🍃NINE🍃
Fui a la dulcería del cine únicamente para comprar palomitas de maíz saladas mezcladas con palomitas de maíz dulces. JungKook no había probado esa combinación aún y tenía la completa seguridad de que sería una bomba para su paladar.
Costó mucho para que accediera, pero al fin lo convencí de ver una película conmigo. Sin embargo, lo haríamos en el bosque. Casi como si fuera un picnic, llevaba una mochila en mis espaldas que dentro guardaba un mantel, tappers con frutas y comida, mi tablet donde había descargado la película y refrescos. Lo único que faltaban eran las palomitas y al fin las tenía en mis manos.
Mientras iba por la calle, la tentación me ganó e inicié a comer alguna que otra palomita de maíz. Mis audífonos inalámbricos reproducían la canción 'Inside Out' de Winona Oak. Iba muy sumergido en mi mundo cuando sentí una mano en mi hombro. Me sobresalté un poco. Me quité uno de los auriculares mientras me giraba para ver quién me había dado tal susto.
—TaeHyung —dije, sorprendido.
—Hola, SeokJin —sonrió de forma afable—. ¿Estás ocupado?
—Sí, tengo planes.
Me di la vuelta sin decir nada más y volví a caminar. Estaba por ponerme de nuevo el auricular cuando TaeHyung se colocó frente a mí.
—De acuerdo, creo que lo he captado —me dijo—. Es obvio que no te gusto.
—Genial. Ahora, si me disculpas...
—Aguarda —me tomó del brazo para evitar que me fuera.
Suspiré cansado. TaeHyung había sido un poco insistente desde la última vez que nos vimos. Me escribía constantemente incluso cuando yo no le respondía, y habían pasado cinco días de eso. ¿Acaso no se rendía?
—¿Qué quieres? —solté desganado. No quería ser amable con él, quería que tuviera en claro de una vez por todas que no me interesaba, sin dar ningún tipo de esperanza—. Si ya sabes que no me gustas, ¿por qué me sigues hablando?
—Porque el hecho de que no te guste no significa que no podamos ser amigos, ¿o sí? ¿Te incomodaría?
—Un poco, sí —solté con honestidad—. Escucha, podemos hablarlo luego, ahora estoy ocupado.
Me alejé de él sin esperar a que me respondiera. Por suerte, esta vez no intentó detenerme, volví a sumergirme en mi mundo mientras caminaba hacia el bosque.
El día estaba muy despejado y soleado, por suerte los árboles brindaban mucha sombra y le otorgaban frescura al lugar.
JungKook, como siempre, me recibía con una de sus hermosas sonrisas, de esas que me aceleraban el corazón.
—¿Qué tanto traes ahí? —preguntó, con sus ojos curiosos puestos en mi mochila.
—Oh, pues aquí traigo todo lo que necesitamos —le entregué el cubo de palomitas que traía en mis manos. Bajé mi mochila y rápidamente me puse manos a la obra para armar el picnic.
—¿Necesitas ayuda?
—Está bien —negué—. No es la gran cosa.
Después de extender el mantel, inicié a destapar los tappers; uno tenía una rebanada de pastel de chocolate, otro tenía kimbap, otro tteokbokki, otro japchae, otro mandu, otro sopa de algas y el último tenía frutas picadas. Luego saqué mi tablet y la acomodé en medio del lugar. Volteé a ver a JungKook y los ojos de este parecían billar a causa de toda la comida que había para probar. Lucía tan tierno, que me picaba la boca por morderle las mejillas. Sin embargo, decidí controlarme... Bueno, no del todo.
—Ven, siéntate —lo animé mientras me acomodaba con la espalda apoyada en el tronco de un árbol. JungKook iba a sentarse al lado mío, pero decidí intervenir de inmediato—. Creo que mirarías mejor la pantalla si estuvieras junto a mí.
—Lo hago, me sentaré junto a ti —ladeó la cabeza, confundido.
—Así, no. Aquí —abrí las piernas y palmeé el suelo del espacio libre que había entre ellas—. Siéntate en medio.
Pude notar cómo las mejillas de JungKook se coloraban y desviaba la mirada por un instante. ¿Estaba avergonzado o incomodado? Quizá me estaba pasando de la raya un poco, así que preferí retractarme.
—Tampoco tienes que hace...
Mis palabras se fueron con el viento cuando el lindo chico del bosque inició a acomodarse entre mis piernas, dándome la espalda. Parecía tenso, y yo también lo estaba. Ninguno de los dos dijo algo por unos segundos, en los que contemplé cómo la pequeña gardenia en el cabello de JungKook iniciaba a florecer.
Y eso solo hacía que mis ilusiones aumentaran.
—¿Q-quieres recostarte? —pregunté.
—¿Está bien? —preguntó con cierta timidez. Giró el rostro, lo que me dio la oportunidad de ver su hermoso perfil.
—Sí —dije en voz baja. Lo tomé de los hombros y lo guié hacia atrás, apoyando su espalda en mi pecho. Su cabeza quedó recostada sobre mi hombro, su cabello me hacía un poco de cosquillas en el cuello, pero me gustaba la sensación. Mi corazón latía a mil por segundo ante la cercanía, y a pesar de que me gustaba, solo esperaba que JungKook no pudiera sentirlo también.
La película ya estaba iniciando. Ninguno de los dos volvió a hablar mientras esta se reproducía, nos limitamos a solo comer las palomitas y luego todo lo demás. El filme era de género comedia romántica, pensé que esa había sido la mejor opción si era la primera vez de JungKook viendo una película como tal.
No me había equivocado afortunadamente. Parecía estar muy entretenido en la trama, hasta que en ese punto crucial, la pareja se daba su primer beso.
Yo desvié la mirada por unos segundos. Ya había visto eso miles de veces, pero por alguna razón, ver una pareja besándose mientras estaba con JungKook, me avergonzaba un poco.
JungKook... ¿qué pensaría de eso? La curiosidad me carcomía, así que bajé la mirada hacia él.
El chico se había quedado totalmente estático. Sus ojos grandes no dejaban de ver la escena y había un brillo muy peculiar en ellos. Sus cejas estaban un poco alzadas y su boca ligeramente abierta. Parecía hipnotizado ante la pareja y lo que estaban haciendo. Sus mejillas también estaban sonrojadas y sus orejas rojas a más no poder.
El chico alzó la mirada hacia mí, pero cuando se dio cuenta de que yo lo estaba viendo, rápidamente regresó la vista hacia la tablet.
Me pareció de lo más adorable, pero al mismo tiempo me confundía un poco. ¿Qué estaría pasando por esa cabeza?
Mi subconsciente me decía que no fuera tan idiota e iniciara a atar cabos con lo de las gardenias, los sonrojos de JungKook y el hecho de que volteara a verme después de ver una pareja besándose. Pero aún no estaba del todo seguro con dar ese enorme paso.
—Jin... —me llamó él de repente, sacándome de mis pensamientos.
—¿Sí? —él no volteó a verme en ningún momento, ahora tenía la mirada gacha.
—Creo que deberías irte.
—¿Eh? —solté, realmente sorprendido—. ¿Por qué?
JungKook se levantó sin decirme nada más, yo hice lo mismo para poder estar cara a cara con él. JungKook nunca me había dicho que me fuera, bueno, no después de la noche en que nos conocimos. A veces me llamaba la atención porque era tarde y debía regresar a casa, pero lo hacía por cariño y preocupación, ahora notaba algo distinto a eso.
—¿Por qué quieres que me vaya? ¿Hice algo malo?
—No...
—¿Entonces?
JungKook no me dirigía la mirada en ningún momento, sin embargo, volteaba a ver hacia varios lugares, como si hubiera un remolino de pensamientos en su cabeza.
—Creo que fue mala idea mostrarme ante ti.
—¿Qué? ¿Por qué? —esta vez mi corazón se aceleraba ante la preocupación y el dolor que me provocó escuchar esas palabras—. JungKook, no entiendo. Por qu-
—Lo siento.
Y antes de que pudiera decir algo más, él solo... desapareció.
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