Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo IX

Pensamientos que dolían.

Los días habían pasado y Jacob seguía desaparecido, le había enviado textos un par de veces y no los contestaba, aunque los leía. Al tercer día de no haberlos contestado le pregunté a Evie por él, me había dicho que estaba bien pero que últimamente estaba muy ocupado en el trabajo y cuando llegaba en las noches, solo quería dormir. No le tomé más importancia al asunto y lo dejé pasar.

Por lo menos no estaba enfadado conmigo.

Claro.

Por otro lado, el sueño con el desconocido cada vez daba más y más vueltas en mi cabeza, quería encontrarle sentido, una razón o quizás una pista. No lograba recordar su rostro, cerraba los ojos he intentaba recrearlo, pero veía imágenes borrosas en mi cabeza, lo único que lograba recordar perfectamente y distinguir, eran ése par de ojos celestes llenos de misterio y peligro.

«Esto se asocia con distintos aspectos de ti que no te gustan y que quieres cambiar. Es tu propio reflejo. Además, soñar con desconocidos que te ayudan también significa que estás frente a nuevos retos. No obstante, hay una lucha interna en ti para tomar una buena decisión»

Pero... ¿Y si...?

Coloqué en el buscador ”¿Qué significa soñar que besas a un desconocido?». No lo había besado, pero solo por curiosidad.

«Soñar que besas a un desconocido representa la aceptación de los aspectos que reprimes de ti mismo»

Era lo que decía mi sabio amigo Google sobre soñar con desconocidos, ellos creían que no tenía pinta de ser nada bueno y yo, creyendo que era el destino o el universo mostrándome el rostro de quién sería el amor de mi vida y el padre de mis hijos. Suspiré y luego reí.

Ni yo podía creerme eso.

Quizás sí, a tu vida le urge romance.

Tengo todo lo que quiero y necesito en mis libros.

Lamento decirte que los personajes literarios no salen del papel para follarte.

Podría morir virgen.

Está decidido, debo ser la conciencia de alguien más.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de una notificación en mi móvil. Era un mensaje de Eva, lo abrí, quizás era algo sobre Jaco...

Fue un gran día, que lástima que
Martin no haya ido a la Pool Party
de hace algunos días.

Hora: 07:02pm.

De seguro hubiera estado genial
                                    
Hora: 07:03pm.

¿De qué hablas? ¿Martin?
¿Quién es?

  Hora: 07:03pm.

¡Ups! Lo siento, chat equivocado :)

Hora: 07:03pm. 

Es el chico del que les había hablado a ti y a Amanda el otro día.

Hora: 07:03pm.   

Intenté recordar algo de lo que estaba diciéndome, pero nunca había escuchado hablar a Evolet de otro chico que no fuera Antoni, (su crush de Instagram) o quizás sí lo había hecho pero yo no le había prestado la suficiente atención. ¡Diablos! Me sentía la peor mejor amiga, no le había escuchado por estar sumergida en mis pensamientos.

Lo siento, no lo recuerdo.

Hora: 07:05pm.

Creo no haberte escuchado, pero
soy toda oídos. Cuéntame,
¿Te gusta, Martin?o_O

Hora: 07:05pm.

No pasa nada, igual no es nada importante. Para resumir...

Hora: 07:05pm.

Es un chico que estudia conmigo,
antes lo hacía pero se había
mudado y dejó de estudiar en mi
secundaria y ahora volvió.

Hora: 07:06pm.

Entonces, te gusta ahora ;)

Hora: 07:06pm.

¿Qué? Oh no, ¡Por Dios! No.

Hora: 07:06pm.

No te lo voy a negar. Sí es muy atractivo, pero hasta ahí, somos muy buenos amigos.

Hora: 07:07pm.

También es mujeriego y no lo sé,
no me interesa. Sigo enamorada
y le pertenezco a Antoni, a pesar de todo.

Hora: 07:07pm.

Uh, tiene pinta de ser todo un idiota.
Y si dices que es atractivo, ver
para creer, Eve, ver para creer.

Hora: 07:08pm.

Sobre Antoni, sí a pesar de que no se dé cuenta de como le ruegas y
pierdes tu dignidad constantemente ;)

Hora: 07:09pm.

Acabo de postear una foto con él, pásate a verla. Échale el ojo a él y me dices qué tal está y si no tengo razón.

Hora: 07:11pm.

No te preocupes, Quinn. Algún día
te veré perdiendo tu dignidad
las veces que sean necesarias por el chico que te traiga loquita.

Hora: 07:12pm.

Mañana la veré, tengo sueño.

Hora 07:12pm.

Yo jamás perdería la dignidad por
un chico. Lamento arruinar tú sueño,
pero ese día nunca va a llegar.

Hora: 07:13pm.

Ya veremos. Descansa :3

Hora: 07:13pm.

Y justo como le había dicho a Evolet, cerré los ojos y caí en un profundo sueño.

***
(ADVERTENCIA: Las siguientes escenas contienen lenguaje fuerte y escenas fuertes para ciertas edades y audiencia, por favor leer con precaución).

Iba saliendo de la biblioteca, había decidido quedarme un rato más, no me había percatado y eran casi las once de la noche. Cerré la biblioteca y guardé las llaves en mi mochila, levante los libros que había dejado en el suelo y los apoyé contra mi pecho.

Seguí mi camino por la oscura y solitaria calle, hacía mucho frío y el abrigo que llevaba encima no ayudaba mucho; del lado contrario de la calle había una luz que titilaba, se encendía y se apagaba.

La verdad, todo se veía espeluznante.

Pero no tenía miedo. Conocía a toda las personas de ése vecindario y sólo faltaba una calle para llegar a mi casa. Sin embargo, iba caminando rápido, no quería cruzarme ningún ladrón y mucho menos quería experimentar algo paranormal, pero...

Me detuve al ver un perro ladrando y corriendo, me congelé, iba a atacarme pero a pocos pasos de mí se detuvo. Me miraba con pesar, podía ver sus ojos cristalizados. Le eché un vistazo, no era un perro de raza y mucho menos de algún hogar, era un perro de la calle.

A pesar de estar sucio, me agaché a su lado y con precaución intenté tocarlo, no pareció molesto ni asustado, supuse que no me lastimaría. Acaricié su rostro y rasqué sus orejas para ganarme su confianza, el cariño pareció reconfortarlo, comenzó a menear su cola en respuesta.

Mientras acariciaba su pelaje oscuro sentí algo húmedo en mis dedos, volví a pasear mi mano por el mismo lugar pero ésta vez chilló al sentir mi mano.

—Shh, shh. Tranquilo, hombre. Déjame ver que tienes allí —lo tranquilicé.

Dejé los libros nuevamente en la fría acera, metí la mano en uno de mis bolsillos y saqué mi móvil, encendí la linterna he iluminé su cuerpo. Estaba herido, justo sobre sus costillas podía ver un corte largo y profundo, sangre emanaba de el en grandes cantidades, así que había sido reciente pero tenía muy mala pinta y por su estado podría infectarse fácilmente. Debía ayudarlo y cuanto antes.

Guardé mi móvil, tomé los libros y como pude los guardé en mi mochila, cargué el perro en mis brazos y seguí mi camino a casa. No me importaban sus condiciones, su olor o la sangre manchando mi ropa, ni siquiera todas las enfermedades que podía contraer o el regaño de mis padres. En ese momento lo único que me importaba era salvar su vida.

Lástima que el destino tuviera otros planes.

Mientras caminaba, pasé al frente de un callejón en el que se veían algunos contenedores de basura, tan sólo al cruzar la esquina llegaría a mi calle y al pasar cuatro casas, estaría en la mía. Tenía tiempo, podía salvarlo.

Pero al dar tres pasos luego del callejón, un pañuelo se apretó contra mis labios sacándome un grito desgarrador. Luché, pataleé, golpeé he incluso intenté con todas mis fuerzas no respirar el olor de la sustancia que se colaba por mi nariz. Sentía un brazo envolver mi cuello con demasiada fuerza, tanto así que mis pies dejaron de tocar el suelo por algunos momentos.

Nunca tuve la valentía de soltar al perro de mis brazos, caería y terminaría haciéndose aún más daño, él había confiado en mí y no podía traicionarlo. Lo último que vi antes de que mis ojos se cerrarán por completo y cayera en la oscuridad, fueron mis pies siendo arrastrados entre restos de comida y basura.

Desperté aún en aquél basurero, sobre un pedazo de cartón mojado, el lugar apestaba a comida podrida y desechos humanos. Miré a todos lados y estaba sola, al lado izquierdo había un gran muro sin salida pero al derecho podía ver la calle al final del callejón. Tenía una oportunidad y debía aprovecharla.

Rápidamente me coloqué de pie, pero me vi obligada a agacharme apenas una figura alta apareció en lo que sería mi ruta de escape. Hablaba por teléfono mientras en su mano izquierda llevaba un cigarrillo encendido, iba vestido de negro de pies a cabeza, pero dos cosas llamarón mi atención. Un anillo esmeralda en la misma mano que llevaba el cigarrillo y los zapatos de vestir que traía.

Este no era un ladrón común y corriente.

El hombre colgó el teléfono y me apresuré a moverme entre los contenedores, pero pisé algo resbaloso y caí golpeándome el lateral de la cabeza contra uno de los contenedores de basura. Empezaba a ver todo nubloso y mis ojos parecían cerrarse solos.

Escuchaba los pasos acercarse cada vez más a mi sitio y de pronto vi la imágen borrosa del rostro de alguien, era él. Había llegado por mí.

¿A dónde pensabas ir, perra sucia? —cuestionó con su voz ronca sobre mí, tomó mi rostro apretujándolo con su mano—. Van a pagarme muy bien por ti, así que no me jodas más.

Me soltó luego de sentir un golpe secó contra mi mejilla y finalmente sentí como algunas pequeñas gotas salpicaban en mi brazo a la vez que el costado de mi estómago se humedecía. Me había escupido.

—Pero debería aprovechar mientras vienen por ti, perra —volvió a decir, mientras yo abría y cerraba los ojos intentando aclarar mi vista, pero nada funcionaba.

Sentí como sus manos arrancaban mi abrigo para luego quitar los botones de mi camisa, dejándome sólo en sujetador. Recorrió mi cuerpo con sus manos, magreó mis pechos y estrujo mi trasero y detuvo sus manos encima, luego sentí su boca sobre mis labios. Sino podía defenderme, lo haría sufrir.

Mordí su labio empleando toda la fuerza que creía tener en ello, en mi boca caló el sabor metálico de la sangre, su sangre. Escupí con asco y sonreí.

¡Maldita perra! ¡Te vas a arrepentir de eso! —exclamó en un quejido, abrí uno de mis ojos y pude ver su silueta, ya no estaba sobre mí, estaba al frente sobre sus rodillas.

¡Eh! —grité— Cállate y escúchame tú a mí, te haz metido con la perra equivocada y no miento cuando te digo que no lograrás tocar ni un pelo más de mí. Quizás no pueda defenderme ahora pero te juro que sufrirás —hice una pausa y mojé mis labios.

»Mientras lo estés haciendo, sufrirás. Si muero, cuando llegue al infierno me encargaré de que sufras y cuando le hagas lo mismo a alguna otra chica, sufrirás también. No me importa morir aquí hoy y quiero que te grabes muy bien mis palabras en tu cabeza.

Tomé una bocanada de aire y seguí hablando.

»Soy Quinny Tucker, no olvides mi nombre y mucho menos mi rostro, seré la última chica a la que le hagas esto, después de mí, no habrá ni una más. Te juro que te encontraré y acabaré contigo.

Muy bonitas tus últimas palabras, pero no van a salvarte y tampoco te servirán de nada —declaró empezando a desabrochar el primer botón de mis jeans, no tenía la suficiente fuerza para detenerlo, pero como pude rasguñé sus brazos justo cuando iba a bajar el cierre, vi como su cuerpo cayó de lado.

Maldiciones y gruñidos fue lo único que alcancé a escuchar, era el perro, me estaba salvando. Como pude me apoyé de los contenedores y comencé a caminar a la salida, caí nuevamente sin fuerza en las piernas, me dolían mucho las rodillas. Entre abrí los ojos y vi la salida justo al frente de mí, pero debía buscar ayuda y volver por el perrito.

Sentí como el mundo se me vino al suelo al escuchar un ladrido y luego el sonido de tres disparos. No, no, no. Él se había sacrificado por mí y había muerto, lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos. Su muerte no sería en vano y lo vengaría, saldría de ahí y lo vengaría.

Apoyé mis manos en el suelo frío y me puse de pie. Tambaleándome y a rastras corrí, gasté la última gota de energía que tenía y corrí como nunca lo había hecho, porque sí, había una parte de mi que quería darse por vencida, todo me dolía y me dolía aún más el no haber salvado al perrito. Sin embargo, estaba esa otra parte que no paraba de gritarme que corriera, que no me diera por vencida y que recordara como aquel perro había salvado mi vida.

La calle de mi vecindario estaba oscura, pero vi un lugar perfectamente iluminado, no lo dudé y corrí hasta ahí y toqué la puerta frenéticamente.

Lo último que vi fue la puerta abrirse y el rostro de mi padre aparecer, antes de desplomarme en sus brazos.

***

¡Wow! Lo sé, en mi defensa les dije que iba a estar fuerte, pero como nunca me escuchan. Bien merecido que se lo tienen XD

Muy feo todo, pero, ¿se dieron cuenta cómo todo está narrado? ¿Será esto un recuerdo de Quinny? ¿O será otra de sus pesadillas? O aún peor, ¿será una predicción del futuro? Aclaro que creo en todo y pueden esperarse cualquier burrada de mi parte.

Otro detallito que quería que notarán y que no sé, si notarón en los edits de Mara, es que Quinny ama los animales y creo que aquí está más que claro, ya que no dudo en sacrificarse ella misma, a pesar de sus condiciones por salvar al pequeño perrito. Y tranquil@s, la vida sabe recompensarnos todas las cosas malas que nos pasan.

Siganme en mis redes:

Allá les estoy dejando mucho contenido de ésta historia, que cada vez va creciendo aún más y no saben lo feliz que me hace eso. Por cierto, aprovecho y le dedico éste capítulo a Sasha, mi bebé porque le ha dado mucho apoyo y amor a ésta joyita. Te amo<3

Bueno chiquit@s, como siempre cuídense mucho y besos en el rabo<3

¡Casi lo olvido! Próximo capítulo, titulado "Una mala palabra: mierda". ¿Y adivinen qué? Aparecen dos de mis personajes favoritos de ésta historia.

¡L@s amo!:3

~Jai.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro