
Capítulo 26: Plan conquista.
La tarde se fue rápidamente dándole paso a la noche, esa en la que haríamos la fiesta en la nueva casa.
Mi madre y su nuevo esposo se habían ido hace unos minutos, y en cuanto habían cruzado la puerta, llamé a Andrew para que vinieran. Después de darle la dirección, me dijo que tardarían un poco en llegar. Al parecer sí que vivía lejos.
Estaba nerviosa. No iba a negarlo. No sólo por la fiesta, sino que jamás había hecho algo a escondidas. ¿Y si mi madre se enteraba? Dios, ¿en qué me he metido?
El sonido del timbre me distrae. Prácticamente corro hasta la entrada. El frío aire nocturno me revuelve el cabello cuando la puerta ya está abierta. Andrew, Noah y un montón de gente que no conozco, se encuentran del otro lado. Todos sostienen al menos una bebida.
Ellos entran sin siquiera saludarme. A excepción de Andrew que se queda a mi lado.
Sinceramente, esperaba una reunión pequeña. Sólo los amigos cercanos de Charlie. Bueno, yo nunca había ido a una fiesta, pero estaba segura de que no se necesita tanta gente y tantas bebidas.
—¿No esperabas tantas personas? —Desvío la mirada de la puerta, por la que siguen entrando personas, para ver a Andrew. Mi confusión al ver tanta gente debe ser obvia porque tiene una sonrisa en su cara—. Te prometo que limpiaremos todo cuando termine. Tu madre no sospechará nada.
Me guiña un ojo y yo sólo puedo asentir aún preocupada.
El plan era decirle a Charlie que viniera a mi nueva casa para que yo no esté sola la primera noche. Y en parte era cierto, lo que menos iba a sentir esta noche era soledad. Por suerte la casa es grande.
Una vez que estábamos todos dentro, cierro la puerta y esperamos a Charlie.
Pasan unos 15 minutos hasta que el timbre vuelve a sonar. Tiene que ser él.
La mayoría de las luces están apagadas y todos los presentes están en silencio, alguien había colgado un cártel que ponía "Bienvenido Charlie" en la sala.
Abro la puerta y veo a el peliazul del otro lado. En cuanto ve que no estoy sola y hay más personas detrás mío, las luces se encienden y todos comienzan a gritar cosas inentendibles a causa del alboroto. La cara de Charlie es pura emoción y sorpresa. Alguien había conectado un parlante y la música empezó a sonar bastante fuerte, dando comienzo a la fiesta.
Cada minuto que pasaba temía que mi madre volviera, por cualquier motivo, y encontrara a toda esta gente en su casa. Me imagino que cara pondría.
Había gente bailando arriba de los sillones e incluso algunas chicas arriba de las mesas. ¡Santo Dios!
—La preocupación que emanas es palpable. —Me volteo hacia un chico que se encuentra al lado mío. Sus ojos verdes me observan con diversión—. Puedo adivinar que eres la dueña de la casa.
—Has acertado. —Le respondo mientras recojo una silla que alguien ha tirado.
—No te preocupes, limpiaremos todo. Quedará como nuevo, ya verás. —Observo de nuevo al chico. Su cabello rubio es bastante corto y tiene una sonrisa torcida en su boca—. ¿Quieres bailar?
¿Eh? ¿Bailar? ¿Cómo hago eso?
—Eh... —Al ver que dudo, no me deja responder y me toma de la muñeca, llevándome a la "pista" de baile.
Es una canción bastante conocida y movida. Pero soy de madera. No doy ni dos pasos que ya he clavado mis zapatillas en su pie.
—Lo siento. —Pero en seguida vuelvo a pisarlo—. Perdón.
Él sólo ríe.
Cuando la canción termina en seguida empieza una nueva. Yo estoy por irme, pero el chico rubio me agarra.
—Una canción más. —Me dice con una mirada de cachorro.
Iba a decirle que sí pero una repentina mano me toma del brazo y me empuja lejos del chico. Una parte de mí tenía la esperanza de que sea Andrew y que esté celoso porque haya estado bailando con otro chico, pero cuando veo a Charlie, no puedo evitar sentirme un poco desilusionada.
Me empuja hasta que nos encontramos en el patio. Aunque no tengo ni la más mínima idea de dónde estamos. No me dio tiempo a investigar la casa.
—¿Por qué bailabas con Jayden? Creí que te gustaba Andrew.
Me quedo pensando que quién es Jayden. Imagino que será el chico rubio.
—Solo estábamos bailando. —Me encogí de hombros—. De todas formas, ¿por qué me has arrastrado hasta aquí?
—Sí, cierto. —Se sienta en el pasto y yo lo imito—. Necesito tu ayuda.
Espero a que continúe hablando, al darme cuenta que se queda callado, lo miro. Tiene una mirada de miedo en su cara. Instantáneamente me preocupo.
—¿Ha pasado algo? —Poso mi mano en su hombro intentando consolarlo de alguna manera, pero no sé qué le sucede. Me siento bastante inútil.
—Creo que nunca te he contado acerca de mi amor imposible. —El comentario me sorprende, pero no lo interrumpo—. Estoy enamorado...
Su expresión me causa tanta ternura que no puedo reprimir una sonrisa.
—¿Y ella lo sabe?
—Él. —Me mira, como esperando que reaccione mal—. Es un él. Y sí, lo sabe pero no me corresponde, claro.
No sabía que decirle. Nunca me había pasado. No porque siempre me correspondan los chicos, sino porque nunca me gustaba nadie. Andrew es una de mis pocas experiencias amorosas y, hasta donde sé, él sí me corresponde.
—¿Y cómo puedo ayudar?
Sus ojos se iluminan repentinamente.
—Tengo un plan.
Me cuenta detalladamente su, según él, malévolo plan. Que consistía en emborrachar tanto al chico (al cual aún desconozco su nombre) Charlie iría y bailaría con él, coquetearía y finalmente intentaría algo con su enamorado. Sí, se estaría aprovechando de el pobre chico, que estaría borracho, pero según Charlie el chico sentía algo por él sólo que le costaba admitirlo. Yo no me fiaba tanto de eso.
Mi parte del plan sería repartir bebidas a tantos chicos como me sea posible. Charlie no quiso decirme quien era su chico, sólo me dijo que era rubio. Por lo que me encargaría de servir bebidas a todos los chicos rubios de la fiesta. Que no eran tantos.
Me parecía un plan divertido, así que acepté. De todas formas no sabía bailar y me iba a aburrir. Todo eso sin contar que aún no encontraba a Andrew.
Había algunos chicos que ya estaban borrachos. A esos no les di más bebidas.
Estaba caminando entre toda la gente, en busca de más rubios, cuando unas manos se posan en mis caderas.
—Te estaba buscando. —Reconozco la voz en mi oído y sonrío.
Volteo y observo a Andrew. Puedo decir que está borracho. Si hubiera sido rubio hubiese sospechado que el enamorado de Charlie es mi chico, pero no. Su cabello negro está tan despeinado como siempre.
—Acompañame arriba. —Dice mientras tira de mí.
No había ido arriba aún, pero imaginaba que estaban las habitaciones. Los nervios se acumulan en mi estómago de repente.
—Estoy ayudando a Charlie con algo... —Aunque por dentro me moría por decirle que sí.
Andrew mira hacia todos lados hasta detenerse en una pareja que baila en el medio de la pista-comedor.
—Él ya está bastante ocupado —Sonríe como una madre orgullosa—, creeme.
Sigo la dirección de su mirada hasta ver una cabeza azul y una rubia. Charlie y... el chico que había bailado conmigo hoy. ¿Cómo había dicho que era su nombre? ¿Jayden? Sí.
¿Sería él su enamorado? Tenía que serlo. Visto lo cerca que bailaban.
Sonrío. El plan conquista ha funcionado.
—Ahora acompañame. —La voz de Andrew hace que aparte la vista de la pareja de chicos.
Su mano tira de mí hacia las escaleras. Donde, estoy segura, están las habitaciones.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro