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Capítulo XXI

Quinny, me gustas

-¡QUINNY! -Perry me atrapó con sus brazos, logrando llamar la atención de todos a nuestro alrededor.

-Perry, suéltame -gruñí entre dientes-. Sabes que no me gusta el contacto físico.

-¡Lo siento, lo siento! Es que me alegra verte.

-¡Oh, ternurita! -Eva le sonrió a mi lado, ganándose una mala mirada de mi parte-. ¿Qué? Tienes que admitir que es tierno.

-Sí, lo soy, pero Quinny solo tiene una amistad que brindarme y lo acepto.

Perry era rubio, con unas mejillas regordetas y coloradas, la verdad era muy tierno y quizás por eso no me gustaba. Eso y porque era demasiado empalagoso, sin embargo, era muy linda persona y por ello era mi amigo.

-¿Y tú novia, Perry? -le preguntó Eva, señalando a Amanda con un asentimiento.

-Ah, Amie...

-Amanda -interrumpí.

-Yo le digo Amie -me limité a rodar los ojos-. Ella no es mi novia, bueno... lo era o quizás solo hice eso para llamar la atención de Quinny ese día.

-¡Aww! En serio, es una ternurita -chilló Evolet mientras me codeaba.

-Gracias... pero ese no es el punto, Quinn -giré mi rostro, prestándole atención-. El punto es que ella te odia, en serio, te detesta. Dijo que tú le habías arrebatado su felicidad y que se encargaría de acabar con la tuya.

-Amo a este chico, definitivamente. Eres muy útil, Perry -Eva desordenó el cabello del rubio.

-Sí, bueno. Hoy tendrá muy difícil acabar con mi felicidad -sonreí-. Gracias, Perry.

-No es nada, iré a darme una vuelta por ahí -y se perdió entre la multitud que rodeaba la gran piscina.

Quería lanzarme por la plancha, pero si quería hacerlo debía pasar al lado de James, Amanda y Nessa. Di una vuelta para cambiar la ruta y rodear toda la piscina evitando pasar cerca de ellos.

-Alto ahí. ¿A dónde crees que vas? -Eva me detuvo por los hombros-. Vas a cruzar a su lado como la perra diosa que eres, no tienes porqué bajar la cabeza ante nadie. Mucho menos por aquel grupo de idiotas.

-Evie tiene razón -una voz gruesa habló a mi espalda, era Jacob-. Vamos, Q. Puedes hacerlo.

-Sí, pero... -vacilé y Jacob no tuvo mejor opción que cargarme como un saco de papas mientras yo pataleaba sobre su hombro.

Podía sentir la mirada de muchos sobre nosotros y sin siquiera notar cuando pasamos al lado de James, ya estaba bajándome junto a la escalera de la plancha.

Jacob me miró alentándome a subirme en la plancha, cuando lo hice eché un vistazo a Eva, que alzó ambos pulgares, dándome ánimos para continuar y así lo hice. La sensación que me abarcó fue la misma de antes: libertad y paz.

Sonreí, di unos pequeños saltos en la tabla, para luego elevarme y caer al agua en un perfecto clavado. Todavía tenía el toque.

Nadé durante unos minutos bajo el agua, viendo y sintiéndome como antes, como la Quinny de antes. Intenté recordar algunos tipos de nado y el primero que se me vino a la cabeza, fue el de mariposa y fue el que usé.

Me sumergí hasta el fondo de la profunda piscina y tomé impulso, para salir expendida hacía afuera, logrando dar una voltereta y caer nuevamente de cabeza en forma de espiral.

Dios, no se cómo me había permitido dejar esto.

Salí nuevamente a la superficie y lo primero que escuché fueron una gran cantidad de aplausos. Busqué a Eva y la encontré con el rostro lleno de orgullo y los ojos cristalizados, a su lado estaba Jacob que silbaba y aplaudía, vitoreándome. Involuntariamente mis ojos se desviaron a un lugar y vi a James sonriendo mientras aplaudía.

Pero su sonrisa se borró apenas notó que lo veía, decidí ignorarlo y nade hasta las escalerillas para salir de la piscina. Cuando por fin estuve afuera, Eva me recibió en sus brazos, reafirmando lo orgullosa que estaba de mí y todo lo que había logrado.

Jacob también me abrazó y seguido de eso Eva se unió lanzándonos a todos en el agua. Reíamos y disfrutábamos, pero sentía unos ojos perforándome la nuca.

-Creo que saldré un rato -avisé a Evolet y apenas salí me encaminé a la barra.

Pasé al lado de Amanda sin siquiera dirigirle la mirada y mucho menos lo hice cuando tuve que pasar al lado de James, seguido de Nessa, la novia pelinegra del castaño.

-Una botella de agua, por favor -pedí a la dependienta.

-¿Por qué no me extraña? Quinny siempre tan básica -giré mi rostro en dirección de Amanda después del comentario que había soltado.

-Y tú tan dolida como siempre por no poder imitarme ¿No es así? -tomé la botella de agua luego de agradecer, estaba dispuesta a marcharme de ahí, pero Amanda se interpuso en mi camino.

-¿Crees que quiero imitarte? -se cruzó de brazos mientras movía la cabeza.

A mí parecer, muy exageradamente, parecía uno de esos perritos para los autos que revolvían su cabeza con cada salto.

Sí, es chistosa.

-Pues... es lo que haces desde hace mucho tiempo -encogí mis hombros. Veía de reojo a James y Nessa observando la escena-. Pero, la gran diferencia entre nosotras -nos señalé-, es que yo sí soy real y tú, tú no eres nada más que una mentira.

-¿Yo? ¿Una mentira? ¡Oh, por favor! Tú finges con todos. Finges ser la hija perfecta, la hermana perfecta, la estudiante perfecta, la amiga perfecta, la adolescente perfecta y no, no lo eres Quinny -tocó mi pecho con uno de sus dedos y estaba reprimiendo mi instinto violento de darle una patada en el culo.

-No soy perfecta, estoy lejos de serlo. Y de corazón, Amanda, no intentes ser alguien como yo y espero que nunca pases por toda la mierda que yo pasé. Cuídate -la rodeé pero mis pasos se detuvieron en seco después de sus palabras.

-¿Por qué? ¿Tengo que tenerte lástima solo porque a ti te violaron y a mí no? -un silencio ensordecedor inundó el lugar y sentí mi mundo en cámara lenta. Sin embargo, no bajé la cabeza, giré y volví a su lugar.

-¿Qué? Dime, ¿Qué te he hecho? ¿Por qué me odias tanto, Amanda?

-Eres una cínica tan solo por preguntarlo...

-No lo sé, quiero que me lo digas.

-¿Te parece poco? Tienes todo lo que yo quiero y cuando tengo algo, siempre tienes que aparecer tú para arruinarlo. Me quitaste a Alec, a Perry, a Jacob, a Evolet, me quitaste mi vida aquí y ahora también quieres quitarme a James.

Espera... ¿Qué yo qué? Y... ¿Qué ella qué? ¿James? ¡¿Qué?!

Yo estoy impactada por Perry, la verdad. Es decir, ¿Cuándo se lo quitamos? Que se lo quede si quiere.

-¿Cómo qué a James? -Nessa apareció detrás de Amanda y pude observar como James mantenía una expresión de confusión en su rostro-. Amanda ¿Te gusta James?

-Claro ¡Sorpresa, Nessa! -exclamó com sarcasmo y agitó sus manos a sus costados.

-¿Por qué no me lo dijiste? Pensé que éramos amigas -reprimí una carcajada, llamando la atención de todo el mundo.

-Lo siento, sólo me da risa que pienses en Amanda como una amiga, es decir, después de lo que me hizo a mí -sin poder contenerlo, dejé escapar varias risas.

-¿Cómo que a ti también te gusta? -esta vez preguntó la pelinegra en mi dirección.

-¡Oh no, chica! Ella es tu amiga, yo no. Yo no tengo importancia en tu problema, ella fue la que te traicionó -intenté excusarme.

-¿Me quieres tomar por idiota?

-De hecho, ella ya lo hizo -señalé a Amanda.

-Tú ni siquiera eres novia de James, Nessa ¡Por Dios! -se defendió Amanda.

¿Qué ella no era... Qué?

Oh, joder, cada vez se pone mejor.

-¿Saben qué? Mejor me largo, es decir, mira los problemas en los que me meto solo por gustarme un idiota que... -noté que todos estaban viéndome. La comisura de los labios de James subió, regalándome una media sonrisa-. Vale, mejor me callo. Amanda, otro día discutimos, ustedes arreglen lo suyo.

Di media vuelta y mientras caminaba en sentido contrario, Evolet se acercaba rápidamente en mi dirección. Estiró uno de sus brazos por encima de mi hombro, atrapando algo en sus manos y cuando giré nuevamente, pude identificar la mano de Nessa.

-Te atreves a colocarle un solo dedo encima, Nessa, y las ganas que tengo de estamparte un puñetazo en la cara desde hace tanto tiempo, harán acto de presencia -Evolet, parecía fuera de sí misma, su mirada estaba llena de veneno y listo para ser soltado.

¿La amaba? Claro que la amaba.

Mientras sostenía la mirada retadora de Evolet, Nessa agitó su mano en mi dirección y dejó caer una botella de agua encima de mi.

-Vale, eso fue patético -fue lo primero que salió de mi boca-. Es decir, estaba mojada, no tiene sentido que me hayas mojado si estoy... ¡Oh, Dios! No.

Exclamé al ver que Evolet le clavaba un puñetazo en seco en la nariz a Nessa.

-¡Y ahora voy por ti, perra! -gritó Eva, señalándo a Amanda mientras se aproximaba a su lugar, solo que se vió detenida por un jalón de cabello de parte de Nessa.

Arde Troya.

Yo miraba todo el caos, que empezaba a desatarse, con estupefacción.

-¡Que se armen los pinches chingadazos! -escuché a Perry gritar a lo lejos.

Y todo un revuelo inundó el lugar, Nessa y Evolet en el suelo, muchas personas discutiendo, Amanda recriminándole a James, James mirando a Amanda como si no hablaran el mismo idioma y luego James acercándose a mí.

-Tienes que salir de aquí si quieres volver a entrar

-¿Cómo sabes qué...?

-Evolet me contó --tomó mi mano mientras alejaba a Amanda que no paraba de gritarnos cosas.

-¡Martin, suéltala! -escuché a Jacob gritando a lo lejos, mientras corría en nuestra dirección.

Sin embargo, Amanda me tenía lo suficientemente aturdida y no tuve de otra que arrojarla a la piscina con un empujón.

-¡Quinny! -chilló James a mi lado.

-¡Se lo merecía!

Luego vi como James caía al suelo y seguidamente al agua y detrás de él, yo. Nuestras manos se soltaron y no tuve otra opción que nadar entre muchos cuerpos, hasta finalmente salir a la superficie en el otro lado de la piscina.

Salí recibiendo una mano que al levantar mi rostro vi, era James. ¿Cómo podía nadar tan rápido? Corrimos hacía la puerta mientras resbalábamos constantemente. Apenas cruzamos la puerta, escuchamos un par de voces aproximándose por uno de los pasillos y James me empujó a dentro de un pequeño cuarto de herramientas que había a un costado de la puerta.

-Necesito una explicación -reclamé en un susurro, varias gotas de agua que escurrían de su cabello caían en mi pecho.

-Mira, yo trabajo aquí. Evolet lo sabe y me pidió que la ayudara a conseguirte una vacante y todo eso, hoy es mi día libre pero como sabía que vendrías, vine.

-Pero... ¿Por qué? ¿Todo lo que me dijiste?

-Lo sé Quinny, lo sé -descansó su frente en mi hombro luego de soltar un suspiro-. Dios, no te imaginas cuanto me arrepiento de eso.

-Quiero entenderte, Jamón, pero tú no me dejas hacerlo -sentí como sonreía contra mi clavícula.

-Aún me dices así -levantó su rostro-. Pensé que me odiabas, bonita.

-Sí, lo hago.

-¿Si? ¿Entonces quién es el idiota que te gusta del que hablabas? -cuestiona en un susurro acercándose a mi rostro.

No le daría el gusto de saber que era él, es decir, James estaba seguro que era él, pero recordé cuando dije que ahora era yo quién tenía las riendas de su juego.

-Mi novio, Jacob -fue lo primero que se me vino a la mente.

-¿Vásquec es tu novio? -asentí-. Ya veo... ¿Puedo preguntar algo?

-Ya lo estás haciendo, pero sí, puedes.

-Tu novio -asentí-, Jacob -asentí nuevamente-, ¿Te pone así de caliente cómo yo?

Una de sus manos se posó en mi cintura, mientras con su dedo pulgar trazaba círculos en dibujos. Estábamos mojados, (técnicamente, yo más que él) con poca ropa, peligrosamente cerca, solos en un pequeño cuarto y con nuestros cuerpos rozándose y podía jurar que él estaba mucho más caliente que yo.

-¿Por qué tan seguro de que, supuestamente tú, estoy caliente? -tenté con mis labios cerca de los suyos.

-Porque yo lo estoy, bonita.

Su aliento a alcohol y menta acariciaba mis labios, rocé nuestras narices y cuando me acerqué lo suficiente para besarle, observé como con los ojos cerrados ansiaba el toque de mis labios sobre los suyos. Al notar que yo no me acercaba decidió hacerlo él, pero giré mi rostro hacia un lado, evitando que besara mis labios.

ADVERTENCIA: Las siguientes escenas tienen contenido sexual (+18) leer con precaución y responsabilidad. Sino se siente capacitado para leerlo puede saltarselo, no es obligatorio. Disfruten.

-¿Pero...?

-Puedo ayudarte, pero no vas a besarme, James -mis dedos recorrieron su torso desnudo en un toque suave y lento.

-Quinny, yo... -se calló al sentir mis manos descender paseándose por su abdomen.

Me paré de puntillas acercando mi boca a su cuello para después besarlo, tragó grueso y yo sonreí sobre su piel, lo tenía en mis manos y justo como lo quería, débil.

Mordí su mentón logrando que se le escapara un gruñido de su garganta, a su vez, presionó su cuerpo contra el mío y fue ahí cuando noté que, verdaderamente, sí estaba caliente.

Aún no me decidía qué hacer. ¿Lo dejaba con las ganas nuevamente? ¿O lo consentía? Se me ocurrió una mejor, lo torturaría. Pero tenía un pequeño gran problema, nunca había hecho lo que estaba a punto de hacer.

Dirigí mi atención nuevamente al cuello de James, chupándolo mientras bajaba a su pecho y volvía a subir. Lo tomé por la nuca y jalé de los pequeños mechones de su cabello, adentré mi mano libre en su pantaloneta y tomé su polla entre mi mano.

James lucía extasiado, su cabeza permanecía hacía atrás, mientras respiraba agitadamente, sus brazos estaban tensos y su ojos cerrados. Como pude acerqué mi boca a su oído y susurré.

-Muéstrame -James me miró con el azul de sus ojos aún más oscuro que nunca.

-¿Eh...? -fue lo único que logró articular.

-Muéstrame cómo quieres que lo haga -volví a susurrar en su oído, para seguidamente dejar un pequeño mordisco en el lóbulo de su oreja.

Los ojos de James perforaron en lo más profundo de mí y me debilité, su mirada hacía que me sintiera como alguien transparente, como si pudiera ver a través de mí.

Colocó su mano sobre la mía y comenzó a moverla de manera lenta, de un extremo a otro, escapándose varios jadeos como respuesta. Quitó su mano luego de marcar un ritmo, el cual me enfoqué en seguir.

Su boca se abría ligeramente dejando escapar varios jadeos sonoros y yo sólo pensaba en que tenía que callarse o no descubrirían, relamió sus labios resecos y sin poder aguantarlo más, lo atraje a mí y estampé mis labios con los suyos.

Moviéndose a la perfección, nuestros labios se saboreaban y nuestras lenguas danzando juntas. El vaivén de sus caderas sincronizándose con los movimientos de mi mano, que poco a poco iban aumentando.

El beso era demandante, sentía como si... como si estuviera reclamándome suya, aunque por las sensaciones del momento cualquiera lo haría. Mis pezones erectos por encima de la tela rozaban con su pecho mientras yo lo fundía en placer.

Sus jadeos se volvieron aún más intensos, alertándome que pronto llegaría a su derrame y aumente un poco más la rapidez de mis movimientos mientras volvía a besarle en un intento de callar alguno de los pocos gemidos que se escapaban.

Sus brazos y sus pectorales se tensaron, hizo un poco más de presión contra mi cuerpo y una de sus manos se posó en mi nuca profundizando agresivamente aún más el beso para luego terminar su derrame en mi mano.

Finalmente paseé uno de mis dedos por la punta de su polla, ganándome un suspiro de su parte mientras intentaba normalizar su respiración. Regresé mi mano dentro de su pantaloneta, acabando con la escena y cuando estaba lista para irme, su cabeza cayó sobre uno de mis hombros, él respiraba pesadamente.

-¿James? ¿Estás bi...?

-Me gustas, Quinny. Joder, me gustas demasiado -dijo con su voz ronca.

-¿Yo? No... no entiendo -mi mueca de confusión era notable. No podía pensar con normalidad, no después de lo que había pasado.

-Me gustas, Quinny. Desde hace mucho tiempo, me gustas y te quiero, y Nessa no es mi novia. No tengo novia -adoptó su postura normal y sus ojos no paraban de escanearme en busca de una reacción.

-Si me quieres... ¿Por qué me pediste que me largara ese día? -noté como su mandíbula se tensaba y giró el rostro, viendo a cualquier lugar que no fuera donde estaba yo.

-Eso... lo siento, no puedo decírtelo, no aún, pero...

-¿No confías en mi?

-No, bonita, no es eso -tomo mi rostro entre sus manos-. Solo dame un tiempo y te prometo que te lo diré, solo que aún no puedo.

-¿No puedes? -negó con la cabeza viendo al suelo- Pero sí puedes seguir hiriendome, quiero entenderte, James, pero tú no quieres que lo haga.

Lo aparté de mi camino y salí de aquel cuarto, caminé fuera del centro, sabía que ya habían sacado a todos fuera de allí. Al llegar afuera, lo primero que vieron mis ojos fue a Eva con algunos rasguños y el cabello desordenado.

Corrí a su lugar y ella no dudó en abrir sus brazos para recibirme, no estaba triste pero sí decepcionada, y, más que nada, cabreada. ¿Qué era lo que escondía James Martin? ¿Qué era lo que me ocultaba? ¿Y por qué no podía saberlo? ¿Qué le impedía estar conmigo?

-¡¿Quinny, dónde rayos estabas?! -gritó Jacob apareciendo a nuestro lado, me movía por uno de mis hombros.

-Yo... yo estaba... -intenté decir.

-Déjala, ya está aquí -interrumpió Eva.

-¡¿Y eso qué mierda importa?! ¡¿Dónde rayos estabas metida?! -Jacob solo gritaba llamando la atención de todas las personas a nuestro alrededor.

-Jacob, no tengo porqué darte explicaciones.

-No quieres decirme porque estabas con la basura de James, ¿no? -rió amargamente-. ¡Claro que estabas con él! ¿Crees que no vi cuándo saliste con él? ¿Crees que no me doy cuenta de cómo lo miras? ¿Crees que no me doy cuenta de lo que pasa entre ustedes?

-Jacob, cierra la boca -dijo Eva en un regaño.

-Eso no tiene porqué importarte, son mis decisiones y mi vida...

-¡Pero me importan! Maldita sea, me importan porque te quiero. Me gustas, Quinny, ¿Es tan difícil de que te des cuenta?

-Yo...

-Olvídalo, jodete.

Jacob se largó del lugar en su auto y no nos quedó de otra a Eva y a mí que llamar a Quincy para que viniera por nosotras. En el camino, Eva me informó que podría volver al sitio ya que todos se habían salvado de alguna que otra demanda por no tener pruebas, al parecer, las cámaras dejaron de grabar durante todo ese rato y hasta el momento en que nos fuimos, seguían sin funcionar.

Aún no sabía en qué pensar, si en James o Jacob, en lo que ambos sentían por mí y en lo que yo sentía por ambos. Jacob, él era mi amigo y no podía ofrecerle nada más que mi amistad he incluso si no me gustara James, tampoco le daría la oportunidad, no después de todo lo que había pasado entre nosotros.

Y James, ese era otro caso, me tenía la cabeza llena de preguntas, las bragas mojadas y no por la piscina, la barriga llena de mariposas, los sentimientos revueltos y el corazón tan lleno como roto al mismo tiempo.

***

Capítulo larguito, porque era necesario, había mucho que contar, que decir, que experimentar y bueno, espero les haya gustado.

Hablemos de todo lo que pasó, apuesto a que todos esperaban que solo fuera una confesión y fuera la de Jacob, pero me inspiré y dejé la de James también. Entonces chico Martin, tienes sentimientos por la chica Tucker, eh.

¿Qué creen que sea el secreto? ¿Qué les pareció la pelea? ¿Qué tal el salseo? ¿Por qué Jacob reaccionó así? ¿Las cámaras? ¿Confían en la promesa de James? ¿Amanda? ¿Nessa? ¿Perry?

Me esforcé mucho por este capítulo y espero les guste, no se olviden de votar y comentar. Siganme en mis redes como:

Nos vemos en el próximo capítulo, los amo, besos en el rabo<3

~Jai

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