Asia Dickens era un tesoro y no por ser valiosa o algo así, sino porque tenías que buscar, seguir un mapa, pistas para encontrarlo y yo lo había hecho, al menos en eso me enfocaba.
Tan solo su nombre era algo peculiar ¿Un continente junto a un apellido de un célebre escritor? Ella podía ser pariente del mismo Charles Dickens… El punto es que no hay muchas personas en el mundo como Asia pero sí muchas personas como yo; freaks. Al parecer a las personas ya no les parecen cool los cubos de Rubik ni las conversaciones profundas ¿Qué cosas no? Quizás nací en la época equivocada, en la época de las mentes vacías. Estoy maldito.
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Hola hola hola.
Bienvenidos a otra de mis historias. Esta vez será una historia corta que surgió... Inesperadamente.
Y como siempre ésta historia está dedicada a mi mayor apoyo, mi fan número uno eerk22 💙❤️
Espero que lo disfruten. Nos leemos en dos días.
Saludos y besos.
MaVaFb.
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