Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Epílogo

Un último deseo

Tres años después...

-Y bueno... -suspiro-, es así como termina nuestra «historia de amor». Suena muy cursi para algo que diría yo.


-¡Oye! ¿Por qué lo dices así? No seas cruel -James estrechó sus ojos-. Además, ahí no termina.

-¿Ah, no?

-No, es decir, esa es tú versión, no la mía. Y esa es muuuuy diferente.

-A ver si un día de estos cuentas la tuya.

-Pronto lo haré, bonita -el brazo que rodeaba mis hombros me acercó a mi rostro para dejar un casto beso sobre mis labios-. Pero para aclarar, no hay nada de stalk, spam o acoso de mi parte. Bueno, no voluntario.

-Ajá.

James suelta un par de carcajadas mientras se retuerce en el suelo sosteniendo su barriga, pero se calla apenas lo golpeo fuertemente en el brazo.

Aww, está muy bien entrenado.

¡Lo sé! Me he esforzado.

La universidad te ha servido de algo.

Soy estudiante de veterinaria, estoy en constante comunicación con los animales, en alguien tenía que practicar.

Entonces, tu novio es tu animal.

Tampoco así, pero sí.

Yo creía que ahora nos llevaríamos mejor, pero sigues siendo igual de tonta.

Tonta tú.

Ajá, claro.

James se coloca de pie y me ofrece su mano para que le acompañe, pero en cambio una mueca de confusión toma lugar en mi rostro.

-Pensé que rodaríamos desde el cartel colina abajo hasta caer en el campo.

-Sep, cambio de planes. Mejor vamos a correr hasta allá.

-Arg, eres un idiota -murmuré colocándome de pie.

-Tú idiota.

-Mi idiota cursi, entonces.

-Me amas bonita, así me amas -rodé los ojos y tomé su mano-. ¿Estás lista?

-Hagámoslo, es ahora o nunca. A la cuenta de tres... Dos... ¡AAAHHH! ¡CORRE! -salí corriendo intentando frenar para no irme de bruces contra el suelo, pero apenas y podía bajar levemente la velocidad.

-¡Oye! ¡Era hasta uno! -me encogí de hombros y giré viéndolo bajar de la colina, mientras yo le esperaba en el campo de dientes de león.

-Upsi -ambos reinos y él corrió a tomarme por la cintura para luego alzarme al aire-. ¡Wujuuu!

Después de dar las suficientes vueltas (vueltas que esta vez James sí resistió) me bajó de nuevo, quedando frente a frente. James tomó un mechón que se había escapado de mi coleta mal atada y lo colocó detrás de mi oreja, mientras me regalaba una de las sonrisas que tanto me gustaban, logrando que la correspondiera al instante.

-Soy muy afortunado por tenerte conmigo -negué

-Aquí lo único importante es que te encontré, Jamón.

-Claro, pero yo te había encontrado primero, bonita.

No lo negaría, su comentario sí me había dejado algo atontada, porque a pesar de saber un poco de su versión, no sabía exactamente cómo había llegado a su vida, tampoco en qué punto. Sin embargo, James se encargó de borrar esa expresión en mi rostro apenas se aproximó a besarme.

Dulce y tiernamente, un beso lento y apasionado, mientras el viento soplaba y los tallos de los dientes de león nos acariciaban. Probablemente aquél lugar sería uno de los grandes testigos de el amor que sentíamos el uno por el otro.

Claro, porque el primer testigo es Eva.

Nunca tan de acuerdo contigo.

James finalizó nuestro beso, pero al abrir mis ojos en vez de encontrar sus ojos celestes, solo encontré oscuridad en los míos, James se había encargado de cubrirlos con su mano.

-Espera... muy bien -quitó la mano que cubría mis ojos y frente a mí estaba James con un diente de león en su mano-. Ahora sí, pide un deseo.

Pensé en todo lo que era mi vida desde aquella vez que había pedido un último deseo. Al fin y al cabo, el universo se había apiadado de mí y me había dado todo lo que anhelaba.

Mi familia estaba bien, mis amigos estaban bien, mi mascota estaba bien, mis estudios estaban bien, mi pareja estaba bien. Tenía todo lo que quería o necesitaba. ¿Qué más podría pedirle a la vida?

-No tengo nada qué desear -me encogí de hombros y vi a sus ojos-. Tengo todo lo que quiero y necesito, Jamón.

-Me alegra que así sea, porque lo mereces, bonita -sonrió-. Yo en cambio, sí tengo un deseo -arqueé una de mis cejas con curiosidad y él levanto el tallo frente a sus ojos-. Deseo que te cases conmigo.

Y sopló dejándome helada por la sorpresa de las palabras que habían salido de su boca. Y a pesar de mi expresión un tanto... desanimada, no quitó la sonrisa de sus labios.

-Espero que se cumpla.

-Pues... si haz pedido un deseo al diente de león y luego lo haz soplado, supongo que no me queda otra opción que cumplir ese deseo, Jamón. Después de todo, tú te haz encargado de cumplir los míos.

James ensanchó su sonrisa, luego me abrazó y dejó multiples y cortos besos por toda mi cara, mientras murmuraba un millón de gracias.

-Bueno, como haz aceptado... Mira detrás de ti, bonita.

Todo se veía normal a simple vista, pero había un tallo más grande y mucho más bonito que el resto. Me acerqué y noté que una pequeña piedra brillaba en él y para cuando estuve aún más cerca supe lo que era.

Un anillo de compromiso.

Sonreí y lo saqué del tallo, giré y ahí estaba James con su típica sonrisa. Sostuve el anillo entre nuestros rostros y él lo tomó en sus dedos para finalmente encajarlo en mi dedo anular.

Dejó un corto beso en mis labios y ambos giramos viendo como el sol comenzaba a ocultarse, dándole paso a la luna entre las nubes.

Suspiré y dejé mi cabeza caer en su hombro, James por su parte tomó mi mano y la entrelazó con la suya.

-Te amo, bonita -dijo James, mirándome a los ojos.

No supe qué decir, siquiera como reaccionar. Quizás esperaba que dejara de ser estúpida con el paso de los años. No eso no pasaría.

Él sonrió.

-No tienes que decir nada.

-¿No? -lo observé ceñuda y él negó-. Yo, lo siento, es que...

-Shhh -puso su dedo sobre mis labios-. No hace falta que digas un «Te amo» a diario me demuestras que lo haces, bonita.

-Sí, pero tú lo haz dicho y yo...

-Yo elijo decirlo y tú demostrarlo, así funciona y eso no quiere decir que no sepa que me ames -sonrió-. No hace falta que me lo digas, sé que lo haces y a tu tiempo, lo dirás.

Lo abracé, lo abracé muy fuerte, sin ganas de soltarle, porque era perfectamente real. Ya no estaba sacado de mis sueños, ahí estaba él y siempre estaría.

-Quinny Tucker, siempre serás la chica del suéter rosa.

-Y tú, James Martin, siempre serás El Chico de mis Sueños

Fin.

***

¿Se vale llorar? Díganme que sí, porfa. Dios, estoy muy feliz de finalmente culminar la historia de Quinny, después de tanto y de todo, se ha logrado.

Ahora, ando muy sentimental y emocionada, por ello, les dejaré los agradecimientos para mañana, por ahora disfruten.

Mañana, nuevos anuncios, se vienen cositas.👀

Los amo mucho, besos en el rabo<333.

~Jai.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro