Capítulo XX
Lágrimas de cocodrilo
Al llegar a casa, lo primero que hice
cuando bajé del auto fue correr en una sola dirección. Busqué en la sala, en la cocina y no aparecía en ningún lado, la necesitaba y no estaba.
—Está arriba —escuché la voz de Quincy a mis espaldas.
Subí las escaleras rápidamente mientras algunas lágrimas se escapaban de mis ojos. Intenté ser fuerte pero apenas mis ojos se cruzaron con los suyos, quedé hecha sollozos mientras corría a sus brazos.
Mamá me recibió, dejando de lado todo lo que estaba haciendo y yo me hice bolita a su costado sin dejar de sollozar. Ella me consoló, me abrazó, secó mis lágrimas y acarició mi cabeza intentando calmarme.
—Está bien, chiquita... está bien —susurraba mientras dejaba pequeños besos en mi frente.
—Mamá, me hicieron daño... —apenas susurré con la mirada perdida, pocas lágrimas rodaban por mis mejillas.
—¿Quieres hablar de eso? —acariciaba mi cabeza que descansaba en su regazo. Asentí—. Te escucho, chiquita.
Y así fue como Quira conoció mi historia de amor fallida, una historia que había sido peor que la de Alec porque lo que sentí con Alec no se comparaba en nada a lo que sentía por James.
Conocí lo que era el amor de la peor forma, supe lo que era un corazón roto gracias a él, descubrí sensaciones que nadie nunca había despertado en mí, quizás lo quise, no lo sé.
Pero si de algo estaba segura era que James era de esas personas que cuando llegan a tu vida hacen que quieras vivir de verdad, que te preguntes «¿Por qué no había hecho esto antes?» Es de esas personas por las que te atreves, por las que te arriesgas y en mi caso, yo me arriesgué a que rompiera mi corazón.
—Quinny ¿Crees que debería lla...? —intentó decir pero la detuve.
—No, mamá, así estoy bien —ella sonrió, asintiendo.
—¿Hay algo que pueda hacer por ti?
—No vas a rendirte, ¿cierto? —meneó la cabeza en respuesta—. Bien, pide una cita con Bee para mañana por la mañana y dame algo que congele mi corazón —extendí mis brazos en la cama de mamá.
—Te traeré un café frío y helado —le guiñé un ojo y ella sonrió.
—Mamá —la detuve—. Gracias... ya sabes, por aguantar mis mocos.
—Prefiero verte malhumorada y reacia, que empalagosa y llorona —le dirigí una mirada mortal—. Esa es la cara que me gusta.
Agregó antes de marcharse y cuando tenía pensado volver a llorar por mi corazón hecho trizas, mamá asomó su cabeza por la puerta.
—Y, por favor, chiquita, dime Quira —le respondí con una sonrisa y así se marchó en busca del helado que volvería a congelar mi corazón, o al menos era lo que yo quería.
***
—Quinny, me alegra que hayas decidido tomarte lo de las citas mensuales más en serio —la señorita Blair descansaba en su sillón frente a mí sonriendo, pero al notar que no lo hacía, su rostro pasó a uno de preocupación—. ¿Estás bien, Quinny?
—No, no lo estoy —miré al suelo, reprimiendo las ganas de llorar que comenzaban a abarcarme—. Ha sucedido algo...
—¿Qué ha sucedido, Quinny?
—¿Recuerda el chico del que le hablé? —ella asintió con una sonrisa—. Pues, luego de comenzar a recuperar mi vida y volver a la Quinny de antes, decidí que debía darme otra oportunidad con los chicos. Y lo hice, cuando estuve en uno de mis lugares favoritos, haciendo las mismas cosas que solía hacer antes escribí... escribí un poema de amor, es decir, yo lo hice.
—Continúa —asintió, tomando un sorbo de la taza de café.
—Al principio me desconcertó, pero luego fui asimilándolo para finalmente llegar a la conclusión de que me gustaba... gusta. Luego lo vi por primera vez en un partido y una fiesta y pasaron muchas cosas con él.
—¿Te ilusionó? —negué.
—De hecho, me ilusioné yo misma.
—Comprendo, pero a lo que quieres llegar es...
—Es que ayer me dijo que no quería saber nada de mí y que tampoco me quería en su vida. Me pidió que me largara y así lo hice...
—Mira, Quinny, a veces las personas actuamos de manera hiriente como mecanismo de defensa, no lo estoy justificando, no. Pero, quizás, puede que este chico no se haya sentido cómodo o se sintiera presionado, también suele pasar cuando algo nos asusta, al igual que cuando algo te duele —miró al techo pensando—. Por ejemplo, tu padre le dice a tu mamá que es horrible, entonces ella le dice que él es muchísimo más horrible. Es una forma de contraatacar para no sentirse débil.
—Entiendo, pero... ¿Había necesidad de tratarme así?
—A eso voy, bien podría ser lo que te he dicho, o, claramente, que no está interesado en ti —sentía como los pedazos de mi corazón se quebraban más—. Sin embargo, ninguna de ellas justifica que te haya tratado de esa forma.
—Me duele —dije, tocando mi pecho.
Bee se levanto de su sillón y se acercó a mi lugar, agachándose a mi altura. Colocó una de sus manos en mi rodilla, dándole un suave apretón mientras que con su mano libre me tomó por el mentón, levantando mi rostro.
—Ese es el gran dilema cuando decidimos abrir nuestro corazón, mostrarle nuestras debilidades a una persona. Nos arriesgamos a enamorarnos, a amar... a sentir, Quinny.
—¿Y cómo sé que estaba enamorada? Todo pasó en tan poco tiempo...
—Todo pasó en tan poco tiempo, sí. Pero el corazón no necesita tiempo, solo necesita sentir y tú lo haz hecho, Quinny —por mis mejillas rodaron gruesas lágrimas de cocodrilo, Bee sin problema alguno, limpió cada una de ellas con sus manos—. Respondiendo a tu pregunta, sabes que te enamoraste porque ahora que no está, tienes un vacío. Este es el dolor de un corazón roto.
Con James había sido fácil encajar, sentirme cómoda y segura. Algo que no había pasado el resto del tiempo con los chicos que se me acercaban.
Repasé todo lo que había logrado, recordé la promesa que le había hecho a Pat y a Bee también, y no, no dejaría que un mal de amor acabara conmigo, no dejaría que James afectara de esa manera en mi vida.
—Bee, ya sé que haré hoy —sonreí.
***
Luego de hablar un rato más con Bee de todo mi progreso, los planes y metas que me había propuesto, salí del consultorio sintiéndome renovada, como alguien nuevo, y la sorpresa en el rostro de Eva fue clara al verme salir tan radiante después de estar decaída.
—Vale, tendré que pedirme citas con tu psicóloga, es decir, hace magia —sonreí y ambas salimos del lugar.
Caminábamos por las calles mientras me debatía como contarle a Eva de mi plan, es decir, necesitaría su ayuda. No sería algo fácil y no podría hacerlo sola.
—Muy bien, dilo ya —dijo mientras revisaba su móvil.
—Iré a la piscina —el móvil de Eva salió disparado de sus manos, en dirección hacia el cielo. Torpemente intentó tomarlo de nuevo, parecía una foca aplaudiendo, hasta que, milagrosamente, cayó en medio de sus pechos.
—Idiota, no sueltes esas noticias así —pidió mientras besaba su móvil por novena vez.
—Pensé que te alegrarías —me encogí de hombros.
—Es obvio que me alegro, pero... ¡Espera! —estrechó los ojos en mi dirección—. ¿Qué tengo qué ver yo en todo esto?
—En que... primero, vas a acompañarme, y segundo, buscarás una piscina, a la que pueda comenzar a asistir y si es posible, retomar el entrenamiento de nado. Quiero aprovechar mi vida, recuperarla ¿Y que mejor momento, ahora que tendré mini vacaciones antes de la graduación?
—Me parece bien, pero yo no conozco ninguna pisci... ¡Oh! Sí conozco una y es perfecta —una sonrisa se asomó en sus labios.
—Eva ¿Qué estás tramando? —ella negó mientras se excusaba para hacer un par de llamadas.
Mientras esperaba que mi mejor amiga regresara, tomé asiento en una de las mesas de un café que había a pocos pasos. Esperando mi pedido, le eché un vistazo a mi alrededor, todo estaba como de costumbre, personas ajetreadas caminando, otras en sus móviles y algunas otras trabajando.
Lo suficientemente ocupadas como para detenerse a observar el mundo a su alrededor. Quizás por eso, cada vez que salía, me tomaba ciertos segundos para dedicarme a observar las nubes, las hojas volando, percibir el olor a café recien hecho, sentir el viento golpear mi rostro o simplemente llenar mis pulmones de oxígeno.
Era una sensación que se sentía agradable, incluso me sentí así mientras observaba el mismo póster que se repetía en varias calles de la ciudad y que ya había visto anteriormente. Era una banda de Boston llamada J.5, la banda del momento elogiada por sus canciones inspiradoras. Admiraba su nombre, si yo tuviera una banda, muy probablemente se llamaría «Las chicas super novedosas»
No preguntaré.
Sí, mejor no lo hagas.
Eva regresó tomando asiento frente a mí con una sonrisa en su rostro.
—¿Adivina quién es la mejor amiga que te consiguió la piscina de entrenamiento en tiempo récord?
—Diré que tú, principalmente porque eres la única mejor amiga que tengo.
—Así es, acabas de recordarme a la perra de Amanda, aún no me creo como me atreví a llamarla «amiga» —se cruzó de brazos en un resoplido.
—Sí, pero, mírale el lado bueno: se marchó a su universidad y ya no la veremos.
—Tienes razón, ninguna irá a esa universidad. ¡Estamos salvadas! Gracias, Dios —exclamó mirando al cielo.
—Y al universo —imité su acción.
Con Eva hablamos por un rato mientras arrasábamos con nuestros bocadillos. Me contó que uno de sus hermanos mayores había llegado de visita con un pequeño demonio y su esposa porque sus padres estarían de viaje los próximos días, entonces ellos cuidarían de ella.
Finalmente retomamos el camino a casa, Evolet iría a preparar sus cosas para acompañarme esa misma tarde a la piscina, mientras yo me dispondría a hacer lo mismo.
Al llegar a casa, hablé con mamá contándole como me había ido y lo que tendría planeado hacer esa tarde. Ella se alegró mucho por mí y, sin quitarme más tiempo, me dejó subir para comenzar a preparar mis cosas.
***
—¿Estás lista? —Evolet sonrió emocionada mientras apretaba mi mano.
—Lo estaré en el momento que dejes de apretar mi mano.
—Lo siento, es la emoción —negué con la cabeza y entramos.
Pasamos por recepción anotándonos, inscribiéndome y, sobre todo, cancelando la cuota de pago. La dependienta nos mostró los lugares de cambio y la puerta que daba a la piscina de entrenamiento, pero ese día comenzaría por nadar normalmente, ya luego seguiría con el nado y el entrenamiento.
Sabía que podía con ello, pero quería hacer las cosas de a poco, paso por paso.
Después de cambiarnos y dejar nuestras cosas en los respectivos casilleros que nos habían asignado, tomamos camino a la piscina general, que apenas cruzamos la puerta, pude observar lo abarrotada de personas que estaba, sobre todo adolescentes, como si... como si fuera una fiesta. Giré mi rostro en dirección de Evolet.
—¿Qué es esto? —estreché los ojos.
—No lo sé, pero no me gusta nada. Mira quién está allá —hizo una seña con sus ojos y apenas giré mi rostro en esa dirección, me arrepentí al instante.
Era Amanda, sentada en una especie de barra de cócteles frente a un chico y estaba más que claro que ese chico no era Alec, mucho menos Perry. Ella se acercaba peligrosamente a él, pero él se alejaba.
Amanda llevaba un bikini de color blanco, perfectamente a juego con su cabello cobrizo y el chico, que iba sin camisa, tenía una pantaloneta negra. Eva y yo, disimuladamente, cabe destacar, rodeamos la piscina para lograr ver mejor la escena y apenas pudimos tener un mejor ángulo, reconocí el collar que colgaba del cuello del chico. Era el símbolo de infinito y sabía perfectamente a quién le pertenecía.
A la persona que no quería ver y que de seguro, él tampoco quería verme. Y ahí estaba, el pecoso en frente de mis narices. Giré mi rostro en dirección de Evolet, que estaba más sorprendida que yo y sino lo estaba, pues lo fingía de maravilla.
Reprimí el impulso de acercarme al ver aparecer a la pelinegra, era Nessa, pero lo peor de todo no eran las personas que había encontrado allí, no. Lo peor fue cuando vi a Perry corriendo en mi dirección con ambos brazos extendidos mientras gritaba mi nombre.
Iba a abrazarme.
***
Quería hacer el capítulo de la piscina completo acá pero no me alcanzó, entonces lo dejaré para el siguiente.
Es que esto está buenísimo, yo les dije que iba a estar bueno. Hablemos, ¿qué creen que pase? Tenemos una Amanda rencorosa, un James hijo de... Una Nessa en la que nadie confía (ni siquiera yo) Una Evolet reprimiéndose para no acestarle un puño en la cara a Amanda, a un loco enamorado (Perry) y a una Quinny procesando toda la situación.
Sin nada más que agregar, espero les guste, nos vemos en el siguiente capítulo. No se olviden de de votar y comentar. Siganme en mis redes como:
Los amo mucho, se me cuidan. Besos en el rabo bien intensos, así como el próximo capítulo<3
~Jai.
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